16 ⌇ YOU'RE STILL IN LOVE...?
━━━━━ 𝐍𝐄𝐈𝐆𝐇𝐁𝐎𝐑𝐒;
❛¿TODAVÍA ESTÁS ENAMORADA...?❜
𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
-tommybae
¿HABÍA ESCUCHADO BIEN? ANTONELLA QUEDÓ DESESTABILIZADA DESPUÉS DE LA RESPUESTA DE ARTHUR, sus piernas temblaron de sólo escuchar lo que el monegasco le había dicho. "No sé si te haz dado cuenta Nella pero yo... siempre he estado pendiente de ti, desde que somos unos niños." ¿¡Qué se supone qué significaba eso?! Es decir, sabía que significaba a la perfección, más bien quería decir ¿¡Qué se supone que se le respondía a eso?! Tragó grueso, y hubiese respondido de no ser porque la campanita del local se abrió y unos niños con gorras de Ferrari se acercaron hasta Arthur.
—¿¡Eres el hermano de Charles Leclerc?!
El rubio asintió y los niños le comenzaron a pedir fotos, Antonella todavía estaba sin saber cómo reaccionar a lo que acababa de escuchar, y siquiera se dió cuenta de que los niños se habían ido del lugar con emoción. Las ganas de comer helado se le habían quitado, de hecho en todo el día no tuvo ganas de comer por los nervios, pero tenía que disimular.
Arthur sonrió: —Mira me dió esta nota para que se la diera a Charles —agitó el papel que tenía varios dibujos de monoplazas pintados con el escudo de Ferrari y Antonella sonrió de lado, sin saber qué responder. Arthur frunció el ceño— ¿Todo bien? ¿Pasó algo?
Ella lo miró. ¿¡Cómo podía estar tan tranquilo después de haberle dicho que estaba pendiente de ella desde que eran unos niños?!
Pero la verdad es que Arthur estaba temblando por dentro, solo que estaba intentando disimularlo, carraspeó.
—Iré a pedir algo a la barra y vuelvo. ¿Está bien?
Nella asintió, Arthur se puso de pie y ella sacó su celular para decirle a Sophie lo que estaba pasando, y no pasaron ni diez segundos cuando ya su mejor amiga estaba marcándole una llamada.
«—¿¡Qué te ha dicho qué cosa?! ¡Oh por Dios Antonella! ¿¡Ya son novios?!
«—¡Haz silencio! —la castaña se quejó, sintiendo esa molestia en su estómago conocida como "mariposas", se fijó en Arthur que estaba pidiéndole algo a la chica que atendía la barra—. Primero deja tus exageraciones Soph, él solo...
«—¡Por amor a Dios, deja ya de ser tan ciega! ¡Le gustas Nella, le gustas a Arthur! —Nella se separó el teléfono de la oreja dejándolo a bastantes centímetros alejados, y riéndose al aún así escuchar el grito de su mejor amiga.
«—¿Ya paraste de gritar? —Sophie volvió a soltar otro grito.
«—Ya, ahora sí. Espera ¿qué estás haciendo aquí? —Nella frunció el ceño— es Gio, acaba de llegar pero tengo prioridades, sígueme contando.
«—¿Gio ya volvió?
«—Si, pero es lo que menos importa ahora. ¿Qué más pasó?
«—¡Sophie! —ella soltó una carcajada, Arthur volvió con una cajita entre sus manos mientras que Nella lo miraba sin entender—. Ahorita hablamos.
Cortó la llamada, mientras que se ponía de pie y miraba al rubio.
—¿Eso qué es?
—Para ti —le entregó la cajita, Nella tragó grueso.
—Oh Arthur...
—No digas que te da vergüenza o algo —la miró con una ceja alzada y ella soltó una risita— ¿No quieres helado? Se te va a derretir, princesa.
Princesa, sonaba tan lindo viniendo de él...
