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∘˚˳° Capitulo 3: Recuerdos dolorosos. °˳˚∘
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Es realmente tonto que venga de dos hombres, además de que es prácticamente imposible.
Tengo unos cuantos recuerdos del orfanato, la mayoría son cuando jugaba y me lastimaban los demás niños, aveces eran crueles, pero por muchos años creí que así era tener amigos: ellos te lastimaban y se reían de tí, para luego ir por tí y jugar como si nada, solo porque los demás no se querían juntar con ellos y tener a una nueva víctima era divertido.
Fui engañada hasta que una amable chica los encontró y me hizo abrir los ojos, luego de ello empecé a evitar a todos en el orfanato hasta quedarme totalmente sola. Una noche mientras abrazaba a mi peluche mire al cielo, pude ver múltiples estrellas y luces iluminar la cuidad y el cielo, era realmente hermoso, pero me traía curiosidad el como sería ser "normal".
Los niños que me molestaban me decían que era de todo menos normal, que mis padre me habían abandonado aquí porque era fea y mala, que no me querían, me metí esas ideas en la mente por años, creyendo que no era normal, que la palabra "normal" es cuando un niño tiene una familia y ellos lo quieren, no como me pasó a mí, que fuí abandonada y lo único que me quedaba era un tonto pez de peluche junto con una carta, ni siquiera recuerdos, no tenía nada.
En medio de la noche empecé a llorar y una señora de la limpieza entro a la habitación,
estaba realmente preocupada por los ruidos que salían de mi cuarto.
"¿Qué sucede, querida?" Me dijo abrazándome. Ella y todos los otros miembros en el orfanato sabían sobre que me molestaban, algunos decían que eran juegos y otras simplemente nunca les importó.
"¿Es por el bullying que recibiste?" Volvió a preguntar a los segundos de estar callada. Y realmente no, la única manera en que me afecto eso fue creer que era un fenómeno, y que esa era la verdadera forma de conseguir amigos, después de ahí esos idiotas no me afectaron en nada más, incluso una vez me metí en una pelea sin querer con ellos, y termine ganando, pero también me llevaron con el director del orfanato, casi me meto en graves problemas, pero nada que la manipulación y hacerse la víctima no funcione.
"No es por eso..." Respondí algo suave, no quería que mi voz saliera quebrada en ese momento.
"¿Sabes? He conocido niños que lloran por su verdadera familia, así qué..¿puedo preguntar?", Asentí la cabeza sabiendo lo que vendría con esa pregunta. "¿Es por tus padres?" Mi rostro bajo y derrame más lágrimas, odiaba llorar y más enfrente de alguien.
"¿En verdad no me querían..?" Aún con la voz temblorosa logre hacer una frase.
"Estoy segura que ellos te aman, cariño.."
La habitación había quedado en silencio, uno en donde solo lograba escuchar los ruidos de la noche, los autos que pasaban cerca y mis ruidos.
"Estuve presente la noche en que te dejaron. Y querida Aya, puedo decir que ellos que amaban muchísimo."
No tuve que decir nada para que siguiera contando; de verdad quería saber más sobre ellos.
"Recuerdo haber estado limpiando afuera por una tormenta. Un auto moderno color negro se estacionó muy cerca de donde estaba, dos personas bajaron de aquel auto y siguieron su camino hasta el frente del orfanato con algo en mano. Otra chica había salido para ver cómo iba todo y si necesitaba ayuda, pero cuando vio a las personas fue por una encargada. Solo paso uno de ellos. Camino hasta que pudo ser más visible por la luz, estaba totalmente de negro, solo se podía ver su cabello rojizo caer por su hombro, y apenas fue que lo noté cuando me acerque para tomarte en mis brazos. La otra persona se notaba un poco más alta, y tampoco se le veía nada." Hizo una pequeña pausa para superar de cansancio; ya era algo tarde.
"Cuando te tome en mis brazos aquella persona me dio una nota y luego se fue, pero antes de irse te dio un beso en la frente. Recuerdo que abriste los ojos y al ver cómo se iba empezaste a llorar, noté como se puso tensó al escucharte llorar. Me partió el corazón ver eso.." Volvió a hacer una pausa.
"Cuando estábamos adentro revisando todo lo que nos entrego aquella persona, leí la nota."
"¿y qué decía?" Pregunté interrumpiendola.
