🌸 Especial Halloween parte dos🌸
La historia estará desarollada en el futuro de la original. ¿Es spoiler? Tal vez, pero tomen la historia como quieran.⚠️
+
-
∘˚˳° Especial Halloween.°˳˚∘
-
+
Abrió los ojos. Anteriormente había dado una vuelta listo para abrazar cualquier cosa que estuviera a su lado; su conciencia estaba medio dormida y medio despierta, sabía que el castaño estaba a su lado, y a él sería quien abrazaría para seguir descansando hasta que las alarmas sonarán. Pero solo tocó la cama vacía.
Pequeños recuerdos de ese día llegaron a su mente. Abrió los ojos en grande, para ver qué, efectivamente, no había rastro del castaño.
No se lograba escuchar algo en toda la casa, parecía que nadie vivía ahí.
Suspiró y se levantó con cuidado de la cama. Revisó su teléfono en la mesita de noche; solo mensajes de la mafia habían.
Se dió una rápida ducha. Saliendo de la habitación notó como verdaderamente todo seguía oscuro. Prendió otra vez el celular en su mano: 3:52 de la mañana. ¿Tan temprano se había levantado?
Fue directo a la cocina. Sin prender luces y solo guiandose por la luz de la noche atravesando la cortina blanca camino y abrió la refri, saco un vaso de leche; leche fría y noche fría, ¿una mejor combinación?
En tranquilidad y acompañado de la noche abrió nuevamente sus mensajes.
6 nuevos mensajes de: Anne-san 💕.
2 nuevos mensajes de: Ryu Akutagawa 🐕.
1 nuevo mensaje de: Gin Aku❄️.
3 nuevos mensajes de: Boss.
La pequeña se había encargado de ponerle emojis o símbolos a cada contacto suyo.
Los primeros en abrir fue el de su jefe. Dos mensajes eran de la pequeña Elise preguntando cómo estaba él y la pequeña Aya, luego Mori disculpándose por su descuido con el celular y deseándole un lindo día.
Su "hermana mayor" le había enviado una foto de un conjunto de ropa para Aya, unos mensajes preguntando por el estado de todos y algunos maldiciendo a Dazai.
Akutagawa era el único que aportaba información sobre su trabajo. Había comunicado que el barco estaba a 10 minutos de partir rumbo a España.
Gin tenía un mensaje por parte de Tachihara. Era un audio de un minuto contando como perdió su celular en una misión.
Las 4 emputo se cumplió y llamadas de toda la casa empezaron a sonar.
Habían tres celulares instalados en la casa, todos conectados entre sí. Si alguien llamaba a uno todos sonarían de inmediato, también estaban conectados al celular y al parecer la llamada provenía de el.
Contestó de inmediato y una cantidad de información llegó a su oído. Todo pintaba mal.
Mientras su subordinado le informaba del problema, corría a su habitación para cambiarse, ni siquiera le dió tiempo de ponerse todo el conjunto de ropa, pues demandaba su presencia ahora mismo.
Aya abrió la puerta de la habitación sobando un ojo, confusa por todo el ruido y con sueño.
-¿Qué sucede?
Un bostezo salió luego de esa frase.
-Necesito irme al trabajo ahora mismo. Una chica castaña de cabello corto con traje pasará por ti a las 6:40 para llevarte a la escuela. Luego me encargo de lo demás.
-¿Es muy urgente..? quería que comieramos juntos hoy.
Desde largo Chuuya gritó.
-¡Será luego!
El pelirrojo volvió a la sala, lugar en donde la niña esperaba pacientemente sentada en el sillón.
-Cuidate mucho y cualquier cosa sabes que hacer. Nos vemos.
Asintió y la puerta fue cerrada.
Estaba sola en casa a las cuatro de la mañana, ¿qué haría?
Probablemente tomó la decisión equivocada, pues se preparó para irse a la agencia.
Sin embargo se arrepintió al abrir la puerta; mejor llamaría a algún miembro.
Marcó el número de su padre, no hubo respuestas, ni siquiera por un momento. Su celular parecía muerto.
Atsuhi y Kunikida no contestaban, solo sonaba un *beep* y luego de varios segundos la llamada cortaba por sí sola.
Le tocó llamar a la agencia, juraba que nadie contestaría al ser tan temprano, pero inesperadamente cuando la llamada estaba apunto de ser cortada; Ranpo contestó.
