36. Cuidar de ella
❝Cuidar de ella❞
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NARRADOR:
Allison salió de la oficina del entrenador, pero Stiles se quedó dentro cuando vio a su mejor amigo mantenerse en silencio con la mirada clavada en la puerta. Su instinto le advirtió que habían más que simples pensamientos molestándolo, lucía desazonado. Lo vio actuar extraño el día anterior y toda la mañana de ese mismo día, incluso trató de preguntarle que era lo que sucedía, pero todos estaban ocupados intentando lidiar con Erica e Isaac quienes buscaban hacerle una prueba a Lydia para saber si era el Kanima o no.
Scott apoyó lentamente su mano encima de la perilla de la puerta y soltó un suspiro mientras la giraba. Pero la mención de su nombre lo hizo detenerse de inmediato.
—¿Sucede algo? —preguntó Stiles y Scott volteó a verlo. No lo admitiría en voz alta, pero esperaba que su amigo le hablara—. Has estado raro toda la mañana, sé que Allison también lo notó, pero no quiso preguntar. Y para ser justos, mi duda no creció hoy, ayer estabas igual de extraño. Te ví frotar tus manos entre sí con desespero hasta volverlas rojas antes del partido, era normal cuando tú lo eras, pero ahora que estás seguro de ganar gracias a tus habilidades... Sé que no estás bien.
Scott se quedó en silencio sin saber como contestar. Estaba seguro de que le contaría todas sus dudas a Stiles, era su mejor amigo, pero aún ni siquiera sabía cuál era el orden correcto de sus palabras. Soltó algunas monosílabas que lograron confundir a su amigo aún más.
—Sólo suelta lo que quieres decir —insistió Stiles al notar la incertidumbre en el rostro de Scott—. Sabes que conmigo no puedes guardarte nada.
—Lo sé —susurró Scott. Bajó la mirada un par de segundos y cuando la alzó nuevamente hacia Stiles, el nudo en su garganta se disolvió de inmediato—. ¿Sabías que Selena tiene diabetes?
Stiles alzó ambas cejas demostrándole su sorpresa. Pasó una de sus manos por encima de su cabeza y mientras la volvía a bajar negó lentamente contestando la pregunta de Scott.
—Yo tampoco —dijo Scott en voz baja. Pasó un par de segundos en silencio hasta que se aclaró la garganta y volvió a hablar:—. ¿Recuerdas cuando teníamos como seis y me caí de la bicicleta la primera vez que intenté andar sin las ruedas de respaldo? Estaba seguro de que quería impresionarte porque tú lo habías logrado antes que yo. —Scott no lo estaba mirando, estaba perdido en la luz de la ventana, pero Stiles asintió de igual forma recordando con imágenes entrecortadas aquel día—. Selena estuvo toda la tarde curando mis heridas para que nuestros padres no me regañaran y tú no notaras que había sido un completo fracaso.
—Sí, pero, ¿por qué me dices eso? —cuestionó Stiles, sin mostrar alguna expresión en su rostro, a pesar de ser lo habitual en él.
Scott desvío la mirada hacia su amigo y Stiles notó las lágrimas acumuladas en sus ojos, tuvo que abstenerse de abrazarlo porque sabía que lo que Scott quería era hablar y desahogarse.
—¿También recuerdas que cada vez que nosotros nos peleábamos ella nos compraba un helado con nuestro sabor favorito diciéndonos que en realidad nos lo habíamos comprado entre nosotros para lograr reconciliarnos? Ambos sabíamos que era mentira, pero era una excusa para volvernos a hablar. Tú mejor que nadie sabes que cuando nuestro padre nos abandonó, mamá tuvo que trabajar el triple para mantenernos, pero ¿quién era la persona que me despertaba, me obligaba a cepillarme los dientes y me llevaba a la escuela sin protestar? Era Selena. —Scott pasó su brazo por encima de sus ojos y se secó las lágrimas que habían comenzando a descender—. Y hasta el día de hoy, es ella.
»Me convertí en algo que la mayoría consideraría un monstruo, cualquiera se habría asustado, pero ella insistió en que me convirtiera enfrente de sus ojos porque no lo creía. Eso era lo único que parecía importarle; creerme. Y sólo porque yo insistía en que era cierto.
—Tú siempre estuviste con ella —dijo Stiles al notar lo que Scott insinuaba.
