Capítulo cuatro ﹙bonita se escribe con m ﹚
— Tengo un regalo para ti. — Habló Morgan a través de la línea telefónica.
El regalo era Maeve sentada en la parte trasera del auto de Morgan. Pero Gideon no sabía eso.
— ¿No puede esperar a mañana?
Sí podría pero Morgan ansiaba por cobrárselas cuando lo despertó cuando Maeve había irrumpido en la UAC. Después de todo aun era temprano.
— No. ¿Dónde puedo verte?
— Los demás se han ido, Pero sigo en el bar.
— De acuerdo. Llegaremos en quince minutos.
— ¿Llegaremos?
Morgan no responde, solo se dedica a sonreír aun sabiendo que no puede verle, pero disfrutando el momento, segundos después cuelga la llamada.
—Oye. — Llama Maeve la atención de Morgan. Este solo emitió un sonido en señal de que siguiera hablando.— ¿Podrías poner unas sirenas? Como si me estuvieran arrestando.
Spencer, quien estaba de copiloto solo se gira hacia atrás viéndola como si estuviera loca.
— No somos policías, Maeve. — Le responde Morgan.
— ¿Eso es un no?
— ¿Quieres que piensen que te arrestaron? — Spencer seguía tratando de descifrar si había perdido la cordura.
— Nunca lo han hecho.
— ¿Nunca te han arrestado? — Pregunta Morgan incrédulo, No creyéndole.
— Pues no.
— Eso es difícil de creer, Preciosa. — Dice echándole un vistazo desde el retrovisor.
— Corro rápido. —Morgan guarda silencio ante su respuesta, pareciendo creerle.— Y coquetear me ha librado varias veces. — Admite, esta vez haciendo reír al moreno pues le era mas creíble.
Al llegar al Bar los tres se acercan a la barra en donde estaba Gideon, el lugar estaba algo vacío a pesar de la temprana hora.
Gideon quien tenía un trago en la mano, pensó que quizás era una bebida muy fuerte cuando vio a Maeve entrar con Morgan y Reid como chaperones.
— Aquí tienes tu regalo. — Anuncia Morgan soltando la chica del brazo.
— Un Martini por favor. — Pide la chica recostándose en la barra hablándole al bartender.
— Tiene quince años, No le des nada. — Responde Morgan a su espalda antes de que le trajeran su bebida.
— ¡Tengo veintidós! —Grita mientras ve al hombre alejarse de ellos, Terminó encogiéndose de hombros resignada.— Puedo vivir sin conocer el sabor del martini.
Reid arrugó sus cejas, Gideon solo las alzó, y frotó su sien.
— Bueno, Me alegra saber que Maeve es real y no la estoy alucinando.
— ¡Gideon, Hermano! ¿Cómo haz estado? — Le pregunta Maeve pasando sus brazos al rededor de los hombros del mayor.
— ¿Está ebria? —Cuestiona el susodicho mirando a Morgan.
— Yo-
— No. Es así por naturalidad. — Responde Reid antes de que su amigo lo haga, antes de darse la espalda y desaparecer del campo de visión de todos.
— Hablo demás cuando estoy nerviosa. — Baja esta el brazo con el que sostenía a Gideon.
— ¿Qué haces aquí Maeve?
— Dile tú, estoy sintiendo mariposas en el estomago. — Se quejó la chica mientras sostenía el abdomen bajo.
—¿Mariposas?—Gideon la observaba entre preocupado y divertido.— ¿Estás enamorada?
— No. Yo siento mariposas cuando tengo ansiedad.
Las castaña usa a Morgan para retomar la confianza por lo cual se posiciona detrás de él, mientras cuenta su versión de los hechos a Gideon.
—¿Sigues teniendo mi credencial de la biblioteca?— Interrumpe Reid la conversación.
Morgan confundido saca su billetera y encuentra dicha identificación de Reid, La cual conservó una vez porque le parecía chistosa su fotografía. Se la entrega al genio.
—¿También me prestas once dólares?
La escena era graciosa pues Derek solo le daba lo que pedía al chico esperando que este diera una explicación, pero no lo hizo y solo se fue una vez mas.