-Sé me olvidó que ibas a llamar y me dormí. ¿Le digo a Poe que vayamos ya?
Normalmente a cualquiera le daría miedo ver como una persona sabe que llamarías a tal hora y qué pasaría, pero cuando se trataba de la voz del mejor detective del mundo; no había peligro que temer.
-Por favor.
Aya era una chica con un carácter fuerte y un orgullo formidable, casi como uno de sus padres, pero hasta ella debía admitir que habían varias situaciones que necesitaban una dulce palabra. Y con el orgullo hasta el suelo las decía, luego podía insultar o golpear, pero eran pequeños detalles.
Faltaban cuatro minutos para que pasará media hora desde que Ranpo contestó su llamada. No sé preocupó ni se inmutó a la larga espera, pues sabía que se perdía con facilidad y tenía que esperar al otro chico con una adorable mascota.
Mientras centraba su atención en el tele prendido, intentando no caer dormida, la puerta fue tocada, con el código que ya IA ensañado a todos los miembros de la agencia y mafia, así ella podía saber si se trataban de ellos o no. Y casa uno tenía su propio código, también uno que identificaba si era de la mafia o agencia, petición de Chuuya y ensamblado por Osamu, todo para su protección.
Dos golpes continuos con el puño, uno con la mano, tres segundos de silencio y un corto silbido. Decía: Ranpo Edogawa, agencia armada de detectives. O eso fue lo que Aya dijo que significaba.
Abrió la puerta dejando ver a ambos chicos, el menor en pijamas y el más grande con su ropa habitual, además de notar mucho más pálido al último. Posiblemente no había dormido en toda la noche.
-Me sorprende que, aunque tenga un muy mal sentido para guiarse sepa perfectamente los lugares.
-Obviamente, soy el mejor detective por algo. ¡Ahora volvamos! tengo demasiado sueño.
Aya se aseguró de cerrar todo, mantener el apartamento en perfecto estado con sus respectivas alarmas y trampas.
Se aseguró lado por lado, cuando estuvo segura de no haber dejado ninguna desactivada, dejo una pequeña nota en la mesa en la sala de estar. Agarro sus cosas y se puso a seguir a ambos castaños.
Al cabo de unos minutos llegaron al departamento del más pequeño.
-Fue un gusto, Ranpo y Aya-chan.
Dijo Poe. A medidas que avanzaban sus días el castaño iba agarrando más confianza, llegó a ver incluso a la pequeña como una hermana o hija—cuando esa palabra paso por su mente al ver a Ranpo pelear con Aya por una paleta, se avergonzó demasiado—.
Y sentía que tenía que consentirla de todas maneras. Sea comprando doble queque para ella y Ranpo, hasta levantarse a las cuatro de la mañana para ir con Ranpo hasta su apartamento.
Estuvo por dar media vuelta, cuando ambas manos agarraron su largo abrigo.
-Quedate.- Demandó Ranpo, abriendo los ojos para mostrar sus hermosas orbes esmeraldas.
-Por favor.- Está vez la cabellera rojiza habló, también demandando que se quedará.
¿Cómo decir que no a esas caras?
Por supuesto, los tres pasaron en la habitación de Ranpo. Por abrazando por la cintura al castaño, y esté abrazando a Aya cual peluche.
Ya era la hora suficiente para levantarse. El primero en abrir sus ojos fue Poe, despertando algo asustado, pero al ver a Ranpo dormir tranquilamente a su lado, una suave sonrisa apareció en su cara.
El tiempo se encargó de despertar a los demás, mientras Poe hacia el desayuno y preparaba el uniforme de la pequeña —todos los miembros, sean agentes o mafiosos tenían al menos un uniforme en sus casa—.
Poe se prometió llevar a la pequeña a clases mientras él iba directo a su casa.
El día salió relativamente bien, al menos para la pequeña.
⊰⊹
Estaba metido en un lío. Una organización se atrevió a robar un par de joyas. Al saber que el ejecutivo estaba fuera de trabajo y solo se encargaban personas sin habilidad, atacaron el barco en pleno mar, sin nadie al rededor.
Gracias a la mano derecha de Chuuya la situación llegó a oídos de Kouyou, que se encargó de todo.
Ningún subordinado había muerto, pero las joyas y la nave se encontraban perdidas.
