O2. LAS REGLAS DE LA VIDA
Esos eran los buenos tiempos.
Los tiempos en donde Venus y Christopher arropaban a sus hijos al dormir y les cantaban canciones de cuna para después irse a hacer cualquier actividad divertida en su habitación sin preocupaciones. O esos donde hacían cenas familiares sin que alguno de los niños dijera "ser vampiro es un asco" creando incomodidad en la sala y a un Christopher muy poco convencido de su opinión.
Para él las ligaduras familiares eran lo más importante. Después de todo "si tienes sangre de una familia rica, eso es lo que serás cuando crezcas. Es lo que define tu futuro en la vida" Siempre les repite eso. Es casi como el lema familiar. Y que insulten su procedencia se le hace una gigantesca falta de respeto.
Educar hijos puede parecer una tarea sencilla, hasta que nacen y tienes que correr por sus biberones como un maratón. Para Venus y Chris se sentía así. Hasta que se vuelven más conscientes y todo cambia. Absolutamente todo.
Año 2090 - etapa: pre-adolescencia
— ¡Seungmin Bang, no le hables así a tu madre! — regaña Christopher a su hijo al alzarle la voz a su mayor— escúchame, ya tienes edad para hacer lo que quieras pero no por eso tienes que tratarnos así
— ¿Para qué sirve ser vampiro si no puedo salir a morder a quien yo quiera? — reclama molesto sin prestarle atención a su actitud
— Cariño, nosotros no somos como en las películas. No mordemos a quienes queramos. Hay muchos ejemplos, como lo del ajo, la estaca en el corazón y el sol, son puras mentiras— explica la mujer tratando de estar calmada
— ¡Mienten! ¡siempre lo hacen!
— Seungmin ¡Seungmin Bang, regresa aquí!
El rubio se va de la mansión dejándolos. Christopher maldice yendo a la barra de la cocina, donde toma whisky
— Se supone que ya tiene 100 años y parece como si tuviera 30 — murmura enojado.
— Sólo está confundido, Chris.
— ¿Lo ves? nunca debimos dejar que vieran televisión humana, sólo les meten ideas malas en la cabeza. Ahora desconfía de nosotros como si no fuéramos sus padres.
— Christopher — le llama la atención señalando con sus ojos las escaleras, donde están el resto de niños observando con atención. Nunca les ha gustado discutir en su presencia, no quieren que tengan ese trauma. Venus sube los escalones hasta llegar a ellos — chicos, es muy tarde ¿por qué están despiertos a esta hora?
— ¿Papá está molesto? no me gusta cuando está así — cuestiona I.N al verlo tan serio desde lejos.
— No te preocupes, lindo, sólo está cansado. Tuvo mucho trabajo hoy.
— ¿A dónde fue Seungmin? — pregunta Changbin frunciendo su ceño.
— Salió a buscar dulces para ustedes pero se los dará mañana. Es malo comerlos a esta hora, puede darles un rebote de azúcar — agarra de las manos a Hyunjin y Han — vamos al cuarto un rato.
Se lleva a sus hijos dejando solo a Christopher en el bar. Sabe que la rebeldía es parte esencial de los jóvenes, él pasó por esa etapa, la diferencia es que jamás se había comportado así con sus papás. Odia que su hijo haya heredado su lado desinteresado.
— ¿Lo vas a esperar ahí? — su esposa aparece a su lado viéndolo beber.
— Así es. Quién sabe a dónde habrá ido, seguramente ya tiene amigos de esos que sólo te llaman para... — la mujer carraspea su garganta interrumpiéndolo y señala arriba — ah, ¿ahí está? qué bien.
— Sí y podrías ir a charlar con él. Cariño, entiende que están en el punto de la madurez. Sus cuerpos y mentes están cambiando al igual que su forma de afrontar la vida.
— ¿Entonces por eso tiene el derecho de tratarme como si fuese su bro o algo así? — rueda sus ojos harto. Venus pone su mano en su hombro.
— Tú más que nadie deberías entender a Seungmin. Después de todo, tú eres el que pasó la juventud más lento que una tortuga. Yo me volví vampira cuando cumplí los 21 y ya era una adulta — se cruza de brazos
— ¿Y por qué debo ir yo?
— Porque tú eres el que le gritó feo.
— ¡Bien, iré! para no causar más conflictos — se rinde dejando el vaso de alcohol, el cual no le sirve de nada porque ni siquiera le hace algún efecto, sólo disfruta su sabor. Se inclina para besar a Venus pero aparta la cara — Ay, no, no, conmigo no te pongas así.
— Cuando hayas arreglado el problema, es donde se te felicita — pone su mano en su pecho echándolo para atrás.
Christopher pone los ojos en blanco y se va al patio. Vuela hasta el techo donde halla a su hijo sentado en la teja cerámica. Se agacha a su lado siendo ignorado olímpicamente.
