✵「𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑒́𝑖𝑠.
pedido por: MelissaDumbledore
—Que aburrimiento... —movía el lápiz que estaba arriba de sus labios al estirarlos una y otra vez. —¿Qué sigo haciendo aquí? ¡En primer lugar debería buscar tener una vida social! No solo estar con Jayce y Viktor la mayoría del tiempo, diablos, suena muy triste si lo digo en voz alta.
Rosslenne volvió a mover los papeles del escritorio para ordenarlos, aunque lo hizo hace unos minutos.
—¿Todo está en orden? —la voz amable de Sky le hizo voltearse.
—Sí, lo siento. No quería preocuparte. —no tenía sentido disculparse, se conocían desde hace un poco más de dos años. El comportamiento especial de la castaña no era nada nuevo.
—No pasa nada. Ya voy a retirarme.
—Oh, de acuerdo. ¡Ten cuidado! —se despidió con la mano hasta verla irse. Al volver a observar la enorme habitación se abrumó. Estaba tan acostumbrada a la habitación destruida donde comenzaron. La echaba de menos.
Caminó mirando los papeles con diseños de una pequeña esfera. Aunque estuviera leyendo la letra de Viktor no era capaz de entenderlo por completo.
Achinó los ojos, intentando descifrar aquellos jeroglíficos.
—Nop, no puedo. —dejó que la hoja cayera lentamente hasta la mesa.
Jayce nuevamente estaba ausente ese día. Disfrutaba de la soledad, más de lo usual desde que tenía esos sentimientos en su ser sin salir todavía. No era capaz de expresarlo, no cuando lograron tanta intimidad y que esta se fuera por el drenaje le preocupaba.
Sin embargo su corazón parecía ser apretado cuando notaba las miradas de Sky sobre Viktor y cuando buscaba acercarse fascinada por sus inventos. ¿Cómo no hacerlo? Era impresionante.
Dejó caer su cara sobre la mesa. Tuvo el recuerdo de los primeros intentos en vano de hacer lo mismo con el castaño, mucho logró para lo inexperta que es.
—¿Estás bien? —la voz de Viktor le hizo asustarse. Ni siquiera lo escuchó llegar, supuestamente iba a consultar algo con Heimerdinger.
—Eh, sí-sí, perfectamente. —colocó una mano en su mejilla riendo por los nervios cuando notó que un pequeño papel se le pegó a la frente ocasionando una risa del joven.
—¿Puedo? —hizo un ademan de acercar su mano.
—Cla-claro...
De forma delicada lo retiró. Se observaron un instante.
—¿Por qué estás aguantando la respiración? Tus mejillas están rojas.
Bendito seas Viktor, haces muchas preguntas. A veces se arrepentía que tuvieran esa confianza.
—O-oh, es que estoy practicando para tener eso mismo, una mejor respiración... La retienes por unos segundos, ya sabes. —volvió a sonreír intentando no ser obvia.
—Entiendo, tiene sentido. —colocó una mano sobre su barbilla.
Suspiró aliviada cuando él se dio vuelta buscando un asiento.
Movió sus pies como una niña pequeña manteniendo las palmas contra sus muslos limpiando el sudor que las cubría.
—Pensé que estarías afuera. —era extraño que le buscara conversación, sospechoso.
—Uhm... ¿Por qué?
—Bueno, puedes hacerlo. Tener amistades, ir a otro lado que no sea este lugar tan aislado. —Rosslenne mantuvo su atención en los papeles y artilugios que manipulaba con maestría. —Salir con alguien... —susurró.
Tuvo que pellizcarse para asimilar que lo que escuchó no fue algo producto de su imaginación.
—¿Qué dijiste?
Las orejas de Viktor se enrojecieron.
—No... No es nada, algo tonto. No debí mencionarlo, disculpa. —se le cayó una pieza al piso.
Ambos iban a recogerla cuando sus manos se tocaron. Rosslenne la alejó como si hubiera sentido electricidad, no era tan alejado de la realidad.
Viktor notó que el rostro de la fémina se mantenía rojo. Tragó saliva para incorporarse.
—Ross...
—¡Au! ¡Mi cabeza! —se escuchó un golpe y cuando volteó a verla esta se sobaba la zona afectada.
—¡¿Te encuentras bien?! —cuestionó preocupado. La mesa era de un material bastante duro.
—Eso creo... —se sinceró porqué realmente dolió. Viktor sostuvo su rostro para revisarle.
—Déjame buscar algo para evitar que te salga un chichón.
—¡No, puedo ir! ¡No quiero interrumpir tu trabajo y menos que me salga un chichonsote!
Tuvieron una breve discusión por sus diferencias. Hubo un ganador. Rosslenne empezó a refunfuñar quedándose sentada mientras Viktor buscaba a alguien que la atendiera.
Pronto una persona encargada del hospital le trajo hielo.
—Tienes una cabeza bastante resistente. No hay daños pero para estar seguros haremos un examen, ven conmigo.
La castaña se levantó manteniendo aquella tela fría contra la parte que ardía. Se alejó viendo al oji miel antes de salir.
Estuvo pocas horas en el lugar. No era muy agradable estar en un sitio donde olía a medicina, le daba recuerdos amargos.
—Todo listo. No tienes ninguna contusión, por suerte. —sonrió el médico. —Puedes irte.
—Muchas gracias.
Caminó por los extensos pasillos hasta que una figura conocida le hizo detenerse.
—¿Viktor?
El mencionado se acercó con un gesto apenado.
—¿Estuviste esperándome? —la pregunta hizo que el sonrojo aumentara.
—Bueno... Sí.
—No tenías que hacerlo. Podías seguir con la investigación.
—Lo sé, solo que no me sentía bien dejándote cuando en parte fue mi culpa que te lastimaras...
—No te culpes por mí estupidez, eso viene conmigo y no tiene nada que ver contigo. —rieron.
Rosslenne sentía las mariposas en el estómago. Por parte de Viktor significaba mucho.
Al volver al laboratorio se dio cuenta de que estaba tenso.
—¿Todo en orden?
—Uhm... Es que, quería decirte algo. —se mantuvieron de pie. —Quisiera que... Uhm, lo que estábamos hablando antes de que te golpearas con el escritorio. —se aclaró la garganta.
—¿Lo de respirar con lentitud?
—¡No! —cada segundo se le notaba más nervioso e inseguro. —Lo que trato de decir es que... ¿Te gustaría venir conmigo a un lugar? Es muy especial para mí.
—¡¿En serio?! ¡Lo hubieras dicho antes! ¡Por supuesto! —alzó los brazos sonriendo.
Aquello tranquilizó al castaño dando una sonrisa tímida al verla tan feliz.
—No perdamos más el tiempo, sigamos. Te he quitado minutos valiosos.
—Está bien.
Regresaron a su trabajo, donde Viktor continuaba con sus objetivos y Rosslenne mantenía un registro de cada detalle.
De vez en cuando la castaña le miraba admirando la determinación del joven creador, sin poder evitar manifestar su emoción.
Antes de que cayera la noche ambos tomaron un camino alejado de Piltover. Preocupando a Jayce que regresaba de una reunión.
En la siguiente parte será la continuación. Disculpen que me tarde en tomar los pedidos, quería estar un poco más adelantada con la historia ♡
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