⁰³ Ojos Blancos


「❛ ⁰³ Ojos Blancos ❜」'

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Ya habían pasado tres meses desde aquel caótico ataque en el entrenamiento especial. Afortunadamente, nadie sospechó de mi participación ya que fui muy cautelosa, y AFO con parecía satisfecho con mi desempeño. A pesar de la culpa constante que cargaba, al menos no había recibido ninguna represalia. Cumplí mi parte del plan, aunque me odiaba por ello

Sin embargo, desde ese día, algo inesperado sucedió: mi relación con Bakugou había mejorado. Bueno, un poco. Aún era su habitual versión de explosividad personificada, burlándose de mí y lanzándome comentarios sarcásticos, pero ya no sentía esa distancia tan abrumadora entre nosotros

Había algo en él que me cautivaba, aunque me negaba a admitirlo en voz alta. Quizás era su obsesión por ser el héroe número uno, su terquedad, o simplemente el hecho de que era un completo idiota… pero no podía evitar sentir que algo en mí cambiaba cuando estaba cerca de él

— Entonces, ¿qué opinas, Nix? —preguntó Mina de repente, jalándome de mis pensamientos

Parpadeé y la miré confundida. Estábamos en la cafetería almorzando, y, como siempre, ella estaba llevando la conversación mientras yo apenas procesaba lo que decía

— ¿Qué? — pregunté, tomando un sorbo de mi bebida

— ¡Que si te gusta alguien! —repitió, inclinándose sobre la mesa con una sonrisa traviesa

Casi me atraganto con mi bebida. Tosí un poco y traté de fingir indiferencia

— ¿Qué clase de pregunta es esa? —murmuré, desviando la mirada

Pero Mina era Mina, y su radar para detectar sentimientos era sorprendentemente preciso. Mi silencio y la forma en que desvié la mirada solo la hicieron más curiosa

— ¡Oh, Dios mío! ¡Sí te gusta alguien! — exclamó, y su sonrisa se ensanchó como si acabara de descubrir el mayor secreto del universo

— ¡Baja la voz! — le susurré, mirando a ambos lados para asegurarme de que nadie estuviera escuchando

— Tranquila, no le diré a nadie —hizo un gesto de cerrar la boca con una llave imaginaria. Luego se inclinó aún más cerca, sus ojos brillando de emoción — Con la condición que me tienes que digas quien es el… o ella —

Suspiré, sabiendo que no tenía escapatoria. Miré a mi alrededor una vez más, asegurándome de que él no estuviera cerca, y finalmente cedí

— Está bien… pero jura que no lo dirás — mi voz era apenas un murmullo

Mina asintió frenéticamente — Lo juro —

Tomé aire, mi corazón latiendo con fuerza mientras reunía el valor para decirlo

— Creo que… me gusta Bakugou — El rostro de Mina se iluminó como un árbol de Navidad

— ¡TE GUSTA BAKUGOU! — gritó, tan fuerte que toda la cafetería se quedó en completo silencio

Sentí cómo la sangre subía rápidamente a mi rostro. La vergüenza me invadió, y de inmediato cubrí mi rostro con las manos para evitar las miradas curiosas de los demás estudiantes

— ¡Más alto, Mina! Creo que no te escucharon en Uruguay — murmuré sarcásticamente desde detrás de mis manos

Mina se disculpó rápidamente, aunque no podía borrar la enorme sonrisa de su rostro

— Perdón, perdón. Es que… ¡esto es increíble! — se inclinó más cerca de mí, todavía emocionada — ¿Por qué no haces algo al respecto? Dile lo que sientes —

Negué con la cabeza de inmediato — Ni loca. Para empezar, no tengo idea de si siente lo mismo, y me niego a ser rechazada y humillada por Bakugou —

Ella frunció el ceño, como si no estuviera de acuerdo con mi lógica

— Nix, te lo digo en serio. Bakugou tiene una forma muy única de comportarse contigo. No es como cuando está con los demás.
La miré con escepticismo —

— ¿Forma única? Mina, es Bakugou. Insulta a todos y no sabe cómo socializar —

— No es lo mismo — apoyó su barbilla en su mano, mirándome con una sonrisa astuta — Cuando estás cerca, su tono cambia. Y, aunque no lo creas, se preocupa por ti más de lo que deja ver —

— Eso no significa nada — dije, tratando de sonar convincente, pero incluso yo sentía que mi argumento era débil

