𝟶𝟹 » 𝑷𝒓𝒆𝒐𝒄𝒖𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏.

—Profesor, Gon está sacando humo por las orejas. —comentó una estudiante.

—¿Otra vez? —Leorio suspiró dejando una de las hojas que revisaba sobre el escritorio.

Apenas pasaron unos veinte minutos y él azabache terminó su explicación. La mayoría de los presentes le observaron sin hacer muchas preguntas al respecto. Más bien se lo esperaba, por vergüenza tener alguna duda era casi algo de objetivo de burla. Sin embargo...

—¡Po-podría explicar de nuevo, por favor! —de manera repentina unos ojos almendrados le observaron con atención por encima del resto. Levantó la mano y su expresión era firme pero tímida. 

—¡Por supuesto! —le sonrió volviendo de nuevo al inicio. Se percató al instante que varios de sus compañeros prestaban atención y parecían entender con mayor facilidad. Esto le hizo alegrarse para volver a ver a Gon que escribía en su cuaderno.

Hizo una pausa para continuar cuando todos terminaran de copiar el ejercicio. En ese instante su mirada se mantuvo en el alumno de cabello oscuro. Estaba al tanto de que sufría de constantes abusos, más de una vez escuchó por parte de los demás profesores que estaban preocupados por su situación. Palm le tenía una atención especial, la última vez que conversaron se notaba decaída al enterarse que entre un grupo en la hora de la salida rodearon a Gon y lo golpearon.

Pudieron haber atrapado a la mayoría de los culpables si no fuera porque huyeron de la escena en el momento que el profesor Phinks daba una caminata por el patio. En uno de los pequeños callejones que estaban a los laterales de la escuela escuchó sonidos que lo preocuparon, al acercarse encontró a varios estudiantes pateando a uno que se encontraba en posición fetal cubriendo su cabeza en modo de defensa.

¡¿Qué creen que hacen?! —su grito de furia los hizo detenerse. Algunos maldijeron al ser descubiertos para correr.

Gracias a sus buenos reflejos atrapó a uno que insinuaba salir pasando rápido por su lado. Lo inmovilizó para dejarlo en el suelo, en ese instante dos estudiantes corrieron aprovechando la distracción.

Cobardes... —susurró para escuchar el gemido del dolor del que se encontraba en el suelo. —Si se te ocurre hacer lo mismo pagarás por lo que hicieron tus amigos. —este asintió. Lo movió con facilidad hacia la pared. 

Se acercó al azabache que no reaccionaba desde que la agresión se detuvo. En cuclillas tocó su hombro.

¿Te puedes mover? —no le extrañaría que no pudiera. Las marcas de zapatos en sus brazos eran evidentes. Tensó la mandíbula.

Sin embargo, los ojos avellana le observaron sin pizca alguna de rencor. Pareciera que lo que acababa de pasar ya lo había olvidado.

Sí. —se sentó en el suelo. Su uniforme estaba completamente sucio. 

Vamos, te llevaré para que te revisen. —se encontraba algo sorprendido por la reacción del chico, tomó del brazo al que estaba sentado.

¿Hará que lo castiguen? —la pregunta hizo que volteara a verlo. Mantenía una de sus manos sosteniendo su brazo derecho.

¿Qué clase de pregunta es esa? —bufó. —Parece que no te das cuenta de lo grave que es.

Empezó a caminar evitando que hablara de nuevo. Le irritaba que tomara lo que sucedía tan a la ligera.

Las miradas curiosas no se hicieron esperar, primero dejó al individuo en la dirección.

Sígueme. —salió de la puerta mientras el joven Freecss esperaba afuera. 

Estuvieron en silencio en todo momento. Para suerte de Gon la enfermería quedaba muy cerca. No soportaba los susurros hacia su persona por demasiado tiempo. El olor a medicinas inundó sus sentidos. 

No fue capaz de escuchar nada de lo que el profesor de educación física le decía a la encargada. A su alrededor las cosas estaban distorsionadas, sin sentido. Parecía una pesadilla que le ocasionaba dolor de cabeza.

Empezó a transpirar y sentir como la ansiedad aumentaba de manera tortuosa en su cuerpo. De nuevo iba a tener a sus compañeros señalándolo diciendo que lo hace a propósito para llamar la atención. Más palabras sin sentido de personas que no les interesaba nada más que juzgarlo.

¿Atención? ¿Era realmente eso?

A nadie le molestaba que hablen de su persona si es por cosas positivas. 

¿Pero qué pasa si es en el caso contrario?

¿Gon? —un roce en sus manos lo hizo salir de su trance. Una joven de cabellos azules le sonreía de manera amable. —Voy a revisar que todo esté bien, ¿de acuerdo? ¿Podrías sentarte?

Asintió ante la petición obedeciendo. Al verla tan concentrada en su oficio le hizo distraerse por un momento.

Puede que no sea lo mejor para comenzar una conversación pero es la segunda vez que te veo en la semana. Empiezo a pensar que te gusta venir.

Neon era la enfermera de la escuela. A pesar de su gran influencia por su buena posición financiera gracias a su padre decidió hacer su vida por su parte dedicándose a la medicina, pareciera que fuera una adivina porque poco tiempo después la empresa de su progenitor decayó. Tal vez su ausencia le afectó tanto que pudo ser la razón de su colapso.

Por otro lado Gon no negaba que estar cerca de ella le brindaba cierta tranquilidad que no encontraba en su entorno. Podía ser que ella no le juzgo en ningún momento, respetaba sus silencios como cuando decidía hablarle. Esa aura maternal era atrayente en el buen sentido.

Después de tratar los raspones en su piel se sentó en una pequeña silla para anotar el reporte de ese día. Tarareaba alguna canción de aire infantil.

Regresa si notas algún malestar. Aunque desde que te revise la última vez te has curado de una manera increíble, estoy impresionada. —dio una carcajada. —Espero que no todos los estudiantes tengan esa característica o me quedaré sin trabajo.

Hace pocas semanas comenzó, su ideal era quedarse en la escuela lo más que podía porque le encantaba el ambiente y la zona donde estaba. Además de que le estaba tomando cariño al moreno.

Gracias. ¡Estaré bien! —salió para encontrarse con Palm apenas dio un paso afuera. —¡Oh!

¿Podemos hablar en mi oficina? —tenía los brazos cruzados y las cejas fruncidas. 

Tragó saliva en seco.

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