Capítulo 16: La verdad
NARRA HOSHIKO
Se preguntarán: "¿por qué no pides ayuda para cuidar a tu hermano? No puedes dejarlo solo todo el tiempo que estás fuera de casa".
Es cierto eso. No puedo dejarlo solo así nomás. Pero no tengo a nadie que me ayude. Mis padres se fueron, no tengo ni tíos ni abuelos... Bah, nunca los conocí. Mis padres casi nunca me ponían atención, y nunca me llevaron a ningún lugar, mucho menos a la casa de mis tíos o abuelos. Tampoco sé si en realidad tengo otra familia sin ser mis padres.
Además, sé que yo sola puedo cuidar de él. Jamás he dependido de nadie. Aprendí a convivir por mí misma en la realidad que me tocó vivir. No necesito la ayuda de nadie. Sé que es muy arriesgado dejarlo solo, pero nunca sucedió nada malo. Tatsuki se acostumbró.
Yo sola puedo ayudar a todos los que me necesitan.
Ya llegué a mi trabajo. Trabajaré muy duro para darle una mejor vida a Tatsuki.
NARRA TATSUKI
Mi hermana dejó la televisión encendida a un volumen óptimo para mí. Vivo mirando canales todos los días. Veo pasar todas las cosas que quiero hacer en mi vida, y que jamás voy a lograr...
En el canal de hoy están pasando personas en la playa disfrutando del verano. Algunas juegan voleibol, otras toman sol, y otras surfean...
Eso me hace recordar aquel verano, donde todavía podía mover mi cuerpo... Hoshiko y yo fuimos los dos solos a la playa. No había nadie más que nosotros. Ella traía un hermoso vestido blanco y un sombrero del mismo color con un lazo rojo. Yo jugaba en el agua. Ese día había olas enormes, y siempre que me metía, me chocaban y me llevaban a la orilla.
─¡Tatsuki!─ me gritó alegre. El viento soplaba su hermoso cabello rubio, y el vestido moviéndose la hacía ver más linda aún.
Yo la saludaba desde el agua con mi brazo, entonces una ola me empujó por atrás y me llevó hasta la orilla.
─¿Estás bien?─ me preguntó.
Escupí agua, y asentí con la cabeza.
Ambos reímos.
Esa fue la última vez que disfruté un verano así con ella. Luego ese auto me chocó cuando salía de la escuela... En ese entonces debí haber muerto, así ella se ahorraba todos los problemas por los que la hago pasar todos los días...
No se merece esto. No la he visto reír en mucho tiempo, y todo por mí.
NARRA KEN
Otra vez nos tocó un trabajo grupal. Esta vez para Geografía. Tenemos que hacer un planisferio gigante con los océanos y continentes pintados, el nombre de cada uno y los puntos cardinales. Somos yo, Sorimachi y Hyuga. Hoshiko otra vez no pudo venir. Esta vez lo vamos a hacer en la casa de Sorimachi.
Siempre olvido lo enorme que es su casa. Tiene cuatro cuartos (uno no lo usan a menos que tengan un invitado), dos baños, la cocina, el comedor, el living, un sótano, un ático, una despensa, un cuarto de lavado, un estudio, una piscina, ¡y hasta un jardín interior! ¡Es casi una mansión!
─Bienvenidos─ dijo su madre, una mujer igual a Sorimachi.
─Gracias, señora Sorimachi─ dijimos yo y Hyuga.
Ella rió.
─Por favor, pueden simplemente decirme Yui.
─Oh, está bien.
─¿Ya está lista la comida, mamá?─ preguntó Sorimachi.
─Tienen suerte. Preparé Buey de Kobe con puré de papas.
─¡AMO EL BUEY DE KOBE!─ sus ojos se iluminaron.
─Mamá, ¿me compras a toda la Gran Familia Dango?─ le preguntó Kei, mostrándole una hoja de papel.
(1)
─Son cien dangos en total, Kei, pero con gusto te los compraré, y muy pronto serás parte de su familia también─ rió.
Su madre es muy simpática.
─¿Puedo ser parte de tu Gran Familia Dango, Kei?─ le preguntó Sorimachi.
─¡Claro que sí, onii-chan!
─Y Kenny será mi esposo─ me tomó del brazo.
─Sueña─ me zafé de su agarre.
Él me volvió a abrazar de la cintura y a mirarme con esos ojos de perro triste.
─Suél-ta-me─ le dije entre dientes.
Me hizo puchero. Les mentiría si les dijera que no se ve tierno cuando hace eso, pero es vergonzoso.
NARRA HYUGA
Algo de esa escena no me gusta.
Al día siguiente entregamos el trabajo. Gracias a Dios nos puso doce el amargado de nuestro profesor. Yo no hice esa porquería para sacar menos nota.
El timbre de salida tocó, y como era de costumbre, Hoshiko cogió su mochila y salió corriendo del salón. Yo hice lo mismo antes de que salieran todos a la vez y la perdiera de vista. Esta vez llegaré al fondo de esto. Descubriré por qué se va de esa forma.
La perseguí por el pasillo, y logré atraparla antes de que se fuera.
─¡¿Qué haces, Kojiro-kun?!
─¡Necesito hablar contigo!─ la acorralé contra la pared, y puse un brazo a su lado para que no escapara.
─¡Déjame ir! ¡Tengo cosas que hacer!
─Siempre dices lo mismo. Quiero saber por qué siempre estás cansada y corres desesperadamente cuando sales de algún lugar. ¿Acaso trabajas después de la escuela?
Ella suspiró. Estoy seguro de que se viene algo inesperado.
─Escucha, eres la primera persona a la que le digo esto. Pero sólo lo hago porque no puedo escapar de ti.
─No te dejaré ir hasta que me digas la verdad, ¿oíste?
─¿Podemos hacer en un lugar más privado?
─¿No intentarás escapar, verdad?
─Te lo prometo.
─De acuerdo─ la tomé del brazo y la llevé a la parte trasera del colegio─. Bueno, nadie nos oirá aquí.
─Eso espero.
─Entonces, ¿qué es lo que tienes para decirme?
Tomó aire y lo dejó salir, en un intento de tranquilizarse.
─La verdad es que...
La miré atentamente.
─Tengo un hermano menor paralizado en mi casa.
DATOS:
(1): El Dango es un postre japonés derivado del Mochi (pastel de arroz glutinoso), aunque en el anime CLANNAD son unas criaturas con forma ovalada y dos rayitas como ojos, y están relacionados a un programa de televisión llamado La Gran Familia Dango.
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