Ben's POV

—¿A dónde la vas a llevar?— preguntó mi madre.

Me había ayudado a escoger un buen traje para la cena de hoy con Moors. Lo único fue que no quise la corbata porque me enredo bastante.

—A un restaurante donde ella va a poder ver un musical mientras comemos.— respondí.

Me constó encontrar un restaurante como ese. Anteriormente ella me había mencionado que le gustaría ver un musical en directo, no en Youtube.

Justamente esta noche habrán cuatro funciones de diferentes musicales como Clueless, Heathers, Mamma Mía, y West side story.

Iremos a Mamma Mía, ya que es la obra que ella más ha querido ver así en vivo.

—Es muy lindo de tu parte, cielo

—Espero verla feliz hoy, ya ha pasado por mucho últimamente.

—Es muy considerado de tu parte, mi niño.— mencionó mamá, antes de despeinar un poco mi cabello— ¿Ya le pediste permiso a sus padres?

Asentí con la cabeza.

—Don Hades me dijo que sí, que le avisará si íbamos a llegar tarde o si ella se viene a quedar aquí.— expliqué, recordando la conversación que tuve con el padre de Moors hace dos días— Y su madre también accedió.

—¿Piensas decírselo hoy?

Me quedé pensativo por un momento, aunque fuera una decisión de la cual no me voy a arrepentir, tengo miedo que hoy no sea el momento.

—Sí, seré valiente y lo haré.

🏛️.

—¡DON'T GO WASTING YOUR EMOOOOOTIOOOOON, LAY ALL YOUR LOVE ON MEEEE!

Mal cantaba gritando de la emoción, dejó de lado su comida y se levantó a cantar junto al público. Yo lo único que hacía era mirarla mientras sonreía por verla tan feliz. Lastimosamente no me sé algunas de las canciones de este musical, pero, la emoción de ella era tan pura que era contagiosa.

Hoy su outfit la hacía ver más hermosa de lo que es. Seguramente Evie le ayudó a escoger ese hermoso vestido morado, chaqueta de cuero negra, tacones negros, su cabello totalmente recogido en una cola de caballo, su maquillaje natural, y unos pendientes largos.

—¿Por qué no cantas?

—Porque no me sé la letra.

Ella se comenzó a reír por mi respuesta.

—Ay, Beast.

Ella siguió en su onda, cantando a todo pulmón, comentando cada detalle de la obra, llegó a llorar en unas escenas.

Fue específicamente en donde Donna le canta una canción a Sophi. Exactamente no sé cuál es el nombre, pero Moors lloraba en silencio.

Al terminar la obra, ella fue de las que gritó y aplaudió con tanta felicidad. Parecía una niña chiquita.

—Fue el mejor regalo que me pudiste haber dado.— mencioné ella, al abrazarme— En serio, gracias.

—No es nada, Mal.— respondí— Me gusta verte feliz. Mereces serlo siempre.

Ella me miró con un puchero en sus labios, luego dejó escapar una risa. Terminamos la cena, y salimos del lugar.

—¿Quieres que vayamos a algún otro lado?— le pregunté, antes de prender mi auto.

—Pueeees, conduzcamos sin rumbo.— propuso ella, junto a una sonrisa— Y paremos en donde se nos dé la regalada gana.

Ella como siempre tan espontánea y con ganas de conocer, aprender y arriesgarse. Así lo hicimos. Comencé a conducir sin rumbo fijo, pusimos música y fue inevitable empezar a cantar distintas canciones que sonaban.

—¡CAUSE YOU MAKES ME FEEL LIKE, AND UNLOOCKED OF HEAVEEEN!— gritamos con Mal, supuestamente estábamos cantando pero realmente gritábamos libremente el coro de la canción.

En ese trajín, Mal quedó sin aire y comenzó a toser mientras reía.

—La saliva no me quiere ver viva.

Ambos reímos.

Cuando la canción terminó, decidimos estacionarnos a la orilla de un boulevard que había en la ciudad.

Nos quedamos en silencio un par de minutos, hasta que se colocó una canción que nos tensamos al instante: Or nah. Ni siquiera sé cómo llegó esa canción ahí.

Cuando iba a cambiar la canción, pero Mal negó con la cabeza.

—No, déjala.— me dijo.

—¿Por qué?— pregunté, algo confundido.

Ella se encogió de hombros.

Me retiré el cinturón para poder acomodarme y poderla ver de frente. Me sorprendió ver sus mejillas ligeramente rosadas.

—¿Ahora qué pasó?

—No lo sé, dime tú.— le dijo, bromeando— Te sonrojaste cuando te miré.

Mal comenzó a reírse.

—Quizá fue el vino que bebimos.

—No tomamos vino, tomamos coca cola.

Dragoncita pervertida.

Dejé de mirarla, y de inmediato cambié la canción. Se colocó una casi del mismo estilo, y sí puedo asegurar que la conozco.

—Hay mucha tensión, Ben.— masculló Moors.

—¿Eh?

Hice creer que no lo había notado, y es que desde hace unos días entre ambos ahora hay una tensión que no se sabe de qué tipo es.

No era una tensión asfixiante, era lo opuesto.

—No me hagas creer estúpida.— murmuró — Sé que nuestros corazones quieren estar unidos. Ambos queremos dejar la pendejada de mirar nuestros labios y no hacer nada.

Ay, Mal, si supieras...

Había preparado un buen discurso pero se va a ir a la mierda por lo que iba a hacer.

La besé.

Fue un beso cálido, bastante tierno, lleno de muchas cosas, pero en ningún momento llegamos a subir la intensidad. No era un deseo carnal.

Le di un beso corto en los labios, cuando dejamos de besarnos.

—¿Quieres ser mi novia?

—Esta pregunta es innecesaria.— respondió ella, me dio otro beso corto— Pero si quieres la respuesta, es sí. Así que como el buen novio que eres, bésame de nuevo porque ya me mal acostumbraste.

—Como órdenes, dragoncita.

Volvimos a besarnos, en ningún momento me sobrepasé con ella. Solo rozamos nuestros labios con amor, con profundo amor.

Quién diría que fue un tipo de Enemies to lovers. Un cliché. Pero algo verdadero entre ambos.

—Ay, te odio tanto, pero nunca dejes de besarme.— bromeó, mi chica.

Se siente tan bien decirle así.

—Yo te amo, y nunca lo dejaré de hacer.

Lay All your love on me...

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POR FIN, JUEMAMA
GRITEN CONMIGO AAAAAAAAAA.