CAPÍTULO DIEZ: DESESPERADO ERROR
Una alarma interrumpió el sueño de Ha-ri cuando se hicieron las seis y quince de la mañana. Abrió los ojos con pesadez tratando de encontrar su teléfono y lo apagó tirándolo nuevo en su bolso. Estaba por levantarse, sin embargo, sintió un peso en su espalda el cual le impedía moverse. Giró su cabeza despacio encontrando a Lee Know dormido con un brazo alrededor de su cadera. Iba a gritar pero se tapó la boca y se movió para salir de ahí, terminando tirada en el piso.
Se puso de pie impactada. Su cara era una odisea. Examinó la habitación viendo ropa tirada en el suelo y a su jefe semi desnudo. Por suerte, ella tenía una camisa blanca que le quedaba el doble de su talla.
¿Qué había pasado anoche? Lo último que recuerda es que el señor Lee le ofreció beber y tomó una que otra copa, de ahí para allá todo se vuelve borroso, aún así, las pruebas de esa mañana son una clara respuesta de lo pasó: se acostó con su jefe.
— ¡AHHHHHH!—grita al pensar el tremendo error que cometió. Lee Know puede que tenga el sueño muy pesado, pero con ese escándalo, se despertó de inmediato mirándola recoger sus cosas como flash.
— ¿Señorita Jung? ¿Qué...? — se miró a sí mismo viéndose en ropa interior y soltó una maldición poniéndose los pantalones. La vió agarrar su chaqueta e irse —¡Oye, espera!
Ha-ri lo ignoró y cerró la puerta corriendo como si su vida dependiera de ello. Él castaño pasó sus manos por su rostro con frustración pensando cómo resolvería esto ¿Cómo pudo ser tan imbécil de dejarse llevar? No fue culpa de ella, lo sabe muy bien, se le nota que no quería hacerlo. Tendrá que encontrar una solución a su descuido.
Tan pronto como llegó a su casa, Ha-ri se metió bañar. En el camino muchas personas la miraban extrañados y otros con gracia, no entendía esa reacción ¿Acaso saben cuando un omega tiene sexo con una alfa? No le prestó mucha atención. En la ducha, usó más jabón del que debería, lavando su cuerpo más de tres veces para sacar el olor a cigarro que tenía. Al salir, se cambió y echó perfume a montones.
Estaba muy preocupada. Quería tener una relación de jefe-secretaria totalmente sana y lo ha tirado todo a la borda por haber aceptado esa estúpida invitación. Si se habría ido a su casa, no estaría cometiendo tantas infracciones. Las puertas del ascensor se abrieron y paró en seco al ver a Lee Know hablando con Ye-ji, decidió pasar de largo, aún así eso no funcionó ya que la persiguió.
— Oiga, señorita Jung, debemos hablar — habla detrás suya. Ella entra a la oficina dejando sus cosas en el escritorio y él cierra la puerta evitando que se vaya —Tiene que escucharme.
— No tenemos nada de qué hablar — murmura sentada y con la cabeza gacha. Lee Know puso una silla a su lado mirándola directamente para estar más cerca- déjeme en paz, por favor.
—Ha-ri, no te invité anoche para eso, en verdad, no quería que terminara así. No soy ese tipo de alfa. No tengo idea de qué me pasó anoche —explica viéndola con angustia.
—Lo entiendo, sólo quería buscar una omega para satisfacer sus necesidades y, por desgracia, fuí tan tonta que confíe en que usted no me haría nada — siguió sin mirarlo.
—No, no es así.
— ¿Por qué se empeña en aclararme las cosas? Yo sabía que en algún momento esto pasaría. Ningún alfa es capaz de soportar un celo teniendo a una omega al frente suya. Sólo me utilizó, eso es todo y muchos lo han hecho, pero no por eso voy a renunciar —contesta tratando de mostrarse tranquila pero por dentro tenia mucho miedo
— Espera — intenta detenerla. Ella logra salir y él aprieta sus puños de la rabia mirándola caminar —HA-RI ¡REGRESA A LA OFICINA AHORA!
