Capítulo 73 | 𝐇𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍𝐀𝐒 𝐑𝐄𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐒

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— ¡Tortuga negra, tortuga dorada! ¡Reaccionen! ¡No es momento para quedarnos aquí parados mirando a la tortuga gato! ¡La tortuga azul está en peligro! —Rak los jaló de los brazos.

— ¡¡Vamos!! —Baam reaccionó y creó una plataforma.

Venus seguía enojada, pero si se trataba de su mejor amigo Khun, nada la detendría. Atrajo la lanza hasta ella y fue a una velocidad sorprendente hasta la puerta del submarino en donde estaba Aguero.

— ¡Venus! —Vlatchka gritó su nombre, pero la mencionada ladeó la cabeza para sonreírle y tranquilizarla.

Los tres estaban a punto de llegar al submarino, pero de repente el Ayu apareció en su forma grande sin comprimir.

— ¡Es Khun! —gritó Baam.

— Es un demente. —la princesa sonrió y se acercó junto a sus amigos. Aguero ya estaba cayendo cuando tomó la mano de Baam para ayudarlo a subir a la plataforma—. Khun, ¿estás bien?

El de perlas azules asintió y le sonrió a Venus.

— Sí, no tenemos tiempo para ponernos sentimentales.

— Eres despiadado... —sollozó en broma, recibiendo una caricia en el cabello por parte de su amigo.

— ¡Oigan! ¡¿Cómo se supone que vamos a escapar?! ¡Que la tortuga blanca piense en algo rápido!

— ¡¿Quién crees que soy?! ¡¿Alphago?!

Khun miró al lugar donde estaban sus compañeros, Hwa Ryun miraba directamente a la fuente del ácido en ebullición que salía del techo. Pero sus pensamientos fueron interceptados cuando escucharon algo quemarse cerca de ellos.

— Es un gusto verlos, amigos de Venus. —era Aurora sin una expresión sentimental, traía cargando en su espalda a Asteria que iba moviendo sus piernas alrededor de la cintura de la mayor como juego, sus pies descalzos y blancos eran muy divertidos para ella.

— ¡¡Venus!! ¡Cuánto tiempo! ¡Siento que pasaron años!

— ¡¡Asteria!! ¡¡Te extrañé!! —en los ojos de Venus se reflejó un hermoso brillo.

— Bueno, después se presentan de nuevo. —las interrumpió la mayor—. Debemos ir a donde se encuentra la fuente del ácido, ahí estará la salida.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué te haríamos caso, tortuga gato?! —gritoneó Rak.

— Porque ahora los acompañaré. Yo también tengo que escapar de aquí. —se burló del cocodrilo.

— Hagámosle caso. —asintió Khun—. Ahorita Hwa Ryun también miraba en esa dirección. —miró hacia abajo nuevamente—. ¡¡Hey!! ¡¡Suban hasta ese lugar como sea, chicos!!

Varios gritaron sorprendidos, pero Sachi fue el que reaccionó y creó un hechizo que formó las espinas de un rosal, ahí subieron a todos y se elevaron con sus poderes y habilidades.

— ¡Vamos, Baam, Venus! —dijo Khun a gritos, el ruido que provocaban las explosiones de ácido los aturdía.

— Aurora, ¿puedes abrir el camino? —preguntó Asteria aún enrollada en la espalda de la Yeon, ella asintió y recitó un hechizo en bajo que creó una capa invisible que apartó toda la lluvia ácida que los perseguía—. Eres genial. Te acepto en mi equipo.

— ¡Nuestro! —rió Venus.

Aurora rodó los ojos con diversión y siguió escalando. Al ya casi subir por completo, una nueva explosión interifirió en sus planes, provenía de la fuente del ácido.

— Ella... —Venus y Aurora se impactaron al ver a esas dos figuras que tanto conocían.

— Bueno, bueno... Tanto tiempo sin verlos.

— ¿Yuri...? —murmuró Baam.

— Hey, muchacho. —sonrió y también miró a las hermanas—. Y mis preciadas niñas, las Storm-quer, no pensaba verlas por aquí. Me preocupaba cómo iba a sacarlos de este lugar si estaban todos dispersos, pero lograron descubrir que debían subir por aquí. Son increíbles. Veamos... Tú, Baam. Te ves un poco más alto en persona... Y tu cuerpo luce más fuerte, pero sigues teniendo cara de bebé. Ya eres todo un adulto. —sonrió de manera más ancha—. Mi querida hermana, Venus. No sé cómo es posible que sigas incrementando tu belleza cuando ya eres perfecta, definitivamente eres la princesa más hermosa que he visto en todos mis años siendo una. Ah... Aurora. Recuerdo que tenías el rostro de toda una adolescente, pero ahora te ves de mi edad. Vaya... ¡En fin! ¡Ya me extendí bastante! ¡Dejemos el reencuentro emotivo para cuando salgamos de aquí!