Las mejillas de la castaña se enrojecieron, a ese punto parece que se hubiese aplicado blush en toda la cara porque desde que empezó la salida estaba con sus mejillas rojizas, pasó una mano por su nuca mientras que rascaba la misma con nerviosismo y tomaba el helado, negando.
—La verdad es que ya no tengo hambre... ¿Quieres comértelo?
—Si me lo vas a dar...
—Bueno, toma —ella le tendió el helado, mientras que Arthur le extendía la caja que ella agarró, y los dos se miraron con una sonrisa— ¿Vamos? ¿O te quieres quedar un rato más?
—No sé, lo que tú quieras rubio.
Rubio, que bonito se escuchaba viniendo de ella.
La piel del monegasco se erizó, y estaba casi seguro de que sus mejillas se habían enrojecido al escuchar a Antonella llamarle así, era un apodo cualquiera, pero que viniera de la chica que le gustaba desde que era un niño lo hacía sentir bastante especial.
—Entonces, vamos.
Le extendió su mano libre mientras que Antonella tomaba la misma y los dos entrelazaban sus dedos, para irse camino al auto del monegasco que tampoco estaba tan lejos de la heladería en donde ambos estaban.
No tardaron mucho en llegar al lugar, el de ojos claros le abrió la puerta del auto a Nella para que se subiese y ella así lo hizo, mirándolo con una sonrisa que Arthur le devolvió.
Miró la cajita mientras que Arthur se subía, era bastante linda, con bordes dorados y el nombre de la heladería donde habían comido junto a su dirección, estaba algo caliente indicando que era algo recién salido del horno, Antonella todavía no sabía qué y le daba vergüenza abrirlo.
El rubio se subió al auto, mientras que le dedicaba una sonrisa y encendía el mismo, saliendo del parqueadero para irse hasta casa.
El camino a la misma fue genial, tras de tener varios temas en común también compartían los mismos gustos por la música ya que pasaron varias por la radio que a ambos les gustaban.
Arthur detuvo el auto en la casa de Antonella, mientras que apagaba el mismo y los dos se miraban con una sonrisa.
—Entonces... ¿te ha gustado la cita? —le preguntó el monegasco, Antonella hizo un ligero puchero con sus labios y asintió a su pregunta.
—Me ha encantado la cita —respondió con sinceridad, mientras que Arthur mordía su labio inferior y sonreía, emocionado.
Los dos se miraron fijamente, era increíble como la mirada podía decir mucho más que mil palabras, Arthur posicionó su mano izquierda en la mejilla de Nella, para acariciar la misma delicadamente con la yema de su dedo pulgar y verla con ternura.
La castaña se quedó estática, no sabía cómo reaccionar ni que hacer, y su corazón empezó a acelerarse cuando Arthur se inclinó hacía ella, besando su mejilla sonoramente y pasando a susurrar a su oído:
—A mi también me ha encantado salir contigo, demasiado...
La piel de Nella se erizó al sentir el aliento del monegasco chocar con su piel, tragó grueso, Arthur se separó para mirarla, con sus narices casi rozándose bajó la mirada a sus labios, para volverla a ver, aunque el momento se vio interrumpido por sonidos de risa, Antonella se separó, mientras que veía a su papá darle palmadas a Sam en el hombro y una Less con mala cara salía de la casa y se metía en el auto, ninguno de los tres parecía darse cuenta que Nella y Arthur estaban ahí.
Ella frunció el ceño ante la situación, pero no dijo nada más.
—Bueno, gracias por traerme Arthur.
—No es nada, princesa.
Le guiñó un ojo, mientras que Antonella sentía el sonrojo aparecer en sus mejillas otra vez y le sonrió, se bajó del auto completamente nerviosa y después de cerrar la puerta, Andre y Sam notaron la presencia de la menor de los Ferrer en casa.
—¡Nella, llegaste! —Andre miró a Arthur que estaba bajando la ventana del auto para saludar al papá de la castaña— ¿Qué tal la pasaron? ¿Ya se bes...?
