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Yunho acarició el cuello del menor con su nariz para despertarlo.

—Mi lindo omega es momento de despertar— Sonrió al escuchar a Jongho reír delicadamente— Preparé el desayuno.

—Pero aún tengo sueño— Entre abrió sus ojos— Otro ratito— Abrazo al alfa para que esté no se alejará.

—Mientras hacía el desayuno me puse a pensar y caí en cuenta que no sé cuánto llevamos casados— El menor despegó su rostro del pecho del alfa para mirarlo— Aunque creo que es porque no es la fecha más especial— Beso su frente.

—Pues no llevamos mucho— Murmuró el menor— Aún nos consideran recién casados, y tampoco es una fecha muy especial— Yunho asintio.

—Eso creí que responderias— Tomo sus mejillas para besarlo— Sólo espero que no nos lleguen a preguntar cuando nos casamos.

—¿Y quién preguntaría eso?— El mayor se encogió de hombros.

—Alguien curioso por saber, uno nunca sabe— Jongho sonrió y negó— En fin ya vamos a desayunar— Jongho asintió.

—Llevame cargando— Pidió cuando el alfa estuvo de pie.

Yunho no se negó le gustaba consentirlo, eso había empezado casi dos meses después de conocerlo aunque en ese entonces no se notaba demasiado, pero ahora dejaba muy a la vista que lo consentía.
El desayuno tranquilo como siempre, Yunho hablando de algún tema aleatorio y debes en cuando molestando a Jongho para que se sonrojara, ambos disfrutando de la presencia del otro.

—¿Y si nos quedamos todo el día aquí?— Sugirió Jongho, el castaño alzo una ceja.

—¿Acaso no querías salir?— El menor negó.

—Con un día que no salgamos, no pasará nada— Yunho sonrio— Aquí nos quedaremos ¿Cierto? Podemos hacer mucho aquí dentro.

—Mi lindo omega ¿Está proponiendo algo?— El omega se encogió de hombros.

—Depende de como lo tomes— Murmuró.

—Estoy muy seguro de que mi lindo omega está proponiendo algo— El omega lo miro con inocencia— Y mi respuesta es sí.

Se levantó para tomar al menor paea empotrarlo en la pared más cercana y besarlo, Jongho enredó sus dedos en el cabello del contrario para profundizar el besó, Yunho presionó su cuerpo contra el del menor hasta que no existiera espacio entre ellos. Sus respiraciones comenzaron a agitarse y poco a poco el aire comenzo a hacerles falta, el alfa gruñó cuando tuvo que alejarse de los labios del omega.

Lo tomo firme para llevarlo a su habitación y recostarlo sobre el colchón, estando ahí no esperaron ni un minuto más para desvestirse, Yunho dió un tierno beso a los labios del menor cuando ambos quedaron, pero tal beso se llenó por completo de lujuria, Jongho soltó un pequeño jadeo cuando sintió la lengua del mayor incitar la suya, pronto ambas lenguas se coordinaron en una danza que solo ellos podían crear, Yunho acariciaba los muslos del menor y daba leves apretones pues hace casi una semana los había descubierto, por así decirlo, y le habían encantado. De nuevo sus labios se tuvieron que separar, acarició su rostro con su nariz y descendió a su cuello sólo para aspirar su aroma, se alejó sólo para mirar los muslos de su novio, le gustaban, le fascinaban, es más le encantaba morderlos y dejar marcas. Y era lo que haría, tomo su muslo derecho para besarlo y después dar una ligera mordida a este, tomo el otro e hizo exactamente lo mismo, pudo seguir de esa manera.

—Alfa— Yunho sonrió al escucharlo llamarlo con cierta desesperación.

Y porque estaba cerca dió un beso al vientre del omega, saco su lengua para hacer un recorrido desde su vientre hasta su pecho, al estar ahí alzó su cabeza para besar a Jongho. Rompió el beso pues tenía que alejarse para buscar los preservativos, el menor abulto sus labios y también se levantó para acercarse a Yunho y besar su cuello, y también porque no dejar un chupetón.

—Hey— El omega sólo le sonrio y lamió su mejilla.

—Mío, alfa es mío.

El alfa se giró al encontrar lo que quería, tomo la cintura del menor para recostarlo de nuevo, dejo su cintura para poder abrir el paquetito plateado y colocarse el preservativo.

—¿Listo?— Jongho asintio.

Las primeras veces si se había encargado de prepararlo, pero después dejo de hacerlo y no hubo queja por parte del omega, igual le pidió a este que le avisará cualquier cosa. Entrelazó sus manos con las del omega para adentrarse en su interior, Jongho fruncio ligeramente el ceño, pero al estar por completo dentro jadeo de puro gusto.

Dió besitos por todo su rostro en lo que cualquier incomodidad pasaba, llevo las manos del omega a su nuca y él tomo su cintura para comenzar con lentos movimientos solo para que se terminará de acostumbrar lo último que quería era hacerle daño, pero confiaba que el menor se lo diría en dado caso, los suaves jadeos del omega le avisaron que podía subir la velocidad de sus movimientos así asiendo que el omega gimiera gustoso.

Las manos de Jongho se enredaron en la cabellera del alfa y jaló un poco cuando su alfa dió en el punto exacto, le sorprendió un poco que diera tan pronto con ese lugar, igual no se quejaba sino al contrario lo disfrutaba demasiado, ver al alfa soltando pequeños gruñidos cada que atacaba sin control su punto, le gustaba más de lo que creía.

Los jadeos y gemidos de Jongho mezclados con los gruñidos de Yunho, y sus pieles chocando solo hacían que aumentará el ritmo de sus embestidas, deseaba escucharlo siempre. Las manos del menor se fueron a la espalda de Yunho dónde inconscientemente lo arañó cuando de nuevo dió con su punto.

Yunho dirigió su mano derecha al miembro del menor, pues creyó que ya era el momento dado que Jongho se mostraba más necesitado, y comenzar a bombear sacándole gemidos de placer, no pudo evitar esbozar una sonrisa por ellos, notó que el ceño de Jongho estaba levemente fruncido sabía que estaba por correrse y dicho y hecho el menor se corrió alargando un gemido, sintió un leve cosquilleo que le fue agradable, siguió con sus embestidas aumentando un poco mas.

Pegó su frente al hombro izquierdo de Jongho cuando su orgasmo llegó, sonrió al sentir como Jongho acariciaba su nuca, se levantó un poco para besarlo con ternura, el menor le quitó un par de mechones pegados en su frente que lo molestaban un poco.

—Si tú dices que soy tuyo, entonces tú eres mío, vamos a aclararlo en este momento— El pelinegro sonrió.

—Me parece bien— Yunho beso su naricita.

—Te quiero— El menor se sonrojó con fuerza, no se lo esperaba, pero eso no evitaba que sintiera lo mismo.

—Tambien te quiero— Murmuró.

—Ahora responde ¿Por qué mi espalda arde?— Claro que sabía la respuesta pero ver a Jongho avergonzarse le generaba demasiada ternura.

—Quiero que te alejes de mi— El mayor rió con ternura, rozo su nariz con la del menor.

—No puedo, literalmente.

Mientras su miembro volvía a su tamaño normal siguió molestando un poco a Jongho, aunque también lo besó cuando esté diría algún insulto y también por gusto porque amaba sentir los labios del menor eran suaves y esponjosos. Y Jongho tenía ganas de golpearlo por estarlo avergonzado, aunque no mentía que le divertía cuando hacía aquello.








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