🌸10🌸

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∘˚˳° Capitulo 10: el inicio.°˳˚∘
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La noche caía lentamente. El cielo era de un color más oscuro y las tonalidades rojo y naranja ya habían desaparecido.

El frío aire de la noche entraba por una ventana, la única abierta de todo el auto.
Todos permanecían en un silencio bastante incómodo, mayormente para el jóven chico que le tocó hacer de chófer esa noche.

Cuando recibió una llamada del propio ejecutivo Nakahara, casi se cae de la silla.
Habían varias partes en donde tenían diferentes autos para la mafia, con diferentes chóferes para cada uno, desde casos especiales, a casos comunes.

Él era para los comunes, pero ser llamado mientras cenaba con sus compañeros de trabajo por un ejecutivo hace que, casi desease morir.

Ahora se arrepentía de no haberse matado en ese instante.

Con cuidado envío sus ojos al retrovisor, notando a todos. Los adultos estaban serios, uno de ellos tenía una sonrisa mientras veía el paisaje, los demás ni pestañaban. Lo curioso era la pequeña niña que estaba en el medio del ejecutivo y de un hombre alto castaño.

¿Qué hacía una niña ahí?


Era la primera vez que transportaba a un ejecutivo de la mafia, ¡podía morir en cualquier momento!
Normalmente solo transportaba a miembros de rango bajo, nunca había sentido el pelo de llevar a un rango tan alto a una tienda lujosa. Y, como miembro de la mafia sabía que tenía qué estar preparado, quisiera o no, y más con el: "Dios de la gravedad" en los asientos traseros. En ese momento tenía por su vida, ¿qué haría si alguien los atacaba de pronto? no podía morir ahí.

-¿Podrías repetirme tú nombre, por favor?- Su mente volvió en sí, sintiendo un escalofrío subirle por el cuerpo, además de despegar sus manos por un momento del volante, haciendo que por un segundo se fueran a un lado.

-Yukihara.- Respondió. Nakahara Chuuya le había preguntado su nombre y él ni siquiera lo pudo decir completo. Estaba muriendo de vergüenza en ese momento, ¿sería notorio en su rostro?

-Yukihara-san entonces. Te has pasado el destino.

Su cuerpo reaccionó de inmediato, cambiando la señal para aparcar en la calle. Estaba temblando y sus manos sudadas no ayudaban mucho en ese caso.

¿Lo mataría por equivocarse? esperaba que no, realmente necesitaba ese trabajo.

El auto paró. Él respiró, intento hablar, pero solo salían pequeños balbuceos de su boca.

Se veía patético; lo sabía.

Antes de darse cuenta estaba llorando y temblando, rogando por vivir. Él tenía que seguir en la mafia como chófer, fuera el puesto que sea, necesitaba pagarle unos costosos medicamentos a su madre enferma. Si él moría, su madre también, y nunca se lo perdonaría.


En ningún momento, mientras pedía perdón llorando, noto la cara preocupada de quién sería su "asesino".

Chuuya parpadeó. ¿El hombre estaba llorando y casi de rodillas en su asiento pidiendo perdón?

¿Por qué lo mataría en primer lugar?

Aya quería reír. Realmente no era su culpa, solo le dió risa ver a una persona chocando contra un poste por estar en el celular, pero nadie más lo había notado, y en ese momento todo estaba bastante tensó y reírse no ayudaba mucho. Aguantó la risa como pudo concentrando su atención en las personas caminando, sea volviendo del trabajo, de estudiar o para ir a algún lugar.

Atsuhi tenía una cara de preocupación, casi igual que la de Chuuya. En cambio, Akutagawa y Dazai se mantenían con la misma expresión, ni siquiera un músculo habían movido.

-¡Espera chico! tranquilo, ¿sí? nadie te matará y tu madre seguirá viva.- Dijo alarmado.

El chico paró su llanto, alzando la cabeza para hacer contacto visual con el, posiblemente, mayor.

Sus cejas levemente contraídas, su mirada siendo levemente afilada, pero al mismo tiempo regalada. Unas gotas de sudor pasando por su rostro, y su boca entre abierta por la misma preocupación.
Su piel era blanca, se veía sin ningúna mancha, grano o espinilla, perfectamente lisa y suave. Su cabello naranja, mechones de él cayendo por su rostro y la luz de la cuidad reflejandole.

Sintió sus mejillas calientes. La vergüenza lo lleno rápido, y se volteó para quedar viendo el volante

Chuuya se sorprendió por la reacción exagerada del conductor. Podía sentir una mirada pesada clavada en su espalda y posiblemente en el chófer, pero no tenía ganas de pelear ahora mismo con el castaño.

