Capítulo 28 | 𝐈𝐍𝐂𝐎́𝐆𝐍𝐈𝐓𝐀
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DOS AÑOS DESPUÉS DE LA PRIMERA APARICIÓN DE JUE VIOLE GRACE.
PISO 29.
De un giro en el aire, Venus apuntó con su pierna en varias direcciones contra el suelo.
— ¡Técnica de Estilo de Lanza de Maschenny, versión en llamas! —con entusiasmo, dejó fluir el fuego en todo el cielo que anteriormente era azulado, para dar paso al candente color dorado del fuego solar que manejaba la Yeon. La mayoría de regulares cundieron en pánico al ver que se trataba de la mismísima princesa de Zahard, Venus Yeon.
Vlatchka en su faro controlaba las posiciones que estaban comenzando a manejar varios de los regulares que no cuidaban sus pasos, por lo que mandó a Asteria a que los atrapara en el acto. La Arie con una sonrisa siniestra, pegó un enorme salto en dirección a la zona rocosa con un equipo entero de regulares.
— Filo cortante Estilo Asteria. —pronunció en bajo mientras subía bien en alto su preciada katana blanquecina, de su arma un destello blanco se fundió con la roca, haciendola volar en pedazos junto al equipo escondido ahí mismo.
Por último, como cereza en la cima del pastel, Venus puso su lanza apuntando al cielo que seguía creando nubes de fuego ardiente.
— Lluvia de fuego solar. —sonrió, viendo como la lanza comenzaba a brillar fuertemente gracias al fuego de shinsu que se traspasaba a su artefacto mientras una gran cantidad de fuego se desprendía en el aire. Apuntó a la montaña donde se encontraba la zona de seguridad en donde el equipo A debía llevar su trofeo, sobrecargó la punta y finalmente disparó exitosamente.
Toda la montaña había caído en pedazos con el fuego cayendo en lluvia mientras tanto. Aquella zona de pruebas ahora mismo solo parecía el mismo infierno creado por el diablo.
— ¡¿Vieron cómo salió volando ese idiota?! —Vlatchka rió a través de su faro de luz—. Y me dijo que era una debilucha al ser una Khun... Hah.
— Tengo hambre, ¿podemos comer algo con pescado hoy? —preguntó de la nada Asteria—. Oye, Venus, por cierto. Ya apaga el fuego, mi kimono está empezando a quemarse por tu culpa.
Venus miró el escenario con cautela.
— Lo siento, pensé que seguían habiendo regulares. —subió una mano, y toda la concentración de shinsu regresó a su cuerpo sin ningún problema.
— Te divertiste mucho, ¿verdad? Hasta acá podía ver tu cara de maníaca lanzando rayitos de fuego. —Vlatchka se cruzó de brazos, tomando un ligero descanso en el faro.
— Me gusta pelear, sí. —Yeon bajó a la superficie con ayuda de su lanza, se sentó en esta y la hizo descender. Había descubierto que su arma podía transportarla en medio del shinsu fuera de una superficie.
Al bajar, se topó con sus amigas, cada una se le veía en su mundo, pero felices de ver a la ojidorada llegar a salvo. Ahora eran demasiado cercanas entre sí, y las tres habían cambiado bastante estos últimos años tanto mental como físicamente.
Venus ya no se sentía tan sola como antes, ahora era feliz con su nueva familia que la acompañaba siempre. Además, ella había crecido. Sus piernas largas y algo abultadas eran la demostración de su excelente condición física, le gustaba mucho utilizar vestidos que las princesas y personalmente los costureros le mandaban a la querida Venus, todos eran hermosos y elegantes que la hacían lucir fantástica en batalla. Su cabello ondulado y dorado ya le llagaba aproximadamente por debajo de su trasero, era perfectamente reluciente y llamativo. Sus ojos seguían siendo igual de enigmáticos y dorados, sus pestañas y cejas eran del mismo color.
Vlatchka seguía siendo la más alta de las tres, por lo que se empeñaba en cortarse el cabello un poco hasta debajo de sus orejas, utilizaba muchos aretes en sus orejas, mientras que dejaba a reflejar un piercing en la comisura de su labio inferior. Le gustaba mucho utilizar ropa holgada, o vestidos muy ajustados a su figura alta y atlética.
Asteria era la que le gustaba tener el cabello largo, por lo que actualmente lo tenía laceo, amarrado en una coleta con un gancho elegante y costoso que le había regalado su padre Arie Hon, sus hebras blancas le llegan hasta las rodillas. Tiene un rostro fino y algo alargado que la hace ver hermosa, sus ojos son igual de blancos que todo su ser, le gusta utilizar un poco de pintura roja y anarilla para sus párpados. Normalmente se le ve utilizando kimonos blancos que constantemente va cambiando, pero siempre debe andar cargando con una funda para su preciada katana.
— ¡El equipo B, de Venus Zahard, Vlatchka Khun y Asteria Arie, ha pasado la prueba! —sonó un altavoz en el cielo.
— Genial. Les juro que ya me estaba quedando dormida en el faro. —la de hebras azules estiró sus brazos, soltando un bostezo a su vez—. Me pregunto porqué quedé como farera principal y no como pescadora... Es un fastidio mandar.
Las tres emprendieron camino fuera del lugar de pruebas.