—Pero no para ella —su voz se había convertido en un débil hilo—. Selena estuvo para mí desde que nací, pero mientras tanto sufría en silencio. Y no hablo solamente de su enfermedad.
—Amigo, no puedes ponerte ese peso encima de los hombros. —Stiles dio un corto paso hacia Scott—. Sabes lo observador que soy con este tipo de cosas y ni siquiera yo lo noté. Tampoco debes pensar que has sido malo con ella porque no es así, la amas demasiado. Eras un niño para poder protegerla antes, pero sé que hoy las cosas son diferentes.
Scott soltó un suspiro y luego, repentinamente un sollozo dejó sus labios. Esa vez Stiles no pudo evitar caminar hasta su amigo y abrazarlo, Scott no se alejó ante el brusco contacto físico, sino que más bien lo rodeó con sus brazos.
—Sé que es tu hermana y la volverás tu prioridad de ahora en adelante —dijo Stiles—, pero no olvides que ella jamás te echará en cara lo que hizo por tí. Selena no es esa clase de persona y ambos sabemos que lo volvería a hacer las veces que fueran necesarias.
Scott sonrió abriendo sus ojos luego de un rato.
—Gracias.
[...]
La tarde había llegado y Selena decidió quedarse para hacer turno extra. Últimamente el sueldo había comenzado a escasear por lo que necesitaba aumentar su tiempo laboral. Le costaba un poco admitir que las bebidas alcohólicas habían sido un verdadero gasto para su fiesta, pero en ese momento estaba segura de lo que hacía.
La chica se acercó a una de las mesas que habían desocupado previamente y comenzó a limpiar y a ordenarla. Se dio la vuelta cuando un hombre ingresó a la cafetería con un aire despreocupado. Por un momento tuvo la impresión de haberlo visto en algún lugar antes, pero las preguntas se borraron de su mente cuando fue consciente de que él la estaba observando también. Corrió la mirada hacia sus manos que restregaban con un trapo la suciedad de la mesa y cuando terminó fue directo al mostrador donde él estaba esperando. Su compañera, Claudia, había ido a hacer unos llamados ya que Selena le había estado hablando sobre su fiesta y ella estaba dispuesta a ayudar a difundir la invitación, así que sólo estaba Selena para atender. Por lo general era un lugar más recurrido, pero se había agradecido internamente que esa tarde no hubieran tantos clientes. Estaba agotada luego de aquella larga noche.
—¡Hola! —saludó Selena con una enorme sonrisa mientras se colocaba una gorra de un rojo intenso—. ¿En qué puedo ayudarte?
—Hola. —El hombre le devolvió la sonrisa—. Sólo quería un café negro y un par de waffles con crema y miel.
Selena bajó la mirada hasta la computadora y anotó el pedido con rapidez. No pudo evitar la sensación de que aquel hombre la estaba mirando con intensidad mientras apretaba las teclas con sus delgados y largos dedos. Cuando volvió a alzar la cabeza, se encontró con cierta intriga en sus ojos.
—Tu pedido ya está. Se paga luego del consumo así que puedes sentarte —le informó ella segura de que tal vez el hombre no había estado en aquel lugar antes.
—Lo sé —murmuró y enseguida negó con la cabeza quitándole la mirada de encima—. No puedo creer que me hayas olvidado de nuevo. No me consideraba alguien insípido.
Selena arrugó el entrecejo mientras volvía a prestarle atención a sus facciones. Tardó unos segundos, pero cuando lo reconoció su rostro se alargó con el abrir de su boca sorprendida.
—Te ví en Sinema. Eres... Umm.. Estoy segura de que era algo con T.
El hombre sonrió de inmediato.
—Thomas —le recordó—. Mi nombre es Thomas. Claro que no debes recordarme el tuyo, Selena, tu nombre ha estado grabado en mi mente desde la preparatoria.
—La verdad es que sigo sin recordarlo —lamentó Selena.
—No importa —dijo Thomas con un deje de despreocupación—. A cualquiera puede pasarle y para ser honesto, todos queremos olvidar aquellas épocas.
Selena se mordió el labio inferior nerviosa y se acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja con sus dedos. No sabía que más agregar a la conversación, asi que se sintió aliviada cuando Thomas habló:
—Iré a sentarme. —Con sus nudillos dio un golpe encima del mostrador y estuvo a punto de voltearse hasta que se devolvió—. El café sin azúcar, por favor.
