𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑜𝑐𝒉𝑜 (esp. Y+J)

El aroma a chocolate ingresó por las fosas nasales de cierta persona, haciendo que despertara de inmediato. Estiró su cuerpo, dormir en el sofá no era algo que acostumbrara a hacer, y tampoco solía beber demasiado porque la resaca le pegaba demasiado fuerte. Cómo en ese momento.

Observó a su alrededor, dándose cuenta de que era el último en abrir los ojos: el living estaba ordenado y no había rastro de sus amigos.

Oía voces en la cocina-comedor, por lo que sin más camino hasta allí.

—Sinceramente, no creo que Iu gane éste año—Joohyun le comentaba al chico a su lado—, es una artista muy completa pero está de moda otra cantante.

—Lo sé, dios, pero sigo queriendo que gane ella—suspiró, recostando se sobre la mesa.

—¡La bella durmiente acaba de despertar!—la voz de Taehyung pareció amplificada cuando llegó a los oídos del recién levantado—, ¿estás bien, Jiminie?

Oh, claro que no. Todos estaban hablando demasiado alto.

Jimin dió una rápida mirada a la sala, recobrando un poco la lucidez, y contó a cuatro personas consigo mismo.

—¿Nayeon está preparando el desayuno?—preguntó en general, pero observando a Joohyun.

Era extraño porque la peli-roja no sabía cómo hacer aquello, además, ni siquiera le gustaba involucrarse en nada que tuviera que ver con gastronomía.

—Hace un rato llegó otro de tus amigos y se ofreció a cocinar para nosotros—explicó, bostezando mientras se colocaba sobre la mesa en la misma posición que Jeongguk—. Creo que a Nayeon le gustó un poco.

Jimin observó a Taehyung, quien le pedía disculpas con la mirada aunque en realidad, no había un culpable.

Sin decir palabra alguna, Jimin caminó hacia la cocina con pasos firmes. A medida que se acercaba podía oír las voces de ambos mezcladas: y cuando estuvo allí con ellos, solo se quedó mirándolos.

Nayeon siempre era coqueta, bendecida por su belleza, engatusaba a cualquiera que quería. Aunque con Jimin jamás funcionó, y con YoonGi ahora parecía que tampoco. Quizá era lo que siempre sucedería por coquetear con alguien gay.

YoonGi estaba concentrado en hervir leche en un jarro mientras que colocaba chocolate en barra en cada taza transparente, a la espera de que la leche estuviera lo suficientemente caliente. Por otra parte, Nayeon hablaba y hablaba sin parar de cualquier cosa insignificante para llamar la atención, sentada sobre la mesada junto al lavatorio.

—Nana, ¿qué haces ahí arriba?—se quejó antes de siquiera saludar, mirándola de mala gana. Más allá de todo, Jimin odiaba que tocaran sus cosas para algo que no debían, y justo en ese instante el trasero de su amiga estaba donde más tarde prepararía el almuerzo—, bájate, ¿quieres? Ve con los demás al comedor, estás molestando a mí amigo.

Nayeon saltó hacía el suelo, mirando a Jimin con un puchero en los labios: le hubiera gustado quejarse en voz alta y decirle que era un inoportuno y metiche, pero con sus ojos ya transmitía lo suficiente. Un poco enojada por la interrupción, se marchó sin soltar palabra alguna.

—¿Me molestaba a mí, o a tí?—preguntó, apagando la hornalla. Se apoyó en la mesada, secándose las manos en el delantal que tenía atado a la cintura y miró con gracia la expresión seria del menor.

Jimin se movió hasta él, separando sus piernas con una suave patada a sus pies, para así colocar su cuerpo en medio. Lo tomó fuertemente del cuello de su ropa y lo acercó a su rostro.

—Estoy molesto porque le estaban coqueteando a mí novio, sí. ¿Algún problema con eso?

YoonGi no era el mejor soldado, ni lo sería jamás si se trataba de Jimin. Aún conociendo la situación en la que estaban, teniendo a aquellas chicas en el lugar, para YoonGi fue inevitable el tomarle las mejillas y besar a su novio.

Hacía casi tres días que no se veían, por una cosa u otra. Jimin lo extrañaba tanto como YoonGi a él, por eso no se gastó en preguntar por qué estaba ahí esa mañana y tampoco lo iba a echar de la casa.

—Me gusta que seas un poco celoso—susurró, sonriendo en medio del beso hambriento.

