Le petit arrogant

Disclaimer:
Bungō Stray Dogs|文豪ストレイドッグスy sus personajes, son propiedad intelectual de Kafka Asagiri, ilustrado por Sango Harukawa.

Géneros:
| Soft Slash | AU - What if... |

Aclaración:
Un "What if" es un "¿qué pasaría si...?", en este caso, veremos qué habría pasado si la apuesta entre unos Chuuya y Dazai de quince años hubiera resultado al revés.

Nota:
Este especial iba por el cumpleaños de nuestro Chuuya, pero acabé reservándolo para alguien muy especial que escribe una de mis historias favoritas (Lo que el corazón anhela), ¡la favorita de favoritas podría decir! CharlieDark1827 ¡feliz cumpleaños! 🎂🎉🍻 Lo tenía listo hace mucho y se me pasó subirlo asgvasdn sorry,,

Con un edificio abandonado de fondo, Dazai y Chuuya discuten. Golpes iban y venían en constante repetición.

—    ¡Dime quién es el culpable! —Chuuya se acerca para darle una patada baja.

—    ¡No quiero! —Dazai salta y esquiva el golpe. Aprovecha y agita el garrote. Chuuya lo bloquea con ambos brazos. Dazai toca el piso y Chuuya lo recibe con una lluvia de puñetazos.

—    En realidad no lo sabes —afirma Nakahara.

—    Sí que lo sé. No como cierto estudiante de primaria —Dazai debe retroceder. Chuuya sigue agitando los puños.

—    ¡Vamos! ¡Si solo te defiendes, jamás ganarás!

—    Lo siento por ti —asegura Dazai con una sonrisa cínica. El garrote dispara un rayo de luz.

—    ¡Un momento! —grita Chuuya frustrado, viendo como la vida de su personaje finalmente llega a cero. El K.O. aparece en la pantalla de ambos monitores. Chuuya baja la cabeza, derrotado. ¡Había perdido!

—    Hicimos una promesa. El que perdiera obedecería una orden como si fuera un perro —le recuerda Dazai sin borrar su sonrisa, a lo que Chuuya deja caer su cara contra la consola; había perdido esa apuesta—. ¿Qué podría pedirte...?

—    ¡Confiaba en poder ganar! —alza la voz, levantándose de golpe del asiento y refunfuñando en alto. Sin poder evitarlo, se ganan entre ambos las miradas de varias personas en su dirección, en especial porque Chuuya es bastante ruidoso con una poca motivación de Osamu.

—    Perdiste porque tu poder es demasiado fuerte. Impide que desarrolles ingenio y cuidado a la hora de competir. En los juegos y en las deducciones —completa.

—    ¿En las deducciones? —Chuuya golpea la máquina del game center con fuerza. Si antes solo eran observados por los jugadores cercanos, ahora hasta los del fondo se han asomado con poco disimulo por todo el escándalo; pero al par de adolescentes no le importa en lo más mínimo, en cambio continúan su discusión—: ¡No hicimos ninguna competencia de deducciones!

—    ¿Y por qué no competimos para ver quién encuentra al culpable primero? —cuestionó el castaño sin borrar esa sonrisa de su rostro. Para ser alguien que fingía y cubría sus emociones todo el tiempo, realmente estaba disfrutando de molestar a Chuuya. Su sonrisa en esos momentos era genuina mientras tentaba al pelirrojo a un "doble o nada"—. Si ganas, podemos cancelar la apuesta de antes —su mirada se oscureció con burla; se sentía sumamente feliz conviviendo –molestando– a alguien de su edad, alguien que fácilmente le seguía la corriente y lo sacaba de su aburrimiento—. Pero si gano yo, serás mi perro toda tu vida —continuó, enfatizando cada palabra.

Chuuya enfurruñado aceptó, asegurando con arrogancia que sí que tenía ingenio y cuidado, además de que era porque Dazai no había visto su "as bajo la manga", algo a lo que él señaló la obvia preferencia de este por pelear solo con las piernas y que Chuuya defendió con que podía pelear como se le diera la gana. En ningún momento Osamu perdió la expresión divertida en su rostro. Chuuya era muy fácil de molestar.

···

Dazai parpadeó con sorpresa cuando Chuuya confesó la forma en que había descubierto que Randou era el culpable tras todos los sucesos ligados al Arabahaki y la supuesta resurrección del antiguo jefe de la Port Mafia. Claro que él ya sabía que el hombre era el culpable, lo supo desde que contó su versión de los hechos ocurridos en el barrio Mortero años atrás; pero él quería arrastrar a Chuuya en una nueva apuesta, él ya sabía que si le tocaba un poco el orgullo, convencerlo no sería difícil, también podía adivinar que Mori lo querría reclutar en un futuro muy cercano y obvio, él quería tener un perro sirviente. Chuuya encajaba perfecto en sus planes.

¿Quién iba a decirle que Chuuya iba a llegar primero a la ubicación de Randou usando la gravedad para volar hasta ahí? Él estaba a punto de decirle a Randou cómo lo descubrió por el simple hecho de mencionar que pudo ver el mar desde el punto del desastre, cuando el pelirrojo entró volando y de una patada lo sacó de su campo de visión; para cuando llegó al lado de ambos, Chuuya ya había expuesto su teoría.

Tal vez la suya era más perspicaz, pero la lógica de Chuuya no estaba mal tampoco.

Y el pelirrojo lo sabía, se notaba en su sonrisa soberbia mientras afirmaba que había ganado la apuesta porque habló primero.

Bien, admitía que a veces sus deducciones no eran exactamente precisas, sabía que había un pequeño porcentaje de que perdiera en ese doble o nada. Eso no estropeaba sus planes a largo plazo, no del todo. Ya encontraría la forma de convertir a Chuuya en su perro...

Pero mientras eso sucedía, necesitaba borrarle esa expresión arrogante del rostro.

¡No podía disimular el orgullo que sentía por sí mismo y eso le molestaba!

Chuuya, aún después de la pelea en equipo que ambos tuvieron con Randou, resultando en la muerte de este último, volvió a mofarse del castaño por haber hablado primero. Era increíble como alguien tan gruñón, iracundo y predecible podía volverse un dolor en el trasero por ganar una pequeña apuesta, si hasta se lo podía echar en cara mientras aguantaba el dolor de su pierna derecha, misma que se había herido en medio del combate.

Pero no era todo tan malo. Chuuya parecía muy contento y, aún detrás de todo ese aire vanidoso que estaba portando, actuando como el niño de quince que realmente era, Dazai pudo alegrarse de que este sintiera que podía hacer lo que él quisiera, tanto con su vida como con su poder, algo que esperaba que le hubiera quedado muy en claro después de su última conversación con las Ovejas.

Quizás Chuuya era el rey de las Ovejas, una oveja rodeada de lobos en realidad. Pero ese demonio logró abrirle los ojos, por insoportable que se estuviera comportando por ganarle de vuelta la apuesta que anulaba la primera, algo que muy en el fondo, era motivo de alegría no expresa para Osamu.

Chuuya era un dios que se sentía humano, y Dazai un humano que se sentía demonio.

Los opuestos se atraen.

Pero Dazai vería la forma de borrarle la sonrisa arrogante del rostro a Chuuya; si iban a ser opuestos, no podían ser ambos vanidosos. El soberbio era él, Chuuya tendría que volver a ser el noble.

Pero mientras, lo dejaría disfrutar un instante más de su victoria y tal vez, solo tal vez, disfrutaría él de su sonrisa, en silencio.

Fin.

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