𝚂𝚠𝚎𝚎𝚝 𝚝𝚎𝚖𝚙𝚝𝚊𝚝𝚒𝚘𝚗
➥ Aún recuerdo cuando la conocí por primera vez, fue en ese invierno que perdí la pelota que mi madre me había regalado por mi cumpleaños número siete, esa vez la pateé tan lejos que la perdí de visita al instante. Era tanta mi desesperación por recuperarla, que corrí buscándola desesperado por doquier en las calles cercanas.
Al dar la vuelta por una avenida, un grito capturó mi atención de inmediato:
«Ustedes están mal de cabeza, no pueden lastimar a un gato sólo por diversión»
Fue la voz de una niña, aparentemente de mí misma edad, ella gritaba desesperada mientras rodeaba a un pequeño felino entre sus manos.
La causa de eso era que unos niños la estaban molestando sólo por proteger a un gato callejero, yo estaba a punto de ignorar lo que sucedía y simplemente seguir con lo que estaba haciendo, pero en el instante que vi como sus lágrimas cristalinas se deslizaban por sus mejillas sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
El simple hecho de ver su figura tan pequeña y frágil intentando defenderse de los maleantes hizo que mi corazón diera un vuelo. Mi cuerpo se movió por sí solo a socorrer a una completa extraña con la única intención de ayudarla, aunque las cosas no salieron del todo bien. Ninguno de nosotros éramos rivales para esos niños y terminamos con varios moretones. Si, tal vez no fue la mejor opción actuar por puro impulso, pero agradezco totalmente haberlo hecho.
Aún conservo la sensación de verla reír por primera vez, aquella calidez que se ha adueñado de mi cuerpo por completo, por el simple hecho de verla sonreír mientras buscaba el lado bueno de nuestra situación. En ese entonces ambos éramos tan solo dos niños inocentes que no querían apartarse uno del otro, si tan solo las cosas hubieran quedado así.
Sin duda desde ese momento soy esclavo de unos extraños sentimientos que me atormentan hasta el alma, no hay día en el que no piense en ti y en la manera de cómo hacer que solo tú dulce mirada sea solo para mí.
— Estoy seguro de que ella fue tallada por los mismos dioses —Mis labios se curvaron en una sonrisa ligera mientras no podía quitar la mirada de cierta chica. La manera en que sus labios se
curvan para hablar era tan única, ella es un verdadero ángel caído del cielo.
¿Cómo puede haber una persona tan bella en este mundo?
Si tan solo esa sonrisa fuera sólo para mis ojos, así el tacto de sus labios solo sería para mi piel, tal vez si las cosas fueran así nadie pudiera lastimarla y viviría feliz sin ninguna angustia a mi lado para siempre. Es mi deber proteger a una bella y única flor.
— Quien sabe, pero yo sigo sin verle lo angelical —El susurró áspero e inesperado de Baji hizo que saliera de mis pensamientos y saltara de mi pupitre en un segundo por el susto, realmente no estaba cansado de fastidiarme todos los días.
Aunque más que molestarme era algo que solo me estresaba, aunque tenía sus ventajas, tal vez, era porque todo tenía que ver con ella, que realmente no podía enojarme. Él es la única persona en la que realmente confió, por eso no dudo en decirle absolutamente casi todo.
— Sinceramente, ¿Qué le ves? —Exclamó de la nada mientras la señalaba sin ningún tipo de pudor, al mismo tiempo que comenzaba a hacer muecas buscándole algo atractivo a Salette— ¡Oh, ya sé!, porque es niña de papi, ¿no?
Mi mano no tardó en jalar su cabello hacia atrás para que se callara de una vez por todas. A veces me estresa, pero qué más puedo hacer, él es Baji. Además, mientras no se pase todo estará bien, ya que no está interesado en Salette en lo absoluto, pero aun así tiene totalmente prohibido hablar así de ella mientras yo esté presente.
— No es niña de papá. Puede ser que su familia tenga dinero, pero ella nunca sería capaz de ser así.
— Amigo, todas son así al final. —Señaló a Marie, una conocida que dependía totalmente del dinero de su padre. Ella de verdad era un dolor de cabeza hablando siempre de los regalos que le daba su padre me dan asco las personas así.