Un horrible dolor de cabeza apareció mientras le contaban el problema resiente que había sucedido. Era su momento de encargarse, pero ponerse a navegar en busca de esa organización y posiblemente terminar por el lado de Europa iba a durar mucho más de lo que él quisiera.
Una mañana abrumadora, ni tiempo en pensar en su pequeña pudo, mucho menos en alguna otra cosa.
Un usuario de habilidad especializado en las computadoras se había unido al trabajo recientemente, y Chuuya esperaba por todos los dioses que él le ayudará a localizar a esos tipos.
Y así fue, al parecer terminaron casi saliendo de Yokohama por completo. Sería un viaje de unas horas, probablemente.
⊰⊹
Eran las cinco de la tarde y nadie había venido por ella. Su padre menor —en tamaño—, no había dado señales de vida desde las cuatro de la mañana, y su padre mayor, al parecer ni siquiera había llegado al trabajo en la mañana.
Estaba sola con el guarda, esperando. Con la mirada fija al suelo.
Y una figura apareció; era Dazai. Estaba agotado, sus cabellos pegados en su frente por el sudor que probablemente le ocurrió correr.
Aya salió corriendo a abrazarlo, sin importarle lo sudado que este estaba.
-¡Vas a tener que comprarme algo por hacerme esperar una hora acá!- Gritó ella, mientras Dazai paso de largo del guarda.
Ambos empezaron a charlar, mayormente la pequeña contándole su día en la escuela, Dazai solo hacia comentarios, luego recibía un puñetazo—suave— en su abdomen, cabeza (Dios sabe cómo llego ahí) y brazo derecho.
La manera fácil de molestar a la pequeña y su manera de reaccionar le recordaba demasiado a Chuuya, pero también tenía cosas de suyas.
Como analizar todo su entorno, ser dramática y lo que más se notaba era: su humor.
Una mezcla de dos personalidades que no encajaban para nada, y eso hacia única a su hija.
El paradero fue la agencia, en donde apenas pusieron un pie, tenían a Kunikida regañando a Dazai por no presentarse al trabajo hoy.
-¿Papá no llego hoy? primero la desaparición de Chuuya y ahora esto. Aunque me lo esperaba es extraño. ¿Qué esconden ustedes dos?
Dazai la miró.
-¿Desaparición de Chuuya?
Aya explicó la repentina llamada y que se tuvo que retirar en la madrugada. Dazai estuvo atento a toda palabra, y aunque tenía que irse ya para arreglar cuentas con unos idiotas que lo mantuvieron ocupado todo el día, un sentimiento se posó en su pecho; uno de preocupación.
Solo tuvo que haber sido algo realmente preocupante si el propio ejecutivo tenía que ir en persona, y más en sus días libres.
Quiso ir a la mafia a pedir explicaciones, pero realmente no podía estar ahí.
Le dió un beso en la mejilla a la pequeña, y le susurró algo.
Cuando se dieron cuenta, el castaño había salido por la puerta sin dejar algún rastro.
El cielo naranja se empezó a teñir de un azul oscuro, casi llegando a negro. Las estrellas y la luna se hicieron pasó, dejando en claro que la noche había caído más rápido que lo que la pequeña pensó.
Dazai había llegado hace diez minutos, sin decirle nada a nadie agarro a su hija y fue directo a la casa de su pareja.
Aya en todo el camino no se quedó callada, hacia muchos comentarios al respecto de su desaparición, aveces solamente llegaba el golpe y también decía comentarios poco agradables si cierto pelirrojo la escuchará.
Llegaron a casa, y cuando la puerta fue abierta, el frío de la casa llegó a sus narices, pasando hasta sus pulmones. Dejando en claro que nadie había pisado ese lugar en bastantes horas.
Aya fue directo a acostarse en el sillón, esperando a que Osamu hiciera de comer. Llegó con unos tazones llenos de cereal y leche.
-Sé me olvidó que no sabes cocinar.- Pronunció con dificultad comiendo.
-Kunikida te viera hablar comiendo te regaña por no seguir sus órdenes.
-Si bueno.- Tragó.- Kunikida es un viejo con reglas para todo, no las puedo seguir.
-¿Viejo?
La habitación se llenó de risas por medio de los dos, haciendo que el frío ambiente cambiará a uno cálido.
La charla siguió entre ambos, mayormente de Dazai contando cosas sobre el paso o inventadas, sabiendo que la pequeña se creería todo.