-Tranquilo, Yukihira-san, no es tu culpa haberte saltado la parada, puedes simplemente devolverte.- Intento sonreír, para tranquilizar al chico que dejó la pose de hace unos segundos atrás.

El chico lo volvió a mirar, sonrió y con un asentimiento de su parte volvió su mirada al camino.

Está vez los llevaría a su destino.
Estaba listo para volver al camino y echar marcha atrás, pero el automóvil no respondía.

Lo intentó tres veces. La gasolina estaba bien, habían revisado el auto está mañana y todo estaba en orden, e incluso lo tenía al día y era un modelo reciente, ¿qué fallaba entonces?

Advirtió a todos que se bajaría un momento. Revisó el auto desde el motor hasta la cajuela: todo en orden. No lo entendía.

Vió salir a todos del auto, el chico extraño albino se acercó a él junto con Akutagawa, ambos para ver qué sucedía.
La pequeña niña se acercó jalando la ropa del ejecutivo, y el castaño veía atrás de ambos totalmente tranquilo.

-¿Algo falla, señor?- Su orgullo salió lastimado, ¿acaso ese extraño albino pensaba que era viejo? según él y sus compañeros de trabajo se veía joven, y realmente lo era; apenas tenía 19 años.

-No. Revise todo lo que podría fallar, pero el auto está en perfecto estado.

-Akutagawa podría levantarlo para revisar por abajo.- Dió la idea. Nunca le pasó por la mente revisar el auto por abajo; así qué, solo asintió como respuesta.


En ningún momento se volteó para mirar a su superior, solo espero pacientemente a que, si quería, levantará el auto para él revisarlo y verificar que todo está en orden.
Se sorprendío al escuchar la voz del mismo chuco diciéndole "por favor", y más al ver cómo su habilidad lo había levantado. Era la primera vez que veía a Akutagawa recibir órdenes que no fueran de algún superior a él. Y a lo que sabía, ese chico ni siquiera estaba en la mafia.

Prendió la linterna del celular, mientras se agachó noto un olor realmente extraño, pero particular.

Realmente olía extrañó.

Pronto supo de qué era ese olor. Para cuándo reaccionó notó una luz salir de un extremo del auto.

El aire anteriormente había llegado a sus fosas nasales con un olor a pólvora y azufre, apenas lo notó cuando la bomba que yacía abajo del auto explotó. Era demasiado tarde para alejarse o avisar algo.

Solo pudo sentir como las llamas lo alcanzaron, y el auto a su vez explotó haciendo todo más fuerte.

Lo peor es qué, quién puso la bomba ahí, había cortado unas cosas del auto y por eso no funcionaba. Lo había hecho con precisión, sabiendo que iba a explotar con todos cerca. Lo curioso fue que supiera que, no iban a llegar al destino tan rápido.


Sintió el calor quemar su piel, le ardía demasiado. Pronto todo su cuerpo se vió envuelto en llamas, todas quemando su piel, ni siquiera había gritado; solo cerró sus ojos teniendo el recuerdo de su madre de esa mañana.

La había ido a ver, diciéndole que tenía un nuevo trabajo y con eso podría sacarlos a ambos de cualquier peligro, que pronto ambos estarían bien, sobretodo ella.

El último recuerdo que pasó por su mente antes de perder la vida fue la sonrisa cálida de su preciada madre, que ahora moriría gracias a la enfermedad que padecía.


⊰⁠⊹

Por primera vez se sintió asustado. Notó como Akutagawa elevaba el auto sin ningún esfuerzo, y su mente lo analizó tan rápido, que ya había agarrado a Chuuya.

Ni siquiera él se dió cuenta de sus movimientos, y mucho menos alguien más.

Su mano tocó a Chuuya por la espalda, el dedo anular pasó por la tela fina de su traje, Chuuya se tensó, pero captó el mensaje.

Dazai con el mismo dedo lo empujó hacia adelante, justamente en donde se encontraba la pequeña viendo la supuesta reparación del auto.

Cuando dejo de tocar a su anterior compañero, una luz se hizo presente en su cuerpo, y al mismo tiempo una luz salió del coche.

A su vez, Akutagawa movió su habilidad produciendo que el auto le cayera encima al hombre, para luego explotar volviendo las llamas las potentes y rápidas. Se intentaba proteger, pero al ser el segundo más cerca, las llamas lo alcanzaron tan pronto que ni siquiera pudo cubrirse algo.

Empezaron a quemar su traje, al igual que su delicada piel, y su habilidad se movió para alejar al albino de ahí, siendo él el tercero más cercano; al menos ayudaría al chico a tener menos daños, él ya no podía salvarse.

Pronto empezó a perder conciencia, teniendo como último recuerdo el hecho de que nunca había podido enorgullecer a su mentor.


