Día 5
Debo calmar este hambre del demonio. ¡Es que enserio: tengo tanta hambre que podría comerme hasta a mi hermanito! Okey, no. No puedo comerme a Kei...
Lo miro por la ventana de mi habitación: juega en el patio felizmente con sus autitos, y yo acá tratando de evitar comer todo lo que haya en casa. Él tiene ocho años, y no tiene que hacer nada. Yo tengo que hacer tareas y más tareas (creo que mañana me mandan la primera). A veces quisiera ser niño de nuevo...
─¡Kazuki!─ mi madre me llama.
─¡¿Qué?!
─Tengo una buena noticia para que bajes de peso─ entra a mi habitación.
─¿Qué es?
─A las tres de la tarde hay un programa en Fuji TV donde hacen ejercicio en casa. Puedes hacerlo.
─Me da pereza hacer ejercicio, pero si así me salvo de pesar ochenta y seis kilos, lo haré.
─Muy bien. Estoy preparando puré de papas para el almuerzo.
─No me hagas pensar en comida, mamá. Trato de no comer casi nada para no aumentar más de peso y me vienes a hablar de comida.
─Es necesario que comas, Kazuki. Come puré, después en la tarde algo para merendar, y en la noche cenas. No es tan difícil.
─Está bien. Gracias, mamá.
─De nada─ se va.
Con que ejercicio, ¿eh?
Ya es la hora de que empiece el programa. Empezó una música bastante animada, y luego apareció una mujer hablando.
─Buenas tardes a todos los televidentes que me acompañan hoy. ¿Están aburridos en esta cuarentena?
─Sí─ le respondo.
─¿Quieren hacer ejercicio, salir a correr, andar en bicicleta, pero no pueden hacer esas cosas porque no se puede salir?
─Sí─ le vuelvo a responder.
─¡Pues no se preocupen, ya que en este programa van a poder hacer ejercicio bajo techo, y con música animada para que no se aburran!
Esta tipa me cae bien.
Y así pude hacer una buena media hora de ejercicio: me estiré, salté, sentí varios músculos estirándose y me dolió mucho (eso significa que funcionó el ejercicio. Yo soy futbolista y sé de estas cosas).
Ufff, siento que estoy por enloquecer. Sudo como testigo falso. Bebí agua y me pasé una toalla por la frente. Sentí como si quemara un montón de calorías.
─¿Cómo te fue, Kazuki?─ me pregunta mamá.
─De maravilla─ le doy un pulgar arriba.
─Qué bueno, ahora ve a darte un baño.
─Síp.
Al fin encontré algo más que hacer en lugar de ver Netflix y comer como chancho todo el día, jaja. Voy a hacer ejercicio y comeré frutas y verduras.
Tal vez la cuarentena no sea tan mala como parece.
¿O sí?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top