Nos escondimos en los vestidores al escuchar la voz de mis padres a través del portal. ¿Cómo fue que pudieron entrar?

─Un segundo... Makoto─ lo miro enojada.

─¡No es mi culpa que ellos hayan estado ahí! ¡Yo sólo quería volver a casa!

─Justo cuando creí que había encontrado paz después de tanto tiempo, vienen ellos a arruinar esa paz. Odio a esos viejos─ dijo en un susurro, con mucho desprecio.

─Yo... Lo siento... No quise arruinar tu vida─ baja la mirada, apenado.

─N-no... No la arruinaste, al contrario: fuiste el único que estuvo para mí cuando perdía las ganas de seguir viviendo─ mis ojos comienzan a empañarse, y acto seguido, le doy un abrazo─. ¡Te quiero, mejor amigo!

─¡Yo también!

─Shh, no griten, o los encontrarán─ susurra Teppei.

─¡Saki! ¡¿Dónde estás, niña malcriada?!

─¡Sal de donde quiera que estés! ¡Estás en serios problemas, jovencita! 

─Qué horrible se ve este mundo en 2D─ comenta mamá.

─Sí. Encontremos a Saki y pongámosle el mejor castigo del mundo.

─Sin celular, sin televisión, y sin anime. Esas cosas le corrompen la mente, más de lo que ya se la corrompieron─ sisea. 

Esas palabras hacen que mi sangre comience a hervir a más de cien grados. Gruño entre dientes y mis ojos empieza a echar chispas de la furia que siento. Ellos son la peor escoria de la sociedad, insultan a un género de serie magnífico, y me insultan a mí solo por mirarlo. ¡Están enfermos, al igual que mis compañeros de clase!

Realmente no puedo sentir amor por mis padres, es que ellos no me la ponen fácil.

─Esos... idiotas─ digo con cólera.

─Tranquila, no los escuches─ Teppei posa una mano en mi hombro.

─Uh, miren─ dice Makoto.

Los tres nos asomamos por la ventanilla, y vemos que el portal comienza a achicarse. Está desapareciendo.

─¡Kari, mira!─ papá señala el portal desapareciendo.

─¡Ay, no! ¡Si no llegamos nos quedaremos en este mundo de mierda por siempre!

─¡Olvidémonos de Saki! Si ella quiere quedarse aquí, que lo haga. No quiero que nos vean con esa loca que mira mamarrachos.

─Yo tampoco. Después si nos extraña pues que se joda─ corren al portal y saltan a él. Han desaparecido.

Nosotros suspiramos aliviados, y salimos de los vestidores.

Por otra parte, me dio bronca que hablaran así de mí, despreciando a su propia hija. No se puede entender cómo existen padres así. La palabra padres no les queda para nada bien. Sin embargo, se me pasó enseguida, ya que en ese mundo no voy a ser feliz con ellos. No los voy a extrañar. Estoy en donde pertenezco: en este mundo maravilloso que me sacó una sonrisa siempre cuando todo parecía derrumbarse. 

─Estamos a salvo─ dice Makoto.

─Sí. Me alegra que se hayan ido de aquí─ digo.

─Bueno, ¿quieren ir a mi casa?

─¡Síiii!─ lo abrazo.

─Escuchen, yo volveré a casa. Extraño mucho a mi mamá, pero prometo que mañana volveré aquí─ dice Makoto.

─Está bien. Pero ten mucho cuidado de no encontrarte con mis padres─ lo tomo de los hombros.

─Tranquila, confía en mí─ sonríe con seguridad.

─Nos vemos pronto, Makoto─ Teppei y él chocan los cinco.

─Adiós, y cuida bien a Saki. No hagan "cosas"─ pone una mueca juguetona. Nuestros rostros comienzan a arder.

─¡Lárgate y no vuelvas más!─ le doy unos golpecitos, éste solo se ríe.

─Ya me voy, ya me voy─ se para y comienza a rezar. El portal se abre nuevamente─. ¡Nos vemos!─ salta en él, y el portal vuelve a desaparecer.

Kisugi y yo vamos a su casa. Será la primera vez que veré su casa (jamás la vi en el anime). Estoy emocionada, jeje.