— ¡P-Pero princesa! ¡El shinsu! —Evan tartamudeó con miedo.

— ¡Está bien! ¡Solo voy a usarlo un segundo para salir de aquí!

— ¡D-De todas formas...!

— ¡El administrador no le va a importar si solo uso el shinsu hasta que lleguemos arriba! —rió en alto y dio un chasquido, haciendo aparecer una masa gelatinosa verdosa que atrapó los cuerpos de los regulares—. ¡Aquí vamos!

Todos gritaron cuando sintieron sus cuerpos ser absorbidos y extraídos a otra parte fuera ya de ese vagón.

Cayeron en la superficie plana y algo oscura de otra parte del tren, estaban bien, miraron al frente como Yuri y Baam se veían asombrados. La princesa sonrió y lo abrazó fuertemente con añoranza.

Varios volvieron a sorprenderse, pero las hermanas no. Aurora que ya no tenía a Asteria en su espalda, miró de reojo a Venus, quien al notarlo, también la miró y sonrió tranquilamente.

— Aurora... —se vieron cara a cara—. No sabes cuanto te extrañé.

La princesa no pudo reaccionar, puesto que Aurora ya la había tomado en sus brazos para enrrollarla en su abrazo. Ambas cayeron al suelo de rodillas abrazándose con bastante fuerza. Venus no pudo reprimir sus lágrimas, así que comenzó a sollozar en el pecho de su hermana mayor.

“Yo también te extrañé demasiado...” cerró los ojos y acarició los cabellos cobrizos de la menor.

— Volvemos a estar juntas, ya no debes hacer cosas tontas como volverte una princesa de Zahard. —se separaron muy poco del abrazo, y Venus rió aún con las mejillas empapadas de lágrimas.

— Ya lo soy, no hay vuelta atrás. —se removió unas cuantas lágrimas—. Me debes explicaciones. Demasiadas.

— Sí, hermana.

Se pusieron de pie abrazadas por los hombros y le dirigieron una mirada cómplice a Yihwa, ella se sonrojó demasiado y corrió al par de hermanas. Estas la recibieron en un gustoso abrazo.

— ¡Eres una tonta! ¡Pensé por un tiempo que nos odiabas! —regañó la menor de las Yeon con sus ojos cuarzo ardiendo en llamas.

— Nunca. Yo tengo la misión de hacerlas felices para siempre. —respondió a voz calmada y acariciando suavemente las hebras oscuras de su prima.

“Soñaba con este momento desde hace diez años...” Venus se acurrucó en los brazos de su hermana y su prima.

Se alejaron lentamente y miraron al frente en busca de la princesa de Zahard que había rescatado a todos allá abajo. La gran mayoría de sus compañeros se preguntaban quién era, y también miraban a las hermanas compartir el rato.

Yuri ya había saludado a Baam como un buen reencuentro entre ellos dos, y decidió mirar sobre el hombro del castaño para ver a la dos figuras doradas que también los observaban.

— Yuri Ha Zahard, mi hermana, y la princesa que le dio la Marzo negro a Baam. —esas fueron las palabras de Venus antes de acercarse a los mencionados, quienes la esperaron—. Veo que de alguna u otra manera nuestros caminos siempre tendrán que toparse, Lady Yuri.

— ¡¿Qué?! —gritó Khun al enterarse de que se trataba de una princesa famosa.

— Veo que Maschenny te enseñó a llamar de “señor, señorita” a tus superiores, vaya... —la de orbes escarlata bufó en una sonrisa, y extendió sus brazos a sus costados como señal de que se acercara—. Venus, pequeña, ven.

La fémina fue a la princesa y la abrazó con cariño, porque aunque ambas hubiesen peleado años atrás, sabían bien que era por el bien de la otra.

— Disculpa por haberte querido presionar a que no te volvieras una princesa, solo quería protegerte, pero no utilicé las palabras adecuadas. —susurró Yuri.

— ... No te preocupes, eso lo sé muy bien, pero yo no estaba estable con mis emociones en aquel entonces, y hacía lo que Lady Maschenny me recomendaba. —apretujó la chaqueta verde de la mayor.

Se separaron y se sonrieron ligeramente, después posaron sus miradas en Aurora, quien permaneció en su lugar.

— Es mejor que no tengas contacto con alguien de FUG, Yuri. —sonrió de lado.

La princesa negó y sonrió, — Oh vamos, ¡abracé a Baam! ¡Que no te pueda abrazar a ti...!

