16

Habías salido corriendo del lugar, el bosque en el cual estaba escondida era extenso.

Te escondite entre los árboles esperando a que no te encontrara.

Te sentaste en el suelo, las lágrimas no dejaban de salir de tus ojos, te dolían las piernas de tanto correr.

Tenias las manos lastimadas, de cada vez que tocaba un árbol estos te pasaban raspando.

Habían pasado al rededor de media hora que para tu fueron como dos horas de completo silencio.

Cuando escuchaste el ladrido de un perro. Rápidamente te alarmaste.

Mientras tanto, Takemichi iba corriendo atrás del perro, el cual era uno de caza.

Te estaban rastreando.

Empezaste a correr cuando escuchaste que los ladridos y pasos eran más y más cercanos.

— _____! ¡Joder vuelve o te irá peor! — se escuchaba enojado.

Seguías corriendo cuando escuchaste que el perro empezaba a correr.

Y sin darte cuenta habías regresado a la gran casa, pero esta estaba rodeada de hombres con traje.

Estos al verte iban a ir hacia ti.

— No se acerquen! — exclamaste con miedo.

Estos no hicieron caso y estaban por tomarte para que dejaras de moverte y esperar a Takemichi.

— ¡Les dio una orden, obedezcan! — escuchaste decir una voz ajena.

Takemichi.

Volteaste a verlo, el estaba a un metro de distancia de ti. Los hombres de traje de inmediato se alejaron de ti.

Takemichi quería acercarse a ti, pero de inmediato saliste corriendo hacia adentro de la casa, encerrandote en una habitación.

— _____... Linda sal — escuchaste la voz de Takemichi del otro lado d la puerta

— No! Vete! Por favor... Mataste a Mitsuya, aléjate de mi — dices conteniendo las lágrimas.

— ¿Me tienes miedo? _____, solo por eso deberías estar muerta

— Entonces matame!

— No lo haré, por que eres mía, mi mujer, entiéndelo Mitsuya te estaba alejado de mi...

Takemichi desde el otro lado de la puerta empezá a golpearla intento pasta.

Tu solamente estaba tratando de evitar que pasara.

— ¡Te cegaron y arruinaron tu mente! ¡Yo puedo librerarte!

— ¡No! ¡Nunca debo hacerme cargo de ti! — gritas entre llantos

— Estaba destinado a ser tuyo... Estábamos destinados a ser uno, te hubiera o no hecho cargo de mi, tu destino es estar conmigo, así que ¡Termina lo que haz comenzado!

— ¡Dejame ir! ¡YA NO QUIERO SEGUIR AQUI!

— ¡Tu abriste mi corazón, ahora no me dejes sangrando y abre esa maldita puerta! — exclamó golpeado a puño cerrado la puerta

— ¡Jodete! ¡Eres un maldito loco de mierda! ¡Un asesino!

— ¡_____! ¿Podemos dejar de pelear?, por favor

— ¡Ya te dije que no abriré nada! — exclamaste

Takemichi volvió a golpear la puerta haciendo que soltaras un pequeño grito.

— _____, tienes miedo, lo se, se lo que sientes, yo puedo ayudarte... ¡Ahora abre la puerta!

Tu no dejabas de llorar, el miedo invadía tu cuerpo y los gritos de Takemichi no ayudaban.

— ¡_____! ¡No me hagas entrar!

De inmediato te alejaste de la puerta, ocultandote en una de las esquinas de aquella habitación.

— ¡No quiero lloros si te llego a lastimar! ¿Escuchaste? — dijo para cargar si arma y empezar a disparar a la puerta.

Con tus manos te tapabas los oídos, tratando de no escuchar.

Y después de un rato, se una patada el tiro la puerta, Takemichi entró, estaba fuera de si.

Se acercó a ti, llevando sus manos a tu cuello obstruyendo el paso de oxígeno, tratabas de respirar pero no podías.

Hasta que caíste desmayada.

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