Bueno, tal vez algunos dependan del dinero porque nada en este mundo es gratis. Si fuera todo fácil, tal vez yo podría tenerla solo para mí en estos momentos.
— Ella ya es un caso perdido —Le expliqué a Baji antes de golpear ligeramente su pupitre y hacer que se tambalee.
— A veces eres un fastidio.
Una sonrisa salió de sus labios antes de señalar la silla que estaba al lado de su lugar.
¿En qué rayos está pensando ahora?
Caminé a pasos firmes hasta la silla antes de sentarme he hacer un pequeño intercambio de miradas, realmente no estoy seguro de que quería ya que subía y bajaba su mirada sin parar.
¿Sería la señal de algo?
Parpadeo un par de veces para intentar captar lo que sea que intentaba decirme.
— ¿Te sientes bien? —Le pregunté ya rindiéndome de todo, sin duda dar señales no era su fuerte.
— Oye, ya basta eso es claro, necesito que me ayudes con la tarea —inmediatamente saco debajo del pupitre su libro de matemáticas para luego pasármelo— Sólo esta vez, hazlo porque la navidad se acerca y mi vida peligra si no entrego esa vendida tarea —Era un completo desvergonzado de primero, pero aun así mi amigo.
Tomé el libro entre mis brazos y miré los ejercicios. Si está más claro que el agua que no entiendo absolutamente nada, tal vez pueda hacer las operaciones básicas, pero esto ya es otra cosa.
— Bueno, el caso es que-
— Yo puedo ayudarte, al tan sólo precio de 1000 yenes
En ese instante mi garganta se cerró evitando que siguiera hablando, pude sentir que mí corazón estaba a punto de salir de mi cuerpo, sólo por el simple hecho de haber captado esa melodiosa
voz.
— Y bien, ¿aceptas?
Su perfume era tan irresistible que me volvería loco en cualquier segundo, esa esencia tan única a flor de loto característica de ella.
Pude apreciar cómo se colocó varios mechones de su cabello atrás de su oreja, me tenía totalmente cautivado. Mientras tanto ella esperaba la respuesta de Baji, el cual se aguantaba las ganas de sacarla del salón.
— No necesito tu ayuda, así que puedes irte. —Comenzó a hacerle una señal de fuera y se veía que tenía ganas de sacarla de un golpe.
— Bien, entonces. Puedo llevármelo, ¿no? —Sus labios se contrajeron antes de hacer un puchero y de que colocara su mentón en mi hombro.
¿Acaso ese es el cielo? La verdad no me importaría morir a manos de ella, sin duda sería un sueño.
— Eres una maldita tramposa, Salette— Dio un duro golpe a la parrilla de la silla antes de
comenzar a maldecirla entre susurros. Mientras no la lastime de más todo estará bien.
— Tú eres un maldito abusador, no puedes obligarlo a que te haga tu tarea. Sabes que eso se considera una exploración.
Es tan adorable incluso cuando quiere defenderme, realmente nunca aprende la lección. Así como me defiende yo sería capaz de todo para no verla triste.
— Eso es mentira, te lo acabas de inventar todo.
— Es verdad, búscalo. Esto está catalogado como explotación —Agrego antes de voltear sus ojos en forma de protesta total— Necesitas recabar más información urgentemente de todo lo que sucede
Baji chasqueo su lengua molesta antes de apretar los dientes, al final si logro molestarlo bastante. Es normal ya que las personalidades de ambos son contrarias en todas las perspectivas que lo veas
— Es verdad. Necesito decirles algo muy importante —Agregó antes de acercarse y olvidar por completo que Baji seguía molesto— ¿Recuerdan al chico de la clase b?
Mi cuerpo se estremeció de pavor por un instante. No me gustaba aquella mención de ese tipo en lo absoluto.
— Fue el que se molestó con todo su equipo de básquet, porque según hicieron trampa en el juego de práctica, ¿no?
Una pequeña risita salió de mis labios antes de prestar atención a la conversación sin meterme en lo absoluto, realmente seria divertido saber que sucedió.