Se quedó quieta en su lugar al oír el semejante grito que le pegó. Los empleados se asustaron y los observaron en silencio. Lo que más los impactó es que la nombrada se fue sin hacerle caso. Lee Know tiró un puertazo y se encerró en su lugar de trabajo, jalando su cabello y sintiendo un inmenso dolor de cabeza, queriendo asesinar a alguien ahí mismo.
— Disculpe, señor Lee... — Felix y Hyunjin entran lentamente para revisar cómo se encuentra.
—¡VÁYANSE DE MI OFICINA! —ambos huyen y corren temerosos sin pensarlo ni dos segundos. Se tira en su silla apretando su mandíbula debido al dolor de pecho que tenía —si quieres alejarte de mí, entonces eso harás.
Ha-ri había decidido ir por un café doble cargado con crema al sentirse extremadamente débil. Quizás el estrés la tenía así. Sólo quería terminar su jornada, llegar a casa, comerse una pizza y dormir durante horas. Caminó a paso lento por el pasillo de recepción. Ye-ji, al verla, corrió hacia ella.
—¡Ha-ri! ¿POR QUÉ? ¡eres tan buena persona y amiga! ¡NOOO! —lloriquea.
— ¿Qué sucede, Ye-ji? —frunce su ceño. La pelirroja le extiende un papel con lágrimas en los ojos y ella lo revisa leyendo claramente la palabra "despedida" muerde su labio inferior yendo directamente a hablar con Lee Know. Entra a su oficina encontrándolo trabajando como si nada — ¿me va a despedir? ¿Esa es su solución después de lo que pasó?
—Así es ¿para qué voy a tener una secretaria que no quiere ni atender a su jefe? Recoja sus cosas y larguese — indica sin mirarla.
— señor Lee, olvidaré lo que pasó anoche pero...
—No quiero que lo olvide —la mira directamente y ella lo observa confusa. ¿No debería estar molesto? ¿Por qué se preocupa tanto en que lo que pasó no se vuelva un malentendido? —yo sólo... Mierda, váyase.
—Por favor. Sabe muy bien que necesito este trabajo.
— Si me habría hecho caso, esta situación sería diferente— afirma.
Ha-ri baja su mirada y suspira dándose por vencida. Nunca pondría convencerlo de ninguna forma. Se acercó a su mesa recogiendo su bolso y fue a la puerta en silencio.
— No quería utilizarla para eso— escuchó las últimas palabras de su jefe y se retiró de allí.
Encontró a sus compañeros esperándola, todos con semblantes desanimados. Se habían encariñado con su presencia y sólo llevaba menos de un mes trabajando junto a ellos. Odiaban a Lee Know en esos instantes por despedir injustamente a una de las mejores personas en ese piso.
—No se preocupen... Si él lo quiso así, así será. Encontrarán un reemplazo rápido —sonríe un tanto triste.
— ¿Ahora quién nos traerá galletas y café con leche en las mañanas? — Jeongin llora en el hombro de Christopher.
— Podemos seguir siendo amigos fuera de la oficina ¿no creen? — asienten y mueven sus manos despidiéndose de su amiga. Ha-ri miró a el vidrio detrás de ella, viendo a su ex jefe observando su ventanal totalmente ido de ese mundo.
Soltó el aire acumulado en sus pulmones y comenzó a caminar, hasta que se detuvo por un fuerte mareo y un desmayo. Los chicos corrieron a revisarla y comenzaron a gritar pidiendo ayuda.
—¡Ha-ri! — Lee Know la sentó en el suelo dándole toques en su mejilla para despertarla. Al notar que realmente estaba mal, la cargó llevándola de regreso a su oficina, donde la sentó en su silla inclinándola un poco. Se acercó a ella tocando su frente, notando que tiene fiebre— algo le pasa.
— ¿Vió? ¡el despido la puso así, tremendo susto le metió! ¡pobrecita! — Ye-ji golpeó el hombro del alfa haciéndolo quejar y le echó aire con un libro.
— ¿Qué hacemos? ¿Llamamos a una ambulancia? ¿Un doctor? — pregunta Felix.
—No, creo que estará bien. Aún así, mi mamá es doctora y para bajar un poco su temperatura, debemos ponerle pañitos fríos en la cabeza — indica Hyunjin. Chris y Jeongin se retiran yendo a buscar los objetos necesarios para su cuidado.
