┊➹ Capitulo 45 ❦

“¿Acuerdo?”

Después de la trágica muerte del hechicero Mechamura noqueó a la femina para llevarla a un lugar apartado.

La luz de la tarde filtraba a través de las ventanas del edificio abandonado donde se había llevado a cabo la reunión no deseada.

Las sombras largas y delgadas de los jóvenes hechiceros se estiraban por el suelo mientras se movían inquietos en el interior del lugar.

Kamo, Inumaki, Yuuji, Mechamura y Todou estaban reunidos en una sala amplia y vacía, con un aire tenso que llenaba el ambiente.

Al centro, atada a una silla, estaba la chica que todos ellos querían conquistar: _____, una joven de cabello corto y ojos expresivos, que había capturado el interés de cada uno de estos poderosos hechiceros.

Kamo, con su habitual aire de arrogancia, daba vueltas alrededor de la chica.

Su rostro mostraba una mezcla de determinación y ansias, como si estuviera esperando el momento exacto para manifestar su oferta.  

la chica inconsciente poco a poco iba abriendo los ojos y rápidamente su cerebro captó la situación en la que estaba.

— _____ — comenzó con un tono seductor, — te hemos traído aquí porque creemos que mereces ser parte de algo más grande. Imagina lo grandioso que sería tenernos a todos nosotros a tu lado.

Inumaki, con su peculiar forma de hablar a través de palabras simples y comandos, asintió enérgicamente.

— Sí, así, todos. Bien.— A pesar de su dificultad para comunicarse, sus intenciones estaban claras, y su mirada fija en _____ denotaba una mezcla de respeto y deseo.

— Pudranse

Yuuji, en contraste con la postura más seria de sus compañeros, tenía una expresión que oscilaba entre la preocupación y la esperanza.

— _____, sabemos que esto es raro y que no es justo para ti, pero realmente queremos que seas parte de nuestras vidas. Podríamos ser una familia muy unida. Dale una oportunidad. — musitó el de hebras rosadas

— Yuuji, no me molestaría que fueras tú — dijo ella — pero estás igual de jodidos qué ellos.

Su respuesta entristeció el corazón del rosita.

Mechamura se mantenía al margen, observando con una expresión imperturbable. Aunque sus palabras no eran tan efusivas, su presencia imponía respeto.

— Todos tenemos nuestros puntos de vista, pero lo más importante es que tú, _____, encuentres tu lugar aquí con nosotros. No estamos forzándote a nada, solo queremos que veas lo que podríamos ofrecerte.

— ¿No te estamos forzando? — repitió ella con sarcasmo — qué curioso qué digas eso ¡cuando estoy atada a una silla, animal!

Todou, con su energía característica, se adelantó con una sonrisa confiada.

— Vamos, _____. Imagínate lo divertido que sería. Todos nosotros juntos, haciendo cosas increíbles. No te lo estás perdiendo, te lo aseguro.

_____, luchando contra sus ataduras, miraba a cada uno de ellos con una mezcla de incredulidad y desesperación.

Sabía que sus intenciones eran serias, pero el método era algo que no podía aceptar.

— Esto no está bien —  dijo con voz temblorosa. — No quiero estar aquí de esta manera.

Kamo dio un paso hacia adelante, intentando suavizar el ambiente.

— Entendemos que esto es mucho para procesar, pero consideralo. No queremos que te sientas obligada, solo que pienses en las posibilidades. Todos nosotros hemos puesto mucho en esto.

Mientras el grupo seguía insistiendo y tratando de convencerla, el sonido de pasos en el pasillo interrumpió la tensión en el aire.

— Todos aquí prometemos no hacer nada que tú no quieras — respondió Yuuji

— Yo no prometo eso — rápidamente la boca de Sukuna en la mejilla de Yuuji.

Un silencio invadir el lugar y el vago pensamiento qué está era su única opción pasó por la cabeza de ella.

— ¿Estan seguros? — Todos asintieron — Entonces...

La puerta de la sala se abrió de golpe, revelando a Megumi, con una expresión grave y decidida en su rostro. Su presencia imponente llenó la sala con una sensación de autoridad inmediata.

— ¿Qué demonios está pasando aquí? — preguntó Megumi, su mirada fija en sus compañeros y luego en _____.

Su tono no dejaba lugar a malentendidos; estaba claramente molesto y desautorizado por la situación.

Kamo y los demás se volvieron hacia él, sorprendidos por su llegada inesperada.

— Megumi, estábamos tratando de explicarle a _____ cómo podría ser nuestra vida juntos — comenzó Kamo, tratando de mantener su compostura.

Megumi se acercó rápidamente a _____ desatando sus ataduras con movimientos firmes.

— No tenéis el derecho de hacerle esto a nadie. Nadie debería ser forzado a tomar una decisión de esta magnitud, especialmente bajo coacción. Lo que están haciendo es completamente inaceptable.

Yuuji, sorprendido por la intervención, miró a Megumi con una mezcla de confusión y arrepentimiento.

— No pensábamos que esto se fuera a convertir en una situación así. Solo queríamos que ella tuviera la oportunidad de conocernos.

— ¿Conocerlos? ¿Enserio? La tienen atada a una silla — reclamó el azabache

— Sí no lo hacían se iba a escapar — la boca de Sukuna

Megumi dirigió una mirada dura a cada uno de ellos.

— El querer estar con alguien no implica forzarla a una decisión. Esto no es amor, es egoísmo. Dejen que _____ tome sus propias decisiones sin presión.

_____, aliviada al ser liberada, se levantó de la silla y miró a Megumi con gratitud.

— Gracias, Megumi. No sé qué haría sin tu intervención.

Megumi asintió con seriedad. — No tienes que agradecerme. Lo importante es que ahora puedes hacer lo que creas que es correcto sin sentirte atrapada.

— Megumi, tú tampoco tienes el derecho de hablar por ella — reclamó Kamo

— Estás igual de jodido que todos aquí — respondió Yuuji

— Pero yo no la tengo atada y lo saben — respondió el azabache

— ¿Y? ¿Cuánto tiempo crees qué estará contigo? — respondió burlón Mechamura — Se aburrirá de ti

Un silencio invadió la sala cada uno de los estudiantes vio con determinación a ______.

— _____ ¿Qué harás? — pregunto Todou

— Decide, ¿elegirás a alguno de nosotros? ¿O simplemente te irás? — siguió Kamo

— ¿Qué?

La voz temblorosa y miedosa de _____ resonó como eco en todo el lugar.

— _____ decídete.

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