Si, ese mismo —Ella hizo una pausa para mostrar una imagen de una noticia desde su celular— Hace unos días una tienda cerca de la plaza se incendió por una pequeña fuga por parte de uno de los refrigeradores
Miré la imagen un poco desconcertado. La tienda se encontraba casi destruida y llena de polvo, los escombros oscuros tirados alrededor de la calle, mientras las personas de afuera simplemente veían lo sucedido.
— Esa es una horrible noticia Salette —Hable rompiendo el silencio que había entre nosotros, inmediatamente después tome el teléfono entre mis manos he hice zoom para poder contemplar mejor el escenario.
Esto salió mucho mejor de lo que había planeado sin duda. Aunque el plan inicial era tan solo causar un pequeño alboroto en la tienda, jamás pensé que el gas del refrigerador terminaría explotando por una fuga incontrolable.
Pero que más se puede hacer si las cosas ya acabaron así. Exacto absolutamente nada.
— Lo peor es que él era el que administraba el cajero esa noche. No entiendo cómo no se dio cuenta de la fuga del gas —Exclamo Salette mientras inhalaba y exhalaba lentamente para relajarse después de ver las fotos de la noticia, tal vez se sentía mal por las cosas que le dijo cuando culpo al equipo.
La conversación continua por un par de minutos, solo entre Salette y Baji quienes estaban mirando todo tipo de artículos al respecto, era un fastidio eso.
No entiendo porque siguen hablando de ese tema, la verdad no le veo lo interesante, además siempre suceden accidentes como esos todos los días, así que no veo lo demasiado interesante de este asunto.
Una vez dijo Vicente Van Gogh: ❝Las pequeñas emociones son las grandes capitanas de nuestras vidas y las obedecemos sin saberlo.❞
Esa frase siempre pasa por mi cabeza cuando la veo, aquella sensación tan pura que me da al leerlo o escucharlo, hace estremecer todo mi ser, cada cosa que haga solo aumenta más mis emociones por más mínima que sea.
Con tan solo ver la manera tan dulce y elegante en la que ella se mueve en el escenario, el suave movimiento de sus pies al dar un paso tras, otro me tiene cautivado, cada giro, cada salto, he incluso cada respiración que toma me ha atrapado por completo.
Le Cygne o mejor conocido como el cisne moribundo, una coreografía magnifica del Ballet clásico que relata los últimos momentos gloriosos de un cisne que se encuentra agonizando mientras espera su muerte.
Mi corazón se hacía añicos con tan solo pensar en que mi Salette sea quien le de vida a ese personaje frente a mis ojos, esa tranquilidad con la que expresa como es la agonía antes de morir hace que una retorcida sonrisa salga de mis labios.
Puedo sentir como mis mejillas se tornan rojas al mismo tiempo que mi respiración comienza a fallarme, esta es la verdadera belleza en persona.
Tan pronto como la melodía finalizó, el público aplaudió muy a gusto por la demostración que habían presenciado, era simplemente hermoso ver como agradeció al público con tanta elegancia y gusto a todos en el público por tomarse el tiempo de verla bailar por unos cortos minutos.
Cuando por fin todo se acabó, claro después de unos cuantos bailes que me estaban haciendo dormir por el sentimiento tan tosco que intentaban emanar.
Deberían dejar de humillarse cuando saber que no tienen talento
Caminé lentamente para dirigirme a la salida trasera del teatro, lugar en donde los artistas iban a ser retirados por fin.
— ¿Se le ofrece una flor caballero? —Exclamó un viejo vendedor de flores que me señalaba varios ramos que tenía a la venta, algunas aparentaban ya estar demasiado demacradas, posiblemente porque las habían cortado desde la mañana. Pero otras estaban recién fresca y llenas de colores llamativos— Se ve que es de buen ojo, así que, porque no compra unas flores. —comenzó a reír mientras jalaba de mi manga obligándome a mirar todas las diferentes especies de flores que tenía.
Realmente es molesto, pero no puedo armar un escándalo ahorita y más con una persona mayor.Mi mirada inspección cada una de los arreglos que me mostraba, en su mayoría eran rosas de diferentes colores.