"Decía: lamento mucho tener que dejar esta bebé acá. Su nombre es Aya, ponganle el apellido que quieran, igualmente nunca volveremos por ella.
Realmente lamento tener que dejarla aquí en estas fachas y un día como este, y aún peor, dejarla tan pequeña, pero realmente no la puedo tener, peligra mucho si se queda con nosotros y me rompe el corazón tener que dejarla aquí. Espero que le den una buena infancia y vida, siempre estaré apoyándola desde las sombras.
Firma: ***** y *****." La mujer lo había dicho con sumo cuidado, tanto que parecía estar leyendo algún pergamino maldito.
"Recuerdo cada frase que venía escrita ahí, pues realmente me dolió al ver esa escena, y mucho más al notar que la persona que te llevaba en brazos soltó una lágrima al darte."
Aquella señora parecía esperar una respuesta por mí parte, pero en ese momento no podía pronunciar nada, la cabeza me daba vueltas y mi garganta estaba seca y rasposa.
"Así que estoy segura que de ellos te aman, y quieren volver a reunirse con su adorable hijita...,ya es algo tarde, ¿quieres ir por algo de comer?" Me sorprendió de la manera en que cambió el tema tan fácil, pero acepte pensando que olvidaría el asunto de la familia pronto, aunque me equivoque; sigo pensando en ello años después.
Aunque mis pensamientos nunca terminaron."
⊰⊹
Atsushi y Aya habían terminado en un parque dando con una cafetería famosa. Habían leído múltiples veces las dos pistas, estas estaban muy bien descritas, aunque al mismo tiempo parecía algo sin mucho sentido y resumidas a más no poder.
Una frase peculiar que les llamo la atención fue: "su llave para entrar a su aventura está en la cafetería ****** ***" ambos de acuerdo fueron hacia la cafetería, pero por más que esperaron nunca ocurrió nada, así que fueron al pequeño parque de afuera a compartir información, hablar para conocerse más o solo esperar y leer las pistas.
Todo se veía totalmente normal, hasta que una persona conocida entro a la cafetería.
"¡Tenemos que irnos ya!" Dijo Atsushi en voz alta siendo visto por varias personas que pasaban, solo agachó la mirada apenado por haber gritado.
"¿Eh? Pero las pistas decían que teníamos que venir aquí, ¡cómo vamos a encontrar a mis padres entonces!" Lo último había sido un reclamo, no una pregunta.
"Lo sé, pero el la cafetería entro alguien..y temo que me vea acá." Con una gran sonrisa y listo para irse fue detenido al ver a la pequeña correr en dirección a la cafetería. "¡¿Aya-chan?! ¡espérame!"
<No soy tan ingenua.> Por supuesto que no lo era. Había visto a varias personas entrar, y se sorprendió al ver tantas personas entrar. Había escuchado que la cafetería había sido un éxito en la ciudad y muchos turistas y ciudadanos iban a conversar, comer o simplemente hacer algún trabajo pendiente.
Mientras recordaba lo que leyó una vez vió ponerse tenso al chico a su lado, por reflejó miro hacia la cafetería, noto como dos personas entraban seguido de otras tres; realmente curioso si le preguntaban a ella.
La preocupación de Atsuhi paso a ser de la persona que estaba cerca de él, a ser que si entraban tenían que pedir algo de comer por vergüenza a retirarse después de armar un escándalo; su billetera quedaría vacía más rápido de lo que la llenó.
Y como la suerte no estaba de su lado hoy. Casi se le sale el corazón al ver un carro casi al lado de la pequeña, había quedado a su cargo menos de una hora y ya estaría muerta, ¡Kunikida lo iba a asesinar!
Estaba por activar su habilidad para intentar frenar o llegar antes que el carro, pero sus vieron algo peor que sangre: una tela color negro agarrarla por la cintura y elevarla antes de que la golpeara.
"¿Ni cuidar a una mocosa puedes?" La tela se movió a tal velocidad que fue imposible para Aya reaccionar, solo supo que fue lanzada hacia el piso, pero milagrosamente cayó en los brazos del albino.
"Akutagawa."
"Jinko."
Se miraron uno al otro con los ojos bien abiertos, como si estuvieran jugando y parpadear o quitar la mirada hiciera que perdieran. De pronto la puerta fue abierta dejando ver a una chica.
"¿Akutagawa-sempai? Tenemos que hacer nego...oh. Hombre tigre."
