Capítulo diez
"Te voy a cambiar el nombre
Porque me amas y te amo
Pero no cambio la historia" _ Secreto de amor, Joan Sebastián.
Horas más tarde, YoonGi se arrepentía de haberle dado a Jimin el permiso de follarlo todo lo que restaba del día. Es decir, claro que no estaba arrepentido por que había disfrutado cada maldita ronda, pero la manera en que todo su cuerpo dolía era impresionante.
Para su buena suerte, Jimin se estaba haciendo cargo de su parte del problema. En vistas de que el omega se encontraba bastante cansado y débil, se había ofrecido voluntariamente a darle una ducha, vestirlo con ropa limpia, y preparar la cena. El plan de salir a caminar había quedado en el olvido, ya que YoonGi no quería moverse del sofá de la sala ni de casualidad, por lo que se les había ocurrido que hacer una maratón de películas podía ser la mejor opción para pasar el rato.
El Omega se quedó en el living mirando la primer película solo mientras que Jimin se dedicó solo a cocinar.
-¿Vamos a ver Harry Potter?-preguntó ceñudo, dejando las casuelas con comida en la mesita frente al sofá. Se quedó sentado en el suelo con un almohadón bajo su trasero, y giró la cabeza para mirar al mayor-, ¿YoonGi?
-¿Vas a decirme que no te gusta la saga?-le señaló con el control remoto. Jimin se encogió de hombros, y antes de que soltara alguna palabra, el peli-negro volvió a hablar-, la verdad no me importa. Vamos a ver eso y punto.
Park suspiró, negando con la cabeza.
-Dahyun no se pone tan malhumorada después del sexo-se quejó bajo, sin pensar realmente en si estaba siendo escuchado o no. Tomó su cazuela y sus palillos y empezó a comer mirando la televisión; la película estaba por dar comienzo.
-¡Me alegro por ella, dile que me pase sus tips para soportarte a tí!-exclamó, dejando caer el control remoto sobre la mesa para tomar con brusquedad su tazón.
Oh, entonces si le había oído. Jimin lo miró por varios minutos, el omega estaba enojado hasta con los actores de la película solo por existir. No lo entendía, él de repente había cambiado, no era el Omega mimoso de hace menos de una hora.
-¿Qué te sucede?
-¿Es necesario que me pase algo?-respondió con la boca llena de fideos, manchandose con salsa la barbilla.
-Estás molesto.
-No. Estoy bien, Jimin, estoy...-se quedó en silencio un segundo, y retomó la palabra-, ¿porqué no te has ido aún? Es tarde, ¿que haces aún en la casa?
-YoonGi...
-¡No digas que estoy exagerando!-se rió, pero parecía nervioso. El alfa seguía sin comprender que le sucedía-, tú siempre haces lo mismo, te vas. Sales por esa puerta-señaló hacia el costado-, y desapareces la semana entera después de haberme hecho gemir tu nombre incontables veces.
-No, no es...
-Sales-le imterrumpió-, y no te importa lo que pasa conmigo. Sales, y vas con Dahyun, no me importa qué cosas hacen, pero solo te vas.
El alfa dejó la casuela sobre la mesa y soltó los palillos también sobre ella. No había probado ni siquiera tres bocados de la cena que tanto le había llevado hacer, pero ya no tenía apetito.
-Hoy he hecho de todo por tí-le gruñó-, ¿pero te pones de malhumor y empiezas a reclamarme cosas? Yo no soy mí madre, y tampoco tienes el derecho a sacarme en cara nada.
-No lo entiendes-se pasó las manos por el cabello, tirando de él-. ¡No te pedí que hicieras nada por mí! No pedí que cocinaras, ni que me ayudarás a vestirme. No necesitaba tu ayuda, Jimin.
-Hijo de puta-se rió, con la sangre hirviendole en las venas, comenzando a ponerse de pié-, eres un desagradecido.
-Sí, y lo que digas. Solo ya pierdete, Park-cada una de esas palabras quemaba su pecho, pero eran necesarias.
Sin mirarle, Jimin salió por la puerta cerrando con fuerza. No tuvo el valor para decirle que él había elegido quedarse, y YoonGi tampoco tuvo la valentía de permitir que lo hiciera.
Se lavó el rostro con agua fría del grifo, en busca de hacer que sus ojos se deshincharan un poco. Eran pasadas las tres de la mañana, no había podido dormirse, mucho menos terminar de cenar.
Jisoo había llamado, hablaron durante casi una hora de temas irrelevantes aunque el omega no tenía ganas de escucharla. En realidad, él no tenía ganas de estar vivo luego de leer aquellos mensajes que habían llegado cerca de las ocho.
Y solo para dañarse, los releyó una vez más.
El también sentía asco de sí mismo. Estaba claro que en su vida nunca nada podía salirle bien, lo sabía desde que solo era un niño, cuando por accidente pisó a un compañero y entre cuatro lo golpearon hasta el cansancio. En ese momento, nadie hizo nada por él, y ahora, nadie haría nada para salvarlo del hueco donde solito se había metido.
YoonGi sabía que la chica, Dahyun, no hablaría con Jisoo ni Jimin sobre el tema, le convenía guardar silencio para poder chantajearlo después, pero sentía miedo. ¿Qué excusa iba a poner si su alfa se enteraba? Seguramente todo se iría al demonio, y él volvería a las sombras de su pueblo con la cabeza gacha, sin dinero, a trabajar lustrando zapatos en la calle.