Chasqueé mi lengua para intentar hacer que el señor me soltara de una vez, pero era demasiado quisquilloso que ignoró mi incomodidad. Eso me hizo sentir una punzada de molestia.
YA basta, ¡ME LARGO INMEDIATAMENTE!
En el momento justo en el que aparte su mano bruscamente un aroma dulce cautivó mi ser. Tan embriagador y a la vez elusivo que me recordaba a Salette, mis manos se movieron sin pensarlo para tomar aquel pequeño ramo de flores blancas.
— ¡Oh! Parece que le gustan las cosas más simples como este ramo Gardenia. — Una sonrisa apareció en la comisura de sus labios. Antes de apreciar como sus ojos brillaron con una pequeña luz de satisfacción— Esa es una planta muy interesante para regalar en ramo, o incluso, para regalar en maceta. Además, estas pequeñas flores simbolizan pureza y dulzura.
Pureza y dulzura, sin duda era lo que me volvía loco de ella. Sería tan lindo verla romperse en pedazos en mis brazos, poder sentir cada una de sus lágrimas caer en mi piel mientras le doy caricias en cada parte de su cuerpo. Mi mente comenzó a vagar por varios escenarios que cada vez iban aumentando su intensidad.
¡Maldita sea! No debería de estar pensando esas cosas estando en un lugar público.
— La quiero —Metí la mano en mi bolso derecho para poder sacar mi cartera. Lo primero que logré sacar fue un billete de 5000 yenes que se supone que eran mis ahorros de esta semana.
— Si, claro —Exclamó el señor mientras tomaba el dinero para darme mi cambio. Si es que había, ya que estoy consciente, literal estoy comprando esta flor por puro impulso.
Al terminar de pagar, me di la vuelta para poder retomar mi camino, deseándome recuperar aquella inversión que hice a lo estúpido.
Comprendí entonces el gran caos en mi cabeza que un simple aroma de una flor me había hecho. Mis dedos pasaban delicadamente por una de las flores de Gardenia formando un pequeño patrón de círculos.
— ¿Chifuyu?
La voz de Salette hizo que se me formara un nudo en la garganta. ¿Cómo rayos llegué hasta aquí? ¿Acaso inconscientemente caminé directo hacia ella? Se supone que no tenía que saber que vine, en primera porque ni me invito a venir y segundo el plan era solo ir a observarla para que regresará sana y salva a casa.
Ahora la única opción sería inventar cualquier excusa convincente.
Avancé hacia ella intentando parecer lo más normal, pero todo se fue al pozo cuando mis ojos miraron su atuendo. Aún estaba con su tutu de plato, en otras palabras, la ropa con la que se presentó.
Sin duda le queda todo a la medida, desde las medias que dejaban ver la piel de sus muslos hasta el tocado que yacía sobre su hermoso cabello negro.
— ¿Qué haces aquí tan tarde? —Su pregunta hizo que mis pensamientos por fin cesaran un problema menos por ahora.
— Fui a ayudar a Baji con un asunto en su casa —Mentí al instante, para luego recapacitar y darme cuenta de que su casa estaba por otro rumbo— Pero, cuando quise regresar decidí pasar por la plaza principal. Es que hay más gente.
— Ya veo —Parpadeó un par de veces antes de sonreírme— ¿Ya comiste?
— No, aún no-
— Entonces, ven y cena conmigo
Fui incapaz de decir algo, y más luego de oír sus palabras tan dulces. Mis labios se retorcieron un poco al mismo tiempo que mis mejillas ardieron, es tan tierna cuando me quiere expresar sus sentimientos.
— Si eso es lo que quieres, no puedo negarme. —Con infinito cuidado, me acerqué hacia ella para entregarle en sus manos aquel ramo de flores que me hacía recordar mi intenso deseo. Nuestros dedos se tocaron por unos segundos, sinceramente no quiero que mire a nadie más así— Toma, te la regalo
En tan solo segundos sus ojos lavanda estaban abiertos como plato. Sin duda es porque la agarré totalmente desprevenida, la condición era muy obvia en su mirada.