Atsuhi logró recibir menos impactó. Gracias a Akutagawa y su habilidad se fue hacia atrás, pedazos de cemento le cayeron encima, incluso sintió una parte de su cuerpo quemarse por las llamas.

Sabía que estaba bien gracias a su regeneración, pero aún así no pudo preocuparse por todos los demás. Había quedado aplastado, con parte de sus piernas quemas y aplastadas, el dolor era horrible pero algo le impedía gritar.

Al castaño, al estar muchísimo más lejos apenas le llegó parte de la explosión, su brazo fue el más afectado, pues se movió para darle una señal a Chuuya, y gracias a eso pudo ver parte de su piel quemada. Y lo que era peor: algo le cayó en el pie, sintió dolor, algo parecido a cuando se rompía al pie, pero tampoco gritó, y mucho menos al saber lo que vendría luego.


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Chuuya sintió una mano pasarle por la espalda, rápidamente se tensó un poco, pero al ver cómo le daba un toque y lo empujaba; sabía lo que significaba aquella acción.

Aunque pasarán años, él siempre recordaría todos los planes y lo que significaba cada cosa. No importa si el universo los separaba, él siempre lo recordaría, como si hubiera sido ayer que Dazai le explicaba todo pasó por pasó, con fastidio y una expresión de cansancio, y él en vez de reclamar porque lo trataba como niño de cinco años, le ponía cuidado y lo apuntaba en una libreta para estudiarlo hasta prenderse cada movimiento.

Y esa acción significaba una cosa: "Estamos bajo ataque, cubrete".

No había visto nada fuera de lo común en todo el viaje, y lo seguía sin ver. Como ejecutivo de la mafia, siempre estaba alerta, incluso como Rey de las Ovejas. En todo momento estaba alerta, analizando lo mejor que su mente le dejaba.

Pero no había nada extraño esa noche. Pero confiaba su compañero y sabía que si le hizo esa acción sin ningún tipo de comentario de por medio, era por algo.

Se sorprendío al ver que lo lanzaba directo a su pequeña.
Tan pronto como sintió cero tacto por parte de Dazai, activó su habilidad, y notó la luz saliendo del coche.

"Una bomba". Pasó por su mente.

Abrazo a Aya, activando su habilidad, en el momento el calor se hizo más fuerte.
Su habilidad era realmente buena en todos los casos, podía parar balas, cuchillos e incluso golpes, y las explosiones no se quedaban fuera; al poder manipular la gravedad, aumento su densidad, transmientolo hasta la pequeña que mantenía abrazada con todas sus fuerzas, así ambos podían resistir las llamas que en ese momento los recubría.


Se arrepintió de no reaccionar antes al notas cómo Akutagawa había recibido gran parte de los daños, Atsuhi siendo el tercero, y mayormente por el pobre conductor que le rogaba por su vida hace unos minutos atrás. Al final de nada le sirvió, sí o sí tuvo que morir.

Sintió pena por Dazai, porque aunque hubiera sido más rápido, nunca lo hubiera podido salvar con su habilidad.

Varios pedazos de cemento volaron directamente hacia ellos, y gracias a la gravedad nada los logro tocar.

Estaban asalvo, y Aya no dejaba de temblar. No podía ver su rostro, pero sabía que tenía los ojos en grande con lágrimas recorriendo sus mejillas por miedo.

Miedo a morir.

Eso era.

O eso creía. Porque él no le tenía miedo a la muerte en sí, solo tenía miedo a dejar atrás a sus seres queridos: Kouyou, Dazai y nuevamente su hija, Aya.

Algunos autos que pasaban también salieron volando por el impacto. Las personas empezaron a correr, y otras no podían por tener escombros encima, impidiendo su salvación, nadie se detenía a ayudarlos, esas personas estaban destinadas a morir ahí.


Las llamas pararon, dejando solo las calles y vehículos destrozados. Le sorprendió que no hubiera sido más fuerte por los vehículos que llego a agarrar al parecer, los vehículos estaban algo alejados y solo fueron aplastados por el concreto o derretidos.


-¡Chicos!- Gritó. El enemigo sabía que estaban ahí y contaban con su habilidad, sabían que seguía con vida, así que le daba igual guardar silencio.

-¡Chuuya-san!- Oyó la voz del actual subordinado de Dazai: Atsuhi.

No estaba tan lejos como lo pensaba, pero se encontraba atrapado, tal y como varias personas de ahí.

-¿Estás bien, pequeño?

-¡Aya-chan, estás bien! gracias por protegerla...

-¡Claro que estoy bien, soy la justicia después de todo..!

Con una patada Chuuya rompió los diferentes escombros en Atsuhi. No pudo ver quemaduras graves, al parecer el tigre le regeneró todo rápido, solo tenía unas manchas de sangre y la ropa algo rasgada en vários lugares.

