┊➹ Capitulo 44 ❦

“Protector”

En una noche oscura y tormentosa, después de ver cómo Mahito murió, _____ corrió.

El viento arrastraba las hojas secas a lo largo de una calle solitaria en la ciudad de Tokio. La lluvia caía en cortinas densas, azotando el pavimento y creando charcos que reflejaban las luces de los faroles.

En medio de este caos, una figura femenina corría desesperadamente, su cabello oscuro pegado a su rostro por el agua. La chica de expresión frenética y ojos que miraban hacia atrás con un temor palpable.

Itadori Yuuji, con su característica camiseta blanca y un semblante decidido, lideraba el grupo con una velocidad y agilidad impresionantes.

— No podrá ir muy lejos, ¡apurense!

A su lado, Inumaki, con su característica cinta en la boca y un aura intimidante, avanzaba en silencio, sus ojos centrados en su objetivo.

Kamo, con su elegancia característica y una mirada calculadora, seguía con pasos firmes, mientras que Todou, con su actitud despreocupada y su fuerza física imponente, parecía disfrutar de la persecución.

_____ se adentraba en un callejón oscuro, sus pasos resonando en el eco del espacio cerrado. El callejón parecía interminable, las paredes de ladrillo oscuro reflejaban la luz de los relámpagos que cruzaban el cielo.

Giró a la izquierda en un recoveco, con la esperanza de perder a sus perseguidores, pero el sonido de sus pisadas resonaba más cerca.

Cada vez que miraba hacia atrás, los rostros de sus perseguidores se hacían más nítidos en la penumbra, llenos de determinación y paciencia.

Desesperada, _____ decidió buscar refugio en un viejo edificio. La puerta de la entrada estaba entreabierta y con un pequeño crujido, ella logró entrar.

Se adentró en la oscuridad del interior, buscando en vano algo que pudiera usar para bloquear la entrada.

El edificio estaba lleno de polvo y telarañas, y el olor a humedad era penetrante. Mientras trataba de cubrir la puerta con algunos muebles rotos, podía escuchar las voces de sus perseguidores acercándose.

Los pasos se hacían más claros y las conversaciones se hacían más audibles.

— Entró aquí — dijo Kamo

— ¿seguro? Yo no la ví — respondió Todou

— Salmón

En ese momento de angustia, un rayón de esperanza brilló cuando Aria recordó que Nanami solía frecuentar la zona.

Con su último aliento de esperanza, _____ tomó el riesgo de salir del edificio y corrió hacia un pequeño café cercano, un lugar frecuentado por Nanami.

El café estaba casi vacío y la luz cálida de su interior contrastaba con la tormenta afuera, entró de un salto, buscando con la mirada desesperada a través del lugar.

Finalmente, lo vio. Nanami estaba sentado en una mesa cerca de la ventana, leyendo un libro con una expresión tranquila. Cuando Aria se acercó, la desesperación en sus ojos era inconfundible.

— ¡Nanami! Por favor, ayúdame, me están persiguiendo —  exclamó, su voz temblando mientras trataba de mantener la calma.

Nanami levantó la vista de su libro, observando a _____  con una mezcla de sorpresa y seriedad. Sin una palabra, se levantó y la llevó a una esquina del café, donde la luz era más tenue.

El sonido de la tormenta seguía en el fondo, pero la atmósfera del café ofrecía un breve respiro.

— ¿Qué está pasando? — preguntó Nanami con voz firme y controlada, mientras _____ trataba de recuperar el aliento.

— Esos chicos… Yuuji, Inumaki, Kamo, Mechamura y Todou. Me están persiguiendo. No sé por qué, pero necesito que me ayudes —  dijo _____, sus palabras entrecortadas por el pánico.

Nanami asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Se giró hacia la entrada del café, su expresión se volvió aún más seria.

Y depósito un tierno beso sobre la frente de la chica.

— Quédate aquí. Voy a ver qué puedo hacer para distraerlos y asegurar tu seguridad

Con esas palabras, Nanami salió del café, enfrentando la tormenta y la amenaza que acechaba.

_____ con el corazón acelerado, esperó con ansiedad, confiando en que el exorcista pudiera ofrecerle la protección que tan desesperadamente necesitaba.

Nanami salió del café con determinación, su postura erguida y su rostro imperturbable. A medida que se adentraba en la tormenta, su mente trabajaba rápidamente en una estrategia para proteger a _____

Sabía que enfrentarse a los cinco exorcistas no sería fácil, pero confiaba en sus habilidades y en su experiencia para manejar la situación.

La lluvia arremetía con fuerza, empapando su traje mientras se dirigía hacia el callejón cercano al café.

Los pasos de sus perseguidores se hacían cada vez más audibles, y Nanami ajustó su estrategia mentalmente.

Se había enfrentado a desafíos similares antes, pero esta vez, el riesgo era mucho mayor debido a la cantidad de enemigos.

Al llegar al callejón, Nanami se ocultó en las sombras, esperando el momento adecuado para intervenir.