"¿Solo dicen nombres? Entonces...Aya." Pronunció la misma del nombre con un tono inocente intentando quitar la incomodidad que sentía.
"Adelante tú, Higuchi."
"Cómo diga, Akutagawa-sempai. Les avisaré lo que tenemos planeado, luego vendrás a ver si todo lo hemos hablado está bien o no.." Sin estar del todo segura entro nuevamente a la cafetería con una gran sonrisa, dispuesta a estafar a aquellos hombres.
"¿Qué caso te metieron esta vez, que ni siquiera una niña puedes cuidar?" La ironía era fácil de notar en su voz.
"Es un caso más difícil a cuidarla...estoy buscando a sus padres."
"¿No tienen a alguien súper inteligente para eso? Además de Dazai-san, claro." Movió su mano hasta su boca para taparla y hacer que el nombre fuera menos audible, acción que le pareció curiosa a la niña.
"Así es..pero está con problemas amorosos y me ha encargado el caso a mí y a Dazai-san, solo que no lo encuentro."
"Se me hace una idea de dónde puede estar..¿quieres ir?"
Nuevamente Aya noto lo tenso que estaba Atsushi. ¿Por qué se ponía así por el pelinegro? Primero quería desaparecer de su vista y ahora estaban hablando lo mas normal.
"N-o creo que pueda, Aya no ha comido nada y ne-necesitamos quedarnos acá.." De repente el nerviosismo en el albino era más que evidente, cosa que llevo a Aya a pensar en múltiples cosas que podrían haber pasado con ese par.
1- Antes eran pareja, pero terminaron y quedaron como amigos pero nunca se fue el amor y química.
2- Muy buenos amigos que terminaron la amistad por algo.
3- Eran hermanos, sin parecido alguno y seguro Atsushi lo odiaba, por eso lo evitaba.
4- Atsushi sabía el mayor secreto del pelinegro y era incómodo para él.
5- Atsushi estaba enamorado del otro, pero este no.
6- Era su superior y le tenía miedo.
7- No eran para nada cercanos y constantemente el pelinegro amenazaba al albino haciendo que este le tuviera miedo y de pronto se empezó a comportar más cariñoso con él, haciendo que se enamorara poco a poco y tuviera miedo a mostrarse más débil de lo normal por su enamoramiento que seguramente no era correspondido.
La siete y cuatro eran bastante parecidas...pero seguramente sería la dos o la primera.
"Podrían pasar y comer algo, siguen en el local y así comen. Te puedo dar la ubicación de Dazai-san mientras."
"No, no. Afuera estamos mejor y ya veremos que comer cuando lleguemos a la agencia.." una sonrisa demasiado amable estaba en su rostro.
"¿Sin dinero o poco dinero otra vez? No sé cuánto ganan los de la agencia, ¿Pero como hacen para vivir? Estoy pensando en darte la mitad de mi salario..." Sus palabras sonaron demasiado amables, ¿o solo fue imaginación de Atsushi?
"¡No! Es más, ya nos vamos. ¿Verdad Aya?" Volteo a verla con una sonrisa mas que fingida.
"No. En realidad nunca he venido aquí, ¿Podríamos pasar? Por favor..."
Un largo suspiro se escapó de su boca; era débil.
"Entonces si entraremos..ja..ja."
Entrando noto como habían puras personas con trajes, normalmente había escuchado que iban turistas o estudiantes, no empresarios.
Akutagawa los siguió hasta una mesa cercana de donde estaba la chica de antes hablando dos personas, al parecer altamente importantes y de gran poder. A su lado había una especie de guarda, traje negro y unas cuantas armas que fácilmente no se lograban ver.
"Necesito encargarme de algo, Jinko. dame unos minutos y vuelvo a darte la ubicación."
Una vez los habían dejado solos Atsushi respiro profundo, y su cara se puso roja.
"¿Otro amor adolescente?" Dijo nuevamente la niña mirando las diferentes comidas en el menú que les entrego un camarero tan rápido como se sentaron.
"¿Se nota..?"
"¡¿Sí era eso?! ¡Lo decía bromeando!" Empezó a reír con tanta fuerza que todos la miraron.
"¡Olvídalo entonces! Es solo que Akutagawa se comporta diferente y.."
"Estas enamorado, es lo único que escucho y veo." Con una gran sonrisa le dio un codazo suave.
