❏ » O C H O
Ran solo te veía desde adentro de la celda para ver si la abrías o no, ya que siquiera te moviste de ese lugar cuando te pidió que abrieras la celda
— _____~ — canturreo tu nombre
Un escalofrió recorrió tu espalda, tus pies se movieron por inercia para acercarte a el, el demonio al ver que estabas lo suficientemente cerca de el tomo tu rostro entre sus manos para besarte
No podía tocarte del todo bien debido a que los barrotes los separaba, pero si podían unos sus labios.
El demonio intensifica el beso explorando tu busca y jugando con tu lengua, extrañabas esta sensación de besarle.
— Angelito, abre esta celda...
— Umm no puedo — gimes levemente
Ran se empezó a dar cuenta que sus encantos empezaban a hacer efecto en ti.
— Vamos a probar tu alma, por que según se, los ángeles no pueden excitarse, o estoy equivocado — dice el con burla
Niegas con la cabeza, era cierto lo que el decía, ustedes no podían sentir tristeza, excitación, soledad o amor hacia nada, y en lo del amor, solo podían a amara a alguien y ese es Dios.
Pero, desde que conociste a Ran y decidiste ser buena con el, todas aquellas emociones salían a flote por si solas, no sabias por que, pero si que te gustaba, era una experiencia nueva.
Ran se separa para verte detenidamente, tus piernas temblaban levemente, tenías las mejillas sonrojada, y los labios ligeramente abiertos.
Querías continuar, sabias que nadie bajaría por qué ningún ángel le gusta ir a las celdas a ver a demonios.
— Angelito, ¿abrirás la celda o no? — dice el con burla.
+18
Tus sentidos fallaban y sin pensar con claridad abriste la celda sin problema alguno.
Entraste a la celda, Ran no tardó en acercarse a ti y tomarte de la cintura para apegar su cuerpo al tuyo.
De inmediato apego sus labios a los tuyos jugando con tu lengua, mientras que con una mano sujetaba tu cintura y con la otra acariciaba tu vientre.
Lleva la mano que acariciaba tu vientre a tu espalda, acariciando tus alas, haciendo que soltaras un gemido ahogado.
— ¿Eres sensible en las alas bonita~? — pregunta con burla
— Umm si...
Ran muestra una sonrisa mientras mostraba los colmillos, deja de besar tus labios y baja por ti cuello y clavícula dejando marcas en ella.
Deja de acariciar tus alas para empezar a bajar los tirantes de tu vestido blanco que siempre llevabas.
Bajo los dos tirantes de tu vestido, haciendo que el vestido cayera al suelo, se quedó admirando tus pechos.
— Son pequeños... — murmura el — Tan lindos~
Llevo su boca a uno de tus pechos, jugando con ellos, mientra que con la otra mano jugaba el otro pecho.
Mordía ligeramente tu pezon y luego hacia movimientos circulares con la lengua sobre estre.
Mientras que con la otra mano, su pulgar jugaba tu otro pezon ya duro, jalandolo sin lastimarte haciendo que pequeños gemidos salieron de tus labios.
Llevó su boca a tu otro pecho para jugar de la misma manera con la que lo había hecho, su mano derecha se dirigía hasta tus labios.
— Chupa — demanda el
Haces caso, y mete dos dedos a tu boca, haciendo que los chupes con la lengua, después de un rato esa mano la sacó de tu boca para llevarla a tu zona baja.
— Estas mojada — informa el con burla
— Tu lo provocaste — respondes tratando de sonar seria
— Tienes razón, debo encargarme de esto
Acarició tus pliegues con los dedos que estaban lubricados con su saliva, tus gemidos y chillidos cada vez eran más fuertes, así como tratabas de retenerlos.
Ran mete uno de sus dedos en tu vagina, robandote otro gemido, su dedo pulgar empieza a estimular tu clítoris.
Su boca no dejaba de darle atención a tus pechos, tus piernas temblaban ante su tacto.
Empezaste a verlo, viendo como en sus pantalones negros y holgados ya se podía ver la ereccion.
Un impulso hizo que lo quisieras tocar pero el te detiene, tomandote de las muñecas y con su única mano libre las sujeta.
— Angelito, no hasta que yo lo diga — te dice el
Deja tus pechos para luego besarte y de paso meter un segundo dedo, ahogando un gemido en sus labios empieza mover los dedos dentro de ti, estirando tus paredes vaginales y preparándote.
Empieza a morder tu labio inferior, y mientras intensificaba el beso, también movía más rápido sus dedos dentro de ti, sus dedos jugaban en tu vagina, estirando tus paredes vaginales para el momento.
Su pulgar no dejaba de presionar y hacer movimientos circulares en tu clítoris, tus piernas temblaban más de los normal.
Las plumas de tus alas de erizaban ante el menor tacto de él, empezaste a apretar los dedos de Ran indicándole que estabas cerca de tu liberación.
Cuando el se detiene, haciendo que lo veas de mala forma, el suelta una pequeña risa.
— Espero y recibas tan bien mi polla como lo hiciste con mis dedos
Saca su pene de sus pantalones holgados que tenía, viste como su pene están duro y erecto, las venas lo adornaban y tenía líquido preseminal.
Lleva su mano a su pene para empezar a masturbarlo, ahora los gemidos salían de los labios de Ran.
Te toma de las piernas alzandote en el aire, enredas estas en su cintura, te pone otra la pared de la celda y alinea su pene con tu vagina.
Empieza metiendo la punta en tu vagina, lágrimas empiezan a aparecer en tus ojos. Y sin hacer nada más Ran mete su pene de golpe.
Un alto gemido se escucho en el lugar. Las lágrimas empezaron a rodar tus mejillas, sentías una mezcla de dolor y placer.
Ran empieza a besarte a la par que empieza a moverse lentamente para que el dolor desapareciera. Llevas tus manos a su cuello para unirlos más en el beso brusco y necesitado.
Cuando dejas de sentir dolor empezás a moverte ligeramente, Ran lo captó de inmediato y empieza a moverse dentro de ti.
Tus gemidos eran cada vez más altos, y este no hacía nada para callarlo, al igual que podías escuchar los gruñidos de Ran.
Sus movimientos cada vez eran más fuertes y rápidos, haciendo que tus pechos rebotabaran levemente, el chico te carga con una sola mano mientras que con la otra la dirige a tu clítoris para darle atención.
Sientes como cada vez su pene llega a lo más profundo de ti, tocando tu punto G haciendo que otro gemido alto saliera de tus labios.
Los dos estaban llegando al límite, Ran nota como cada vez tus gemidos eran más altos y pedías más entre balbuceos.
Este podía sentir como apretabas su pene, dándole a entender que estabas cerca, empieza a moverse más rápido, el lugar estaba lleno de sus gemidos y aplausos al chocar sus pieles desnudas.
— Ran — dice, haces una mueca de no entender — Me llamo Ran angelito
Gimes su nombre para luego llegar al clímax junto a él, sintiendo como te llena totalmente de ese líquido caliente, al igual de como este bajaba por tus muslos.
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Pierdes las fuerzas en tus piernas y Ran te deja en el suelo para que empieces a recuperar la respiración.
Este voltea a ver la celda, y como esta seguía abierta, era su momentos para salir de ahí. Y lo haría.
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