— Eres muy ciega para ver lo que tienes frente a ti — dijo Mina con un suspiro teatral

Me levanté de mi asiento, sintiéndome demasiado expuesta

— Voy a la azotea antes de que empiece la clase. Necesito aire —

— ¿Aire o estás huyendo de mí? —preguntó con una ceja levantada

— Ambas cosas —

— ¡Cobarde! — me gritó mientras me alejaba

Sonreí levemente, aunque por dentro sentía un torbellino de emociones. Subí las escaleras a paso rápido, sintiendo cómo los latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos

Quería alejarme de Mina y su interminable insistencia sobre mis sentimientos por Bakugou. No podía lidiar con eso ahora, no cuando mi cabeza era un desastre y mi corazón parecía tener voluntad propia

Abrí la puerta de la azotea y de inmediato el sol me cegó. Parpadeé varias veces hasta que mi vista se acostumbró. Fue entonces cuando lo vi, parado cerca del barandal, mirando hacia el horizonte. Bakugou

Mi corazón dio un vuelco, y por un instante pensé en dar media vuelta y salir corriendo. Pero al final, mis pies decidieron por mí

Me acercarme con cautela, mis pasos apenas eran audibles sobre el piso. Me apoyé contra el barandal a su lado y, después de unos segundos de silencio, decidí saludarlo

— Hola… ¿Qué haces aquí? —

— Nada que te importe — respondió sin siquiera mirarme

Rodé los ojos. Típico

— ¿Puedo acompañarte en silencio? —

— Haz lo que quieras —

Me quedé a su lado, ambos mirando al horizonte, mientras trataba de ignorar el leve temblor en mis manos. Poco a poco, sin darnos cuenta, nuestros hombros comenzaron a rozarse. Ese leve contacto envió un escalofrío por toda mi espalda, pero no me aparté

Había algo sorprendentemente pacífico en su compañía. Ninguno quería romper el silencio… hasta que, por supuesto, él lo hizo

— ¿Por qué siempre llevas mangas largas? — preguntó de repente

Me tensé —¿Eh? ¿A qué te refieres? —

— No te hagas la idiota — dijo con su habitual tono directo — Siempre llevas mangas largas y medias, incluso cuando hace calor —

Su pregunta me descolocó, pero lo que más me sorprendió fue su tono. No sonaba como una burla, sino más bien como una curiosidad genuina. Dudé antes de responder, sin atreverme a mirarlo a la cara

— Es… complicado —

— Tienes algo que esconder, ¿verdad? —

Solté un suspiro y bajé la mirada — No me gusta que la gente vea mis cicatrices — dije al final

— ¿Cicatrices? —

Asentí, bajando mi voz aún más — Soy adoptada. Casi la mayoría de mis cicatrices me las provocó mi padre adoptivo. Entrenamientos, experimentos, cosas que no quisiera recordar… —

Por primera vez, Bakugou pareció quedarse sin palabras. Sentí su mirada fija en mí, pero no me atreví a levantar la vista

— Cuando era pequeña, vivía con mi verdadero papá en un pequeño pueblo — continué, sin saber por qué le estaba contando todo esto. Tal vez porque, de alguna manera, pensaba que él entendería — La mayoría del tiempo el pueblo estaba cubierto por nieve. El era un buen hombre, aunque no perfecto. Murió en un incendio cuando yo tenía siete años. Después de eso, me quedé sola en un orfanato hasta que un hombre me adoptó y me trajo a Japón —

— ¿Y tu madre? — preguntó, su tono más suave de lo habitual

— No lo sé. Mi papá decía que simplemente se fue un día. Al principio la extrañaba, pero con el tiempo dejó de importarme — me permití una pequeña risa amarga

— En este punto, podría estar muerta, casada o en cualquier otra parte del mundo, y no me podria importar menos —

— ¿Qué clase de hombre era tu papá biológico? —

— El era un asesino a sueldo — lo dije sin titubear, aunque noté cómo Bakugou giraba la cabeza para mirarme con una mezcla de sorpresa y confusión

— ¿Un asesino? —

— Sí. Por eso nadie en el pueblo quiso adoptarme, aunque lo conocieran. Pero, para mí, él era un buen padre. Me enseñó muchas cosas, me protegió, me llevo a muchas partes del mundo y, dentro de lo que cabe, me hizo muy feliz —