— ¿Estoy en problemas?— Le pregunta Maeve a Gideon ya cuando estuvieron solo los tres
— No.
— Bien. Fue lindo mientras duró. Recuérdenme como la chica bonita e inteligente que siempre f-Espera, ¿Dijo que no?
— Maeve. —Gideon trataba de no reírse, e incluso para Morgan este momento era extraño. — ¿Crees que no te vi aquella primera vez entrando por la ventana de Reid? Había agentes en tu cuadra vigilándote después del disparo.
Siendo esta una decisión de Aaron Hotchner mas que de Gideon.
— Y yo que pensé que estaba siendo paranoica cuando sentí que me observaban...
— ¿Por qué yo no estuve enterando de eso?
—Porque eres igual a Reid.
Spencer quien llegaba sonriendo con cuatro bebidas en sus manos no entendía a que se referían.
— Míralo. La ocultó y tú seguro harías lo mismo.
— Por supuesto que no haría eso, Jason.
— Maeve me dijo que la dejaste irse cuando sabías que esa eran sus intenciones. — Reid lo desmiente, mientras pone una botella de cerveza en su mano.
Morgan pensaba en golpearle la cara pero el genio solo sonreía.
—Cerveza para Morgan. Cerveza para Gideon y Mojito para Maeve. —Mencionó cada bebida mientras se la entregaba a cada mencionado. — No querían venderme alcohol...
— ¿Para eso eran los once dólares?
Reid se encogió de hombros.
— Me hacía falta dinero.
—Yo los hubiera conseguido gratis. — Dice Morgan dando un sorbo al mojito, siendo esta la primera vez que lo prueba, hizo una mueca en un par de ocasiones pero siguió bebiendo.
— ¿Ah si, Como? — Le cuestiona Morgan creyendo que robaría algo.
Maeve quien se había quitado el suéter de Reid, dejando ver que abajo de este solo había una camiseta blanca del mismo vistiéndola acompañando sus pantalones
— ¿Es de Reid? —El mayor de todos les cuestiona.
— Está ajustada. —Dice Morgan al ver como esta era lo suficientemente larga pero esta se veía abultada en la zona del escote, probablemente porque era la ropa que Spencer ya no usaba, incluso al mismo Spencer podría quedarle ajustada.
—Que culpa tengo yo de que Reid no sea copa B.
— Hunter. —Morgan recoge el suéter y se lo lanza. — Tapate. Y ya ve por tu ropa al departamento.
Maeve no dio importancia encogiéndose hombros y volvió a ponerse el suéter.
Cuando esta estuvo cubierta, Morgan regresa la mirada al hombre blanco para dirigirse.
— ¿Qué le pasará a American Idiot?
Un apodo diferente iba y venía para esta chica.
Ambos miran a Maeve al mismo tiempo y ella solo disfrutaba del martini a pequeños sorbos poniendo atención a ambos hombres.
— Lo estuvimos hablando con Aaron. —Gideon bajó el tono de su voz.— Personas como Maeve es por las cuales quiero alejar a mi familia de este mundo, y lo cito.
Morgan dio un pesado suspiro agachando la cabeza, sabiendo ya cual sería el destino de la chica.
—Pero. —Su mirada se realza.— Ha sabido que Maeve ha estado en la calle desde los diez. —Gideon alza una ceja.— Su pronostico no es bueno si la abandonamos a su suerte.
—Reid dijo lo mismo. —Dijo Maeve poniéndose de pie.— ¿Pueden dejar de hablar como si no estuviera presente? No soy una drogadicta, No soy una ladrona.
—De hecho...
—Silencio, Derek. Repito, No soy una ladrona, y tampoco tengo tendencias homicidas. Sí, Tengo el setenta porciento de convertirme en criminal ¿Y que? Como le dije a Spencer aquel primer día, y es no descartar ninguna posibilidad, No importa si es el uno por ciento. Tengo mas de uno por ciento, Tengo el treinta de mi lado y eso me basta. —Mantuvo la calma pero había ira en su voz.