— Estas jugando, ¿no? —Sus ojos inspeccionaron el arreglo en sus manos por unos segundos— No, no las acepto. De seguro son para tú mamá —Colocó nuevamente en mis manos las flores antes de cruzar sus manos
Eso si me dolió y mucho.
— No acepto ese comentario —Contradecí al instante— Solo las compré porque me parecieron lindas, ni siquiera tenía plan de dárselas a mi mamá. Además, si se quedan en mi casa solo esperarán su muerte en el jarrón de la sala
— No te creó en nada
— Entonces, ¿las tiro?
Un silencio incomodo llenó el lugar cuando termine de hablar.
— Olvídalo, me las quedó —Retiro el ramo de mis manos y lo acercó con una mano a su nariz para olfatear el aroma que emanaba— Huelen como mi perfume.
Me quedé de pie viéndola por unos momentos y gracias al sopló de la brisa nocturna el aroma llegó a mis fosas nasales otra vez.
— ¿En serio huele a ti? —Sentí como de inmediato me soltó un pequeño golpe en la pierna. Su actitud me recuerda al de mi gato, a veces es muy cariñosa y en otras ocasiones le entra un demonio— Que agresiva
— No pedí en lo absoluto tu opinión
Una carcajada sale de mis labios antes de por impulso tomar la mano de Salette. Sus delicados dedos se entrelazan con los míos.
— ¿nos vamos?
— Espera. ¡Oye! ¡Escúchame! —Ella comenzó a forcejear para poder zafarse de mí.
No, no quiero que se valla. Puede pasarme de todo menos eso
Aumente un poco la fuerza que ejercía sobre la muñeca de Salette causándole incomodidad.
— No
Pude notar como la piel se erizó ante mis palabras totalmente secas he incluso cause que su pulsó se agitará.
Pero en el momento que vi su reacción inmediatamente la solté y sonreí para relajarla
— Lo siento, es que recordé algo desagradable —intenté sustituirme, pero era obvio que la había dejado conmocionada.
— Si, creó que deberíamos apurarnos —Susurro bajando la mirada para evitar el contacto visual conmigo.
Eso me desagrada bastante, me duele y es molesto. Me quede viendo como sus labios se movían por los nervios y su piel estaba pálida.
¿Acaso ya no se sentía segura conmigo? y eso que me estaba conteniendo para no pegar su cuerpo con el mío cuando tuve la oportunidad.
Ella no es tonta así que es obvio que esta siempre consciente de cada detalle, eso la hace mucho más interesante, me gustan las cosas difíciles de conseguir porque da más adrenalina. Aunque esto no duraría por mucho tipo ya ella simplemente no puede vivir sin mi atención en lo absoluto, lo sé.
El silencio era muy incómodo y solo se escuchaban nuestros pasos. Salette caminó rápidamente hasta el restaurante para observar el menú de la cartelera
— Señorita Salette que gusto verla. ¿Es por su reservación?
De la nada ella interrumpió al recepcionista con un gritó y ahora su cara estaba totalmente roja.
— Yo no hice ninguna reservación, estas mal. Te debes haber confundido... —Sus manos viajaron de inmediato a la lista para leerla— Mira dice Sabrina, creo que necesitas lentes amigo —Unas cuantas carcajadas forzadas salieron de sus labios antes de que me tomara del brazo y me jalara hacia adentro del restaurante.
¿Ella había perdido una reserva antes de llegar? ¿pará nosotros dos?
Sin duda es porque le gusto demasiado, es muy obvio eso y es realmente halagador que me ames tanto como yo a ti.
Golpe tras golpe, la sangre se derramo salpicando mi rostro. Mi mente estaba completamente en blanco y segado por la rabia.
— Lo siento —El balbuceo de aquel chico llego a mis oídos e inmediatamente pare los golpes. Chasqueé la lengua asqueado y sacudí mi mano para quitar las manchas de sangre. — No me mates, te lo ruego. Te juro que no hice nada
Es un desgraciado. ¿Cómo se atreve a decir que no intento tocar a mi Salette?