— ¿Y tu padre adoptivo? — preguntó con cautela

— El es diferente. Me adoptó y me llevó a Japón, me enseñó a usar mi Quirk. Pero también me dejó esto — subí mis mangas lentamente, dejando al descubierto las cicatrices que cubrían mis brazos

Finalmente, lo miré. Su expresión estaba llena de algo que no esperaba: empatía

— ¿Por qué las escondes? —preguntó después de un momento

— Porque así es más fácil. Si las escondo, no tengo que pensar en ellas ni en lo que significan —

Hubo un largo silencio antes de que volviera a hablar

— ¿Puedo… tocar tus cicatrices? —

Lo miré, incrédula, pero su expresión era seria, no había ningún rastro de burla en su rostro. Dudé, pero al final asentí lentamente

Cerré los ojos cuando sentí su mano sobre mi brazo. Sus dedos recorrieron mi piel con una suavidad que no esperaba de él. Su tacto era cálido

Sus manos, que siempre parecían estar hechas para destruir, eran sorprendentemente cálidas y delicadas

Cuando sentí su mano en mi mejilla, abrí los ojos lentamente, encontrándome con su mirada. Había algo en sus ojos que nunca había visto antes: una calidez inesperada, casi reconfortante

— Tus ojos son diferentes — dijo de repente, rompiendo el momento —Son raros —

— Gracias por el cumplido — respondí con sarcasmo, pero mi tono se suavizó al notar que él no estaba burlándose

— No, en serio. Tienen algo… especial —

— Mi papá siempre decía que eran una maldición —

— ¿Maldición? — frunció el ceño

— Era su forma de decirme que era especial. Me decía que yo era la mejor sorpresa que había tenido en la vida —

Bakugou permaneció en silencio por un momento antes de sonreír ligeramente

— Tus ojos… Me gustan —

Sus palabras me tomaron por sorpresa, y antes de que pudiera reaccionar, me di cuenta de lo cerca que estábamos. Nuestras respiraciones se mezclaban, y nuestros rostros estaban a solo centímetros de distancia. Por un momento, pensé que iba a besarme, mi corazón latía con fuerza, mis manos temblaban ligeramente, pero el sonido de la campana rompió la tensión como un cubo de agua fría

Ambos nos separamos lentamente, casi con reluctancia. Fue entonces cuando noté que nuestras manos estaban entrelazadas. Él las soltó rápidamente, mirando hacia otro lado con un leve tono rojizo en sus mejillas

— Nos vamos. No quiero llegar tarde — dijo, volviendo a su tono agresivo habitual, aunque su voz sonaba un poco más… insegura

— Adelántate, yo iré en seguida —

Lo vi alejarse, y cuando me quedé sola, me dejé caer al suelo, maldiciéndome en voz baja

— ¿Cómo es posible que mi maldito corazón vuelva a caer por alguien? —

Mi maldito corazón volvía a traicionarme, y lo peor de todo… es que no quería detenerlo

Suspiré y me levanté, obligándome a bajar las escaleras. Cuando llegué al salón, Mina me lanzó una mirada curiosa, pero no le dije nada. Traté de concentrarme en cualquier cosa excepto en Bakugou

Aizawa entró al aula y el silencio llenó el espacio. Pero mi mente seguía en la azotea, reviviendo cada segundo de lo que acababa de pasar

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Esa noche, después de la escuela, me dirigí a la guarida. La oscuridad me rodeaba, y el frío viento no hacía más que intensificar mi nerviosismo. Al llegar, vi a Kurogiri en el bar, pero no había rastro de Shigaraki

— Hola — mi voz salió más temblorosa de lo que esperaba

— ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu casa? — me preguntó Kurogiri, su tono serio

— Sí, debería... pero... tenía que informar al señor AFO sobre un evento en la escuela — mi miedo se filtraba en cada palabra

— Está bien — su respuesta fue breve, casi distante. Me permitió pasar, pero la sensación de incomodidad me acompañó todo el tiempo

Al entrar a la sala, llamé a AFO. La sorpresa fue evidente en su voz cuando escuchó mi reporte, pero después de escucharme, me dijo algo que me dejó helada:

— Disfruta del festival, Nix. Hazlo bien —

Sus palabras resonaron en mi cabeza. "Hazlo bien". No entendía qué quería decir con eso, pero la presión que sentí me hizo sudar frío

Algo no estaba bien, y no podía evitar sentir que me estaba preparando para algo mucho más grande

