「❛ ⁰⁸ Fragmentos De Mi Alma ❜」'

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- ¿No estás feliz de verme, Nix? - preguntó con una sonrisa torcida que hizo que se me helara la sangre

- ¿Quién te dijo donde vivo? - dije, tratando de sonar firme

- Fuiste a Hosu, ¿no es así? -

- Eso no es de tu incumbencia -

Se levantó y camino hacia mi, haciéndome retroceder chocando contra la pared, puso su mano en mi cuello, Kurogiri solo nos miraba sin hacer nada

- Sabes que pude verte -

No respondí. Mi cuerpo estaba paralizado entre el miedo y la rabia contenida

- Ven conmigo - ordenó

- ¿A dónde? - murmuré, mi voz apenas audible

Me soltó - Al bar -

No tuve opción. Shigaraki tenía un control absoluto sobre mí, un control que odiaba con cada fibra de mi ser. Los dos entramos a un portal hecho por Kurogiri qué nos transporto hacia el bar, estaba solo hasta que fueron llegando varías personas, habían varios rostros que no reconocía de nada

Pero al ver su rostro, al verlo me congele de inmediato, el sonrió, pero no era una sonrisa amigable; era la sonrisa de un lunático y sádico

Durante toda la reunión no dije nada, solo agaché la cabeza, escuchando todo, guardando información para después usarla a mí favor, aunque también intentaba pasar desapercibida, casi nadie me presto atención, pero sabía que solo una persona estaba al pendiente de mis acciones y movimientos

La reunión acabó, Shigaraki me dirigió algunas palabras antes de irme

Esa noche, Dabi me siguió a casa. Intenté cerrar la puerta rápidamente, pero él la detuvo con facilidad. Su mirada ardía con algo oscuro, algo que no podía describir, pero que me llenaba de terror

- ¿No vas a invitarme a pasar? - su figura oscura apenas visible bajo la luz de la luna

- Vete - le dije, intentando sonar firme, pero sabía que mis palabras no tenían peso

No escuchó. Simplemente entró, como si tuviera derecho a estar allí

- Sabes que no funciona así, Nix - dijo con una sonrisa ladeada, acercándose lentamente - No puedes decirme que no -

- ¿Qué quieres, Dabi? - pregunté, mi voz temblando

Él no respondió. En lugar de eso, me empujó contra la pared, atrapándome entre su cuerpo y el frío de la pared

- Quien hubiera dicho que estabas metida en todo eso - me tomo de la barbilla - Que guardado te lo tenias -

- Además, ahora que estaré más cerca de ti porqué no divertirnos - murmuró, su voz ronca y cargada de deseo

Intenté apartarlo, pero era inútil - Dabi, no porfavor, mañana tengo que ir a clases... -

- Cierra la boca - me interrumpió - No recuerdo haberte pedido tu opinión - su mano acariciando mi rostro con una suavidad perturbadora antes de que todo se volviera más agresivo

- No. Porfavor, no quiero - supliqué, con los ojos llorosos

- ¿Qué te hace pensar qué me importa lo que tu quieras? - me aventó a la cama - Si ese idiota puede usarte, yo también puedo -

Lo que siguió fue peor qué una pesadilla. Por mucho que intentara desconectarme, esta vez no podía. Sentía absolutamente todo: el dolor, la humillación, la impotencia

No le importaron mis protestas, mis intentos de defenderme. Él solo me ignoraba y continuaba, haciendo con mi cuerpo lo que el quisiera. Aquella noche fue más cruel, más brutal que nunca. Sentía que mi cuerpo era un simple objeto bajo su control. Mire a la ventana tratando de encontrar algo en lo que perder mi mente, pero en vez de eso vi gotas cayendo, comenzó a llover no tardo en convertirse en una tormenta, parecía que el cielo comprendía mi dolor y me acompañaba en el, mis lágrimas comenzaron correr por mis mejillas en silencio deseando que todo terminará pronto

Cuando finalmente se fue, la madrugada ya había llegado. Me dejó sola, rota y llorando y temblando en mi cama

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Al día siguiente, me levante más temprano de lo habitual, me di una ducha intentando quitar todo rastro de su ser de mi cuerpo, me sentía asqueada con solo tocar mi cuerpo

Al salir no soportaba ver mi reflejó, de inmediato volvi a cubrí todos los espejos, una vez hecho esto me vestí, cubriendo las marcas de mi cuello, brazos y piernas. El tocar las marcas eran un recordatorio de lo que había pasado, y no podía soportarlo