<Agarro confianza de pronto.> Sonrío para luego ver al mesero y decirle lo que iban a comer y tomar. Claramente que no fuera tan caro.
A una mesas noto como Akutagawa detuvo al mesero con su habilidad y me dijo unas cuantas palabras, este asintió y se fue corriendo a la cocina. ¿Lo había amenazado?
"Bien Aya, esto será mucho más fácil. Cuando vayamos y encontremos a Dazai-san nos dirá cómo encontrar a tus padres, será realmente sencillo."
"¡¿En verdad?!..espero que sea real y no como ese falso detective que solo nos envío acá para que te vieras con el amor de tú vida." Cruzándose de brazos habló, y por el tono de voz que utilizo estaba fingiendo estar indignada.
"Dazai-san es muy inteligente, Aya-chan, en cuanto lea las pistas que nos dió Ranpo-san seguro lo resuelve, o al menos la mitad del caso. Será realmente sencillo."
"Más vale que ese Dazai sea así de genial, si no le daré un puñetazo, solo por decepcionarme al ver que no es tan genial. Tú le explicas porque una niña de 8 años le ha pegado."
"¿¡Tienes 8 años!?" ¿Cómo iba a tener 8 años aquella niña que se mostró incluso más inteligente que él?
"Pues sí, ¿cuánto creías que tenía?" Con una expresión vaga preguntó.
"Unos..14 tal vez."
"¿¡Catorce años!? ¡tener catorce años y medir 1.52 centímetros! Me niego quedarme tan enana." En el fondo de su mente tenía esperanza a que sus padres fueran altos, así ella crecería un montón.
"Es que pareces incluso más inteligente que yo, por eso creí que eras mayor." La expresión de Atsuhi había cambiado drásticamente a una nerviosa, haciendo que sus ojos se posaran en cualquier otra cosa que no fuera la niña con un notorio enfado.
"¡Por supuesto que soy inteligente! También soy experta en el karate, para que veas que no soy cualquier niña." Atsuhi agradecía a todos los dioses. Aya había cambiado su expresión de enfado a una de satisfacción y orgullo.
"Realmente eres muy capaz Aya.."
El mesero había vuelto con sus platillos y bebidas; disculpándose hasta cinco veces por durar tanto e irse corriendo sin decir nada más.
"¿Ese qué? Parece que fue amenazado o algo..¡pastel! Había pedido otra cosa, pero realmente comer pastel está mejor. ¡muchas gracias Atsuhi-kun~!"
Había visto el precio de ese pastel, y seguramente no le alcanzaría para pagar todo, además de que él pidió agua, no un batido.
<No podré llevar a Kyouka-chan al cine..> Su ánimo callo, pero al ver la felicidad con la que comía la niña decidió dejar ese tema para luego; por mientras comería y luego se encargarían del caso, no había que desperdiciar comida.
Casi habían terminado de comer y beber todo, cuando de pronto todas las personas con traje negro se pararon y se retiraron del local, todos siguiendo los pasos que había dejado el primero, sin ninguna expresión y todos armados..¿armados?
"¿Por qué están armados?" Había dicho en voz baja viendo a Atsuhi, esperando que tuviera la respuesta de su nueva duda, pero este nego con la cabeza; ni siquiera él la sabía.
Su mente trabajo más rápido al ver cómo las últimas personas se quedaron cerca de aquellos hombres y mujeres; uno de ellos el pelinegro.
Encontró la posibilidad de que todos eran guarda espaldas de esos tipos, ¿pero por qué tantos para dos personas?, además de que había un tipo que en todo momento estuvo con ellos.
"¿Serán guarda espaldas? Aunque no le veo la necesidad de tener tantos para dos personas.."
Pensó que Atsuhi le contestaría algo, pero solo pegó un chillido, volteo la mirada y ahora ella también había gritado. El pelinegro estaba a su lado sin ninguno darse cuenta.
"El negocio fue largo, disculpen por tardar." ¿Los oídos de Atsuhi estaban bien? Porque escucho a Akutagawa disculparse..
"¿Todos eran guarda espaldas suyos?" Aya, quien había hablado recibió una mirada fría por el pelinegro, la tomo por un "no hables." Pero claro que ella no le haría caso a ese emo sin cejas.