No tardó en escuchar las voces de Yuuji, Inumaki, Kamo y Todou acercándose. Los cuatro estaban claramente frustrados, sus comentarios reflejaban la urgencia de capturar a _____

Nanami observó desde su escondite, evaluando sus movimientos y el estado de ánimo de cada uno.

— ¿Dónde se ha metido? — preguntó Kamo, su tono cargado de impaciencia.

— Debe estar cerca. No podemos permitirnos perder más tiempo—  respondió Itadori, su voz era firme pero se percibía una pizca de preocupación.

Nanami vio cómo se aproximaban al café. No tenía mucho tiempo. Con un movimiento rápido y preciso, se acercó a ellos.

Aprovechando la oscuridad y la confusión de la tormenta, Nanami decidió enfrentarlos de inmediato.

— ¡Oigan! — gritó Nanami, su voz resonando a través del callejón con una autoridad que captó instantáneamente la atención de los cuatro.

Itadori, Inumaki, Kamo, Todou y Mechamura giraron hacia él, sorprendidos por la aparición repentina. Nanami avanzó con calma, sus ojos fijos en los cinco exorcistas.

— Sé por qué están aquí y no voy a permitir que sigan persiguiendo a esa _____

Los cinco intercambiaron miradas, evaluando a Nanami. Kamo fue el primero en reaccionar, su expresión se tornó fría y calculadora.

— ¿Y tú quién eres para detenernos?

— Soy alguien que tiene suficiente experiencia y habilidades para hacer que reconsideren su decisión — respondió Nanami, mientras se preparaba para el enfrentamiento.

Todou, con una sonrisa confiada, se adelantó.

— Esto va a ser interesante. ¿Qué tal si vemos qué tan bueno eres?

Nanami no perdió tiempo. Con movimientos precisos y calculados, activó su técnica de maldición, creando una barrera temporal que separó a los cinco exorcistas.

La barrera, sutil pero efectiva, ralentizó su avance y les obligó a enfrentarse a una serie de ilusiones que distorsionaban la realidad.

Mientras estaban distraídos, Nanami usó su agilidad para moverse rápidamente entre ellos, evitando sus ataques con habilidad.

Inumaki intentó usar su poder de palabras para bloquear a Nanami, pero él estaba preparado. Con una rápida maniobra, evadió el ataque y contraatacó con una precisión letal.

Cada movimiento de Nanami era calculado para neutralizar a sus oponentes sin causarles un daño irreversible.

El enfrentamiento era feroz, pero Nanami mantenía el control, mostrando su habilidad y experiencia en cada paso.

Mientras tanto, _____ observaba desde el café, su mente aún nublada por el miedo pero aliviada al ver la destreza de Nanami.

En un momento, pudo ver cómo Itadori y los demás comenzaban a retroceder, claramente sorprendidos por la resistencia que estaban enfrentando.

Finalmente, después de varios minutos de intenso combate, Nanami logró tomar el control de la situación. Con un último esfuerzo, desactivó la barrera y se enfrentó a los cuatro exorcistas con una presencia dominante.

— Esto es suficiente —  dijo con firmeza. — Regresen y reconsideren sus acciones, o ahora sí tendrán problemas

A regañadientes, Itadori, Inumaki, Kamo y Todou se retiraron, aún sorprendidos por la habilidad y la determinación de Nanami. El sonido de sus pasos se desvaneció a lo lejos, y el callejón volvió a sumirse en un inquietante silencio.

Nanami regresó al café, encontrando a Aria aún en el mismo lugar, temblando pero aliviada.

— Ya está —  dijo Nanami con una voz tranquila. — Están lejos ahora. Estás a salvo.

_____ lo miró con gratitud, sus ojos brillando con lágrimas.

— Gracias. No sé qué habría hecho sin ti. — y abrazo al mayor

Nanami asintió, comprendiendo la magnitud de lo que había hecho.

— No te preocupes. Estarás bien. Ahora, trata de mantenerte segura y sí gustas puedes quedarte conmigo

— ¿ Enserio? — pregunto ella agradecida — ¡Estaría genial!

Pero hubo un pequeño problema, Nanami no se percató qué durante el combate Mechamura ya no estaba.

Y apareció en el café con una de sus manos robóticas convertidas en filosas navajas qué atravesaron el abdomen de Nanami.

El no sintió la presencia del robot, debido al calor de _____ en su cuerpo debido al abrazó.

Y rápidamente la sangre empezó a fluir por el cuerpo del rubio, primero haciendo que perdiera fuerza en las piernas cayendo de rodillas

_____ se arrodilló delante de él, con desesperación tratando de hacer presión sobre la herida para que dejara de sangrar

— ¡Nanami noo! — exclamaba la chica — Lo siento, de verdad lo siento, todo esto es mi culpa

— Nada de eso _____ — la mano llena de sangre del rubio tocó la mejilla de _____ — No te preocupes

Pero Mechamura seguía lastimándolo, ella gritaba con desesperación que lo dejara pero nada lo iba a detener

— ¡Detente Mechamura! — gritaba ella con un mar de lágrimas en los ojos — ¡Porfavor déjalo!

Y así, los ojos de Nanami perdieron su brillo.


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