☏Capítulo 18☏
Capítulo Dieciocho- Control.
Samantha Jade
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NO SE COMO ni cuando pero estaba en mi cama acostada, mi cabeza tenía una horrible jaqueca y mis ojos los sentía hinchados, no dudo que estubieran rojos, había llorado toda la noche, con mucho trabajo me moví y tosi, creo que ahora tengo gripe debido a lo de anoche, realmente no me importaba mi estado actual, solo quería volver a dormir pero no podía,mejor dicho, no debía, me levante lentamente un poco mareada, supongo que solo dormí una hora.
Fui directo al baño, me mire al espejo, tenía un aspecto muy malo así me metí a la ducha, mientras me duchaba cerré los ojos tratando de recordar algo, en mis sueños, algo que me encontraba ayudar a Robin, encontrarlo, pero no podía, tan solo intentarlo me agotaba, comencé a llorar de nuevo. Eso significa que ahora estaba undida, llorar en la ducha es una señal y eso me mortifica más. Te acaba lentamente.
—¡Sam! ¿te encuentras bien?.- pregunta mi madre tocando la puerta, regule lo mas rápido que pude mi respiración.
—Si yo a-amhh bien, t-todo bien.- tartamudee, ella ni dijo nada y escuche como se alejo.
Me gire para cerrar la llave de la ducha, enrede mi cuerpo en la toalla y salí directo a mi habitación, la cerré con seguro y me senté en la cama procesando todo de nuevo, mi cerebro no quería creerlo mientras que mi corazón dolía al saber la verdad, eso desgastaba mi cuerpo de alguna manera, hacia que doliera y mucho. Mire mi ropa tirada así que la levante encontrándome con el pañuelo de Robin, por alguna razón sonreí al verla.
❝Nunca pares de sonreír❞
Recordé sus palabras, mala idea para algo que recién pasaba, la apreté de nuevo pero mi cabeza ya de por si dolía, no podría llorar más así que resistí y comencé a vestirme. Al terminar ate mi cabello en una coleta y en ella enrede el pañuelo, no tenía a Robin a mi lado pero si algo de el, de alguna manera me hacia sentir menos herida.
Tendría que bajar a desayunar, no tenía hambre para ser sincera, pero tampoco me quedaría en mi habitación sin hacer nada, salí de mi habitación con sutileza, si Shean ni mi madre estaban despiertos no notaría que me fui de casa hasta después, nada estaba a mi favor ya que di un paso y la estúpida madera vieja sonó, no escuche a nadie levantarse así que continúe mi camino.
—Escapando a las ocho de la mañana Jade.- la voz grave de mi hermano invadió mi mente, como un gran eco, tanto era el dolor de mi cabeza que cualquier palabra me aturdía, hice una mueca de dolor y lo volteé a ver.
—Hoy buscarán de nuevo por todo Denver, quiero ir.- dije mirándolo con seriedad.—corrijo, no quiero, voy a ir.- solté firme, esperaba un regaño o algo parecido, pero no fue así.
—Entonces deja tomo un suéter y déjale una nota a mamá por que voy a acompañarte.- me sorprendí pero al final hice lo que dijo, le escribí en una servilleta a mamá y la deje en la mesa, en un instante Shean bajo y tomó las llaves de el auto.— ¿lista?.- preguntó.
—Lista.- respondí y ambos salimos de la casa y subimos al auto.
(•••)
—El grupo uno irá al norte, el grupo dos al este y el tres al oeste ¿entendido?.- preguntó un oficial de policía.
Gran parte de la comunidad de Denver se encontraba organizada en tres grupos, Shean y yo éramos del tres, todos nos dividimos para buscar algo que pudiera darnos alguna señal.
—Entendido.- dijeron varias personas al mismo tiempo, allí comenzó todo.
Cada uno tenía un silbato por si encontraban algo todos correrían a ese lugar, la zona oeste estaba rodeada de árboles, tal vez solo dos cuadras con casas las cuales la mayoría estaba desocupadas lo que lo hacía un lugar perfecto para esconder algo... o alguien. Pero ya lo habían hecho cuatro veces.