En la escuela, evité el contacto visual con todos. No quería que nadie me viera, que nadie me tocara. Al llegar a mi salón mis amigos se estaban riendo de Bakugou, estaba peinado, por lo que le grito a Denki y Sero, de tantas veces que lo peinaron así su cabello ya no regresaba a su estado natural, pero un comentario de Denki hizo que su cabello volviera a su estado natural

Yo también me reí por lo ridículo que se veía, aunque trataba de actuar normal, algunas personas notaron el cambio de mi actitud

- ¿Estás bien? - me preguntó Sero

- Estoy bien - mentí, esquivando su mirada

- ¿Vas a venir a almorzar con nosotros? -

- No. Hoy almorzaré sola - trate de sonreír

- ¿Estas segura? Si quieres puedo acompañarte -

- No. Digo, no es necesario, solo quiero comer sola y tomar aire, eso es todo -

- Bien, búscanos después recuerda que tenemos exámenes y necesitamos tu ayuda -

- Claro, les ayudare a estudiar -

Se despidió de mi y se alejó junto a los demás, me despedí y seguí mi camino hacia la azotea, vi un lugar con sombra y me senté, abrazando mis piernas

Solo escuchaba el sonido del viento, moviendo las hojas de los árboles. Necesitaba espacio, un lugar donde pudiera estar sola

Mi deseo no duró mucho

- ¿Qué haces aquí, idiota? - escuché la voz de Bakugou

- No estoy de humor para hablar contigo, quiero estar sola - respondí sin mirarlo

- Pues mala suerte. No me voy - dijo, cerrando la puerta detrás de él

Intentó acercarse, pero retrocedí instintivamente. Él frunció el ceño, pero no insistió. En lugar de eso, se sentó en el suelo, a una distancia prudente

- No voy a preguntarte qué te pasa - dijo después de un rato - Pero si necesitas gritarle a alguien, puedo traer al rayitos -

Su tono era menos brusco de lo habitual, lo que me sorprendió. Pero las palabras me golpearon con fuerza, y antes de darme cuenta, las lágrimas comenzaron a brotar

Intenté ocultarlo, pero Bakugou se dio cuenta. Se acercó, esta vez con cuidado

- Oye. Porque demonios estas llorando - gritó, enojado por mi acción

- Porqué eres un idiota - le sonreí entre lágrimas

No me aparté esta vez. En lugar de eso, me dejé caer en sus brazos, incapaz de contener las lágrimas

- ¡Oye, suéltame! - suspiro, pero no se alejó - No te aferres con tanta fuerza, romperás mi saco idiota - dijo, su tono más suave de lo que jamás había oído

Por más qué me maldijera y se quejara de mi, no dejo de abrazarme. Me aferré a él, buscando un consuelo. Por un momento, las sombras desaparecieron, aunque sabía que volverían

Perdí la nación del tiempo, que no me di cuenta en que momento sonó la campana, ya no estaba llorando tanto pero tenía los ojos rojos el lo notó de inmediato qué vio mi rostro

- Te vez patetica - se burló

- Idiota - mire su saco - No querrás que todos lo vean mojado, ¿no es así? -

Se levantó y de inmediato se quitó su saco frente a mi, dándome una maravillosa vista de él, que me hizo sentir mariposas en el estómago, después me lo lanzó a la cara

- Esto es tu culpa, arreglalo - dijo sin verme

Me quite su saco de la cara - Si claro, mañana te lo traeré limpio -

Me extendió la mano para ayudarme a levantarme, la tome y me levante quedando demasiado cerca de él, sentía su respiración chocar con la mía, nuestros labios a centímetros de tocarse pero me alejé de él

- Debemos ir a clases - comencé a caminar pero su mano me detuvo

- ¿Vas a ir a clases con los ojos rojos? - me miró - Ve a echarte agua y ve a clase -

Se fue sin decir nada más me quede un momento más ahí respirando el aire fresco

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La biblioteca estaba extrañamente animada para lo que solía ser, especialmente con nuestro grupo sentado en una de las mesas más grandes. Los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, y si queríamos sobrevivir, necesitábamos toda la ayuda posible

- Nix, por favor, ya no puedo más - dijo Denki, con el ceño fruncido mientras señalaba un problema de física - Esto no tiene sentido -

Suspiré y me incliné hacia él para revisar su cuaderno.