Me levante de él para por fin dejarlo en paz, entre todas las personas que yacían en el suelo era al único que deje consciente. Una carcajada salió de mis labios al verlo rogar, es tan estúpido.
— No vuelvas a intentar tocarle un pelo a Salette o terminaras peor que ellos —Inspeccione su cara llena de moretones— Y créeme que no queras eso. Además, recomiendo que te quedes callado —Mi dedo índice toco mi boca para hacer una señal de silencio, aquel solo asintió antes de alejarse de mí con mucha dificultad.
Luego de dar una revisada rápida a mi alrededor camine hacia mi chaqueta para recogerla, estaba llena de polvo y sangre. Todo por culpa de estos asquerosos tipos.
La vibración de mi teléfono se escucho y de inmediato lo busque. Al encenderlo noté el mensaje de mi madre quien estaba preguntando en donde me había metido ya que había ido por un refresco a la tienda, cuando me encontré con estos tipos asquerosos intentando tocar a Salette. A pesar de haberla sacado de esa situación era obvio que no me iba quedar con los brazos cruzados después de ver lo que le intentaron hacer.
Solo íbamos a platicar un rato, pero mi rabia era demasiada que termine desquitándome por completo con todos. Ese es su merecido por intentar tocar lo que legítimamente me pertenece.
Tras inventar una excusa que se podría creer me dirigí a casa. Cuando llegue mi madre me recibió con un zapato en la cabeza.
— ¿En donde rayos te habías metido niño?
La voz de mamá hizo que retrocediera hacia atrás. Ella no tenía ni idea de que me agarré a golpes con unos tipos, pero estoy seguro de que lo sospechaba.
— Me topé con Salette y la acompañé a casa —Sonreí un tanto incomodo.
¿se daría cuenta de mi mentira? No, aunque de ser así armaría un escándalo
— Eres un niño mentiroso —Antes de que reaccione me dio un golpe en la cabeza. Bien, la única persona que sin duda nunca engañaré es mi madre. — Hijo, solo esperó que no haya sido una de tus tonterías
Ella siempre se preocupa por mí, aunque sea por la más mínima cosas tal y como Salette.
— Bueno, si ella fue contigo entonces ya debiste enterarte —Su mano se posó en mi hombro antes de que me mostrará una sonrisa.
Mis ojos se abrieron como platos al oír a mi madre. Parecía algo melancólica, eso es raro ella nunca se pone así sin ningún motivo
— Hijo, ¿en serio no te lo dijo? —Pregunto seria, eso hizo que mi piel se erizara. Esto ya no me da buena espina— Veras, en la tarde ella paso por la casa y sinceramente no se veía tan bien, estaba muy distraída. Así que la invite a pasar, me comento que su padre consiguió nuevo trabajo, pero es en España eso es bueno ya que su negocio esta prosperando, pero el quiere llevar para mejorar la calidad de estudios. Este año deberá irse para que pueda presentar en una buena escuela.
Es mentira, ella no puede irse. ¡NO TIENE PERMITIDO DEJARME!
Mi corazón se hundió dejándome un dolor profundo, esto no puede estar pasando ahora, tiene que ser una broma, justo cuando mi plan de cortejo iba yendo tan bien. Maldita sea, ¿Por qué ahora me hacen eso? Se supone que seriamos felices, ella seria mi novia y nos casaríamos. Si, si así debería ser ella siendo mi mujer y madre de mis futuros hijos.
Quería correr a ella ahora mismo y simplemente esconderla para que no se atreviera a irse nunca de mi lado, ella solo puede verme a mí. Si comete el error de irse otros hombres querrán cortejarla y eso simplemente no puede pasar, ¡NO PUEDE!
Aprete mis manos y labios furioso escondiendo todo lo que sentía en ese momento. Ahora que las cosas se habían arruinado debía actuar de inmediato cada momento contaba, tal vez sea difícil para Salette asimilar, pero es por el bien de nuestra relación
— Ya veo
Inmediatamente me dirigí a mi habitación ignorando a mi madre quien me hablaba preocupada al ver mi reacción. Cuando llegué a mi habitación cerré la puerta con una fuerza increíble y me quedé parado en medio mientras procesaba todo. No sé de dónde o cuando, ya tenía un lápiz en la mano. Con una monstruosa fuerza partí el lápiz a la mitad. La parte superior cayo al suelo acompañado de varias astillas que me habían lastimado la mano, pero simplemente no podía sentir el dolor por la molestia del momento.
