Capítulo 7: Oyuki, la inteligente

NARRA SORIMACHI

¡Ayyy! ¡Oyuki se ve tan adorable con su dinosaurio! Ya tenemos un nuevo miembro para nuestra familia Dango, jeje. 

─¿A dónde quieres que te llevemos, Oyuki?─ le pregunta Kenny.

─¿Podemos ir a la biblioteca? Tengo muchas ganas de leer últimamente─ se encogió de hombros.

─Me parece bien. Es importante saber leer a temprana edad, así cuando empieces la primaria no tendrás problemas con la lectura. Hay niños que les cuesta demasiado.

─Recuerdo que en primaria tenía un compañero que le costaba escribir bien, y no sabía leer. Tenía once años─ dije─. Decía que no había nada más difícil que leer y escribir. ¡Si viera lo que es la regla de tres!

─Kazuki, ¡la regla de tres es más fácil que respirar!

─Hasta yo sé hacerla─ Oyuki se señaló a sí misma con el dedo. Luego sacó un marcador de su mochilita y una hoja. Se puso a escribirla.

─Ajá, seguro. Puede que sepas leer muy bien y multiplicar en dos cifras, pero la regla de tres es tan difí...─ la boca me llegó por el piso al ver que la resolvió.

─En un colegio de Tokio hay nueve mil alumnos, lo que sería el cien por ciento del grupo. Ahora, ¿cuántos alumnos sería el nueve por ciento?─ planteó Oyuki el problema─. La respuesta es ochocientos diez─ me mostró la hoja con el cálculo.

                   9000 ____________ 100%

                          x ____________ 9%

x= 9000x9·/.100= 81000·/.100= 810 alumnos.

─¡Ah, bueno! ¡Hasta una niña de cuatro años sabe resolver esos problemas de la universidad!─ protesté.

─A ver, Kazuki, ¡esto se da en quinto de primaria! ¿Qué cosas de la universidad? Pregúntale a Takeshi y a Desuka, que están en la universidad.

─Uy, hablando de eso, no los he visto en meses.

─Yo hablé con Takeshi la semana pasada. Dice que la universidad los tiene exhaustos con tantos proyectos de contaduría. Dice que desean no haber ido a la universidad como nosotros, jaja.

─¡Obvio que no quiero ir a la universidad! ¡Si no entendía nada en primaria, mucho menos voy a entender en la universidad!

─¿Hablan de los tíos Sawada y Desuka?─ nos preguntó la cerebrito, digo, Oyuki.

─Sí. Están haciendo contaduría en la universidad─ le respondió Kenny.

─Quiero leer libros de contaduría─ abrazó a Kenny de la pierna.

─Mejor espera a que seas un poco más grande, al menos hasta que entres a la secundaria. Sé que sabes resolver muchas cosas de primaria, pero las cosas de la universidad son muy complejas de entender. Tienes mucho tiempo, todavía. Disfruta de tu niñez leyendo cosas sencillas─ acarició su cabecita.

─¿Al menos podemos ir a la biblioteca a llevarnos libros de Matemáticas fáciles?─ juntó las manos y nos miró haciendo puchero.

─Lo que tú quieras y puedas leer, te lo daremos─ sonreímos.

─¡Muchas gracias!─ nos abrazó a los dos.

No hay nada más tierno que Oyuki. Kei cuando era pequeño daba mucha ternura, pero cuando los niños son grandes dejan de ser tan tiernos como lo eran antes.


Entramos a la biblioteca. Estaba llena de gente, más que nada gente joven, como de la universidad... Y se veían exhaustos. Parecía que estaban estudiando.

─Uh, mamá, papá─ Oyuki me tira de los pantalones─. ¿Esos no son Sawada y Desuka?─ señala a dos personas dormidas sobre el escritorio de la zona de las computadoras.

─Sí, son ellos─ dijo Kenny─. Creo que es mejor que los dejemos dormidos...

Yo fui corriendo sigilosamente a despertarlos.

Kenny suspiró.

─No hay remedio con tu madre. Jamás cambiará.

Biché un poco la hoja que estaba a unos centímetros de la mano de Takeshi. No entiendo ¡nada! Con la yema de los dedos índice y mayor deslicé despacio la hoja, entonces Takeshi se despierta:

─¡NO TOQUES LA HOJA!─ me da un golpe en el bazo y me arrebata la hoja.

─¡Está bien, pero no me pegues!─ me quejé del dolor, y caí al piso frío.

Desuka también despertó. Dio un bostezo y me vio tirado en el piso.

─¿Qué hace éste en el piso?

─Intentó robarse nuestra hoja para estudiar.

─¡ESCUCHA!: ¡NO TE METAS CON NUESTROS ESTUDIOS! ¡QUE TENEMOS EXAMEN DE CONTADURÍA MAÑANA! ¡ESTAMOS ENCERRADOS EN ESTE CALABOZO CON OLOR A LIBROS DESDE HACE TRES DÍAS!

─¡EXACTO! ¡TODOS LOS DE NUESTRA CLASE ESTÁN EN NUESTRO ESTADO! ¡ASÍ QUE NO MOLESTES!

¿Cómo es que estos dos no son callados por la bibliotecaria o el bibliotecario? ¡Sus gritos se deben escuchar en los tres pisos del lugar!

─No quisimos molestarlos─ dijo Oyuki.

─¡Hola, cositaaaaa!─ Desuka le pellizquea los cachetes.

─¡Qué grande está!─ exclamó Takeshi.

─Y su cerebro también lo está─ comenté.

Ellos no me prestaron atención. Estaban hablando con Oyuki.

─¡¿Qué tiene el mundo en mi contra?!─ grité ofendido. Enseguida escuché un "Shhh" de parte de la bibliotecaria.

¡Ja, y a ellos, que gritan mucho más fuerte, no los callan! ¡Ufffff!

─Por cierto, ¿cómo han estado?─ les preguntó Kenny.

─Aparte de estresados por aprobar este examen, bien─ respondió Takeshi.

─Hace poco vimos a Inori en la calle─ añadió Desuka.

─¿A Inori?

─Sí. Está trabajando en un orfanato a las afueras de la ciudad.

─Tendríamos que ir a visitarla─ me dijo Kenny.

─Y también vimos a Sawaki bailando como drogadicto con las canciones de Lia─ añadió Takeshi.

─Típico de Sawaki─ reí.

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