Capítulo 4: ¿Qué le pasa a Hoshiko?
NARRA SORIMACHI
Recibí un buen golpe en la cabeza. Esto siempre me pasa por provocar a Hoshiko hablando de su cuerpo tan sexy. La haces enojar y te da una buena paliza, igual que Jenru. Una vez me clavó un tenedor cuando le toqué el trasero para comprobar si era igual de cuerpo que su hermano... Estas dos dan miedo por igual. Me pregunto cómo será Desuka...
En fin, fui a dormir luego de comerme como quince platos de tempura. No me juzguen, ¡amo todo lo que prepara mi madre! ¿Por qué no se hizo cocinera? Hubiese ganado mucho dinero con lo bien que cocina, aunque estamos bien económicamente gracias a su trabajo de dueña de autos Hakusai. Ahora mucha más gente los compra, y los accidentes de tránsito han disminuido cincuenta por ciento desde que se pusieron a la venta. Mi madre es una heroína.
Empecé a soñar con Kenny de nuevo. Estaba en mi mundo mágico, lleno de dangos, comida y corazones. Entonces Kenny se quita la camiseta al lado del estanque de chocolate, y me mira provocativo.
─Oye, Kazuki, si tuvieras hambre, ¿comerías el mar de chocolate, o me comerías a mí?─ levanta las cejas.
─Pues, adoro el chocolate, pero tú te ves más llenador─ dije con un tono pervertido.
─Oh, entonces...─ hizo una pausa, y se fue bajando su pantalón, para posteriormente bajar despacio su bóxer...
Desperté al escuchar pasos corriendo por el pasillo. La puerta de mi habitación estaba abierta, y pude ver a Hoshiko correr, agarrándose la panza con una mano, y con la otra se tapaba la boca, como si intentara evitar que se le escapara vómito. Me levanté de la cama en silencio, y en puntillas fui a ver a dónde iba. La vi entrar al baño. Me acerqué aún más a la puerta, y escuché arcadas, y después un vómito.
Tiró la cisterna, y yo me escondí detrás de la enorme planta al lado de la ventana. Ella pasó a un lado pero no me vio.
Me pregunto qué le pasa. Ella nunca vomita. Come sano siempre. ¿Por qué vomitó ahora?
Bostezo. Necesito volver a dormir, o sino mañana no despierto. ¡Y necesito continuar mi sueño con Kenny!
─¡Kazuki!
La voz de mi mamá me despertó. Di un gran bostezo y me estiré.
─¿Qué hora es?─ fue lo primero que le dije.
─Las siete y cinco. Kei y Tatsuki ya se están preparando, y tú sigues durmiendo. Eso te pasa por acostarte muy tarde. Yo ya te lo he dicho un millón de veces.
─No fue así. Me acosté a las diez y media, pero...─ recordé lo que pasó anoche─oí un ruido y me desperté como a las tres o cuatro.
─¿Un ruido?
¿Le digo que vi a Hoshiko vomitando o no?
─Sí...
─¿Qué pasó?
─Etto...
Entonces pasa una Hoshiko pálida y de apariencia agotada por la puerta de mi habitación.
─¿Hoshi?
─Oh, ohayo─ sonríe levemente y saluda agitando despacio la mano.
─¿Te sientes bien? Te ves un poco... amarilla.
─Sí, estoy bien─ bosteza─. Lo lamento, es que me desperté a mitad de la noche para vomitar.
─¿Vomitar? ¿Te dolía la panza acaso?
─Creo que los burritos de la cafetería me cayeron mal, eso es todo. Solamente quería probarlos, pero luego de esto supongo que es mejor no comerlos más─ rió levemente.
─Oh, ya veo... Si te sientes mal, avísame.
─Claro─ se fue a su cuarto.
Esto me está asustando. En ningún momento ella fue a la cafetería a comprar burritos.
Hoshiko, ¿qué te está pasando?
─Atención, tercero cuatro─ nos habló el director─. A partir de la próxima semana tendrán un entrenador los del equipo de fútbol.
¿Un nuevo entrenador? Y sí, Kitazume renunció después de la final, y no podemos entrenar sin un entrenador.
─Oye, Kenny─ le susurré.
─¿Qué pasa, Kazuki?
─¿Cómo crees que sea nuestro nuevo entrenador?
─Sea quien sea, espero que no sea alguien homofóbico como Kitazume...
─¿Te sentías incómodo con él?
─Le agradezco que me haya entrenado para convertirme en el portero que soy ahora, pero el ser homofóbico ya me incomodaba, me hacía acordar a papá...
─Te entiendo. En ese caso es mejor que se haya ido.
─Extraño al entrenador Kira. Recuerdo que Jenru le decía "abuelo"─ rió.
─¿Enserio?
─Sí. Lo consideraba un abuelo alcohólico. Cosas de mi hermana.
─Tu hermana es genial.
─Lo es. Fue mi mejor amiga en mi infancia dura...
─Ay, Kenny...
Entonces Hoshiko se levanta de su banco, y pide para ir al baño. Se fue de la misma manera que anoche: se agarró la panza y se tapó la boca.
─¿Qué le pasa a Hoshiko?─ me preguntó Kenny.
─Ni idea. Anoche también vomitó, y eso que no come nada que le haga mal. Y se veía cansada (cosa que es imposible de ver ahora, ya que duerme nueve horas), y muy pálida.
─Lo noté. Se ve muy amarilla.
─Espero que no sea nada grave...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top