- Pues obvio qué no le vas a entender, porque todo está mal - tome una goma y borré todo el procedimiento - Mira, Denki, tienes que aplicar la fórmula - dije, mientras le volvía a explicar el procedimiento mientras señalaba los pasos - ¿Lo entiendes ahora? -

Él asintió lentamente, aunque no parecía completamente convencido

- Esto es demasiado para mi cerebro - dijo, recostándose dramáticamente contra la silla

Suspiré - No es difícil, solo necesitas concentrarte y ponerme atención. Vamos, inténtalo otra vez -

Al otro lado de la mesa, Sero dejó de hacer reír a los demás y me miró con una sonrisa pícara

- Nix, creo que yo también necesito ayuda - dijo, apoyando el codo en la mesa - Aunque puede que necesite una sesión más... personalizada -

- Lo que necesitas es concentrarte - respondí sin mirarlo, empujando su libro de química hacia él - ¿Ya terminaste el ejercicio que te di? -

Sero se encogió de hombros, fingiendo ofenderse, mientras Kirishima soltaba una carcajada - No puedes ganarle a Nix cuando está en modo serio -

A mi lado, Bakugou estaba en silencio, aunque podía sentir su presencia pesada. Estaba más cerca de lo habitual, con el ceño fruncido mientras miraba su libro, aunque no parecía estar leyendo nada

Conforme avanzaba la tarde, el grupo comenzó a reducirse. Mina fue la primera en levantarse, estirándose mientras bostezaba

- ¡Ya no puedo más! Mi cerebro está frito - dijo - Nos vemos mañana, chicos -

Kirishima y Denki la siguieron poco después, dejando sus cosas en sus mochilas

- Vamos, Sero, ya es tarde - dijo Kirishima, palmeando su hombro

Sero suspiró, lanzándome una última sonrisa antes de levantarse - Está bien, pero espero que Nix me dé más atención la próxima vez -

- Enfócate más y lo consideraré - respondí

Cuando salimos de la escuela ya había era muy tarde, todos se fueron en diferentes direcciones, me di cuenta de que solo quedábamos Bakugou y yo parados frente a la escuela

- Bueno, nos vemos mañana Bakugou - me disponía a irme pero el me detuvo

- Te acompaño a la estación -

- ¿Eh? No tienes que hacerlo, además no vamos hacia el mismo lado Bakugou -

- No me importa - dijo, comenzando a caminar en dirección a la estación - ¿Vas a quedarte ahí parada? Camina -

Corrí para alcanzarlo, caminamos lado a lado, el aire de la noche era fresco mientras caminábamos en silencio hacia la estación. Después de un rato, decidí romper el hielo

- ¿Cómo te sientes con los exámenes teóricos? - le pregunté

- No necesito ayuda - respondió con su habitual tono brusco - A diferencia de esos idiotas, sé cómo estudiar -

Sonreí ligeramente - Eso ya lo sabemos todos, Bakugou -

Él hizo un sonido bajo, como si estuviera molesto pero no quería discutir. Por un momento, pensé que se quedaría en silencio, pero luego habló

- Tú... pareces tenerlo todo bajo control - murmuró - Incluso con esos idiotas distrayéndote, sigues concentrada -

- Bueno, alguien tiene que asegurarse de que todos pasemos - dije, encogiéndome de hombros - Además, me gusta ayudar -

Bakugou soltó una risa baja, casi imperceptible

Al llegar a la estación, me detuve en la entrada, volteándome hacia él

- Gracias por acompañarme, Bakugou - dije con sinceridad - Fue... agradable tener compañía -

Él cruzó los brazos, desviando la mirada con una expresión que mezclaba incomodidad y algo más que no pude identificar

- No fue nada - murmuró

Antes de que pudiera cambiar de opinión, me incliné hacia él y le di un beso rápido en la mejilla. Su piel se sintió cálida contra mis labios, y cuando me alejé, vi cómo sus ojos se abrían de par en par, su rostro enrojecido hasta las orejas

- Gracias por todo. Nos vemos mañana - dije con una sonrisa antes de subir al tren

Mientras las puertas se cerraban, vi cómo Bakugou seguía allí, inmóvil y en completo silencio, con una expresión de asombro en su rostro. Por primera vez, Katsuki Bakugou parecía perdido

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「❛ Nota de la autora ❜」'

Canción. Rosé - Toxic till the end

Actualización. 15 / 12 / 2024

Tiktok. @Candymots_