𝐗𝐗

El frío había aumentado en la última hora a pesar del sol candente sobre sus cabezas. Debido a ello, los chicos comenzaron a salir por la puerta de la aldea para tomar sus formas de lobo y correr por la nieve, algo que funciona muy bien para entrar en calor. Los mayores prefieren sentarse a beber algo caliente frente al fuego y a los pequeños los abrigan para que jueguen tranquilos en la nieve, ya que los cachorros aún no controlan su transformación del todo.

⠀⠀Ryunosuke siente un escalofrío recorrerlo, lo que lo termina de convencer de unirse a Gin y correr para entrar en calor y ejercitarse. Pero antes de ello, siente un dulce aroma asomarse levemente a su lado, no necesita voltear para notar al chico tigre pararse ahí, ansioso. El movimiento que percibe de sus dedos sin siquiera verlo y su descuido al controlar sus feromonas, le deja claro que está nervioso. Ryunosuke gruñe y lo empuja al frente.

⠀⠀

⠀⠀―Si vas a unirte hazlo de una buena vez.

⠀⠀―Yo, esto... Tal vez no es buena idea.

⠀⠀

⠀⠀Los deseos de golpearlo lo invaden. Atsushi debe intuirlo, porque termina por alejarse de él para ir a temblar al lado de un árbol, considerando transformarse. Solo fue una fracción de segundo. Akutagawa pone su atención en el resto y cuando devuelve la mirada al tembloroso omega, lo ve y su garganta se seca. El blanco inmaculado de su pelaje se mezcla con la nieve bajo sus patas y si no fuera por lo negro de su nariz y lo dorado de sus ojos, se habría camuflado por completo con el ambiente. Algo que creyó que ahora era solo parte de historias infantiles, trotaba grácil sobre la nieve, robándose la atención de todos los lobos negros a su alrededor: un lobo albino.

⠀⠀Está tan absorto, que tarda en notar que los demás lobos se arremolinan entorno a él, jugueteando e incluso algunos con otras intenciones, eclipsados igual que el alfa por la belleza de un mito. Sin tener control propio de mi mismo, sus pies se mueven por sí solos y su lobo resurge, corriendo en dirección al chico tigre. Gruñe, espantando a los lobos que se le pegaban hambrientos al despistado lobo blanco que le regresa el gruñido, en protesta por espantar a los que estaban rodeándolo. Akutagawa, con las orejas alertas y hacia atrás mientras gruñe una advertencia, logra que el albino ceda. ¿Y lo que sigue? Le vuela la cabeza. El omega no solo bajó la cabeza, sino que se echó al suelo y se acostó panza arriba para él, totalmente dócil.

⠀⠀Ryunosuke se queda de piedra, entonces retrocede y se aleja rápido, antes de volver a tener dos piernas y regresar a su cabaña, haciendo un esfuerzo monumental por ignorar que el calor que tiñe sus orejas no es precisamente por la carrera.

⠀⠀Se niega a pensar lo contrario.

⠀⠀Despierta más tarde con un leve dolor de cabeza. Se había tomado una siesta en el único sofá de la pequeña cabaña; una pésima elección. La espalda le duele horrorosamente por la incómoda posición; los recuerdos de cómo había ido a parar allí en plena mañana hasta pasada la hora del almuerzo, azotan su mente. Le perturba la idea de haber sentido un extraño revuelo en su interior por ver al omega tan sumiso frente a él y para él. Eso sin mencionar que, como a los demás lobos presentes, le eclipsó ver a un lobo blanco. Sí, eso era. Es normal sentirse así por ver una especie de mito en carne y hueso.

⠀⠀

⠀⠀―¿Ya despertaste? ―un rostro se mete en su campo de visión sin aviso previo mientras terminaba de salir del estupor del sueño y su reacción automática fue lanzar un puño y golpearlo. Un quejido junto al sonido de un golpe seco de un peso cayendo al suelo, le bastó para darse cuenta que era él otra vez―. ¡¿Por qué hiciste eso?!

⠀⠀―¿Qué haces aquí otra vez? ―evade la pregunta, enderezándose y estirándose al sentir su espalda magullada por la estúpida idea de dormir en el sofá. Ya no es un cachorro estúpido para hacer esas cosas y procurará no repetirlo.

⠀⠀―¿Siempre respondes a las preguntas de otros con más preguntas? ¿O es solo a mi al que tratas con la punta del pie?