— Es imposible que te quedes tanto tiempo sin dirigirme la palabra — habla rompiendo el silencio— soy tu padre, Seungmin. Quiero lo mejor para tí tanto como tu madre.
— Hay cosas que no entiendo.
— No las entiendes porque no tienen sentido ¿Cómo se te ocurre que alguien nos puede asesinar sólo por acercarnos una planta? es una tontería.
— En las películas tiene más sentido.
— Por eso se llaman "películas", nada de lo que pasa en ellas es real. Los vampiros no somos tan feos como nos muestran. Aunque... Tu abuelo tenía una barbilla muy grande. Eso sí es cierto.
El chico ríe ante la ocurrencia de su padre.
— Lo que trato de explicarte es que nunca debemos creer todo lo que vemos. A veces lo que parece real no lo es, Min.
— No es sólo por las películas... — murmura, el mayor frunce su ceño sin entenderle — como se acerca Halloween, la maestra nos mandó a hacer una exposición sobre los monstruos más temidos de la época. Unos compañeros hablaron sobre nuestra especie y no fue muy agradable que digamos...
— ¿Me quieres contar qué dijeron?
— Algunos decían que los vampiros éramos egoístas, que solo pensábamos en nosotros mismos al querer morder a las personas para nuestro propio bien. Supongo que por eso, he tenido ganas de morderlos y que vean lo que realmente significa serlo.
— Ay, Seungmin... Hay muchas cosas que debes aprender de nosotros — palmea su hombro — pero para eso estamos tus padres, para guiarte y hacerte entender los temas que no entiendas. Además, si no regresas conmigo abajo, probablemente tu madre me cuelgue del candelabro del salón.
Ambos sueltan risas ya un poco más cómodos.
— Si quieres puedo darles una lección a esos chicos que juzgaron a nuestra especie, pero eso sí, no se lo cuentes a tu mamá— dice en voz baja, él asiente convencido de la idea.
Regresan al interior de la mansión, donde van a la sala hallando a toda la familia reunida, quienes al ver a su padre se quedan en silencio. Los chicos aprendieron a respetarlo, tanto en las buenas como en las malas pero nunca será igual que con su madre. Puede parecer bastante tranquila y amorosa pero cuando está enojada, la situación se mueve entre la vida y la muerte.
— He decidido que ya es hora de enseñarles las reglas básicas de esta casa. Ya tienen edad para comenzar a adentrarse más en el núcleo familiar — anuncia Chris, Venus lo mira confusa ante esa inesperada noticia. Chasquea sus dedos y aparece un pergamino, se coloca sus gafas empezando a leer — aquí nunca actuamos solos ¿alguno sabe por qué?
Han alza su mano — si estás solo, nadie te puede ayudar.
— Exacto. Y para eso está la familia. Si se meten con uno, se meten con todos, así de sencillo. Así como tampoco hay mentiras. Esto es una relación, como la de su madre y yo, nosotros no nos decimos falsas verdades. Eso crea desconfianza y puede traer consecuencias.
— Si digo una mentira ¿se me caerán los colmillos? — pregunta Hyunjin asustado.
— Sí/no— contestan los mayores al mismo tiempo, se miran entre sí y la mujer entrecierra sus ojos para que le diga la verdad al niño — lo que dice tu madre.
— No se caerán.
— No mordemos ni asesinamos inocentes sin pruebas. Verán, en la familia Bang sólo se muerde a los humanos quienes sean parte oficial de la familia, como su madre cuando se casó conmigo. Sólo asesinamos si de verdad lo vemos necesario y yo lo mando.
— Qué feo debe ser morder un cuello — murmura Changbin mirando a la nada.
— Si en algún momento, uno de nosotros es torturado o secuestrado, por el bien de la familia es mejor no nombrarla. Esto para evitar que vayan detrás de loa demás. Si eso pasa, todos estaríamos corriendo peligro.
— Así como por nada del mundo hay que revelar lo que hacemos ni lo que somos — completa Venus poniéndose a su lado.
— ¿Qué es lo que hacemos?
— Somos vampiros criminales justos que ayudan a la sociedad porque la política y las personas son corruptas— responde Jeongin seguro.
— Eso, hijo.
— La última pero no menos importante; siempre trabajamos juntos. Entre la familia hay que apoyarnos. Si hay que dar la vida por todos, se hace. No se duda ¿Saben por qué?
— Porque la familia nunca te abandona — contesta Felix sonriendo.
— Exactamente.
— ¿Cómo se le agradece a papá cuando nos enseña algo nuevo? — cuestiona Venus con una sonrisa.
— ¡Con un abrazo!
Todos los niños corren hacia el mayor rodeándolo por la cintura, amontonándose entre sí al ser bastantes personas. Minho toma la mano de su madre abrazándola también formando una bola gigante.
— Yo también los quiero mucho muchachos, pero no me hagan enojar tanto o me saldrán canas y arrugas 500 años antes — exclama Chris con una sonrisa dulce en su cara al ver a su familia.
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