—Maeve. —Habló Gideon.— Aceptar ayuda no tiene por que ser malo.
— Pero... —Quiso intervenir Morgan, entendiendo la situación un poco mas de la perspectiva de Morgan.— La aceptas solo si quieres, Bombón. —Puso su mano en el hombro de Maeve dirigiendo su mirada a sus profundos ojos.
Quizás fue el gesto en su rostro, quizás fue recordar que Morgan le dio la oportunidad de irse aquel día en el departamento de Spencer, Pero comenzaba a tener la sensación de que Morgan la ayudaría en el peor de los casos.
— ¿Mis cosas siguen en le departamento entonces? Porque extraño mi ropa. — Como una respuesta afirmativa.
—Todo sigue ahí, Hunter. —Le informa Gideon.
— Buenas noticias, Reid. Ya no tendrás que compartir tu cama. —Mira a su al rededor notando que el castaño no estaba.— ¿Reid?
— ¿Chico bonito?
— ¿Spencer?
Esta vez los tres buscaron con su mirada.
— Morgan. — Habla Gideon poniéndose de pie y usando la puerta trasera para salir.
—Sí, Lo tengo. —El susodicho camina de espacio sacando de manera discreta el arma que estaba detrás de su cuerpo.
— ¿Qué sucede?— Maeve seguía los pasos de Morgan.
—Reid puede estar afuera, pueden habérselo llevado. En este negocio siempre hay que tener un ojo abierto. — Pensando lo peor, informa a la chica.
— Ya me están quitando las ganas de renunciar antes de empezar...
—Dulzura, Es mejor que te quedes dentro si no sabes usar un arma.
— En primer lugar, Auch. En segundo. —Saca el arma de su bota.— Tengo el arma de Reid.
El moreno la observaba con diversión pero no la cuestionó. Ambos salieron por la puerta principal de manera discreta y en calma, tratando de que sus armas no sean tan visibles.
Apenas tras pasaron la puerta ambos ya tenían sus armas apuntadas, pero lo único que encontraron fue a Spencer acariciando un gato en la acera. Bajaron sus armas.
— ¿Qué haces aquí, Reid? —Fue Morgan el primero en hablar.
—Después de unos tragos tuve demasiado calor. — Estiró del cuello de su camisa para ventilar aire. — Creo que eran bebidas adulteradas...
— Oye, ¿El niño genio nunca había bebido? —Susurra sobre el oído de Morgan.
— La verdad no lo sé...Reid. Vamos a casa, amigo.
Cual niño obediente lo hace, Acicalando al animal una ultima vez antes de ponerse de pie.
— ¿Lo han encontrado? —Reaparece Gideon con ellos, este también baja su arma al verles.— ¿Qué le pasó?
— Parece que un iq de ciento ochenta no es tan fuerte como para competir con una cerveza. Los llevaré a casa. —Dijo refiriéndose a Maeve y Spencer, antes de despedirse de Gideon.
Maeve subió al asiento trasero del auto de Derek como lo hizo anteriormente, Spencer hace lo mismo entrando por la puerta contraria a la de esta.
— Maeve, Me queda mas cerca tu departamento, Serás la primera.
—De hecho, me quedaré con Spencer esta noche.
— ¿Lo harás? —Cuestiona Spencer casi sonriente.
— Ya he dormido allá, y pareces necesitar compañía. ¿Qué dices Morgan?
— Si Reid está de acuerdo.
— ¿Spence? —Maeve gira la cabeza para mirarlo y este asiente con la cabeza sosteniéndole la mirada directamente a los ojos. — Dijo que sí.
Spencer reposa la cabeza sobre el hombro ajeno de la chica, mientras Morgan observa desde adelante mientras conduce.
— ¿Cómo es que tienes el arma de Reid, Hunter?
—él me la dio. —Los ojos de Morgan se abrieron con sorpresa. — Pensó que podría necesitarla.
—Esta vez no le haz disparado así que felicidades niña.