Salió del baño y también de la habitación que compartía con Jisoo apagando la luz, caminó despacio por el pasillo, arrastrando los pies, y se quedó parado frente a la puerta de esa habitación que no le pertenecía ni ahora, y quizá nunca. Se sentó en el suelo con los pies cruzados, sintiéndose asfixiado con el mismo oxigeno que respiraba. Todo su cuerpo temblaba aunque no hacía frío, las manos le sudaban, y podía oír su corazón latiendo en sus oídos. En cuanto se sintió mareado comenzó a llorar, sintiendo que con cada lágrima que bajaba por su rostro se ahogaba todavía más, y tiró del cuello de su ropa en busca de liberar la zona, obviamente en vano.
Sabía exactamente lo que sucedia: estaba teniendo una crisis de ansiedad. Y lo peor no era eso, sino, saber que estaba solo, ahogandose con la soledad que le rodeaba.
Se arrastró con el trasero por el suelo, ignorando por la adrenalina en su cuerpo que le dolía como la mierda, dirigiéndose a las escaleras. Ni siquiera sabía exactamente cómo iba a bajar, pero sentía que estaba muriendo y necesitaba pedir ayuda de alguna manera.
Ponerse de pié no era una opción viable, el mundo a su alrededor daba vueltas y se movía como un juego en el parque de diversiones, así que prefirió hacer lo que los bebés: ir bajando escalón por escalón, apoyando su trasero y luego sus pies. Mientras tanto, iba contando números en voz alta para callar la voz de su cabeza que le repetía lo inservible que era su existencia una y otra vez.
-¿Señora Jisoo?-gritó una mujer del otro lado de la puerta. El omega miró hacia allí abajo, dándose cuenta de que estaba tocando el timbre y ni siquiera le había oído-, Jisoo unnie, ¿está en casa?
-¡Adelante, pasa!-respondió alto y fuerte, tosiendo después, por qué aún no podía manejar el ingreso de oxígeno a sus pulmones y hablar al mismo tiempo.
Una chica, quizá un par de años mayor que el omega, abrió con timidez la puerta e ingresó a la casa. Cuando observó hacia arriba, notó al chico peli-negro.
-¿Señor Min? ¿Se encuentran bien?
-N-no puedo... Respirar-y otra vez, lloraba sin intenciones de hacerlo. Quizo limpiarse el rostro con las manos, pero los espasmos sacudían su cuerpo con brusquedad y se lastimaba en el proceso-, ¡me voy a morir!
La chica rápidamente subió las escaleras hasta estar a su lado.
-Oppa, mireme, ¡mírame!-el menor levantó la cabeza, enfocando sus ojos por unos segundos en ella-. No vas a morirte, estás bien. Solo tienes que respirar, y poco a poco pasará. Haz lo que hago yo.
YoonGi observó atentamente sus movimientos, e intentó copiarlos. Puso una mano en su pecho, y comenzó.
Inhalar, exhalar.
Inhalar, exhalar.
Inhalar, exhalar.
-¿A-así? ¿L-lo estoy haciendo bien?
La chica asintió con orgullo, respirando por varios minutos más de aquella forma junto al chico hasta que él estuvo más calmado.
-¡Perfecto!
-Gracias... ¿Cómo te llamas?
-Wendy-ante la cara de sorpresa del omega, se vió en la obligación de aclarar-; mi padre es estadounidense y mí madre coreana, yo nací en China y... Bueno, he vivido mis treinta años aquí, en Corea del Sur.
-Lo entiendo-murmuró-, ¿porqué buscabas a Jisoo a esta hora de la noche?
-Ella siempre vuelve tarde, supuse que hoy también. Pero por la tarde oí cosas, y mí pareja me obligó a venir y decirle a Jisoo. Todos en el barrio saben que Jimin no puede traer a nadie desconocido a la casa, y si es visto, tenemos que avisarle a ella. Mí habitación queda justo detrás de la de ese rubio tonto, a mí no me molesta la vida privada de los demás... Pero no pudimos dormir la siesta-terminó de contarle, soltando una risita-, ¿tú no viste con quién estaba?
El rostro de YoonGi era un dilema. ¿Cómo demonios no se había puesto una mordaza en la boca? No se imaginaba que casi todos estuvieran enterados de que Jimin había follado con alguien en la casa, aún si ese "alguien" era solo él.
Tragó saliva, sin dejar de mirar a la chica, y comenzó a hacer el ejercicio de respiración que ella le había enseñado momentos antes para calmarse.
» -Oh. ¿Entonces, eras...?
-¡Por favor, no se lo digas a nadie!-rogó, cubriéndose el rostro. Estaba avergonzado, pero más que eso, ausustado. Ahora no solo Dahyun lo sabía, sino que Wendy, la vecina, también-. Si eso pasa estaré muerto y desterrado.
La beta pasó uno de sus brazos por la espalda del menor, dándole un pequeño abrazo de apoyo con una sonrisita en los labios.
-No soy nadie importante para juzgar. Y siendote sincera, nunca me cayó bien esa alfa.
-¿De v-verdad?-murmuró a penas, apegandose más a ella. No sabía lo tanto que necesitaba ese abrazo y sentirse cuidado por un momento.
-Y Jimin está bastante bueno como para no querer pecar-lo movió un poco entre sus brazos, para hacerlo reír-. No le diré nada a Jisoo, quédate tranquilo.
-Gra-gracias.
La luna llena, que alta en el manto azul brillaba, esa noche había creado una amistad única e inseparable entre dos especies distintas con el poder de su fuerza.
YoonGi se comportó como un idiota y corrió a Jimin 😿 pero el contexto me duele aún más.
Wendy preciosa apareció para hacerse amiwi de YoonGi 😻
» ¿Porqué creen que tantos dicen que Jisoo les cae mal? ¿Juzgan por qué sí, o hay algo más?
Nos leemos el miércoles, cuídense 🧡💙
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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