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Regresé a mi casa con pasos apresurados, el frío de la noche aún calando en mi piel. Apenas crucé la puerta, me quité la chaqueta y la lancé al suelo, deseando nada más que descansar. Pero al encender la luz, mi corazón se detuvo

Ahí estaba él. Dabi, sentado en mi sillón como si fuera dueño del lugar, con esa mirada que hacía que cada fibra de mi ser se tensara

— ¿Qué estas haciendo aquí? — pregunté, tratando de sonar firme, aunque mi voz temblaba

Su mirada me recorrió lentamente, analizándome con una mezcla de furia y algo más que no pude identificar

Él no se movió de inmediato, pero su mirada se afiló, cargada de enojo — ¿Dónde diablos estabas? — espetó, su tono bajo y cortante

Retrocedí un paso, intentando mantener la calma, aunque el pánico comenzaba a apoderarse de mí — Tranquilízate, por favor —

Su expresión no cambió. Se levantó del sillón con movimientos lentos deliberados, como un depredador acercándose a su presa. Antes de que pudiera retroceder más, me tomó de la barbilla con fuerza, obligándome a mirarlo directamente

— Te hice una pregunta, y espero una respuesta. ¿Dónde estabas? — su voz era tan fría como el aire que me faltaba

Tragué saliva, buscando las palabras adecuadas — Dabi, cálmate. Solo estaba estudiando con unos amigos… — mentí, tratando de sonar convincente

ÉI dejó escapar una risa seca, burlona — ¿Desdé cuando eres tan valiente para mentirme?. Cachorrita —

Mi cuerpo se tensó aún más al escuchar ese apodo. Su mirada sádica me hizo temblar, y su agarre se volvió aún más fuerte — No te estoy mintiendo… — murmuré desesperadamente

Pero no me dio tiempo de decir más, antes de que pudiera reaccionar, sentí el golpe en mi mejilla, tan fuerte que me hizo tambalear. El dolor se extendió rápidamente, pero no tuve tiempo de procesarlo antes de que me empujara con fuerza hacia la cama

Caí desorientada, y antes de poder levantarme, lo sentí encima de mí. Mi respiración se aceleró; el terror se apoderó de mí por completo

— ¿En serio crees que soy estúpido? — preguntó con un tono sarcástico, pero sus ojos reflejaban algo mucho más oscuro

— No, claro que no… — respondí rápidamente, intentando no provocarlo más

Él sonrió, una sonrisa cruel que me heló la sangre — Eres demasiado estúpida, pequeña cachorrita — su mano volvió a impactar contra mi rostro, el sonido resonando en el cuarto

Antes de que pudiera reaccionar, se inclinó y me besó, era un beso lleno odio y lujuria. Traté de resistirme, le temía pero era el único que hacia que mi dolor se desvaneciera. Se acercó más a mi tomándome por el cuello, después me abrazó uniéndo nuestros cuerpos

Sabía que esto estaba mal, yo misma tenia que forzarme a que me gustara y a sonreir para que no me dañara más de lo que ya lo hacía

Sus manos se dirigían a la parte superior de mi espalda, era un lugar donde no me gustaba ser tocada ni vista, así que traté de separme de el pero solo recibí otra bofetada. Una manera sutil de decirme que me quedara callada y quieta

Cerré mis ojos. Sabía que no podría deternerlo asi que trate de poner mi mejor cara para no hacerlo enojar y aguantar hasta que el estuviera satisfecho y me dejara en paz

En esos momentos el recuerdo de Bakugou inundo mi mente dandome un confort, sus palabras hicieron qué mi mente se perdiera en ellas, mientras que mi cuerpo era corrompido por completo

El seguía tocandome, besándome. Aunque las palabras de Bakugou me mantenían fuera de mi, no era suficiente para hacerme perder la nocion del tiempo, odiaba el hecho de que tocara mi espalda, tocara mis heridas sin algún cuidado, la sensación de sentirme asqueada de mi misma, sus constantes burlas hacia mi, la degradación, la humillación se sentían como una  apuñalada en mi corazón

La cesación de ser tomada por este hombre era horrible, lo detestaba, todo me parecía una pesadilla de la cual no podía despertar

Desearia no recordar cuantas veces corrompió mi cuerpo. Me gustaría qué mi mente estubiera en otro lugar mientras mi cuerpo era corrompido de manera humillante y degradante

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「❛ Nota de la autora ❜」'

Canción. Katy Perry - Incondicional

Actualización. 08 / 04 / 2024

Tiktok. @Candymots_

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