—He mejorado, en realidad. La herida de Reid le proporcionó días libres, cuando ya podía caminar sin siquiera sangrar Spencer se ofreció a llevarme a una galería de tiro. —Maeve le dio un vistazo al chico que se encontraba sobre su hombro, y no pudo evitar sonreír al recordar aquel momento como un voto de buena fe.— Fuimos un par de días, Pero Spencer me ayudó.
— ¿Reid? ¿Te entrenó Reid?
— Ayudó, Dije ayudó ¿Esos son celos, hombre? Aprendí del mejor. —Refiriéndose a él obviamente.
— Maeve. Mañana empiezas temprano. Tratemos de no darle a Aaron razones para botarte, ¿Entendido?
Ella no responde.
— ¿Entendido?
— Supongo que sí. — Ha tenido que cruzarse de brazos para expresar su enojo de esa manera y no con palabras.
Al llegar Morgan le ayudó a subir a Reid, pues quería asegurarse de que el chico llegara bien. Tras despedirse de Morgan, Maeve nota que la pizza seguía allí, fría pero seguía funcionando, por lo que se lleva una rebanada a la boca e ir por un vaso de agua.
— toc, toc. — Maeve hace el ruido con la boca antes de entrar a la habitación de Spencer, a pesar de que la puerta estuviera abierta.
Spencer estaba acostado boca arriba pero se incorpora de espacio al ver a Maeve.
— Siento que mi cabeza va a explotar. — Musita.
— Aquí tienes. — Deja el agua junto a Spencer, para después acercarse al cajón junto a la cama y sacar una aspirina.
—Haz husmeado mucho si sabes donde guardo mis cosas. — Este trataba de no reírse pues solo le hacía doler mas.
— Me quedaba sola todo el día, con algo tenía que entretenerme. —Le extendió la píldora y el vaso con agua.
Spencer no parecía ebrio, pues parecía estar en sus cinco sentidos y lo bastante lucido, solo parecía cansado.
Quizás la versión ebria de Spencer Reid es actuar como un ser humano promedio. Pensó. Lo cual era una posibilidad.
No dudes en llamarme
si necesitas ayuda.
Derek.
Por supuesto.
Estamos bien, hasta ahora.
¿Segura?
Maeve Hunter ha enviado una foto.
No he matado a tu
novio, ¿Ves?
Puedes estar tranquilo.
Fue lo ultimo dicho por Maeve en el texto, antes de dejar el teléfono sobre la mesita de noche. Se dirige al baño dentro de la habitación en donde cambia su ropa, por una camiseta, esta vez de su propiedad, en la cual se leía la frase ''future milf'' Spencer no trataba de espiar, pero había un pequeño espacio en la puerta el cual le proporcionaba cierta vista, Nada mas allá de los movimientos de brazos de Maeve pero prefirió apartar la vista.
Maeve al salir nota que no ha tomado la pastilla, y solo se queda de pie esperando a que lo haga. Spencer ha convivido tanto con Maeve que sabe lo que trata de decir incluso sin palabras, por lo que ingiere la aspirina y da un gran sorbo de agua.
La chica observa como este derrama agua al beber por lo que hace una mueca y le pasa una toalla. Spencer no tuvo la oportunidad de tomarla pues esta ya estaba limpiando su mentón.
Spencer permanece con la boca ligeramente abierta de manera torpe.
— Te dejo la cama hoy. — Dice antes de alejarse de él y llegar hasta el marco de la puerta. — Buenas noches, Reid.
— Maeve.— Fue casi un susurro, el chico ni siquiera esperaba que ella lo hubiese escuchado, pues su propia voz comenzaba a sentirse pesada.
— ¿Qué pasa?— Se gira esta esperando una respuesta.
— Puedes quedarte en la cama. — Ella casi objeta pero él se pone de pie y continua hablando. — Es tu ultima noche aquí. No quiero que duermas en el sofá.
Ella mira la cama con una sonrisa divertida y luego al chico.
— Vaya, Reid ebrio es mas atento que el Reid sobrio.
— No estoy ebrio.
Maeve da unos pocos pasos al frente y deja descansar sus palmas sobre los hombros de Reid.
