𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐
Uno de los largos brazos de Taehyung pasó por sobre la cintura del menor, rozando con sus dedos el borde del boxer por unos segundos hasta que por total curiosidad la palma de su mano tenía debajo una porción de carne que sus ojos no conocían.
Jeongguk no estaba del todo dormido, no había vuelto a conciliar el sueño después de levantarse al baño a orinar, pese a su borrachera, y al sentir un intruso bajo su bóxer las alarmas de todo su sistema nervioso se habían activado. Ellos eran novios hace tres meses y amigos al rededor de diez, pero todavía no habían dado ese paso, principalmente por las inseguridades del menor.
—Tae no, no—se quejó, adormilado aún, a la vez que intentaba torpemente alejar la curiosa mano del mayor—, duermete, es muy temprano.
—Volveré a dormir—murmuró. A pesar de la oscuridad que los envolvía, Jeon podía ver los ojos cerrados de su novio—, si permites que mi mano y tu nalga derecha se den calor mutuo.
Oh, estúpido chantajista Kim Taehyung. ¿Por qué pedía una cosa como esa con tanta naturalidad? Jeongguk sentía el calor en todo su rostro, mientras que Kim solo... Era él.
—¿Y si eso no pasa, qué harás?—alzó una ceja, aunque por razones obvias el mayor no podía verle tan a detalle.
—No más besos hasta la próxima semana.
—¡Oh, eso es trampa!—se quejó—. No eres justo, hyung.
—El exagerado eres tú. ¡¿Cual es el problema de que mi mano esté sobre tu linda nalga?!
—¡¿Y qué te hace pensar que mis nalgas son lindas?!
—Es porque son tuyas ¡Pero no me cambies de tema!—le dió un suave apretón, por lo que el menor se quejó nuevamente.
—Está bien, pero te quedas quieto—susurró, rozando su nariz con la del mayor.
Taehyung sonrió victorioso y luego de dejar un pico en los labios del otro chico cerró los ojos para volver a dormir. Mientras que Jeon, por su parte, no logró conciliar el sueño nuevamente. La sensación de la mano de su novio lo mantenía alerta, pero él respiraba tan suave y relajado...
Por mera curiosidad acercó la mano que tenía libre al cuello del mayor, con suavidad las yemas de sus dedos tocaron su piel tersa, pero más que todo, él tenía miedo. ¿Si se despertaba y...?
Taehyung soltó un bajo ronquido, tan repentino que alejó la mano un segundo. Jeongguk sonrió, sintiendo cosquillas en su estómago. ¿Esas eran las dichosas mariposas apareciendo de nuevo? Seguramente.
—¿Qué he echo yo para merecer a un ser tan lindo?—suspiró, atreviendose esta vez a tocar la curvatura de su cuello
Bajó hasta su hombro, siguiendo por el brazo que llegaba a sus propias caderas y se perdía en sus bóxers. Sonaba extraño decirlo así, "el brazo que llegaba a sus propias caderas y se perdía en sus bóxers" pero Jeongguk sonrió con la imagen sensorial, pensando en que los dos eran uno solo. Cuando se fundían en un abrazo, cuando se besaban, incluso estando a miles de kilómetros; eran una sola alma viviendo en dos cuerpos.
Hizo de regreso con sus yemas el camino, comenzando por su antebrazo y acabando en su cuello. Taehyung se removió un poco, algo le daba cosquillas, pero se apegó más al menor y continúo dormido. Jeon ahora bajó tocando las notorias clavículas, y siguió bajando, sintiendo la suave piel con toda la extensión de su mano. Los pectorales de su novio... Eran simplemente wow.
—Ggukie—susurró moviéndose, subiendo la mano por su espalda. Una leve curvación en sus labios finos, sin abrir los ojos, le hizo sonreír a el también con grandeza. El menor no apartó la mano—, me gustas mucho. ¿Sabes?
—Tú también me gustas, demasiado.
—Me encanta... que me toques—casi pareció un ronroneo. Era como un gato, más bien, como un tigre. Su tigre.
Jeongguk cerró los ojos complacido, dejándose vencer por morfeo finalmente.
Cuando Kim abrió los ojos, sintiendo el calor de los rayos de sol que ingresaban por la ventana en su pecho descubierto, se hayó solo en la enorme cama. Bostezó estirándose, notando el calor del cuerpo de su novio aún en la parte vacía de la cama, entendiendo con eso que el chico hacía poco salió de la habitación.
Esperó unos minutos para ponerse de pie y dirigirse al baño, sentía la inminente pesadez de su cuerpo producto de la resaca y solo quería meterse bajo el agua caliente. Pero prestando más atención al estar junto a la puerta, oía a alguien cantar una canción que no conocía. Y eso era lo menos importante, puesto que quién producía aquella suave melodía era nada más que Jeongguk en la ducha.
Kim le había oído cantar, bajito y suave, casi como un murmullo, pero se daba cuenta de que era un puto ángel. Su novio era un puto ángel.
—Jeonggukie—habló fuerte para ser escuchado—, ¿puedo entrar a lavarme el rostro?
—Claro que sí, hyung.
—Pero no dejes de cantar—pidió una vez dentro, mirándo su silueta tras la cortina plástica—, por favor.
Jeongguk le hizo caso. Comenzó a cantar Lost stars solo para que su novio le escuchara. Al princio sintió un poco de pena, pero gracias a la cortina que les separaba, y pensando que solo se trataba de Tae, su temor se disipó.
Cuando el chico acabó de usar el agua para lavarse el rostro y las manos, Jeongguk se debatió internamente en decirle lo que pensaba o simplemente callarse.
—Te espero fuera, bonito—avisó tomando el pomo de la puerta.
—TaeTae—habló alto, acercándose a la cortina. Pero no sé mostró—, espera un momento
—Hmm, ¿si? ¿Qué ocurre?
—¿Qui-quieres ducharte?
—Cuando salgas—por alguna razón su corazón latía rápido.
—Ven conmigo, a-ahora. Tae, ¿si?
Oh, carajo.
Taehyung sentía las piernas como gelatina, además que su pecho subía y bajaba con desesperación. Su corazón se movía como loco por aquella invitación, claro que quería.
Pero salió corriendo como un cobarde.
Por fin hemos llegado al capítulo en donde nos habíamos quedado. Espero que les guste como va todo.
Nos leemos pronto, cuídense 💜✨
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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