El pedido estuvo en un par de minutos y en todo ese tiempo, Thomas no dejó de darle algunas miradas a Selena las cuales ella notó, pero decidió ignorar. Él no estaba tratando de incomodarla ni mucho menos, pero le resultaba un tanto curioso el que Selena no recordara absolutamente nada sobre ellos... Sin dejar de lado a Derek, por supuesto. Entrecerró sus ojos mientras la veía acomodar la taza encima de una bandeja plateada. Habían sido tan unidos y de repente... absolutamente nada. Era cierto que los veía cada mañana ingresar al colegio hasta terminar, pero ya no juntos. En poco tiempo, aunque le pareciera increíble, Derek había dejado de mirarla en el almuerzo y ya no se mostraba ansioso por que llegara a sus partidos o prácticas de básquet.
Todo se había dado luego de la muerte de Paige Krasikeva.
Selena volvió a darle una sonrisa antes de apoyar la bandeja encima de la mesa. Fue dejando primero el café y luego el plato con waffles con una crema blanca que lucía esponjosa y un par de líneas con miel encima. Thomas se relamió los labios al verlo.
—Gracias —dijo él, levantando la vista hacia la chica.
[...]
Luego de media hora el sol había comenzado a abandonar el cielo y el turno de Selena había acabado. Tomó un par de cajas llenas de bebidas y muy tarde se dio cuenta de que tenía un largo y pesado caminó hasta su casa. Dejó una de las cajas en el suelo y resopló con pesadez. Lastimosamente para ella, no era la única caja que debía llevar y su madre era quien tenía el auto.
—¿Necesitas ayuda con eso? —preguntó Thomas deteniéndose junto a ella—. Luce pesado, ¿dónde debes llevarlo?
—A mi casa —contestó ella dándose por vencida—. Tendré que dejarlas o inyectarme un poco de lo que le pusieron a Capitán América.
Thomas enarcó una ceja viéndola de reojo con una expresión divertida. Selena le sonrió de lado.
—El mejor amigo de mi hermano me obligaba a ver esas películas. Aunque bueno, hay algo que nunca pudo obligarme a ver y fueron las películas de Star Wars.
—Debo admitir que las ví en mi adolescencia y me volví un fanático. Claro que jamás se lo conté a mis amigos, habría sido la burla del grupo y tal vez del colegio entero —admitió bajando la cabeza—. Bien, Selena, dime ¿vas a querer mi ayuda entonces? Tengo una camioneta, puedo llevarte hasta tu casa sin problema.
Selena vio la caja de bebidas en el suelo y aflojó la tensión de sus hombros dándose por vencida una vez más. No perdía nada más que el orgullo aceptando, así que sólo asintió volviéndolo a ver.
—Está bien, pero debo ir a buscar otra más. —Señaló detrás de ella—. Puedes ir llevando esa.
—Okay.
Luego de haber subido las cajas en la parte trasera, Selena se subió a la camioneta de un azul marino viendo por el espejo retrovisor como Thomas cerraba la puerta y luego caminaba hacia la puerta del piloto. Se subió con demasiada facilidad a diferencia de Selena, a quién le había costado un poco más por la altura.
—Gracias, Thomas, me has salvado de una grande —suspiró Selena tomando su teléfono. Él notó de reojo como ella cortaba una llamada entrante—. Tendré que avisarle a mi hermano que llegaré antes.
—¿Y esas bebidas a qué se deben? Quiero decir, no luce como una simple juntada de amigos —indagó Thomas.
Ella soltó una pequeña risa antes de darle un mensaje.
Selena: Si estás en casa vete de ahí y si no, no vengas. Haré mi fiesta.
—Haré una fiesta por mi cumpleaños.
—¿Es hoy?
—No, es mañana, pero quiero festejarlo esta noche. —Selena se encogió de hombros mientras sonreía. Una acción que Thomas describió como timidez dentro de su mente—. De hecho, si quieres puedes venir. Para ser honesta no tengo muchos conocidos, pero lo veo como una ventaja ya que podré ser yo misma sin avergonzarme al otro día.
—He tenido de esas noches —admitió Thomas, dándole una corta mirada—. Con gusto iré.
Selena recibió un mensaje de su hermano y lo leyó enseguida.
Scott: ¡No vengas!
[...]
