Chapter twenty-nine

❝ Estás encadenado a mi por siempre aunque eso te joda, Felix. Pagué por ti, asesiné por ti. ¿Crees que voy a soltarte así de la nada? ❞

Las risas de Seungmin se detienen abruptamente cuando nota a Chan levantarse del suelo, traga saliva de manera nerviosa porque ahora no sabe lo que sucederá. Probablemente el mercenario iba a matarlos a ambos, no esperaba salvarse, claro que no. Sin embargo, por dentro deseaba que al menos a Felix no le hiciera daño. Él era el único ser inocente en todo esto y merecía seguir con su vida, debería estar con sus amigos al igual que en la escuela.

—Chan. —habla por primera vez Mark rompiendo con el crudo silencio que se había formado, intenta tomarle del brazo pero la mirada tan profunda y vacía que le dedicó fue suficiente para soltarlo de inmediato.

—Si sabes lo que te conviene entonces no te metas en esto, ¿Está claro? Este es un asunto entre esos dos y yo.

Felix desvía su mirada en Seungmin que al parecer tenía una cortada severa por la piel del cuello, por suerte había detenido al furioso mercenario a tiempo.

—No lo mires. —Gruñe Chan caminando hacia ellos, el pelirrojo retrocede por inercia.

—Tú no me dices qué hacer.

—Y ayer si me obedecías como toda una pura necesitada, ¿No?

El adolescente contiene sus grandes ganas de llorar, no iba a hacerlo en frente de Chan. Nunca más.

—Obtuviste lo que querías. —Responde Felix rápidamente evitando la mirada furiosa del azabache. —¿O qué? ¿Me vas a decir que no me querías para eso? Tuviste lo que querías de mi, lo mínimo que espero es que me dejes en paz o me asesines aquí.

Chan se siente herido por dentro de unos cuantos segundos pero no estaba dispuesto a demostrarlo, aprieta sus puños con fuerza conteniendo un poco la ira que estaba a nada de desatarse.

—Sí, es todo lo que quería de ti. Eres otro de los juguetes sexuales que he tenido, no te sientas tan especial. —Suelta con veneno sin apartar su mirada sobre el adolescente, Mark solo quiere salir de aquella habitación y no ser testigo de lo que sucedía. —Y no voy a dejarte en paz, gasté mucho dinero por tu asqueroso cuerpo.

—¡Sólo mátame de una vez, Chan! ¡Me separaste de mi familia! ¡Asesinaste a Jeongin!—Le grita sin poder evitar que las lágrimas comenzaran a brotar de sus ojos por el coraje que siente, el mercenario seguía en su misma posición mirándolo con dolor y traición. —Por tu culpa le dispararon a mis amigos, a Hyunjin hyung... ¡Sólo házlo! ¡Házlo!

Felix vuelve a empujarlo con rabia y le golpea en la cara cuantas veces puede, Seungmin se mantiene serio mientras observaba la escena. ¿Qué rayos había hecho?

—No voy a matarte. —Logra expresar de manera tensa limpiándose el hilo de sangre que sobresale de su labio roto, jala la mano del pelirrojo bruscamente para acercarlo a su cuerpo. Estando a tan sólo unos centímetros de su rostro puede divisar las lágrimas saladas derramándose, lágrimas que no duda en limpiar con húmeda lengua, Felix le mira directamente con tanto rencor. —¿Sabes por qué? Estás encadenado a mi por siempre aunque eso te joda, Felix. Pagué por ti asesiné por ti. ¿Crees que voy a soltarte así de la nada? Eres muy tonto, mi amor.

—Suéltame, bastardo. —Le escupe en la cara sin temor, incluso él mismo se sorprende por desafiar de esa manera a aquél mercenario peligroso.

Chan suelta una ronca carcajada limpiándose la saliva del rostro, toma la quijada del menor robándole un brusco beso que le hizo quedarse del dolor.

—Llevátelo.

Mark mira con confusión al azabache que aún sigue manteniendo apresado a Felix.

—¿Qué?

—Dije que te lo lleves. —Repite seriamente señalando con la mirada la figura de Seungmin, Felix nota la acción y rápidamente intenta sacarse del agarre.

—¡No! ¡Ya basta!

—Tú y yo tenemos muchas cosas que aclarar, Felix.

—¿Qué hago con él?—Cuestiona el rubio entre pequeños balbuceos, Seungmin se mantiene observando el rostro de Felix como si estuviera tomando una imagen para guardarla por última vez.

—Ya deberías saberlo, Mark.

—Qué le hiciste?—Pregunta el adolescente de manera bajita, muy apenas audible para el azabache.

—¿Qué jodida mierda te importa ese idiota, eh?

Chan le miraba con rabia, se encuentra tan cegado por los celos.

—No quiero estar aquí.

—Me importa un carajo lo que quieras, mientras yo quiera que te quedes entonces vas a seguir aquí. ¿Entendiste?

—Cuando tenga alguna oportunidad yo... voy a huir de ti, no quiero seguir viéndote nunca más. —Expresa sin siquiera dedicarle alguna mirada, parece más concentrado en el color de suelo que en alguna otra cosa.

—Espera sentado, muñequito. Porque esa oportunidad jamás va a llegar, eres mío aunque me odies. Pero lo dudo, ¿sabes por qué?—Le dice acercándose a la cama en donde estaba Felix, su rostro estaba muy cerca del cuello del pelirrojo quien dejaba a la vista su evidente nerviosismo por Chan. —Porque aunque te joda la idea, tú estás clavado hasta los huesos por mi, dejé una cicatriz en ti con mis toques. Tu cuerpo se volvió a dictó al mío cuando te follé tan duro como te gusta, me perteneces en todos los sentidos Lee Felix. Y eso es peor que la misma muerte.

El mercenario se aleja del cuello embriagante del menor con una cínica sonrisa y se sienta de vuelta en el sofá observando sus movimientos.

—Entonces espero que prefieras la muerte, Channie. —Susurra Felix despojándose de su camisa con lentitud, el brillo inocente en sus ojos ya no estaba más. Al menos no en ese momento, Chan gruñe mirándole atentamente sin querer perderse ningún detalle de su perfecto cuerpecito. —Porque te haré desearla cuando no puedas vivir sin mi.

Sin poder evitarlo más, el mercenario se levanta bruscamente del sofá para atacar sus labios de manera posesiva dejándole en claro lo mucho que le pertenecía. Y esa noche ambos se perdieron entre la agonía de sus cuerpos, ambos se perdieron entre su propia demencia y ambos descubrieron nuevas facetas que hubiéramos preferido que se mantuvieran ocultas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top