(2) ▒⃝⃟꙰꙰▒ꦿ꙰TSUNAMI!
Tsubasa fue el primero en abrir los ojos. Había estado inconsciente unos cuantos minutos. Ishizaki y Genzo lograron recobrar la consciencia también.
Se pusieron de pie, un poco adoloridos, y observaron el lugar: edificios destruidos, calles abiertas, personas llorando, cables de electricidad rotos... Pero lo peor de todo, fue que hallaron al cuarteto Shutetsu muerto. Estaban debajo del tejido de la cancha.
─N-no...─ Tsubasa se tapó la boca por el pavor que le producía esa escena.
─¿P-por qué ellos?─ la vista de Ishizaki se tornó vidriosa.
─Izawa... Kisugi... Taki... Takasugi...
Entonces Genzo se dio cuenta de que Misaki estaba debajo de una columna de luz, bah, en realidad eran sus piernas las que estaban debajo de la columna.
─¡MISAKI!─ corrieron hacia él e intentaron levantar la columna con todas sus fuerzas.
─A-amigos─ se oyó su voz.
─Descuida, te vamos a sacar de aquí─ dijo su compañero de oro.
Genzo logró levantar la columna haciendo fuerza con sus brazos.
─Ay, por Dios─ dijo Ishizaki al ver el sangrado masivo de sus piernas.
─Me... me duelen mucho─ se quejó el joven herido.
─Al menos tú sí sobreviviste─ susurró Tsubasa.
─Esto es grave. Tenemos que llevarte a un hospital lo antes posible─ dijo Wakabayashi.
─¿Cómo lo hacemos?─ preguntó Ishizaki.
─Tenemos que buscar transporte, pero primero...─ el oji-verde se arrancó las mangas de su buzo, y las usó como vendaje.
─¡Auch! ¡Me duele!
─Tienes que resistir─ le dijo Genzo─. Listo. Así al menos evitaremos más sangrado.
─Muchas gracias─ sonrió apenas.
─Ven. Yo te llevo─ Tsubasa lo tomó del brazo y lo colocó detrás de sus hombros.
─Qué desastre─ dijo Misaki─. Todos están muertos y no tenemos a donde ir. Quién sabe si nuestras familias están bien...
De repente, se oye el sonido de una alarma. Las personas comienzan a correr desesperadas por todas partes.
─Tenemos que irnos, ¡ya!─ dijo Genzo.
─¿Qué es ese sonido?─ preguntó Ishizaki confundido.
─¡¿QUÉ ACASO NO SABES, IDIOTA?! ¡ES LA ALARMA DE TSUNAMI!
─¡¿TSUNAMI?!
─¡Tenemos que ir a la colina más alta que haya! ¡Ahora!
─¿Y dónde es?─ preguntó Misaki.
─Es la montaña Konomi, está a diez kilómetros de aquí.
─¿Cómo llegamos antes de que nos atrape el agua?─ preguntó Tsubasa.
Genzo buscó con la mirada un medio de transporte. Encontraron un auto vacío.
─¡Allá! ¡Vamos!─ salieron corriendo de la cancha. Tsubasa cargó a Misaki en su espalda para que no tuviera que hacer esfuerzo en correr.
─A ver, a ver...¿Tú desde cuándo sabes manejar auto?─ le preguntó el de orbes azules.
─No debe ser tan difícil─ abrieron las puertas. Genzo y Ryo adelante, Tsubasa y Misaki atrás─. Veamos...─ dio vuelta llave que ya estaba puesta y el auto arrancó.
─¡RÁPIDO!─ gritó Ishizaki. Desde atrás se veían las olas llevándose puesto todo a su paso.
Genzo pisó el acelerador y movía el volante tanto como podía.
Las olas azotaron la cancha.
─Adiós, amigos...─ Tsubasa derramó unas lágrimas, y se dispuso a no mirar atrás.
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