Las manos de Jimin bajaron por el pecho de su novio, pasando por las caderas cosquillosas hasta sus muslos, donde con una sola acción, hizo que el peli-negro quedara sentado sobre la mesada de mármol. Las tazas chocaron entre si, corriendose hacia atrás gracias al cuerpo de YoonGi.

»—¿No era que no te agradaba que se sentaran aquí arriba?—preguntó en tono burlón, separándose a penas, dejando un pequeño hilo de saliva entre sus bocas.

Una vez más, Jimin atacó la boca de su novio. ¿Y si alguien los escuchaba? O peor, ¿si los veían?. ¡Al carajo todos!

Él tenía una adición con besar a YoonGi, y sinceramente, teniéndolo en la casa no podia fingir que era heterosexual. Entendía a Jeongguk y Taehyung, luego de ver a su novio junto a su amiga, así como a Jeongguk le había tocado, él tampoco había soportado que alguien coqueteara con su hombre.

Con una mordida suave, Jimin se apartó por completo del peli-negro.

—¿Estás bien?—preguntó un tanto confundido, pero más que todo divertido por la imagen de su novio caminando hacia atrás, con los labios levemente hinchados y el cabello revuelto.

—Sí, sí, solo tengo hambre. ¿Y sabes? Acabo de recordar que aún no cepillé mis dientes—soltó una risita inocente, antes de salir corriendo.

YoonGi se quedó unos minutos aturdido, bajando de la mesada y recobrando la compostura volvió a su labor principal: el desayuno. Seguro que los chicos habían vuelto a dormirse por esperar tanto.

Se sentía tranquilo mientras servía la leche en cada taza, sonriente. Aunque uno de sus ojos parecía temblar.

Alguien moriría en las próximas horas. Cuando volviera a dejarse ver, YoonGi iba a matarlo. Por lo general cuando pasaban la noche juntos, se despertaban con algunos picos en todo el rostro; sin embargo, Jimin prácticamente lo había succionado con toda su cochina boca abierta.

Tenía que vengarse, ese dia o luego, pero lo haría.

Luego del desayuno las chicas se fueron. Taehyung suspiró en cuanto la puerta se cerró, no soportaba un segundo más en ese lugar, la tención luego de que Nayeon saliera de la cocina e incluso después de que Jimin se escabullera tiempo después, era insoportable.

Jeongguk también había notado que las chicas comenzaron a actuar de manera extraña. A pesar de que tenía mucho sueño y de a ratos se dormía sobre la mesa, recordaba haber visto que Joohyun estaba parada tras la pared por alguna razón, antes de que Jimin la chocara accidentalmente al salir corriendo desprevenido.

—Nunca más beberé alcohol—exclamó sin mucho ánimo, levantando las dos manos. Su idea desde un inicio había sido no hacerlo, pero una cosa llevó a la otra, y ahora la resaca era insoportable: a diferencia de los otros dos chicos que parecían malhumorados, él solo tenía ganas de dormir todo el día porque sentía como si un camión le hubiera pasado por encima.

Taehyung sonrió a penas al oirle, sentado a su lado mientras comía con lentitud una tostada con queso untable. Ninguno tenía apetito en realidad, pero YoonGi había preparado el desayuno para ellos con amor, así qué, lo mínimo que podían hacer como agradecimiento, era comer.

—Eso dijiste la última vez—acusó el peli-azul.

—Si, pero ahora es de verdad—murmuró, restregandose los ojos para mirar a su alrededor—, ¿Jiminie se fue de su propia casa?

—No, solo se escondió de mí. Sabe que voy a matarlo en cuanto lo vea—explicó, luciendo una sonrisa tranquila en el rostro mientras hacía girar la taza que había usado—. ¿Creen que esas chicas se dieron cuenta de la verdad?

Jeongguk soltó un ruidoso suspiro ante el silencio de Taehyung, mirando al otro mayor a los ojos.

—Lo más probable es que si, y todo comenzó por mí culpa.

Taehyung entonces chasqueó la lengua contra su paladar, negando con la cabeza. No había un culpable, ellos solo estaban fingiendo hasta que no pudieron sostenerlo más. Sin embargo, si acaso las chicas se habían dado cuenta de que les estaban mintiendo, había sido por mera intuición.

—No digas eso. Allá ellas si no quieren ser nuestras amigas solo por eso, no hemos hecho nada malo—tras dejar de hablar, se inclinó para besar la mejilla de su novio.