Griffin Stagg, tenía tan solo diez años cuando desapareció, el primer niño, o por lo menos es lo que sabemos, Billy Showalter, según lo que me contó Bruce repartía periódicos y un día solo... dejó de hacerlo. Vance Hopper, una semana después de que yo me mudara a Denver, la primera vez que lo vi fue en el supermercado, desde ese momento supe que algo andaba mal, que estaba en peligro, si tan solo no lo hubiera ignorado. Luego Bruce, mi mejor amigo, todos los días me repito que no fue mi culpa pero es difícil creerlo cuando yo pude hacer la diferencia. Ahora Robin, un día desaparecido y parecen meses, cada minuto que pasa, saber que está en peligro consume mi energía, todo lo contrario a lo que le pasaba cuando estaba con el, me sentía viva, feliz, no ahora, vacía y con miedo, miedo a no se que ¿no encontrarlo? claro que si, solo necesitaba saber cuando se detendría, quien podría detener todo esto.
Lo que atormentaba mi mente era que cuantos niños más tendría que secuestrar para detenerse, la policía dice hacer lo que puede mientras que las familias siguen sufriendo cada día al ver las habitaciones vacían de sus hijos, mientras que los que aún estamos en casa, a salvo, tenemos miedo de salir y terminar como los demás, Robin solo espero que estés bien, te encontraré, vuelve a casa.
De repente un silbatazo de escucho.
—¡Por aquí!.- grito alguien, todos corrimos a la dirección de el sonido y el grito.
—¿Qué es?.- preguntó el policía.
—Flores y a su lado.- me asome a la supuesta escena.
—Globos negros.- susurre y al mismo tiempo el policía lo dijo pero con un tono más fuerte.
—Pongan cinta amarilla al rededor de esto.- ordenó el policía a los otros servidores, me di cuenta de el lugar, cerca de allí Robin dijo que compraría los dulces y las flores que estaban a lado... oh Robin.
Me aleje rápidamente, vi a mi hermano seguirme.
—¿Es de el?.- pregunto.
—Claro que sí pero no es suficiente para que los policías lo crean así que ahora lo haré por mi cuenta.- dije firme sin quitar la mirada de enfrente.
—¿Qué planeas?.- preguntó sin entender una palabra de lo que decía.
—Control.- dije.— control sobre mi mente y sueños, eso haré.
(•••)
Me encontraba en la tina de la ducha (cabe recalcar que estaba vacía) sentada sin hacer nada, Shean había salido a hacer un proyecto escolar con su equipo de trabajo, mi madre salió de compras así que me quedé sola, tomando esta como la mejor oportunidad para enfocarme en lo que quería ver.
—Es mi mente, puedo controlarlo, fácil.- dije tratando de darme ánimos a mi misma.
Control, control.
Repetía en mi mente mientras mis ojos se encontraban cerrados, visualice a Robin, solo a él y el camino que tomó para ir a la tienda de dulces, habían pasado veinte minutos y aún no lograba nada, me había frustrado, necesitaba más motivación.
Salí de la bañera y fui directo a mi cajón de ropa de donde saque el pañuelo de Robin.
—Funcionará.- dije y volví a la bañera, la coloque al rededor de mi cabeza, esta vez no sería espectadora, sería Robin.
Cerré los ojos con fuerza y me enfoque en el goteo de la llave de el lavabo, en el canto de los pájaros de afuera y luego en el silencio de todo lo demás. Respire por la nariz y luego solté por la boca, una y otra y otra vez.
—Mjj, ¿una chica?.- abrí mis ojos al escuchar una voz gruesa frente a mi, yo estaba para en el lugar donde habían encontrado los globos, en mis manos tenía unas flores color blanco y mi cuerpo se sentía diferente, mire hacia un lado, una camioneta negra estaba allí, cerca, muy cerca y en el reflejo de esta pude ver que se trataba de Robin.
Mire de nuevo al frente, este hombre era muy grande, tenía maquillaje y un sombrero, parecía tener una capucha extraña, negra con rojo.
—¡Sam!.- grito alguien atrás de mi, como si hubiera cambiado mi posición actual ahora estaba lejos de la escena y vi al hombre subir a Robin a su camioneta.
—¡Robin!.- grite y comencé a correr hacia es dirección pero no me movía, mis piernas si pero el lugar seguía igual, vi como El Raptor metía a Robin a su camioneta y pisaba las flores, subió a su camioneta y se fue. Sentí como alguien tomó mi brazo y al girar me a ver quien era solo sentí un puño directo a mi nariz y después todo se volvió negro.