⠀⠀―A los demás los mato. ―Atsushi traga grueso. En su mirada se lee la incomprensión y la confusión. Está preguntándose internamente si eso significaba algo bueno o malo cuando Ryu le aclara―: Sigues vivo porque son órdenes del señor Dazai.

⠀⠀―Entonces, hipotéticamente hablando... ―formula acercándose al alfa, que sigue sentado en el sofá esperando oír la explicación de porqué estaba en su hogar esta vez―. Si él te dice que ya no tienes que cuidar de mi, ¿me matarías? ―pone sus enormes ojos en su dirección al terminar de hacer su pregunta. Ryunosuke ya lo había pensado antes, pero este niño no conoce la definición de espacio personal.

⠀⠀

⠀⠀Se mantiene en silencio, dejando una respuesta implícita bailar en el aire que comparten. Frunce el entrecejo para remarcar su respuesta tácita y Atsushi al fin se aleja de su rostro con la desilusión marcada en sus ojos bicolor. No sabe qué respuesta esperaba de él, que siempre ha dejado en claro desde el inicio su desagrado hacía su persona, pero fuera de su control tiene el impulso de consolarlo. Su mano se movió por si sola y revolvió la desordenada mata de cabellos grisáceos, calmando sin querer el sentimiento de repulsión que le había dejado su ausencia de palabras. Atsushi, sorprendido por el gesto, se deja hacer cual cachorro que acaba de recibir un premio por hacer su tarea y le dio una sonrisa tan radiante que Akutagawa creyó que lo dejaría ciego.

⠀⠀Ese algo extraño se vuelve a remover en su interior.

⠀⠀Iba cayendo la noche y es momento de que vuelva al alojamiento que le habían ofrecido desde su llegada. Ranpo Edogawa es una buena persona, alguien admirable si destacamos que siendo un omega, es el consejero del líder de esta manada. Pero Atsushi admite que como compañero de posada, es terrible. Lo primero que nota a su llegada es el desorden habitual en la cálida cabaña. Come muchos postres y deja los cuencos sucios por todos lados, algo que Gin se ocupa de venir a recoger una o dos veces por semana. Atsushi comenzó a ayudar a diario por las mañanas y en las noches a recoger el tiradero, pero con franqueza, es como vivir con un niño.

⠀⠀Esa noche no difería mucho del resto: llega, saluda y comienza a recoger algunos cuencos vacíos de la mesa y Ranpo está recostado en una mullida alfombra frente a la chimenea, comiendo pastel. De pronto, se sentó a mirarlo fijamente.

⠀⠀

⠀⠀―¿Necesita algo?

⠀⠀―Pareces estar en un dilema, niño ―arrugué la nariz sin querer. Que alguien mayor que él por apenas algunos años (que además es incapaz de conseguirse su propia comida o de asear su propio hogar) le dijera niño, le ofende.

⠀⠀―Estoy bien, no sé de qué habla, señor Ranpo.

⠀⠀―Solo Ranpo está bien. Y claro que sabes de lo que hablo, ¿acaso eres tonto? Obviamente te hablo de ese alfa ―las orejas se le calentaron. ¿Acaso Ranpo sabía algo que él no sobre Akutagawa?

⠀⠀―Todo está bien, no he tenido muchos inconvenientes últimamente con Akutagawa...

⠀⠀―Yo lo sé todo. Puedo ayudarte, pero te costará. Quiero comer pan de chocolate con una taza chocolate caliente para cenar. Hace frío, hay que entrar en calor.

⠀⠀

⠀⠀Todavía indeciso a lo que sea que se refería, sale para buscar ayuda de Gin y así conseguir lo que el moreno quería. Para su suerte, la beta se encontró en su campo de visión como obra del destino, a escasos tres metros de haber salido del hogar de Edogawa.

⠀⠀

⠀⠀―¡Ah, Gin! Que bueno que te encuentro. ¿Sabes dónde puedo conseguir a esta hora pan de chocolate y una taza de chocolate caliente? ―ella asintió, comenzó a caminar y él la siguió de cerca.

⠀⠀

⠀⠀El panadero estaba horneando y preparando la masa para el pan que vendería por la mañana. Como si fuera un menú prestablecido, Gin obtuvo dos buenas hogazas de pan de chocolate aún tibias y también unos pasteles de manzana y canela. Ella pagó y luego salieron, volviendo a su hogar. Entró reacio, pues no quería encontrarse con Ryunosuke de nuevo, había dejado en claro que estaba hastiado de pasar el día con él cuando se fue. Por suerte, su ausencia era notoria, no podía sentir su aroma a canela en el aire. Gin lo dejó sentado a la mesa mientras preparaba algunas cosas en la estufa de leña. Al poco tiempo, le tendió una taza de café que desprendía un aroma a caramelo poco común para él, además de uno de sus pasteles de manzana.