Derek se cruzó de brazos mientras le daba claras indicaciones a Isaac y a Erica. La tarea era simple —según sus palabras—, debían entrar y atrapar a Lydia a como diera de lugar, incluso si debían pasar por encima de Stiles y Allison. Aunque no lo admitió, Isaac se sentía ciertamente aliviado de que Scott no estuviera allí adentro también. Fuera de su agrado o no, distinguió a Scott como uno de los más fuertes, inclusive capaz de enfrentarse a Derek sin demostrar una pizca de temor.
—Deberíamos apresurarnos —dijo Erica y volteó a ver a Isaac—. Tú entra primero, yo iré detrás.
—Como sea, pero háganlo... —Derek se detuvo abruptamente y todos voltearon a verlo.
—¿Qué pasa? —preguntó Isaac, pero al ser alumbrado por un par de luces se dio la vuelta—. Oh...
Las luces de la camioneta se apagaron mientras Derek seguía escuchando la risa divertida de Selena. No la podía ver, pero sabía que era ella. Bajó de la camioneta y segundos después, un hombre detrás de ella. Eso ayudó a tensar la mandíbula de Derek de una forma tan notoria que Boyd dio un paso a un costado y Isaac alzó una ceja curioso con una diminuta sonrisa en su rostro. Erica se cruzó de brazos al reconocerla. Aún podía escuchar la voz de Selena mientras ella sufría luego de la mordida. Volteó a ver a Derek.
Selena ni siquiera los había notado, estaba demasiado distraída como para hacerlo. Thomas había contado una anécdota que le había causado una gracia tremenda, no paraba de reír. Tomó una caja entre sus brazos y Thomas hizo lo mismo, pero con una aún más pesada. Selena no había notado lo fornido que era el hombre hasta que alzó la caja con fuerza mostrando sus músculos, se sintió avergonzada internamente cuando los comparó con los de Derek.
Thomas le dijo algo más mientras caminaban hasta su casa, pero Selena no alcanzó a escucharlo. En su lugar, se quedó helada al encontrarse con el semblante serio de Derek. El hombre a su lado pareció notar el asombro en el rostro de la chica y también se detuvo, aunque no entendió lo que sucedía hasta que desvío la mirada hacia adelante, ahora sólo se encontraban Boyd y Derek cruzados de brazos.
—¿Sucede algo, Selena? —preguntó él—. ¿Los conoces?
La chica se aclaró la garganta enseguida y le dio una corta mirada antes de volver a ver a Derek.
—Sí, yo... Eh.—Selena negó y caminó hasta ellos—. ¿Qué hacen aquí? —masculló con dureza antes de que Thomas llegara a su lado.
Derek no contestó, a su lado, Boyd también decidió permanecer en silencio evadiendo la mirada intrigada de Selena. Cuando Derek le prestó atención a Thomas por primera vez, su mandíbula dejó de estar tensa por unos segundos sintiendo como su presión descendía tan rápido como una cascada. Le dio una mirada a Selena y de nuevo al hombre.
—¿Thomas? —preguntó deseando recibir una respuesta negativa.
Cuando Thomas volteó a verlo prestándole más atención que la primera vez, su expresión se relajó.
—¡Hombre! —dijo repentinamente confundiendo a Selena y a Boyd por igual—. Creí que habías decidido no volver a este pueblo.
Derek le dio una mirada de reojo a Selena que ella no notó y le sonrió forzadamente a su antiguo amigo.
—Sí, bueno, las cosas no siempre salen como uno quiere —suspiró—. Oye, ¿sabes? Creo que lo mejor es que te vayas.
Thomas retrocedió frunciendo el entrecejo mientras le daba una mirada confusa a Selena. La chica quedó perpleja ante la forma de hablar tan brusca de Derek, pero luego se convenció asi misma de que no debía ser sorpresa para nadie.
—No, él no irá a ninguna parte —murmuró Selena molesta, pero con una sonrisa forzada en su rostro—. Estoy por hacer una fiesta y esperen... —Fingió pensar por unos segundos y luego les dio una mirada a ambos—. Cierto, no están en mi lista.
—Es que... —Derek soltó un bufido y le señaló la casa con la mirada—. Hay problemas con lagartos.
—¿Lagartos? —Thomas enarcó una ceja.
Selena entendió a lo que se refería Derek enseguida y volteó a ver al hombre logrando que los vidrios de las bebidas choquen entre sí.