-¿Puedes moverte?- Asintió.- Bien. Busca a Akutagawa y llévalo a un lugar seguro para que curen sus heridas. No importa lo que pase, tu misión es salvarlo.

Atsuhi tragó saliva. Asintió, sintiendo como se empezaba a marear un poco. Aunque el tigre le haya sanado la mayoría de quemaduras que recibió, el daño o se iba por completo y sentía su pie dañado.

Pero Akutagawa no tenía al tigre y fue él segundo más afectado, ni siquiera se cubrió por salvarlo a él.

Ahora Nakajima Atsuhi se encargaría de salvarlo a él.

Chuuya estuvo alerta en todo momento, vigilando y escuchando con cuidado cada momento.

Los bomberos y policías parecían estar por llegar.

Pero un ataque así por parte del "villano", no tenía sentido.

-A menos que sea un aviso.- Dijo en voz alta, activando su habilidad.

Tenía que encontrar a Dazai y salir de ahí cuánto antes.

La policía no le importaba en ese momento.

Escuchó los gritos de Atsuhi, ni siquiera él había encontrado a Akutagawa.

Aún con la pequeña en brazos, sin decir ni una palabra. Tocaba las piedras, elevandolas, algunas las tiraba por ahí, otras las rompía con sus pies.

Pero no había rastro de él en ningún lado.

Escuchó un grito por parte de Atsuhi, reflejaba el miedo. Akutagawa no estaba bien.

Luego le gritó algo que no pudo comprender, y luego desapareció del lugar.

La policía, bomberos y ambulancias habían llegado. Respiró profundo, no lo reconocerían, gracias a ser un ejecutivo, solo organizaciones poderosas o con buena investigación sabían su rostro.


Lo conocían por "el Dios manipulador de la gravedad", mas nunca por "Nakahara Chuuya".

Le dijo a Aya que ayudará, y empezó a gritar alertando a todos.

-¡Chico..! ¿se encuentra bien usted y la pequeña?

-Sí, ambos estamos bien. ¡Pero mi..- Pareció dudarlo por unos segundos, pero automáticamente lo cambió por un sollozo pequeño, quitando todo rastro de curiosidad sobre él.- ¡Mi mejor amigo, no lo encuentro!

Las autoridades le pidieron información básica, lo estaban por trasladar al hospital. Sabía que se terminaría encontrando a Dazai en el, así que no puso resistencia.

Pero un grito de una chica lo alertó.

Lo habían encontrado abajo de demasiados escombros. Algo extraño, sabiendo que él era el más lejano de todos.

Volteó su cabeza en dirección al grito, pudo notar su cuerpo tirado en el suelo, con los ojos cerrados, rostro realmente sucio y sobre todo; varias quemaduras en su piel y un brazo roto, el mismo que le había avisado de la explosión.

Suspiró y sintió pena por Dazai, posiblemente nuevas cicatrices aparecerían en su cuerpo luego de eso.

⊰⁠⊹

Él y Aya se encontraban esperándolo.

La niña no había pronunciado ninguna palabra desde el momento del accidente de hace unas horas atrás, y se sentía algo culpable por ello.


Se suponía que hablaría con la pequeña, luego se comprarle ropa y llevarla a un lindo restaurante para que cenará increíble.
Pero sin dudas no esperaba estar en un hospital con su hija a un lado con la cabeza gacha.

Se preguntaba qué había sucedido con Akutagawa y Atsuhi.
Se preguntaba cómo estaría Dazai.
Y sobre todo, se preocupaba por lo que le esperaba en un futuro.

Sabía que no sería fácil, pero si fuera necesario daría su vida para proteger a Aya.

Le daba igual lo que los demás piensen. Él decidió establecer una relación de familia con su hija, y eso haría.

-¿Nakahara-san? tengo noticias de Dazai-san.

Un doctor había llegado. Alzó la mirada, y supuso que no era exactamente lo que esperaba oír.

¡Hola nuevamente!

No sé si la escena de la explosión quedó bien, si tienen algo para recomendar para poder mejorar la escena, los estaré leyendo con gusto<3

Actualice porque Scaramouche me salió (luego de 180 tiradas) y me propuse a actualizar todas mis historias si lo conseguía.

Probablemente las actualizaciones sean mucho más recientes porque ya salí a vacaciones y ahora tengo bastante tiempo para escribir.♡
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Aparezco.
Mí yo de ahorita se disculpa por mí yo del pasado, se suponía que el mismo día actualizaría pero me dió bloq y acá ando skfjksjf

Aprovechó hoy que ando cumpliendo años para traerles un cap más 💓 espero pronto sacar el siguiente ksjgkkd

¡Nos vemos pronto!

~terminado: 10/12/22~

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