☏Capítulo 1☏
Capítulo uno- Bienvenidos a Denver.
Narrador omnisciente
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ES DE NOCHE las calles de Denver están iluminadas por las luces en las calles y algunas lámparas dentro de algunos hogares. La familia Jade llega a su ahora nueva casa después de un par de horas manejando Emely por fin puede descansar.
Luego de aproximadamente una hora para que todos sus muebles estuvieran en la casa, movieron un colchón a una habitación que estaba en la planta baja de la casa, ahí se quedaría Emely.
-¿Les ayudo a subir los suyos?.- Shean negó.
-Sam y yo lo haremos, tu ve a descansar.- Emely asiente.
-Gracias, los amo, descansen y gracias por acoplarse.- Emely entra a su habitación y apaga la luz.
-Por ahora los colchones quedaran en el suelo hasta que el día de mañana acomodemos todo, ¿bien?.- Samantha asintió con la cabeza mientras ambos subían el colchón y así con el último.
Una vez que ambos tenían su respectiva cama se fueron a su habitación.
Samantha miraba por la ventana con nostalgia, la noche llena de estrellas y una gran luna brillante iluminaban sus ojos marrones y el viento que entraba movía levemente su mechón corto de cabello que tenía en la cara. Tarareaba una canción mientras se alejaba y cerraba la ventana y se acostaba en el pequeño colchón en la habitación oscura y vacía, lo único que ella esperaba era el día de mañana, poder decorar su habitación pintándola de un color azul hermoso con las paredes llenas de fotos con su hermano y sus antiguos amigos, sin olvidar a su padre, a quién extrañaba más día a día.
Solo quedaba dormir, nada más que dormir.
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A la mañana siguiente Emely preparaba el desayuno mientras que Samantha bajaba las escaleras. Shean acomodaba la alacena.
-Buenos días.- Shean y Emely voltearon y sonrieron.
-Buenos días cariño, ¿dormiste bien?.- pregunto su madre.
-Si aunque sentía el cuarto muy vacío.- alzó los hombros.
-En un rato iremos por la pintura y todo lo que desees para decorar, mientras siéntate a desayunar.- Sam se acercó a la mesa y coloco vasos con jugo de naranja para los tres.
Emely y sus hijos no dijeron ni una palabra en el desayuno. A tan solo cuatro meses de la muerte de Henry, Emely aún no superaba a su esposo por lo cual aún estaba en duelo, Shean y Emely han peleado a lo largo de el tiempo mientras que Sam sólo presencia todo siendo la más afectada aunque claramente no lo hacía notar. No significa que los niños ya hayan superado la muerte de su padre pero ambos saben que mientras más se apegan a que nunca lo volverán a ver, duele aún peor.
Luego de que ordenarán la sala y un poco de el baño, Emely se quedó en la casa a limpiar mientras que Shean y Sam iban a compara todo lo necesario.
-Cuida a tu hermana, no manejes muy rápido.- indicó Emely a Shean.
Ambos llegaron a un mini supermercado y Shean se estacionó.
-Tu compra la comida y demás sabes mas de esto que yo, mientras iré a comprar pintura y ya sabes.
-Claro, ve con cuidado.- dijo Sam mientras recibía el dinero que Shean le daba.
Sam entró a la tienda y la analizó, era colorida y tenía buena mercancía, en otro lado había una máquina de videojuegos y varios niños a su al rededor esperando por jugar. Decidió no distraerse más por lo cual tomó una canastilla y empezó a meter cosas necesarias en ella, claramente no sabía de el todo que se necesitaba así ye revisaba la lista que su madre había escrito para ella.
Al terminar y dirigirse a la cajera a punto de pagar, varios gritos como de una pela hizo que todos pararan de hacer lo que hacían y se acercaron rápidamente a él disturbio dentro de la tienda, incluyendo a la cajera y todos los trabajadores de allí, Sam también lo hizo. Dos chicos, tal vez un año mayor que Samantha, peleaban al parecer por el videojuego.
-Por tu culpa perdí.- reclamo uno, alto de cabello muy largo y rubio ondulado. Entonces empezaron los golpes, uno de ellos sacó una navaja lo cual asustó a todos, Samantha dio un paso atrás como los demás.
El de cabello rubio ni siquiera tuvo miedo en atacar al de la navaja arrebatándosela a punto de cortarlo, no tardo en llegar la policía tomándolo por los hombros para sacarlo de allí.
-Es Vance Hopper ¿qué esperaban?.- alcanzó a oír Sam mientras que la cajera volvía a su lugar de nuevo, ni siquiera lo noto cuando Shean estaba allí.
-¡Sam! ¿estas bien?.- el hermano mayor asustado reviso a Samantha de pies a cabeza pero ella se alejo.
-Si ¡ey! ya déjame, estoy bien.- río y fue hacia la cajera de nuevo para pagar.
Ambos salieron de el lugar y la patrulla de policía seguía allí, Sam miró a dentro de ella y unos ojos azul celestes se encontraron con los de ella, era el chico de ahora nombre Vance, ella solo lo miró y un escalofrío recorrió su cuerpo, tenía un mal presentimiento.
-Ese chico está loco.- Shean la sacó de sus pensamientos.
-Si, lo está.- fue lo único que Sam respondió.
Ambos volvieron al carro subiendo todas las compras en la parte trasera y luego volvieron a casa.
Bajaron las compras y en cuanto entraron la casa parecía otra, o por lo menos la sala era completamente diferente.
-¿Qué les parece?.- dijo Emely con una gran sonrisa en sus labios, algo que los niños no había visto en mucho tiempo.
-Se ve genial mamá.- Sam dijo y dejó todo en la barra de la cocina.
-Que bueno les gustara, solo falta el baño y nueras habitaciones y esta casa estará lista.
Shean rodó los ojos y Sam lo golpeó pero era demasiado tarde.
-Ahora cuál es el problema Shean.- Emely se cruzó de brazos, Sam sabía lo que ocurriría así que rodó los ojos y se acercó a las compras tomando un pequeño balde junto con una brocha.
-No dije nada.- Shean le dio la espalda.
-No dijiste nada, es la actitud que tienes, trato de que tengan una vida mejor.- Shean niega.
-No, solo quieres huir de tus problemas, estábamos mejor en nuestra antigua casa.- Shean miró a su madre y todo colapso de nuevo, ambos comenzaron a discutir.
-Aquí vamos de nuevo.- dijo ella aunque claramente los gritos de su hermano y madre ocultara su voz, tomó sus cosas y subió hasta su habitación dejándola con seguro.
Cambió su ropa y comenzó a pintar su pared mientras escuchaba música en su walkman ignorando los gritos de la parte de abajo.
Mientras pintaba la habitación, el azul daba un gran brillo y cambiaba la habitación por completo, pero ese azul, ese azul no paraba de hacer pensar a Samantha en el azul de los ojos del chico de la tienda, volvió a sentir un escalofrío. Alguien estaba en peligro y ella lo sabía, lo sabía perfectamente aunque prefería pasarlo sin saber la razón que tenía.
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Holiii, primero que nada AAAAAAAA gracias ya son 100 leídas de verdad no puedo con la emoción, gracias por el apoyo. Sigan votando y comentando 💐.
Este capítulo para mi fue un poco corto y es por que no quiero dejarlos sin contenido, espero les guste ♡
ACLARANDO que la historia está comenzando un tiempo antes de lo que inicia la película.
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