—Necesitas la cama chico.
La cercanía le hace gracia a Maeve pues puede observar ahora como el cabello de Spencer ha pasado de tenerlo medianamente largo a un poco mas corto desde que se reintegró luego del disparo, usando de manera ocasional sus gafas. El mismo Reid pero de algún modo menos y mas nerd al mismo tiempo. Se dijo Maeve así misma.
—La podemos compartir. —Las pupilas dilatas en los ojos de Spencer hacían darle un efecto de ojos mas grande a pesar de sus parpados batallaban por no cerrarse.
— ¿Spencer Reid compartiendo cama? — Trataba de contener la risa observándolo con una ceja alzada. — Ni siquiera te gusta darle la mano a las personas y me estas diciendo que quieres compartir cama, tendré que regresar al bar...olvidamos al verdadero Spencer allí.
— Podemos jugar. —Carraspeó.— Una partida de poker, si ganas irás al sofá.
— ¿Y si ganas?
— Dormirás conmigo.
No había manera en la que esas palabras pudieran ser sacadas de contexto, pues la mirada de Bambi de Spencer y su suave voz, solo delataba el adorable chico que era.
Maeve no se molestó en jugar, fue directo a la cama, ganando confusión el rostro de Spencer.
—No olvides apagar las luces. —Dice ella.
Spencer obedece y apaga las luces, acurrucándose en el lado libre de la cama, Este se removió un par de veces en su lugar.
— Maeve.
—¿Qué pasa ahora?— responde esta con los ojos cerrados.
— Yo quería jugar poker.
— Jugaremos mañana lo prometo. — Maeve no podía ver a causa de sus ojos cerrados, pero la luz de la calle se colaba por la habitación de Spencer como era de costumbre.
Esto le dio una mejor percepción del rostro de Maeve al cual se encontraba admirando con sumo detalle como si fuese a recordar cada facción.
— Mañana no es un momento exacto.
— Mañana después del trabajo, Spence.
—¿Hora? — Maeve no responde, esperando a que este lograra dormirse si lo ignoraba pero Spencer continuo hablando:— ¿Era la misma persona cuando me levanté esta mañana? Casi pienso que puedo recordar sentirme un poco diferente.
Maeve levanta la cabeza y abre los ojos solo para notar que este estaba a su lado esperando una respuesta mientras le observaba.
— Alicia en el país de las maravillas. — Dice ella al dejar recaer su peso sobre sus codos para incorporarse.
—Mencionaste haberlo leído cuando eras niña.
Maeve parpadeó procesando la información, recordando aquella tarde en donde ella se quejaba sobre su colección de libros, Spencer insistió en saber que clase de libros le gustaban, y ella admite ya no tener tiempo para leer, pero recuerda el habito de la lectura como algo que disfrutaba de niña, escabulléndose varias noches en la librería publica para encontrar un lugar en el cual refugiarse por las noches, esto le brindó algo un poco mas que un techo, sino que también amigos a través de paginas.
Tal vez leer jamás le gustó y por eso ya no lee, quizás solo disfrutaba de imaginarse en los zapatos de los protagonistas o pensar ser amiga de ellos, o tal vez la literatura para adultos jamás sería de su agrado, en donde cada vez los escenarios eran mas rudos y menos fantasiosos, donde la mayor amenaza dejaba de ser el enfrentarse a un dragón a tener que estar de pie frente a un hombre.
Porque el mundo real siempre será más aterrador que las criaturas míticas de los cuentos.
— No quiero dormir. — Retoma Spencer la conversación.
A Maeve le hacía eco las palabras de Morgan, recordándole estar temprano allá. Podría cumplir con eso, y pasar la noche despierta, pero no le garantiza tener energías suficientes para el día.
—Tampoco yo. — Admite. Ella juguetea con el labio propio, mordiéndolo de manera nerviosa.— Spence, ¿Haz tenido pesadillas alguna vez?
—Todo el tiempo. — Balbucea un poco, viendo como el cabello marrón de Maeve se rizaba en las puntas, esto le llamaba la atención y comenzó a jugar con aquellos pequeños bucles.
