Por fin habías llegado a tu casa, tus padres cenando en el comedor juntó a tu hermana.

Todos tenían una sonrisa en el rostro, pero en cuanto te vieron pasar, tu hermana aparato la vista avergonzada, tu padre se puso serio y tu mamá aun mantenía su sonrisa.

— Buenas noches — saludas

— ¿Qué horas son estas de llegar? — dice tu padre

— Estaba en la iglesia, donde más estaría

Te encoges en hombros para ir a buscar que había de comida en la cocina, te serviste un plato de comida y pasaste de largo del comedor hasta ir a tu habitación.

Que lastima que escuchaste a tu padre exclamar tu nombre.

— ¡_____!

Lograste escuchar a tu padre gritar tu nombre, le gritas desde tu habitación que es lo que quiere.

— ¡Mande!

No te responde así que como último recurso tienes que bajar al comedor.

— Qué pasó

Dices de mala gana al ver que no te habías respondido anteriormente.

— Baja tu comida, vamos a comer

— Estoy comiendo en mi cuarto, no hay necesidad de comer aquí — dices de forma "amable".

— Te dije que bajes a comer — respite tu padre más enojado

Sueltas un suspiro pesado y subes por tu comida para luego bajar y sentarte a la mesa junto a tus padres.

— Y bien — pronuncia el mayor

— Qué?

Habías sin interés alguno jugando con la comida, cuando tu padre se comporta así, hace que pierdas el apetito.

— Cómo te fue con los padres Haitani's — habla suave tu madre

— Pues bien, son muy buenas personas

Dices con una sonrisa en el rostro recordando lo que pasó ese mismo día.

— _____ — vuelve a pronunciar tu nombre tu madre

— Mande

— Espero y no hayas hecho nada indebido — dice tu madre

Pones los ojos en blanco mientras un mueca de enojo de presenta en tu rostro.

— Mejor me retiro, se me fue el apetito

Empuja el plato hacia delante y te vas de aquel lugar hacia tu habitación.

No quería hablar con ellos, o almenos tu no, pero tu hermana menor si quería hablar contigo. El problema sería que le llevaría tiempo abrirse contigo.

Los días pasaron igual, salias a fiestas haciéndo lo que querías, tus padres te regañaban pero simplemente no le hacías caso.

Hasta que llego el domingo, donde tus padres hablarían con los hermanos Haitani's.

Pero antes de eso tu hermana entró a tu habitación, todavía te estabas arreglando para salir ese día.

— _____... — pronuncia tu nombre tu hermana menor

— Qué quieres

— Quería preguntarte algo, ¿tienes tiempo? — pregunta la menor

— Cinco minutos

Pasa feliz a tu habitación, nunca había entrado por lo mismo que no eran unidas, y por eso nunca se dedicaron a hablar como tal.

— ¿Esta mal, si alguien mayor que yo me besa? — pregunta la menor

Volteas a verla con los ojos bien abiertos por la pregunta, sabias que tu hermana era muy santa por lo mismo que tus padres la habían aislado del mundo.

— ¿A que te refieres?

— Es que el padre Rindou...

Cuando menciono el nombre de Rindou dejaste de prestar atención, una cosa es que no hablaras con tu hermana y otra que no quisieras cuidarla, sabias que tu eras una cosa y tu hermana otra, pero aún así te puso en un estado de shock lo que dijo

— ¿El padre Rindou te beso? — preguntas

— Si, eso te dije

Hablarías con el, por que si de algo estabas consiente es que no querías que tu hermana fuera por el mismo camino que tú.