Antonella carraspeó, sabiendo que a su papá le gustaba hacerle pasar vergüenza, lo miró de mala manera, riéndose nerviosa.
—La pasamos bastante bien, papá. Gracias por preguntar.
—¡Que bueno, que bueno! —Andre se acercó hasta el auto de Arthur— así es que me gusta muchacho, que cuiden a mis princesas.
—Claro que sí, señor.
—Bueno, yo ya me voy a casa, nos vemos luego suegro, Nella —Sam le dio un beso en la mejilla y cuando se subió al auto, Less se bajó del mismo, sonriéndole a Nella y acercándose a darle un abrazo efusivo.
—¡Nella, llegaste! ¿Qué tal les fue en la salida? —le preguntó a ambos, ya que Andre estaba hablando con Arthur, el rubio sonrió.
—Nos fue increíble a decir verdad —respondieron ambos al mismo tiempo, para luego verse y reírse por eso.
—¡Oh eso es genial! ¿Quieren galletas? —les tendió el paquete de galletas que tenía entre manos, ambos negaron.
—Primero el chocolate y ahora son galletas. ¿Quién te entiende Less? —le preguntó Nella a su hermana que soltó una risita divertida.
—Ay si, es que ya me aburrí del chocolate y quería galletas, pero bueno. Ya me tengo que ir a casa, Tommy nos debe extrañar —le sonrió a su hermana— los quiero, nos vemos luego.
Se despidió de Arthur, su papá y su hermana para luego subirse al auto con Sam que estaba esperándole, y luego de que Andre terminara de hablar con el menor de los Leclerc el rubio avanzo hasta su respectiva casa, no sin antes guiñarle un ojo a Antonella.
Andre pasó su mano por el hombro de su hija, mientras que los dos empezaban a caminar hasta la casa.
—Entonces ¿Se besaron?
—¡Pero papá!
Andre soltó una carcajada.
💌
Por la mañana, Nella se vistió bastante rápido y se despidió de sus padres informándoles que estaría en casa de Sophie, ambas habían quedado en que Nella le contaría a su mejor amiga todos los detalles de la cita que había tenido con Arthur. No le había dado tiempo de revisar su celular, pero apenas salió de la urbanización y vio el mismo, sintió ese cosquilleo en su estómago y comenzó a sonreír al ver a Arthur deseándole los buenos días. Respondió con rapidez, los dos comenzaron una conversación, Nella le preguntó qué hacía y no tardó mucho para que el rubio le mandara una foto de lo que estaba haciendo.
Él entrenando en su casa. Cargaba una camisa sin mangas, dejando a la vista sus músculos que, efectivamente, estaban obteniendo más masa muscular dejándole ver más fuerte; su cabello estaba despeinado, algo mojado por el sudor, y sus mejillas sonrojadas a causa del esfuerzo físico.
Y Nella sintió su rostro caliente a causa de lo que ya conocía a la perfección, un sonrojo. Mordisqueó su labio inferior con nerviosismo, aguantandose las ganas de gritar lo guapo que era Arthur Leclerc.
Y por andar de distraída con el celular en las manos sin saber qué responder a la foto, terminó por chocar contra un poste.
—Auch —soltó una risita, mientras que miraba a que nadie la hubiese visto y corría con la suerte de que así fuera.
No sabía si responderle de manera atrevida o no a Arthur, pero decidió ser arriesgada y lo hizo, añadiendo un: "¿Puedes a caso ser más atractivo?" Y a penas el rubio leyera el mensaje ella se saliese con rapidez del chat y escondiera su celular en los bolsillos de su chaqueta.
Llegó a la casa de Sophie, tocando el timbre repetidas veces y sonriendo emocionada al ver a su mejor amiga ahí.
—Pasa. Cuéntamelo todo —Sophie la empujó hacia la casa mientras que cerraba la puerta y la obligaba a subir las escaleras.
—Bueno yo estoy bien, gracias por preguntar. ¿Tú qué tal?