Se acercó a regañadientes y se abrazaron de la misma manera que los demás, era un tanto extraño tener ese tipo de amistad con la princesa, puesto que Aurora fue la que siempre intentó alejarse de todo lo que tuviera que ver con Zahard.

— Me sigue sorprendiendo saber que Aurora y Venus son mejores amigas de Yuri, incluso antes de que Venus comenzara a subir la Torre. —Baam sonrió de oreja a oreja mientras veía a las tres abrazarse con Evan a un lado entre cerrando los ojos.

— Sí, recuerdo que nos contó que las princesas de Zahard siempre iban a la finca de las Storm-quer a hacerles regalos y a hablar con Gyeong. —Khun se cruzó de brazos y miró al suelo, pensando más en la vida de su amiga Venus—. Maschenny Khun Zahard la entrenó, ¿sabías?

— ¿Khun Maschenny...? Escuché muy poco que mencionó algo así Vlatchka. —el castaño lo miró de reojo—. Es poderosa... ¿No?

— Demasiado, es una alto rango. Por eso Venus es tan buena controlando su fuego solar, y cuenta con el Jeonsulsa también. —susurró Khun sin dejar de analizar a las tres chicas que se sonreían dulcemente.

Mientras tanto, las tres amigas se separaron lentamente del cálido abrazo para verse mutuamente, a pesar de las circunstancias en que ahora estaban gravemente entrometidas.

— Yuri, ¿cómo es que pudiste entrar al tren? Se supone que es para regulares. —interrogó Aurora estando aún abrazada de los hombros de la azabache, y siendo observada por todos los regulares presentes que estaban atónitos con la presencia de tales figuras de alto poder.

— Bueno, tengo mi métodos. —rió en bajo y después le dio una sonrisa llena de burla—. Tú tampoco eres una regular, eh. En fin... Todos ustedes son compañeros de Baam y Venus, ¿cierto? Los estuve viendo pelear desde lejos. Me alegra que Baam y Venus hayan encontrado buenos compañeros.

— ¡¿Qué quieres decir, tortuga?! —demandó Rak con un tono de molestia—. ¡No soy un simple compañero! ¡Soy el líder del equipo!

Khun lo jaló del cuello molesto, y le informó sobre el perfil de Yuri Zahard, una de las princesas más famosas por portar con dos armas de la serie de trece meses, y por ser una chica temperamental que heredó el buen linaje de Yurin Ha.

Esto puso como locos a los compañeros de la princesa y el irregular, los cuales rápidamente empezar a cuchichear emocionados por tener a la mismísima Yuri Zahard abordo con ellos. Obviamente, también estaban demasiado contentos de hacer equipo junto a Venus Zahard, otra de las figuras más populares entre los regulares spor su bellísima figura dorada, y la amabilidad que desprende con los demás.

— Deben estar cansados, en un rato podemos hablar mejor, ¿qué dicen? —Yuri se cruzó de brazos y miró a Baam, Venus y a Aurora, los cuales compartieron miradas nerviosas—. Especialmente con ustedes dos, niñas malcriadas.

— Estaba esperando a que nos dijera cosas así... —Aurora y Venus entre cerraron sus ojos con una gota de sudor fría resbalando por la sien de ambas.

— ¿P-Puedo acompañarlas? Es que... Quiero saber más de FUG, especialmente mi relación con la vida de Venus. —Baam apretó sus labios en espera de alguna reacción por parte de la mayor, la cuál lo pensó seriamente.

— Hmm, supongo que no estaría mal. También quiero saber y aprender, esto es muy extraño. —se tomó la frente mientras soltaba un pequeño suspiro que calmó.

Vlatchka se cruzó de brazos mirando desde el fondo a su amiga y a su hermana, está última le seguía generando desconfianza, pero si las dos princesas y Baam la aceptaban entonces no objetaria por más tiempo.

— Eres demasiado sobreprotectora con Venus, déjala aprender de sus errores y que conozca más de ella misma. —Asteria se posicionó a su lado en lo que limpiaba su katana y maldecia en bajo por las abulladuras que le generó Aurora cuando la incrustó en el suelo.

— ... De eso es lo que tengo miedo. ¿Y si todo lo que hay detrás de su historia la deja perturbada? No creo que lo soportaría.

— Vlatchka. —le dio un pequeño golpe en la cabeza con su puño blanco—. Recuerda que Venus es una guerrera temible. Confía en que mientras sus amigos y nosotras estemos con ella, nada grave le sucederá.

Asintió firmemente con su cabeza y se abrazó a sí misma, después prosiguiendo a darle un vistazo a la albina.

— ¿Soy yo o te hiciste más alta? —frunció el ceño con una sonrisa extraña.

— Creo que le quité un poco de poder a Hoaquín. —sonrió con malicia.

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