— Diablos, no puede irse como si nada. Ella me ama y yo no puedo vivir sin verla.
Es ahora o nunca de comenzar el plan, aunque lo tenia previsto para dentro de mucho tiempo para no hacerlo tan incomodó para Salette. Lamentablemente debía actuar rápido y seguro para no levantar sospechas.
Mi vista se poso en el suelo antes de subir al escritorio y mirar mi álbum, todos mis recuerdos con ella están allá y todo lo que me haga recordarla igual. Tome el álbum antes de pegarlo a mi nariz.
Huele a ella, no quiero dejar de sentir esta esencia embriagadora y hare lo que se para que sea mía incluso si al final me termina odiando.
La temporada invernal ya estaba comenzando después de días. Exactamente 10 de diciembre día de la pequeña fiesta que tendremos Salette y yo en mí casa. Tras mucho buscar al fin encontré el regalo perfecto, era un colgante que llevaba una piedra del mismo color de sus ojos.
Soy el mejor escogiendo regalos por experiencia, además de siempre espiar, digo observar las cosas que le gustan. Es mi responsabilidad saber todo de ella, absolutamente todo.
Tal vez las cosas no fueron como planeé en toda la semana, pues tuve que hacerme cargo de 4 chicos que eran un impedimento para mis objetivos, aunque están bien ya que todos recibieron ayuda en el hospital, así que nada de qué preocuparse solo puedo relajarme de unos dolores menos de cabeza.
Ahora sólo quedaría esperar hasta la hora acordada para que nos reunamos.
¿por qué rayos pasa muy lento el tiempo hoy?
Simplemente ya no podía aguantar y cada segundo que pasaba era una tortura, así que intenté buscar cosas que hacer, pero solo me estrenaban más.
Intenté hacer de todo para matar el tiempo, pero solo terminé en el mismo lugar, mi cuarto.
— Tiene que ser una broma, faltan cuatro horas aún —Estampe mi cara en mi almohada ya arto— Nisiquiera han pasado 5 minutos, esto esta mal —Inconsciente rode en la cama hasta llegar a toparme con la pared— ¿Y si adelanto la hora? —Me pregunté mirando el reloj, pero si hacia eso de seguro ella se molestaba conmigo y ahora no estoy para hacer movimientos en falso. Cada segundo cuenta en este plan.
El Tic Tac del reloj estaba haciendo que mis párpados se cansaran. No, No puedo dormir, tengo que esperar a que ella llegue. Me costaba abrir mis ojos. Sabía que no era buena idea desvelarse para preparar todo para hoy, aunque no le veo lo malo si cierro mis ojos por unos minutos, además la reunión es a las cuatro
Y sin más decidí dormir.
— ¿En serio estás dormido?
Un gruñido salió de mis labios al oír una voz, ¿ya pasaron 5 minutos?
Mis ojos comenzaron a abrirse con mucha flojera. Creó que el sueño me gano al final.
¿Qué hora será?
— Oye, ¿quieres dejarlo para otro día?
En ese momento el sueño se me quitó por completo y me reincorpore de golpe así chocando cara a cara con Salette. Realmente soy un estúpido
¿cómo rayos pude dormir tanto?
No buscaba palabras para disculparme, aunque a ella no le molestó en lo absoluto y simplemente se echó a reír en carcajadas antes de pasar a nuestra pequeña cita. Agradezco totalmente que mi madre se haya ido de compras. Solo yo y ella.
En el resto de las siguientes horas nos pusimos a ver varios capítulos de su serie favorita en mi habitación mientras comíamos varios dulces. Todo el tiempo estuve sumergido en mi pensamiento, deseo tanto que ella se quede conmigo. Si no lo hago ahorita no tendré otra oportunidad, solo esperó que no lo tome tan personal.
— ¿Quieres algo de bebes? —Le susurre al ver como intentaba aguantarse la sed.