YoonGi hizo un sonido de asco, en broma hacía su hermano y su pequeño amigo. Preparó dos tostadas con mermelada y se puso de pie, abandonando la sala en silencio. Taehyung y Jeongguk lo ignoraron, sabiendo con certeza que el mayor iría en busca de su novio escurridizo. Les causaba curiosidad qué había sucedido en la cocina como para que Jimin saliera corriendo tan repentinamente, pero de seguro lo averiguaríam más tarde.

—¿Qué hacemos luego?—preguntó, apoyando el mentón sobre el hombro del peli-azul—, ¿vamos a casa?.

Taehyung lo observó, antes de robarle un pequeño beso en los labios.

—Me parece una buena idea—sonrió—, quiero dormir toda la tarde contigo y si es posible más, hasta que tu olor se pegue a mí.

Jeongguk negó con la cabeza, y un poco avergonzado por las ideas que su propia mente creó de situaciones derivadas de la frase "hasta que tu olor se pegue a mí", se puso de pié con ayuda de sus muletas y huyó a la sala siguiente para dejar sus pertenencias sobre el sofá.

Solo tenían que hablar con Jimin y podían volver a casa. Jeongguk no tenía muchas ganas de acercarse a la habitación de su amigo, no sabía con exactitud lo que pudiera estar sucediendo dentro y, no, definitivamente no quería averiguarlo.

—¡Park Jimin, ven aquí ahora mismo!—gritó, fingiendo incluso con su voz que se sentía muy enojado por algo—, ¡tienes dos minutos para aparecer, o voy a entrar a tu habitación!

Taehyung miró al menor con sorpresa, ingresando al living con curiosidad. Su novio en verdad sonaba enojado, le recordaba a su madre cuando sus hermanos o si mismo cometían alguna travesura y ella los regañaba.

Sorpresivamente, Jimin no tardó en asomarse por el pasillo. Su cabello estaba peinado a la perfección, pero su ropa seguía igual o más desastrosa que cuando se había despertado.

—Suenas como mí padre—se quejó en voz baja—, ¿qué pasa? ¿hice algo mal?

—Si, dejaste solos a tus invitados—Taehyung lo señaló con el dedo índice —, mal anfitrión.

Jimin rodó los ojos.

—YoonGi dijo que estaban muy melosos—se excusó.

Jeongguk solo se rió, sintiendo como cierta persona rodeaba su cintura y besaba su hombro. No podía negar que él y Taehyung parecían estar empapados de azúcar cuando estaban juntos, a diferencia de Jimin y YoonGi que luchaban por dominarse entre ellos y hasta daba la sensación de que se llevaban mal.

—Nos vamos ahora, Jiminie. La próxima vez tenemos que hacer una pijamada en mí casa.

El chico asintió, saludando desde allí arriba a sus dos amigos. Cuando los vió marcharse, volvió sobre sus pasos hasta su habitación donde YoonGi le esperaba metido bajo las sábanas de su pequeña cama.

Jimin sospechaba que su novio tenía alguna travesura en mente para cobrarse lo sucedido más temprano, pero no podía imaginar qué. Por el momento, solo se estaba comportando como el mismo gato gruñón de siempre, que exigía de su completa atención.

—¿Sabes, hyung?—suspiró trepandose a la cama, quedando sentado sobre el cuerpo del peli-negro por sobre las mantas—, a veces te miro y pienso...—tocó las mejillas contrarias con las yemas de sus dedos—, que eres muy feo.

YoonGi hizo un sonido de desaprobación, rodando los ojos. Pasó sus brazos por detrás de la cintura del menor, sentándose en la cama aún con el chico en su regazo

—Pero tu amiga ésta mañana no pensaba igual—retrucó, acercando su rostro al oído de su novio—, “¡Oppa, eres tan lindo!", “YoonGi oppa, ¿puedes preparar el desayuno solo para mí otro día", “Mhh, oppa~ te ves tan sexy con ese delant-

Jimin no soportó oír aquello, aún si era obvio que se trataba de frases inventadas, y tomó el rostro del mayor para besarlo con agresiva demanda.

¿Cuando se había vuelto así de posesivo?. Ninguno de los dos tenía certeza, pero a YoonGi le gustaba. Era gracioso ver cómo no soportaba sus propios juegos.

—Idiota—murmuró, todavía sobre los inchados labios ajenos.

—Tú empezaste.

Su amor no era tan delicado como el de otras parejas, pero el sentimiento era igual de fuerte y real.

Ayyy, no fue intencional, pero éste capítulo parece más un especial de YoonGi y Jimin que de la pareja principal😭 (amo igual jskajsjs)

Ya el que sigue sí va a ser puro TaeGguk, lo prometo 🥺

© ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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