El reloj había marcado las un de la madrugada. La niña había caído rendida en una que se fue por agua, él siguió despierto viendo televisión, realmente sin prestarle atención; esperando desesperadamente a alguien.
Por fin la puerta fue abierta a las dos de la mañana, dejando ver a Chuuya.
Lucia horrible—realmente no, Chuuya siempre sería hermoso a los ojos del castaño—.
Toda su ropa estaba con manchas de sangre, sus ojos estaban cansados y su suave y perezoso andar decía que él también estaba cansado.
La habitación ahora paso a llenarse a un olor desagradable por toda la sangre en el pelirrojo.
-¿Aniquilación de una organización?
-Peor, de dos.- Dazai asintió y espero a Chuuya pacientemente en el sillón.
Luego de una larga y merecida ducha, camino a la sala, notando como ambos estaban profundamente dormidos. Aya abrazaba a Dazai, y este se mantenía quieto, casi sin respirar.
Chuuya sonrió enternecido por la escena, y con cuidado, tomó una foto. Foto que sería su fondo de pantalla desde ahora.
Al final, la mafia había vencido a dos organizaciones. Ambas estaban trabajando juntas y pronto se irían a otro continente, a LATAM al parecer. Pero el equipo de Chuuya llegó antes de que ellos pudieran si quiera partir, haciendo que les tomarán por sorpresa y tuvieran una gran desventaja.
Unos muertos y varios heridos por parte de la mafia, cosa que hizo que Chuuya se encargará de asesinar a la mayoría de personas.
Sus manos, aunque tuvieran guantes, nuevamente estaban manchadas de rojo, y el no podía hacer nada para quitarse esa horrible sensación. Pensó en Aya, en qué creciera con un padre con un largo historial de crímenes y asesinatos, luego pensó en Dazai; notando como por ambos lados Aya crecería con padres criminales, sin poder vivir una vida normal, porque, tarde o temprano ella tendría que mancharse de rojo, aunque Chuuya diera su vida por ella; en algún momento lo haría, y Nakahara esperaba que fuera en un futuro muy lejano, en donde tuviera la mentalidad suficiente para que no creciera cómo trauma.
Asesinar era horrible, y no quería que su hija lo viviera, todo por su culpa.
Ella merecía a unos padres mejores, alguien que no tuviera un largo historial criminal, y que no fuera considerado como el demonio prodigio, o simplemente el doble negro, dúo que podría eliminar por completo a una organización en tan solo unas horas, e incluso minutos.
Apretó los puños. Dando la orden de retirarse al asegurarse que todos los cadáveres fueran limpiados.
Dos horas les tomo deshacerse de ambas organizaciones, y seis horas de viaje, en jet y autos.
Y
llegar a la mafia a dar un reporte y ver cómo volvía a surgir el transporte de joyas, le llevo todo el día y noche. Estaba tan malditamente agotado.
⊰⊹
(Salto tremendo de una semana porque ya me da pereza narrar y nunca terminaré esto.)
Hoy era la fiesta de halloween organizada por el jefe de la Port Mafia. Organización muy termina en todo Japón, e incluso en otros continentes.
¿Quién pensaría que el jefe de esa poderosa organización haría una fiesta para complacer a una pequeña?
Tanto agencia como mafia estaban en los extremos del amplió salón, todos con trajes.
Aya se paró en medio de ambas organizaciones. Con un sonido de garganta demandó la atención a su persona.
La pequeña estaba disfrazada con un curioso disfraz. La mayoría la miro curiosos, esperando una respuesta del por qué.
Estaba vestida como Dazai Osamu en su tiempo en la mafia, y esas vendas se veían incómodas.
-Lo sé. El traje de papá me queda estupendo, pero tranquilos, pronto me pondré otro porque..¡odio estás vendas! son demasiados molestas.
Dazai rió como respuesta.
Al principio se negó a qué se vistiera como él, pero luego estuvo de acuerdo, llegando al acuerdo de que luego se cambiaría con un disfraz que él escogió especialmente para Aya.
Chuuya casi se desmaya al saberlo. No quería que su pequeña quedará con las manos en la mafia ¿y ella se quería vestir como uno de los mejores ejecutivos que alguna vez hubo? no,no,no. Claro que no.
Pero al final aceptó.
