Capítulo 29: El nacimiento de Hisao
NARRA SORIMACHI
Les confieso que extraño cuando Hoshiko controlaba que yo hiciera las cosas. Me ayudaba con mi tarea, hacía bentos exquisitos, ayudaba mucho en la casa... Kei también extraña jugar con Tatsuki a partir del amanecer. Recuerdo cuando escuchaba sus pasitos en los pasillos todo el tiempo, y correteaban en el patio todito el día. Seguimos en contacto, obviamente, pero ya me había acostumbrado a verlos como hermanos...
─Onii-chan─ me habla Kei─. Voy a ir a lo de Gyo a jugar un videojuego nuevo de dango.
─Está bien, pequeño. Ten cuidado en la calle, aunque ahora es la ciudad es más segura, pero por las dudas.
─Okis─ sonrió. Cuando Kei sonríe da mucha ternura. Luego salió de mi habitación.
¿Qué debería hacer para divertirme hoy? Porque no da para estar encerrados, como dice mi mamá.
Ah, ya sé: voy a invitar a Kenny a ese restaurante al que lo llevé a nuestra primera cita. Sirven los mejores postres, carne, patas de cangrejo, y todo lo que puedas imaginar. Es bastante caro, pero no es imposible de pagar.
Hay que seguir creando momentos felices. De eso se trata la juventud. Además, puede ser necesario para algún deseo del futuro.
NARRA HYUGA
Hoshiko no ha ido al colegio en semanas. Necesita reposar, ya que la pancita le ha crecido mucho. Parece una boya petrolera, como dice Sorimachi, jaja.
He trabajado un poco limpiando pisos en algunas tiendas para ganar dinero y poder comprarle a Hisao una silla para darle de comer, un gran suministro de pañales, todo lo que pueda necesitar. Aunque no necesitamos cuna: que duerma entre los dos. Sí, ya estamos preparados para recibir a nuestro hijo.
Me levanté a las cinco de la mañana para ir al baño. Fui, y a los dos minutos volví, para encontrarme con Hoshiko, sentada al borde de la cama, agarrándose la panza, y respirando agitadamente. Son las contracciones. ¡Hisao ya viene!
─¡Hoshiko!─ me senté a su lado, y tomé su mano con fuerza─¡Aguanta, llamaré a la doctora!─ con mi otra mano agarré el celular, marqué el número del hospital, y enseguida me atendió una mujer.
─Hospital de Tokio, ¿cuál es su emergencia?
─Sí, hola. Escuche: ¡mi novia está apunto de dar a luz! ¡Necesito que venga a la residencia Hyuga de inmediato!
─Necesito que me pase la dirección, señor.
Le dicté la dirección de mi casa, y me dijo que en quince minutos llega. Acosté a Hoshiko en la cama, con las piernas estiradas, y me senté a su lado, para tomar fuertemente su mano.
─Tranquila que ya llega. Tienes que resistir un poco más.
Ella asintió, adolorida.
Entonces mamá y los niños se levantan.
─¿Qué está ocurriendo?─ preguntó mamá.
─¡Hisao está por nacer!
─¡¿Qué?!
─Ya llamé al hospital. Vendrá una doctora en quince minutos.
Hoshiko gemí de dolor, y comenzaron a salir lágrimas de sus ojos.
─Hoshiko... Sé que estás sufriendo, pero tienes que ser fuerte hasta el final. Imagina lo felices que seremos con Hisao en la familia.
Ella sonrió con dificultad.
Mi mamá y los niños se quedaron con nosotros en todo momento.
Entonces sentimos que tocan la puerta. Mamá fue a abrir, y era la doctora.
─¡Abran paso!─ dijo. Los niños salieron de la habitación, quedándose mamá con nosotros─Hyuga-san, por favor traiga un poco de agua caliente.
─Enseguida─ dijo mamá, y fue a la cocina a calentar agua caliente.
─¿Me puedo quedar con ella?─ le pregunté a la doctora.
─Por supuesto. Así ella tendrá más fuerza para dar a luz al bebé─ me sonrió. Yo tomé a Hoshiko de la mano.
─Vamos, Hoshiko, sé fuerte hasta el final.
Ella asintió, e intentó hacer fuerza.
Estuvimos varios minutos haciendo fuerza para que Hisao nazca. Podía ver a los niños preocupados en la puerta, en especial a Tatsuki. Hoshiko gritaba de dolor, ¡y yo no podía seguir escuchando! Cerré los ojos con fuerza, deseando que este momento para Hoshiko se terminara.
Por favor, Hisao, nace...
En eso, los rayos del sol me alumbran la cara. Ya amaneció. Y con ese nuevo sol, unos llantos de bebé se dejaron oír. Abrí los ojos, y lo primero que vi fue a la doctora entregándome a Hisao en brazos. Lo cargué por primera vez, y no pude evitar sentir una felicidad enorme recorrer cada extremo de mi cuerpo.
Estoy cargando a mi hijo. ¡No lo puedo creer!
Se ve tan frágil y vulnerable... Mi deber en el mundo es protegerlo de todos los peligros que existen, y asegurarme de que crezca feliz y fuerte.
Hoshiko sonrió, bastante débil por el parto. Los dos nos sonreímos.
─Hyuga-san, no necesita preocuparse por el bebé de ahora en adelante. Está totalmente sano─ dice la doctora.
Mamá y los niños se acercaron.
─Ese es...
─Así es, mamá. Es tu nieto.
─¡Es muy pequeño!─ dijo Masaru.
─¡Es muy lindo!─ dijo Naoko.
─Ese es mi sobrino...─ dijo Tatsuki, sin aliento.
─¿No quieres cargarlo?─ le preguntó Hoshiko.
─¿E-eh? ¿Yo? ¿Están seguros?
─No tengas miedo, pequeño─ le dijo la doctora. Yo le entregué a Hisao en brazos, y él lo cargó con un poco de inseguridad, pero al ver que no es tan complicado, sonrió al ver a su pequeño sobrino.
─Es muy hermoso─ dijo con un tono de voz tomado por la emoción.
─Nuestro hijo va a ser un tigre feroz como tú, Kojiro─ me dice.
─Lo sé─ antes de darme cuenta, estaba llorando de felicidad. Mamá me abrazó.
─Estoy muy orgullosa de ti, Kojiro─ me dice.
─¡Felicidades, hermanito!─ me dicen mis hermanos.
─Muchas felicidades, familia Hyuga─ dijo la doctora─. Si me disculpan, necesito regresar al hospital─ tomó sus cosas.
─Muchas gracias, doctora─ le agradecí.
─Será mejor que empiecen con el primer baño de Hisao, antes de que se enfríe el agua.
─Oh, sí. Es verdad.
Sujeté a Hisao entre mis brazos, y de a poco lo fui metiendo al agua. Tapé sus oídos con mis pulgares para que no le entrara el agua por ahí.
─¿Te gusta, hijo?─ le pregunté.
No quiero soltar a mi hijo, no señor. Es todo mío.
Este es, sin duda, el día más feliz de mi vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top