— Un vaso de jugo si no es molestia —Me devolvió el susurro antes de volver a centrar su atención en la televisión.
Asentí ante su reacción y me bajé de la cama para ir a traerle su refresco. Cuando me adentre en la cocina tome dos vasos de cristal y los llene con jugo de manzana hasta el tope, los deje a un lado mientras buscaba en la alacena.
¿Dónde rayos puse eso?
Mis manos viajaron hasta el final en donde encontré una cajita e inmediatamente la tome. Un pequeño sobre blanco bien sellado que abrí con cuidado para echar en uno de los vasos. Esto debe funcionar bien.
A pasos firmes me dirigí a la habitación para colocar el jugo en la mesita, pude ver como Salette agarro su vaso y lo llevo directo a su boca tomando lentamente todo su contenido, solté una risa al verla beberlo todo.
Pasaron unos segundos antes de acercarme a ella y mostrarle una cajita.
— ¿Para mí? —Pregunto y yo asentí al instante. Sus manos rodearon la caja para observarla antes de quitar la cinta para abrirla— ¡Un collar! —Sus ojos brillaron de emoción, hizo una señal para que la ayudara a probarlo. Me acerque quedando justo atrás, tome el collar y delicadamente lo paso por su cuello para engancharlo— ¡Waaa! Es muy lindo
Me halago ese comentario por lo que no dude en acercarme a su oído hasta casi tocarlo con mis labios y creo que le cause cosquillas porque se comenzó a mover
— Salette, me gustas mucho —Declare antes de abrazarla y rodear su cintura. Su cuerpo se estremeció al instante ya que era la primera vez que invadía demasiado su espacio personal, el calor de mi pecho pegado a su espalda me gustaba— Yo también te gusto, lo es —Por puro reflejo mis labios se pegaron a su cuello dejando un beso corto, era tan suave que no aguante y succione su piel para dejar una marca. Sentí su mano tomando mi brazo para intentar alejarme pero eso solo me causo gracia.
— Esto esta mal, estas yendo muy rápido. ¿Por qué no hablamos las cosas con calma? —Su cuerpo comenzó a forcejear, pero aumente la fuerza obligándola a quedarse así.
— Eres una mentirosa —Agregue subiendo mi mano hasta sus labios callándolos, note el sonrojo de sus mejillas y orejas. Es una persona muy mentirosa, solo admite que te gusto.
— Basta, esto no me gusta —Su pánico comenzabaaumentar— Pero, tienes razón me gustas, pero no de esta manera. A mí me gusta el Chifuyu que es lindo, ¡No este! —Su rebeldía era molesta, después de esto debo enseñarle muchas cosas.
— Salette yo siempre he sido así desde el principio —Mi mano derecha tomo su mejilla y la obligo a verme, sus bellos ojos violetas conectaron con los míos. Era hermosa verla muy nerviosa y avergonzada al mismo tiempo, mientras se preguntaba que sucedía.
YA NO PUEDO AGUANTAR MÁS
Mis labios se pegaron a los de ella en un segundo, pude ver como sus ojos se abrieron como plato mientras forcejeaba por zafarse de mí o eso fue hasta que sentí como su piel se erizo y dejo de forcejear, sus ojos comenzaron a verse cansados. Al fin la droga hacia su trabajo.
— Odio el simple hecho de amarte —Pronuncio mientras mis labios se alejaban de ella. Yo simplemente me digne a sonreír victorioso— Eres un mentiroso —Sus labios se pegaron por última vez a los míos antes de que el efecto llegara a sedarla completamente.
Eso es todo. No era tan difícil aceptarlo Salette.
Su cuerpo inconsciente me hizo estremecer de alegría Por fin es mía, todo absolutamente todo me pertenece ahora.
Desde la punta de su cabello hasta el ultimo dedo del pie me pertenece y solo por el simple hecho de que ella misma lo acepto sin más, no se quejó y simplemente acepto todo.
Ahora nadie nos podrá separar, porque tú misma te entregaste a mí.
Mi linda flor acabas de sellar ahora mismo tu destino conmigo eternamente
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