Abrí los ojos y de nuevo estaba en mi ducha, vi el reloj de mi muñeca, había pasado una hora.
—Mierda.- corrí a llamar a Finney.
—¿Hola?.- sonó de el otro lado.
—Hola Finn, soy Sam.- conteste sin saber mi estado actual el cual Finney dejo claro.
—¿Estás bien? ¿Te escuchas alterada?.- respire hondo y solté calmándome un poco.
—Oh sí es solo... nada ¿supiste lo de Robin?.- escuche a Finney suspirar.
—Si, ayer llamaron... .- me puse aún más triste al saberlo, Robin y el se conocieron mucho antes.
—Lo siento.- respondí por alguna razón.
—No lo digas como si estuviera Robin es fuerte.- cerré mis ojos aguantando el llanto.
—Si lo siento, solo quería saber cómo estabas.
—Todo bien, algo asustado... no quiero ser el siguiente.- sus palabras llegaron como una gran patada a mi pecho.
—Cállate, nadie seguirá, esto tiene que parar Finney, alguien lo detendrá.- me senté en el piso recargando mi cuerpo en la cama.
—Lo se pero no quiero que se lleva a alguien más.- suspiré.
—¿Por qué Robin?.- pregunte cambiando levemente el tema.— digo, de todos los niños... no es que alguien lo merezca... pero Robin.- Finney siguió.
—Lo sé, es un buen chico.- me quede pensando la situación, recordando el momento de hace rato en el baño, lo que vi.
—Los vigila, sabe sus movimientos, su rutina.- de la boca de Finn salió un ¿mhj? sin entender lo que yo decía.— si, el los asecha, en su camioneta.
—Sam es enserio, no eres la policía.
—Lo sé lo sé pero si ellos no hacen nada ¿por qué tenemos que esperar? no nos advierten sobre nada, Gwen me lo dijo, globos negros y una camioneta negra, lo vi Finney.- el hizo silencio.
—Entonces ¿Cuál es tu plan?.- ahora yo me quedé en silencio.
—Encontrar a Robin. Si vuelvo a ver la camioneta significa que vigila a un niño, seguro será de la escuela ya que todos los niños que se a llevado estudiaban allí.- dije.
—Es peligroso.- dijo con voz baja que a penas logre entender.
—Realmente no me importa, solo quiero encontrar a mis amigos.- refiriéndome a Robin y Bruce.
—Tampoco quiero perderte.- negué con la cabeza aunque el no lo viera.
—Voy a estar bien, todos lo vamos estar, pronto ellos estarán en casa ¿ok?.
—Ok.- dijo Finney.
Platicamos por unos diez minutos más hasta que terminamos la llamada, justo la puerta de mi casa se escucho abrirse, seguro era Shean ya que mi madre tardaría un poco más en llegar.
—Sam, ¿estas aquí?.- escuche gritar a mi hermano desde abajo.
—¡Aquí!.- grite respondiendo.
Baje rápidamente las escaleras, mi hermano dejaba sus cosas en el sofá.
—¿Qué es eso?.- pregunté señalando un hoja que tenía en su mano.
—Toma.- me lo entregó con lentitud, lo tomé más rápido de lo que él me la estaba dando y lo vi.
Era el cartel de Robin, desaparecido. Oficialmente lo estaba lo cual hizo que un escalofríos recorriera mi cuerpo poniendo mis pelos de punta.
—Lo encontrarán.- dijo Shean.
—Eso dijiste de Bruce.- respondí pero al momento me arrepentí.— lo siento, es solo que quiero que todo pare.
—Yo también.- ambos nos quedamos en silencio.
Algo me decía que no me entrometiera más, pero la otra parte de mi, mi verdadera yo que reprimí mucho tiempo me decía que tenía que seguir investigando, luchando, no podía dejarlos solos, no como todos lo hacen.
Te extraño Robin... aunque solo haya pasado un día... te extraño.
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Confirmado, todo se fue al demonio desde la desaparición de Bruce pero el capitulo anterior dolió más, mi humilde opinión.
Gracias por los comentarios y votos, sigan así para que continúe esta historia.
Byeee 😽❤️.
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