# Once
Te acercaste a la pared más cerca que tenías, tomando la cortina y jalándola de una haciendo que los clavos que la sostenían salieran volando.
Y el polvo te hiciera estornudar, luego de recobrar la postura, viste la pared.
Toda la pared estaba cubierta de fotografía, y en cada una estaba tu rostro.
Algunas eran tomadas desprevenidas, mientras trabajabas o simplemente veías la televisión.
Otras, eran capturas de las cámaras de seguridad d la casa contigo en diferentes habitaciones de la casa.
Las que más te dejaron sin habla era de cuando estabas desnuda saliendo del baño o en tu habitación.
— Qué bonita es mi ama~ — se escucho el chillido de felicidad de Chifuyu — ¡Linda linda linda!
El humanoide se había salido de control totalmente.
— Chifuyu, ¿podemos hablar?
— Pero si ya estamos hablando — habla el — Sabía que mi ama era tonta pero no para tanto
Una pequeña risa acompañó su última frase.
— Cara a cara... — pides
— Ohh, que mas me gustaría que verte de cerca y tenerte contra mi cuerpo — habla como un loco enamorado
— Puedes... Si me dejas salir de aquí...
— No — su voz tierna y dulce cambio a una sería e intimidante.
Todo tu cuerpo se estremeció ante su tono de voz.
— Mi linda ama, no me tengas miedo, no haré nada que no quieras — nuevamente cambiando su tono d voz
— Entonces, ¿me dejarías salir?
— Ama, no me haga entenderle por las malas que no puede salir de ahí — Habla cansado de que insistiera con eso — No quiero que me odies
— ¡Joder Chifuyu! ¡Estar aquí no es nada bonito! — exclamaste enojada.
— Necesita un tiempo a solas ama, tu vocabulario es inapropiado — dice el oara después apagar la bocina por la cual te hablaba.
Soltaste un grito frustrada, para después buscar algo en el sótano para salir.
Antes de que encontrarás a Chifuyu, tu sótano era una bodega de cosas viejas, posiblemente hay hubiera algo.
Pero ahora, Chifuyu había limpiado todo, evitando que hubiera algún objeto para forzar la cerradura de la puerta y salir.
Al cabo de unas horas, tu estómago empezaba a pedirte comida, pero no había nada en es lugar.
Cuando escuchaste como la puerta de metal rechinaba al abrirse, fuiste a ver buscando algún método de salida.
Pero Chifuyu ya había cerrado al puerta a sus espaldas. Con el traiga una bandeja de comida.
— mi linda ama tendrá hambre ¿no? — dice en un tono dulce.
Lo miras a los ojos, y aún tenía ese tono rojo encendido en ellos, pero ahora sus pupilas tenían formas de corazón, y sus mejillas ligeramente sonrojadas.
— Aww, si supieras _____ de las muchas formas que te imagino en mi cabeza — chilla el de alegría.
— Chifuyu, ¿por qué no puedo salir?
— Solo no puedes entiéndelo — dijo enojado para después dejar la bandeja de comida en una mesita
Se acercó a ti y sin previo aviso de tomo del mentón, acerado su rostro al tuyo para después besarte en los labios.
Trataste de alejarlo pero el solo te aferraba más a su cuerpo, hasta que terminaste accediendo.
Sus labios se movían sincronizados, era como su sus labios estuvieran hecho a la medida para ti.
Sentías como sus labios se sentían tan reales, te besaba tan bien que pedía que jamás terminará.
Hasta que termino por falta del aire se separó no sin antes morder tu labio inferior jalándolo hacia el, pero sin lastimarte.
— Aww linda linda linda, que linda es mi ama — chilla de emoción el — ¿Puedo besarte otra vez?
Por tu mente paso una idea, y es que si eras como el quería, si dijeras que si a todo, tal vez, te dejaría salir.
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