—Creo que será mejor que vuelvas luego —soltó ella repentinamente—. La fiesta comienza a las once, sin presiones, no te preocupes. Me encargaré del... lagarto y todo estará perfecto —dijo Selena dudando de como le alcanzó la voz para hablar tan rápido.
—¿Segura? Yo puedo...
—No, tranquilo, de verdad. ¿Puedes darle aquella caja a Derek?
Thomas le dio la caja algo dudoso, pero luego, algo pareció hacerle click en la cabeza. Les dio varias miradas a ambos, ignorando a Boyd detrás de Derek.
—Creí... —Su mirada quedó fija en Selena—. Creí que no recordabas a Derek.
Selena estuvo a punto de contestar mientras dejaba la caja en el suelo, hasta que todos voltearon al oír un ruido ensordecedor. Ella formó puños en sus manos mientras veía pedazos de vidrios y un charco enorme de líquido alrededor de los pies de Derek junto a la caja casi encima de sus zapatos. Él tenía la mirada en el suelo y cuando levantó la vista hasta la chica, lo único que salió de su boca fue un:
—Upss.
Un tic nervioso cruzó la mirada de Selena mientras parecía que le consumían las ganas de abalanzarse hacia él con garras asesinas, si las hubiera tenido.
—¿"Upss"? —repitió Selena incrédula.
Incluso si Derek intentaba fingir, Selena y Boyd sabían que lo había hecho a propósito.
—¿Saben? Mejor me voy, podemos hablar más tarde, en la fiesta —dijo Thomas interrumpiendo la tensión del momento—. Nos vemos, amigo.
Derek le dedicó una sonrisa fingida y luego volteó la mirada hasta Selena.
—Lo has hecho a propósito —habló Selena mientras las luces de la camioneta los alumbraban una vez más antes de partir—. Carajo, Derek, ¿tienes idea de cuánto gasté en eso?
—Fue sin querer, yo no...
—¿No te cansas de joderme la vida, cierto? —soltó mostrándose por primera vez molesta. Incluso si era una actitud entendible, Derek sabía que era algo impropio de ella.
Él apretó sus dientes mientras Selena tomaba su teléfono del bolsillo del pantalón. Volvió a rechazar una llamada mientras soltaba un suspiro. De repente, tuvo las inmensas ganas de beber.
Se escucharon un par de golpes dentro de la casa y todos se voltearon con alerta.
—¿Scott está ahí? —Dio un paso con la intención de subir las escaleras, pero Derek la detuvo sosteniendo su brazo—. ¿Está ahí?
—No estaba —contestó Derek en un murmullo.
De repente, la puerta se abrió y de ahí salieron volando los cuerpos de Isaac y Erica. Quedaron tendidos en el suelo inconscientes, Selena les dio una corta mirada antes de voltear de nuevo hacia la entrada de su casa. El primero en salir fue Scott, lo que le hizo pensar a su hermana de que él había sido el responsable de golpear a Isaac y Erica. Luego lo siguió Allison y por último, Stiles.
—Ahora entiendo por qué me rechazas, Scott —habló Derek con tranquilidad—. No eres un Omega. Eres el Alfa de tu manada. Pero no puedes vencerme —dijo con una sonrisa.
—Te detendré hasta que llegue la policía —dijo Scott.
Selena alzó la mirada hasta el techo de su casa y dio un paso hacia atrás. Inconscientemente se resguardó detrás de Derek quién ya había advertido al Kanima acechándolos. Scott le dio una mirada rápida a su hermana y luego, corrió hacia ella junto a Allison y Stiles. Todos observaron a la criatura huir de ahí con una habilidad trepadora excelente.
—Oigan —murmuró Selena al ver qué alguien se acercaba desde adentro.
Lydia salió de la casa con un aspecto de preocupación y miedo mientras agitaba uno de sus brazos. Sostenía un teléfono en su mano con el que seguramente había llamado a la policía anteriormente.
—¿Alguien puede decirme que diablos está pasando?
Scott volteó a ver a Derek y luego a sus amigos notando que la mayoría pensaba los mismo que él.
—Es Jackson.
N.A
Lamento mucho actualizar tan tarde, pero es un capítulo que no me da para guardarlo hasta mañana. Estaba emocionada por el que lo leyeran, así que espero lo hayan disfrutado al igual que yo al escribirlo.
Dejen sus teorías aquí ➛
Y díganme, ¿qué pasará en la fiesta de Selena? ;)
Por cierto, este es Thomas /
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