⠀⠀

⠀⠀—Gin, esto no es lo que pidió Ranpo —ella negó y lo señaló, por lo que entendió sus intenciones al fin—. Oh, ¿es para mi? Muchas gracias, Gin.

⠀⠀

⠀⠀Supone que Ranpo puede esperar un poco más. Antes de darle un mordisco, Gin lo detuvo y con una señal lo invitó a oler la comida antes. Atsushi se avergonzó un poco, normalmente no lo hacía a menos que estuviera comiendo en su forma de lobo, más que todo porque el instinto es predominante, pero el señor Fukuzawa le había enseñado que no era educado oler la comida que te ofrecían cuando eras una visita. Aún así, imitó su acción y aspiró lentamente el aroma que todo mezclado, antes de comenzar a comer. Era algo relajante, la manzana danzaba con la canela en su paladar y el café mezclado con caramelo se paseaba ligero desde el primer sorbo. Era simplemente perfecto.

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⠀⠀—Podría comer esto todo el día... —Gin se le quedó viendo fijo, como si intentara decirle algo con la mirada, pero él no podía deducir qué. Finalmente suspiró, como rindiéndose, se levantó y le trajo el chocolate caliente que Ranpo estaba esperando.

⠀⠀

⠀⠀Le agradeció nuevamente por su ayuda y por el postre nocturno que le había ofrecido, aunque él raramente tomaba café y más siendo de noche. Al volver con Ranpo, esté se sentó en la alfombra refunfuñando por la demora, pero toda queja se desvaneció tan pronto olisqueó el aroma a chocolate de la bebida caliente que le entregó.

⠀⠀

⠀⠀—Muy bien, ahora si puedo ayudarte.

⠀⠀—¿Ayudarme con qué? —dudó.

⠀⠀—¿Es que todo tengo que hacerlo yo? —Atsushi recordó la conversación (si se le puede llamar así) que lo había traído a esta situación.

⠀⠀—Ayudarme ¿con Akutagawa? —asumió indeciso.

⠀⠀—Es obvio —dio un mordisco al pan, luego otro y un sorbo cuidadoso al chocolate que ya debía estar comenzando a entibiarse, se colocó sus gafas y luego de unos segundos se las retiró—. A tu primera duda, no son ideas tuyas, solo es así contigo. A la segunda, ella te estaba dando una indirecta sobre ustedes dos juntos.

⠀⠀—¿Qué? —Atsushi está confundido, mucho más que al inicio. No comprende lo que le está diciendo, empezando con que ni siquiera había formulado alguna pregunta. Sin embargo, algo dentro de él le dice que sabe lo que están diciendo, aunque su cerebro lo siga procesando.

⠀⠀—Estoy rodeado de inútiles que no usan el cerebro. Mira, te diré una pista porque me caes bien, pero no te acostumbres, la próxima vez si te cobraré —dio otro sorbo al chocolate, recién nota que los panes ya se han terminado cuando Ranpo está dejando los trastes en el suelo para acomodarse en la mullida alfombra de piel—. Llevas todo el día con alguien en mente y sus acciones te traen pensativo. Además lo otro es fácil porque es más reciente. Lo demás debes descubrirlo por ti mismo.

⠀⠀—Eh... ¿Gracias?

⠀⠀—Lo que sea por el pago adecuado. Buenas noches, pequeño Yang.

⠀⠀—Buenas noches... —no dijo nada por el cambio de nombre, le pareció extraño, pero eso pudo relacionarlo enseguida con el yin y el yang.

⠀⠀

⠀⠀Siente que todo el mundo le está lanzando indirectas que no puede entender. Entonces se da cuenta, solo así. Gin le intentó decir algo que no comprendió antes, algo sobre ellos dos juntos según lo que dijo Ranpo, pero ellos ¿quiénes? Se puso a meditar todo lo que dijo Ranpo, poco a poco comenzando a conectar los puntos: Ranpo hablaba de Akutagawa, Gin quiso decirle algo a través de la comida y aunque esa parte no la entiende aún, Ranpo dijo que lo descubriera por sí mismo. Ambos le hablaban de Ryunosuke.

⠀⠀De pronto todo su día se fue pensando en él.

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