La omega emitió sonidos de queja y se despertó con cuidado encontrándolos mirándola con prevención.
— Me desmayé ¿verdad?—se pone recta en la silla —Perdón por esto, me iré enseguida.
— No te puedes ir ¿Qué piensas? ¿Que tu salud es un juego o no vale nada? — regaña Lee Know haciendo que los presentes se miren entre sí por la determinación en su voz.
— Felix, Ye-ji ¿pueden dejarme a solas con él señor Lee un segundo? —pide, ellos se van cerrando la puerta para no irrumpir. La pelinegra muerde su labio con su vista en el suelo— hace cinco minutos quería que me fuese y ahora no quiere dejarme ir ¿Quién lo entiende?
—Quítese la blusa —Ha-ri alza su mirada a sus ojos en shock —necesito que se la quite.
— ¿Disculpe? ¿Por qué tendría que quitarme la ropa frente a usted? No sea depravado — él alza sus cejas ante su respuesta tan segura. Por lo general nunca usaba ese tipo de expresiones hacia él.
La toma de los brazos desabotonando su camisa y ella lo empuja cubriéndose con un sonrojo inmenso en sus mejillas — ¡Oiga! ¿Se volvió loco?
— Quédate quieta—A pesar de que Ha-ri no quería, se mantuvo estática cuando cortó la poca distancia que tenían, quitando los botones con sus dedos hábiles y dejando la prenda en la mesa — tal como lo suponía.
Una marca. Y no cualquiera: una marca de un alfa. De él. Cuando un alfa muerde a un omega, se conectan mental y físicamente, sintiendo las emociones y los sentimientos del otro. El dolor, el placer e incluso su celo. Una marca no se puede romper fácilmente a menos que alguno de los dos muera u otro alfa marque a la omega, reclamándole como suya.
—No puede ser —susurra Ha-ri impactada al verse en el espejo. Lee Know estaba sentado mirando a otro lado sin saber qué hacer. Lo había hecho. Había marcado a un omega. Y si no se hacía cargo, lo peor no sería la culpa que sentiría, sino el sufrimiento de su alfa al no tener a su omega con él — ¿y ahora qué haremos?
— Lo que hay que hacer— contesta sin encontrar más soluciones—le propongo un trato.
— Esto no me huele nada bien—la chica se vuelve a colocar su blusa y se sienta a su frente.
—Yo no quiero una relación y mucho menos con usted. Dejaremos la marca y continuará trabajando para mí, así no tendremos problemas en sentirnos mal o algo así por no tenernos cerca.
— ¿No estoy despedida? —lo mira con esperanza.
— Desafortunadamente, no— sonríe levemente mirándola aplaudir feliz— aún así, ahora será peor. Debido a que estamos unidos, tendremos diferentes tratos y formas de vernos el uno al otro.
— Lo sé. Mi abuela me ha hablado mucho sobre las marcas. Dicen que si se llega a romper, el alfa y el omega podrían caer en depresión y morir de tristeza. No quiere que eso pase ¿cierto? — él niega dándole la razón — está bien, lo entiendo... De todas formas, algún día alguien debía marcarme.
— Perdóneme por haberla metido en esto, todo es mi culpa— se disculpa— puede tomarse unos días de descanso. La marca hace que se sienta mal unos días pero es lo normal, puede volver después.
— ¿Y qué hará con mi puesto mientras no estoy?
—Buscaré un reemplazo temporal —ella asiente no muy convencida. Lee Know lo siente en él, por lo que se acerca levantando su barbilla — lo prometo, no la voy a dejar sola en esto, señorita Jung. No quiero que nada malo nos pase. La cuidaré de ahora en adelante.
Ha-ri sonríe confiando en su palabra al notar que se porta más sincero que nunca. La puerta se abre y de esta aparecen el resto, quienes se quedan callados al ver la escena.
— Oh ¿llegamos en un mal momento? — interroga Hyunjin.
— Pasen— el alfa los deja entrar y se levanta para que atiendan a su amiga. La mira desde su lugar pensando en qué hará con esa pequeña omega que desde que apareció no ha hecho más que poner su vida patas arriba.
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