—Que me importa eso a mí, Antonella. ¿¡Se besaron?! —puso sus manos sobre ambos hombros de la castaña mientras que la empezaba a zarandear y Antonella soltaba una carcajada pero abría su boca con indignación.
—Ah, ¿no te importa?
—¡Ay, ya! —las dos rieron—. ¡Obviamente que me importa, pero hay prioridades! Así que vamos, cuéntamelo todo.
—Bueno...
—Soph ¿haz visto mi...? —Giovanni frenó en seco al ver a Antonella en su casa a punto de entrar a la habitación de su hermana mayor, tragó grueso. Antonella también quedó estática, ninguno de los dos se veía desde que Giovanni se le declaró en navidad y desde entonces, no habían hablado sobre el tema, él sonrió de lado, tímido— h–hola Nella...
—Gio...
Era su mejor amigo y no quería perderlo, pero si no habían hablado del tema era porque no se habían visto. Prácticamente él había huido después de su declaración de amor, el viaje de su universidad le había caído justo y desde entonces no habían tenido más comunicación.
Y si Nella era sincera, no sabía que responderle, estaba segura de que si se quedaba sola con él, Giovanni le pediría una respuesta de su parte con respecto a lo que sentía por él, y estaba claro que tenía que serle sincera, pero no quería romperlo respondiéndole que ya estaba enamorada de otro chico.
Sophie carraspeó.
—Uy bueno, cuánta tensión. ¿No? —soltó una risita nerviosa cortando con el contacto visual de su hermano y su mejor amiga—. Bueno Antonella ¿Te vas a quedar aquí parada o vas a contarme lo qué pasó con tu nov...?
—Eh, sí, sí —Nella la interrumpió para que no dijese nada que pudiese incomodar a Giovanni pero no fue lo suficientemente rápida, el frunció el ceño.
—¿Lo qué pasó con quién?
Y Sophie pareció darse cuenta de que había metido la pata, por un segundo se le había olvidado que a su hermano le gustaba Antonella, aunque para ser sincera pensó que ya lo había superado después de estar dos meses de viaje.
—Ah, de Antonella y Arthur —Sophie respondió, haciendo un ademán de desinterés con sus manos.
La pequeña sonrisa que tenía Giovanni en el rostro desapareció al escuchar la mención del rubio, frunció el ceño.
—¿Arthur? ¿Cuál Arthur? ¿El chico que vive por su casa...?
—El mismo —Sophie sonrió a labios pegados— bueno nosotras tenemos que—
—¿Su vecino? —Giovanni volvió a interrumpir.
—Sí...
—¿Todavía siguen hablando de ese chico? —le preguntó a Antonella sin entender. Giovanni no estaba enterado de que después de las navidades, Arthur y Nella se habían hecho muchísimo más cercanos, soltó un resoplido—. No te entiendo Antonella, dijiste que lo habías superado y no sé qué pero ¿Todavía sigues hablando de él?
—No, es que... o sea... yo —Nella no sabía que responder, Sophie soltó un resoplido— es que Arthur y yo, bueno...
—¿Arthur y tú qué, Antonella? ¡Nada, Arthur y tú nada! —la miró con decepción— Arthur Leclerc hasta en la sopa, ya basta Antonella ¡Ese chico no se debe saber ni tu nombre!
Negó, mientras que la veía fijamente y Sophie soltaba una risita, susurrando:
—Ese chico se debe saber hasta el nombre de sus futuros hijos y mascotas.
Su hermano la miró sin entender: —¿Qué?
—¡Nada!
—Mira Gio, han pasado muchas cosas desde que te fuiste y—
—¿Es una de las razones por las que no me respondiste a lo que te dije en Diciembre, verdad? Antonella, quiero que me digas la verdad por favor —se acercó a ella, Sophie veía todo con interés— ¿Todavía estás enamorada de Arthur Leclerc?
Como desde el primer momento....
━━━━━ yo sólo pondré este meme
capítulo 1/2
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💌
—girlofmyidols.
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