El dúo por su parte estaba vestido de una manera casual, algo que fue petición de su hija. Ella de verdad tenía una malvada influencia en sus vidas.
Nakahara cómo detective, y Osamu como ladrón, pero no como si perteneciera a la mafia, era un traje muy diferente.
La fiesta inició con las más dulces palabras de Aya.
-¡A darle todos, estúpidos!- Chuuya casi se va para atrás al escuchar el vocabulario de su hija, y por suerte solo unos pocos de la habitación sabían que dijo. Pues pronunció esas palabras en un perfecto francés.
Chuuya dejaría de decir groserías. —no lo hizo—
La noche pasó, varios no se querían despegar de la barra de comida que era llenada cada cierto tiempo. Otros bailaban en la pista, y algunos no se despegaban de la barra para tomar licor.
30 de octubre, ni siquiera era Halloween.
Pero realmente lo disfrutaron.
Luego de unos minutos Aya se fue a cambiar, a su lado la siguió Chuuya y Dazai, al parecer la familia había llegado a un trato para cambiar su disfraz.
Cada uno salió de los baños, vestidos como la historia de Caperucita roja. Aya era la niña, Chuuya el lobo y Dazai la anciana.
Atsuhi, pasado de copas y recostado con Akutagawa, se echó a carcajadas cuando los vio nuevamente.
Tachihara, Akutagawa (tomado), Higuchi, Yosano y Mori empezaron a reír acompañando a Atsuhi.
Los demás sonrieron al ver el detalle de ambos padres a su pequeña.
Lo que nadie sabía, es que Aya amenazó a ambos para que hicieran juego con la ropa que Dazai escogió.
La noche pasó animada gracias a la pequeña, que venía e iba con todos los presentes para hacer que aceptarán cantar o bailar.
Así, mafiosos y agentes terminaron metidos en las locuras de la pequeña, que se había ganado rápidamente el corazón de ambas organizaciones. Dando su vida por ella sí fuera necesario, porque Aya era la luz que necesitaban, mayormente el dúo doble negro.
Nadie sabe cómo, pero terminaron la noche con Chuuya bailando diferentes canciones. Todos aplaudían y algunos le tiraban dinero, Dazai por supuesto le tiró hasta parte de su ropa, gracias a los efectos del alcohol, se ganó un baile para él. Ambos se olvidaron que todos los estaban viendo.
Por supuesto, taparon los ojos de Aya en todo el baile.
A la mañana siguiente, 31 de octubre, por fin era Halloween, pero ninguno tenía intenciones de moverse en donde estaban, así sea que el mundo estaba por explotar y ellos podían evitarlo.
Estaban cansados y la mayoría tenía una resaca horrible, mayormente Chuuya, que despertó abajo de una silla encima del castaño.
Aya despertó en un colchón inflable que trajeron unos subordinados especialmente para ella.
El favoritismo era notorio.
Todos, a medio día apenas se estaban yendo a sus respectivos trabajos.
El día fue un infierno para todos. Pero por fin la noche había caído nuevamente y era momento de ir a pedir dulces.
Está vez Chuuya se disfrazó de vampiro.
Dazai de momia, cosa que ambos pelirrojos se rieron de él por una hora entera.
Y Aya de Mérida, según ella era perfecta, pues no se dejó ir por un hombre y era valiente y fuerte.
Fueron de casa en casa pidiendo dulces, compartiendo miembros en familia y unas competencias por ver quién ganaba para conseguir más dulces.
Aya ganó.
Volvieron al hogar del mafioso, listos para volver a dormir y esperar a que la noche durará un poco más esta vez, pues la resaca aún seguía en todos.
El primer Halloween con sus padres no fue nada mal, en realidad lo había disfrutado, y estaba segura que ese dulce recuerdo nunca se iría de su mente.
Fue lindo, y lo agradecía.
✿
Que no se note que me dió una increíble pereza terminar la segunda parte, eh.
Así es gente. La verdad es que no la pude publicar cuando era, hasta ahorita te tengo toda la noche disponible me indignó a volver por acá con este especial, que realmente salió horrible porque me cargaba una pereza para narrar lo que mi mente me decís ksjdjsjf
UNA DISCULPA!!
Nos vemos luego💓
(La foto del inicio es como estaban Chuu y Dazai vestidos. Créditos a su respectivo autor)
~terminado: 16/11/22~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top