— Porque mandas muy bien, pero también eres excelente siendo pescadora, no te preocupes. —mencionó la Yeon cargando su lanza en el hombro—. ¿Qué tal si mejor dejamos a Asteria a cargo de las órdenes?
— ¿Bromeas, verdad? Esa rara nos lanzaría a la muerte enseguida.
— ¿Y si mejor te callas? Me irritas a niveles extremos. —Asteria tenía los puños pegados para que las mangas de su kimono taparan sus brazos—. No quiero desenvainar mi katana, Vlatchka.
— Ay, que miedo. —primero rió, pero su sonrisa se desvaneció cuando notó la mirada penetrante de la Arie—. Bueno... ¿Vieron esa aplicación de una tal Emily? Dicen que responde lo que sea.
Venus miró a otro lado sin interesarle el tema, o no mucho.
— No creas todo lo que escuchas, nadie lo sabe todo, menos un programa. —se burló de Khun, Asteria.
— Hace un rato le pregunté la ubicación de la Torre de seguridad a Emily y me dijo dónde era. —se encogió de hombros.
— ¿Quieres decir que tú no lo descubriste si no que “Emily”? Wow... —Venus formó una sonrisa socarrona.
— No sirves ni para farera, idiota. —negó la albina.
— ¡Cállate! Solo fue hoy. —vaciló—. Venus, podrías intentar preguntarle de las personas que buscas.
La mencionada paró de caminar enseguida, estaba inmóvil con la mirada ensombrecida.
— ¿Cómo podría encontrar el cuerpo de cadáveres descompuestos? —dijo, en voz seca. Sus dos amigas intercambiaron miradas serias—. Gracias por la información, pero no le veo el caso a una máquina.
— No hay de qué.
Venus ya había mejorado su capacidad de olvidar lo pasado, ahora no quería destapar recuerdos indeseados, como lo son Gyeong, Aurora, y Baam.
No quería arruinarse la pequeña felicidad que seguía manteniendo viva, ardiendo dentro de ella.
Jugó con el pescado a la plancha que habían pedido las tres. La princesa volvió a encerrarse en la terraza del departamento que esta vez había alquilado su amiga Vlatchka, le era muy agradable pasar el tiempo sintiendo el ambiente fresco de la temporada, y más, ver el cielo ficticio.
Dio un bocado a su comida en lo que escuchaba atentamente a Khun hablar varias cosas que le habían pasado y de las que se había enterado.
— Hace años que no apareces en noticias o promociones a productos, ¿estás bien? —preguntó un tanto confundido.
Tragó, — Síp, muy bien. Pero he estado muy ocupada como para enfocarme en esas cosas, ¿sabes?
— Ya veo... Me han contado que te volviste una princesa excepcional, a pesar de que te convertiste en una siendo regular. Ahora todas las regulares piensan que pueden calificar como una princesa de Zahard. —tenía una sonrisa mientras miraba una noticia en su faro.
— He escuchado al respecto, pero es porque no se dan el tiempo de investigar.
— Sí... Bueno, en poco tiempo iré a buscar a la mano derecha del diablo, Apple encontró indicios de dónde podría estar. —jugó con su silla giratoria—. ¿Quieres venir?
— Ah, es el que derrotó a Hatsu, ¿no? Me gustaría acompañarte, pero ya he hecho mucho esfuerzo por el momento. Deberías quedarte con la victoria tú mismo. —alejó el plato de su mesa y se dispuso a ver el cielo oscuro.
— Entiendo. Igual solo hago esto para presumirle que pude derrotarlo. —quedó en silencio—. Ya me tengo que ir, Venus. Debo preparar las cosas faltantes y hablarle a Nobic y a Ran.
— Está bien. Ten mucho cuidado, por favor. —habló con algo de pesar—. Quiero verte pronto, así que regresa con todas tus extremidades.
Khun rió ligeramente, y mentalmente se agradeció tener de mejor amiga a una chica como Venus.
— Siempre regreso a salvo, no te preocupes. —en ese preciso instante, recordó algo que veía necesario de decirle a su amiga—. Por cierto...
— ¿Sí?
— Puede sonar estúpido, pero decidí probar esa cosa llamada “Emily” —miró al cielo—. Le pregunté sobre Baam... No sé porqué lo hice, pero lo pregunté.
Los labios de la rubia se curvearon ligeramente.
— Decía que está vivo.
Venus se tapó los ojos con la palma de su mano, y deseó que eso fuera real.
— No sé si creer en una máquina. —musitó la princesa en bajo.
— Las respuestas pueden ser programadas por más personas, no sólo por la aplicación en sí. Por un momento pensé que era una broma pesada del equipo de Shibisu, pero no... Ellos no harían algo así, menos tú y tus amigas. Y nadie más sabe lo que había pasado en el piso de pruebas respecto a Baam.
— ¿Y a qué quieres llegar con eso?
— Alguien más sabe de Baam.
Ella suspiró, pensando en las probabilidades de que Baam haya sobrevivido en el piso de pruebas, prácticamente eran nulas, pero algo dentro de ella seguía esperando que probablemente pudo sobrevivir.
— Bueno. Investigaré sobre eso.
— No te molestes, mejor dejamelo a mí. Tu familia no se puede enterar de que estás buscando a un irregular.
Tiene razón, pero Venus siempre ha sido muy testaruda.
— Hablamos luego.
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