𝗜𝗜. 𝗡𝗶𝗰𝗼 𝗥𝗼𝗯𝗶𝗻.

DÍA 2. MONUMENT IN TIME.

Nico Robin x Conception

El futuro es incierto y por ello, aterrador.

En aquel mundo, habían crecido con esa certeza. Era el miedo más grande de esa civilización, un miedo bien fundamentado.

Hacía mucho tiempo que sabían de la existencia de un portal que conducía a un lugar casi de cuento de hadas. Un lugar repleto de magia, que hacía lo posible y hasta lo imposible de imaginar. Entre todas esas cosas, estaba la de mostrar el futuro no solo de una sola persona, sino de toda una ciudad e incluso, de todo un planeta.

El Monumento en el Tiempo.

Absolutamente nadie sabía quién lo había construido. Ni siquiera sabían quién fue el que descubrió cómo viajar hasta él. Y sin embargo, eso no les impidió utilizar el Monumento en el Tiempo durante eones.

Claro está, hasta que el Monumento en el Tiempo empezó a mostrarle a quienes lo visitaban cosas opuestas a lo que estaban acostumbrados a ver. Durante años y años, habían visto proyectadas en la cavidad del monumento, como un enorme ojo, maravillas. Todo tipo de éxitos para su civilización y cosas tan positivas, que sumieron a ese mundo en una de las mejores eras de su historia.

Sin embargo, un día, eso cambió. Y las profecías se volvieron negras. Se volvieron tristes y devastadoras.

Catástrofes, epidemias, desgracias de toda índole.

La civilización pasó a tenerle absoluto pavor a saber lo que el futuro les deparaba después de que varias de las profecías se cumplieran. Lentamente, el Monumento en el Tiempo fue abandonándose en el olvido... hasta que llegó ella.

Pertenecía a un grupo clandestino que investigaba todo tipo de vestigios de la historia de su propia civilización. El Monumento en el Tiempo, era una de las cosas que Nico Robin más ansiaba llegar a visitar. No obstante, el portal que conducía a él estaba completamente vedado para todo el mundo. Nadie debía visitarlo. Nadie debía saber qué le deparaba el futuro tanto a esa única persona, como a toda la humanidad.

Robin, pese a lo tajante que era su civilización con este tema, discrepaba profundamente. Para ella, independientemente de cómo fuese ese futuro o el aspecto que tuviese, era mejor conocerlo para estar prevenido. Tanto para bien, como para mal.

Desde que Robin se unió al grupo clandestino, ya sabían que ella iba por libre. Siempre conseguía lo que quería y nada la detenía. Nadie podía protegerla de sí misma ni de sus propias ideas cuando éstas se volvían fuertes. Era casi un peligro para sí misma, pero un peligro que siempre terminaba bien. Por eso, pese a lo independiente que ella era y su silenciosa forma de actuar, el equipo confiaba ciegamente en ella.

Y como siempre, Robin se salió con la suya, esperando pacientemente a lo largo de los años.

El mundo estaba empeorando a grandes zancadas. Las catástrofes se sucedían una tras otra, sumiendo a un mundo que una vez fue próspero en un pandemonio irreconocible.

Fue esa conmoción la que Nico Robin aprovechó para acceder al portal que conducía al Monumento en el Tiempo.

Tras muchos años, el Monumento en el Tiempo vio que una espectadora estaba dispuesta a volver a mirar con su visión todopoderosa. Robin se acercó sin miedo, decidida a cumplir su ambición desde que era una niña. Lo que ella desconocía, era que estaba a punto de ver el final de su propia civilización. Que sería ella la única que sabría todas y cada una de las calamidades que su mundo estaba a punto de atravesar.

Durante mucho, mucho tiempo, pensaron que Nico Robin era un peligro para sí misma. Y creyeron que el Monumento en el Tiempo era un lugar al que no debían volver jamás.

Hasta que la historia y el futuro les demostró que Nico Robin les salvó del fin y que el Monumento en el Tiempo, se convirtió en el lugar que les salvaría la vida.

Y en el que vivirían por siempre.

¡Segundo relato!

El de hoy es muy cortito, pero espero igualmente que os haya gustado ^^.



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