🐇⤾·𝗙𝗶𝗳𝘁𝘆 𝗳𝗶𝘃𝗲

Cuatro años habían pasado y Yunho y Jongho no podían ser más felices con sus conejitos, sus trillizos aún no aprendían a cambiar de forma y tal vez, sólo tal vez, Yunho ya quería verlos como conejitos, debían ser pacientes pues en algún momento algunos de sus hijos cambiaría de forma.

—¡Papi!¡Papá!— Jongho abrió sus ojos al escuchar a Jungwon.

Despertó a Yunho y cuando ambos miraron a su hijo notaron una bolita de color negro en sus pequeñas manos y no fue difícil deducir que era Kyungho.

—Honnie conejito— El conejo salto a la cama y miro a sus papás— Es bonito, ¿Puedo jugar con él?

—Claro que puedes— Ánimo Jongho.

Jungwon cambió de forma y eso pareció alegrar a Kyungho, ambos conejitos se pusieron a jugar en la cama brincando casi encima de sus papás.

—Yun, nuestros hijos son muy tiernos— El pelinegro asintió— Jungwon ya no va a jugar sólo.

—Nunca a jugado solo— Beso su mejilla— Y Kyungho sabrá volver a su estado normal— Jongho lo miró y asintió no muy seguro— ¿Y si los mandamos a jugar fuera de nuestra cama? Digo por cualquier cosa.

—Es una opción.

Jungwon fue el primero en saltar fuera de la cama, al estar por cumplir seis años y que Jongho le había enseñado un par de cosas ya podía saltar de lugares medianamente altos sin lastimarse, aunque Yunho aún lo veía muy chiquito y creía que si se podía lastimar, por eso cuando Kyungho quiso imitar a su hermano Yunho lo tomó y lo colocó en el suelo, el mayor era muy protector con sus hijos más que Jongho parecía ser.

—Si sabes que Honnie tiene que experimentar en esa forma ¿Cierto?— El pelinegro bufó.

—Esta pequeño se podría lastimar— El menor negó.

Ambos estaban por levantarse de la cama cuando otros dos conejitos llegaron, está vez eran Jinha y Yoobin, no fue difícil saber quién era quién pues con sus orejitas y cabello sabían que color serían, Jinha era de un café oscuro mientras que Yoobin de uno más claro además de que su pecho era blanco, Yunho agradecía que fueran distintos.

—Nuestros conejitos ya aprendieron a cambiar de forma— Yunho lo miró a su novio— ¿Qué?

—¿Cómo van a volver a ser unos niños?

—No lo sé, pero van a aprender, Wonnie aprendió rápido seguro nuestros conejitos también, aunque mi mamá dijo que yo tarde seis horas en cambiar de forma— Murmuró— No sé que tanto te sirva eso, vamos a hacer el desayuno.

—No, yo iré a preparar el desayuno y tú enséñale a nuestros hijos a volver a cambiar de forma— El menor resopló, su novio a veces no era muy divertido.

Igual cambio de forma para irse con sus conejitos los cuales se alegraron al verlo, Yunho no va a negar que fue extraño ver a su familia siendo unos conejos pero él sabía que eso pasaría en algún momento.

Estaba por llegar a la cocina cuando el timbre se escuchó así que fue a abrir, al hacerlo se encontró con su vecina que cada jueves a la misma hora tocaba el timbre de su casa y le pedía algo.

—¿Si? ¿Ahora que se te olvidó comprar ayer?— Porque esa era su excusa y no era nada creíble pero igual le daba lo que quería porque de otra forma de quedaba a platicar como si él no tuviera nada mejor que hacer.

—Harina, planeó hornear un pastel— Yunho ni se molestó en verse interesado.

Sintió como tocaban su pierna así que bajo la visita se encontró a Jinha, se sorprendió de que aún siendo una bebé, porque para él aún lo eran, ya estuviera molesta según sus orejitas.

—¿Tienes un conejito?— La mujer se colocó de cuclillas para tomar a la conejita.

—Yo no har-...— Lo dijo demasiado tarde, o más bien a propósito, pues Jinha se orinó en ella.