"Dazai-san tiene varios lugares para estar, mayormente es en el cementerio y en los ríos, incluso en árboles. Cuando estaba en la mafia tenía unos lugares específicos; Chuuya-san me los había dicho y siempre que queríamos encontrarlo, íbamos y ahí estaba." Con la breve introducción procedió a sacar un papel de su gabardina; estaba demasiado arrugado. "Hace unos meses escribí los lugares por si se me llegaban a olvidar. Vayan a ellos y busquen bien."
"¿Mafia? Escuché la palabra mafia, ¿ese Dazai es un criminal?" Otra vez había recibido una mirada fría por el pelinegro, y se estaba enfadando.
"No te interesa lo que fue el pasado de Dazai-san, mejor larguense de mí vista." Ahí estaba el Akutagawa que Atsuhi conocía.
"Muchas gracias, Akutagawa.."
"Cómo sea, Jinko."
Preparado para irse fue tomado de su abrigo por una mano pequeña y jalado hacia el asiento.
"¡No me gusta que me ignoren emo sin cejas!" Otra expresión fría, pero está se veía diferente, solo que Aya no le prestó atención a la habilidad que empezaba a salir de su abrigo. "Haz sido cero amable con una niña pequeña como yo, así que ahora te toca venir con nosotros y buscar a ese criminal Dazai." Convencida de que el mafioso le haría caso lo soltó y le miro desafiante.
"¿Según quien? Podría matarte ahora mismo y nunca conocer a tus padres, mocosa."
"No lo harás. Y es lo menos que puedes hacer por tratarme mal desde que me viste, al menos bajarme con calma pudiste haber hecho, no tirarme como una bolsa de basura."
"No estoy de ánimos para pelear con una mocosa. Jinko, encárgate de ella y que me deje en paz." El enfado era más que notorio en su cara, aún sin cejas sus ojos y toda su cara mostraba una cosa; enfado, demasiado enfado.
"Atsuhi, encárgate de ese emo para que vaya con nosotros. Es lo menos que puede hacer al tratar tan mal a una niña.."
"¿A-akutagawa..?" Por fin habló.
"No."
Tragó con miedo y miro a la niña cruzada de brazos.
"A-aya-chan..?"
"No." Sería difícil.
⊰⊹
Ni el sabe cómo paso tanto en tan poco tiempo. Primero estaba metido en una guerra de miradas por parte de la niña y el mafioso, luego Aya le tiró una servilleta porque según ella "el emo" la miraba mal (realmente ambos se veían mal), luego Akutagawa saco su habilidad y la agarro, Aya lo pateó y se liberó (ni él o alguien más supo cómo) y terminaron con Akutagawa persiguiendo a Aya por toda la cuidad. Eventualmente ambos se cansaron y Akutagawa casi muere por un ataque de tos, y al estar cerca de una de las ubicaciones Akutagawa acepto algo emocionado por ver si podía ver al castaño.
"Se supone que llegamos." Atsuhi había alzado la vista de su celular para mirar un puente y un río; se hacia una idea.
"Las veces que lo encontramos acá estaba abajo de un árbol. Según Chuuya-san, Dazai-san venía acá a ver el agua por horas, pero nunca se tiraba." Dijo brevemente y con la voz algo cortada y suave por la corrida de hace unos momentos.
"Solo veo un árbol a lo lejos, pero no a Dazai-san.."
"¿Vamos a otro lugar entonces?" Atsuhi bajo la mirada para ver los ojos de la pequeña, y asintió mirando otra vez la hoja en su mano.
"Hay uno cerca de acá, vayamos a ese."
El agente y la pequeña empezaron a caminar sin darse cuenta que el pelinegro fue directo hasta el árbol para ver la corriente del agua.
"A Chuuya-san le traería muchos recuerdos esto..."
Un hermoso día y tres adolescentes, dos de ellos peleando hasta que cayeron al agua, ninguno fue arrastrado por la corriente, y el más pequeño de los tres estaba a la orilla viendo con terror el agua. Muchas risas y enfados hubo ese día.
"¡Emo! Ven que aún no me has convencido para que te largues."
Ni el lo sabía, pero le hizo caso a la pequeña que demandaba su presencia.
。:゚゚:。
¡Terminé! Más de 3mil palabras y aún queda un buen..
Disculpen no poder actualizar el lunes pasado 😿
¡¡Gracias por todo su apoyo!!
~terminado: Lunes 16 de Agosto del 2021.
~re-escrito: Dom 4 sep.~
C les quiere <3
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