—Maeve. — Llama este a su nombre aun si despejar la vista de la cabellera. — ¿Sabes lo que es bonito?
La chica no entendía a lo que se refería así que no dio respuesta.
— Viene de la palabra bondad. Es un diminutivo de una palabra en latín. Agradable las ojos y al oído. —Spencer alza su mano y acomoda un mechón de su cabello tras la oreja de su amiga.— y tú eres bonita, Maeve. — Su voz se ha convertido en un susurro, audible apenas.
Maeve estaba apunto de reírse y explicarle que deberían regresar a dormir pero él siguió hablado.
— No bonita físicamente. — Specer pareció escuchar sus propias palabras y se retracto al instante.— No digo que no seas bonitas, Eres muy bonita. — Titubeó en sus propias palabras.— Pero eres bonita en muchas otras formas.
— Haz dicho bonita muchas veces, Reid. — Su voz había disminuido al mismo tono que la de Spencer.
— Solo cuatro veces.
— ¿Las haz contado no es así? — él asintió. Esta vez Maeve se sienta en la cama.
— Eres buena chica, Maeve Hunter. —Spencer aparta la mano del rostro ajeno y vuelve acostarse mirando al techo.— Buena y bonita chica.
Maeve rio por lo bajo.
— Maeve. — La chica ya había perdido la cuenta de cuantas veces la ha llamado en la noche.
— Te escucho, Reid.
— He pensado en aquello que dijiste de mis manos.
— ¿Qué dije de tus manos? — Ahora ella estaba confundida.
— Dijiste que sostengo el rostro de alguien al besar.
Maeve recuerda las fotos con Lila Archer y ahora entiende a lo que se refiere.
— Me hizo gracia, parecías posesivo en aquel momento.
—¿Si te beso ahora me apartarías?
Maeve se voltea incrédula observando al chico acostado en la cama.
— ¿Quieres un beso?
— Quisiera mas de uno. —Spencer se sienta junto a ella.— pero no me parece apropiado decirlo.
— No es correcto besar a los compañeros de trabajo, Reid.
— Estás desempleada en estos momentos.
Maeve reprimió una carcajada por el comentario, pero veía como Reid solo observaba sus ojos con una respuesta que afirmara o negara que podría acercarse.
— Reid. — Dice ella en tono de amenaza. Pero su cuerpo actuaba de una manera distinta, pues estaba acercando sus labios a los del chico.
— ¿Puedo besarte? —Susurró
Sus labios se encontraban ante tal cercanía que al intercambiar palabras estos se rozaban sutilmente.
Maeve no respondió, solo dio paso a sus labios ligeramente abiertos, ahuecándolos contra los de él, Los labios de Spencer respondieron al instante, como si ya hubiesen conocido ese lugar con anterioridad y la memoria muscular de sus bocas hiciese todo el trabajado por ambos.
Ambos fueron algo bruscos a como se acercaron, pues fue el ligero sabor a metal el cual hizo que se apartaran. El labio inferior de Maeve tenía una ligera mordida, pero ella ni siquiera había sentido su labio punzar hasta que Spencer pasas su pulgar sobre este y acuna su rostro con ambas manos para volver acercarla pero despacio. Spencer besó aquel rasguño que sus propios dientes le habían hecho, y lo besó repetidas veces hasta que el cuerpo de Maeve parecía en calma con lo que hacía.
Los ojos de la castaña permanecían cerrados sintiendo como los labios de Spencer se alejaban y acercaban para besar con repetición el mismo lugar. Ella abrió sus ojos batiendo sus pestañas, Spencer aprovecho la ocasión para besarla correctamente. En calma y despacio saboreando sus labios, un suspiro escapó de entre los labios de Maeve.
Al separarse en definitiva Spencer sonrió de oreja a oreja y alzó ambos brazos en señal de victoria lo que hizo a Maeve reír.
n/a: quise adelantar el capitulo de la próxima semana ya que lo tenia escrito antes de tiempo y es que muero de amor con las ultimas escenas.
el próximo capitulo no creo que les guste jajaja
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