—Es mi hija— Jongho se la arrebato y cerró la puerta.

—Bueno quizás así ya deja de venir— El menor frunció su ceño— Tú mandaste a nuestra hija, pero bueno ¿Que hago para el desayuno?

—¡Waffles!— Escucharon a Jungwon— Y manzana— Yunho sonrió y asintió.

—Bien, pero sigo precupado por mis hijos que siguen siendo unos conejitos— Jongho y Jungwon miraron a los otros tres conejitos.

—Ya veré como enseñarles.

Los trillizos tardaron casi una hora en poder cambiar de forma, los tres se veían muy contentos con lo ocurrido y querían volver hacerlo pero Yunho los llamo para comer, así que lo dejaron para más tarde.

Ese día los conejitos se la pasaron jugaron, así que Yunho y Jongho quitaron cualquier cosa que ellos pidieran romper y lastimarse.

—Son los conejitos más lindos que he visto— Murmuró Yunho viendo a sus hijos.

—Lo son— El mayor lo abrazo y beso su mejilla— Sabes que no debes preocuparte tanto por ellos, al menos no en esta forma.

—No quiero que nada les pasé— Jongho sonrió.

—No les pasará nada— Giró su rostro para poder besar al mayor.

—¿Cómo estás tan seguro?— El castaño sonrió.

—Porque soy un conejo y míralos sólo están jugando— Yunho miro a sus conejitos y sí, sólo jugaban entre ellos y una pelota— Así que tranquilo, todo está bien.

—Me voy a relajar un poco, pero no me voy a mover de aquí— Jongho no le insistió, tomaría tiempo para que Yunho dejará solos a los conejitos, hasta entonces estaría pendiente de cualquier mínimo movimiento de sus hijos.

A pesar de todo su familia era perfecta y no la cambiará por nada.

—¿Por qué mis orejitas son diferentes?— Preguntó Jungwon que desde hace algún tiempo lo había notado.

Yunho y Jongho nunca tuvieron esa plática, era evidente que Jungwon notaría que sus orejitas eran distintos a las de sus hermanos y Jongho, pero no lo hicieron.

—Oh, bueno Wonnie— Jongho miro al mayor para que le ayudará.

—Hay muchos tipos de conejos y tú...

—Es complicado— Interrumpió Jongho— Y no estamos seguros de decírtelo ahora, pero te prometemos que cuando seas más grande te lo diremos ¿Está bien?— Acaricio las mejillas de su hijo y le sonrió cálidamente, Jungwon asintió— Nosotros te amamos tanto desde el primer instante que te conocimos— Beso su frente.

—Bueno en realidad...

—¡Yunho!

—Te amamos desde el momento que babeaste toda mi cara— Jungwon rió por eso— Eso mismo hacias, eras muy malo conmigo y tus hermanos igual, pero eras un bebé muy lindo.

—¡Yo también los amo!— Intento abrazar a sus dos papás pero no lo logro sus brazos aún eran muy pequeños, así que Yunho por cargo y Jongho los abrazo, después se les unieron sus tres hijos.

Bueno sus hijos ya habían aprendido a cambiar de forma y les había gustado, así que Yunho pudo estar tranquila sin recordar que faltaba un detalle más.

—Yunho— El pelinegro lo miró— Si sabes que ahora falta saber sí serán omegas o alfas— El mayor se le quedó mirando.

—Esto no me lo dijiste antes de dejarte embarazado— Jongho golpeó su brazo— ¿Eso cuando se sabe?

—Bueno ahí si falta mucho, pero a los catorce...

—¡¿Cómo?!¡Aún serán unos niños!— Jongho le pidió que guardara silencio pues su hijos estaban dormidos— ¿Desde los catorce van a querer conejitos?

—No, así no funciona, del todo, ya cuando sean más grandes y ellos quieran pues si— Murmuró.

—Ah bueno— Soltó aliviado— Dejemos de hablar sobre cosas feas y mejor a dormir— El menor sonrió y lo abrazo después de que Yunho apagara la lámpara.

A pesar de todo Yunho no terminaba de entender muchas cosas, pero al menos ya lo sabía casi todo.

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