𝕮𝖆𝖕 11 ❱ (𝖘𝖊𝖌𝖚𝖓𝖉𝖔) 𝖕𝖗𝖎𝖒𝖊𝖗 𝖉𝖎́𝖆 𝖉𝖊 𝖊𝖘𝖈𝖚𝖊𝖑𝖆 🌷༉

Tsubasa regresó a su casa justo a tiempo para vestirse adecuadamente para la cena familiar. Se metió a bañar y se puso el outfit que había sacado del placard para esta ocasión.

─Ya estoy listo, mamá─ le dijo el azabache a su madre, quien se estaba poniendo rímel en las pestañas, con un pequeño espejo.

─Qué bien, hijo. ¿Y cómo te fue en lo de tu amigo?

─Muy bien, mamá. No sabes lo bien vestido que estaba Misaki, traía ropa blanca, como de playa, y unas sandalias marrones, es que había una fiesta en su casa justo cuando llegué, me invitó a pasar un rato y todo, pude conocer a sus padres, son muy buenas personas...

─Me alegra que hayas pasado bien, Tsubasa. Pero me temo que mañana no podrás ir a verlo, porque anuncian mucha lluvia a partir de las tres de la tarde y por el resto del día.

─Ah, ¿en serio? Qué pena.

─¿Y si vas el lunes apenas salgas de la escuela? Yo te doy permiso, pero lleva algo para almorzar.

─Gracias, mamá─ sonrió de oreja a oreja.

─Familia, ¿vamos yendo? Recuerden que en la madrugada tengo que ir al puerto.

─Ya casi estoy lista, querido─ termina de alistarse Natsuko. 

Tsubasa decide dejar su balón en casa, esto lo hace muy de vez en cuando, pero en esta ocasión va a ser solamente él y sus padres en una muy linda cena familiar, no sólo para despedir a su padre antes de otro viaje por el océano, sino también para celebrar que hizo un nuevo amigo, y que en dos días va a tener su segundo primer día de escuela, el cual podría ser la oportunidad de cambiar su forma de ver las cosas para siempre.


La familia Ozora por fin llega al restaurante, el cual está lleno, pero ya habían reservado una mesa en el piso de arriba, así que no tenían que preocuparse por conseguir una mesa. Lo mejor es que la mesa está contra la ventana que da al mar, lo que hará más disfrutable la cena.

Se sientan en la mesa e inmediatamente un mesero les deja los menús para que vayan leyéndolos y eligiendo lo que quieren comer.

─Yo quiero unos takoyakis─ dice Natsuko.

─Yo un salmón con ensalada, ¿y tú, Tsubasa?

─Mmmmm... no sé, no puedo escoger entre tantas cosas que me gustan.

─Trata de escoger rápido porque tengo hambre─ ríe su padre.

─Sé paciente, papá. De todas formas acabo de ver lo que quiero: quiero pollo a la parrilla con papas noisette.

─¿Seguro?

─Sí, mamá.

─Está bien. ¡Mesero!─ Natsuko llama al mesero─Ya tenemos nuestra órden.

─A ver─ saca su libretita y un bolígrafo para anotar las órdenes.

─Para mí un salmón fresco con ensalada, para mi esposa unos takoyakis, y mi hijo quiere pollo a la parrilla con papas noisette─ le dice Kodai al mesero.

─Bien─ anota todo─. Lo traeré enseguida─ se va, dejándolos solos, gozando de la hermosa vista que tienen.

─¿Entonces te irás por unos tres meses, papá?

─Así es, vamos a llevar pasajeros a Bora Bora y a las otras islas de la Polinesia, les voy a enviar fotos de cuando esté allá.

─Un día tienes que llevarnos ahí─ le dice Natsuko.

─El próximo verano lo haré, vamos a ir a ver a los abuelos Sato y después los llevaré aunque sea un mes a la Polinesia, van a ser las mejores vacaciones de la familia Ozora.

─Eso espero─ ríe Natsuko.

Tsubasa está muy concentrado en la vista exterior. Un enorme crucero está pasando frente a la costa, totalmente iluminado, y luego mira un poco más arriba, y localiza una muy hermosa luna creciente.

─Tú vas a empezar en una nueva escuela este lunes, ¿verdad, Tsubasa?

─Sí, voy a ir a la primaria Nankatsu. Espero que la gente ahí sea buena...

─Yo sé que sí, Tsubasa. No te preocupes, tu padre te enviará bendiciones todos los días desde el Océano Pacífico.

A Tsubasa le brillan los ojos.

─Te lo agradezco, papá.

─Y de paso te traeré un obsequio especial de Bora Bora.

─A mí tráeme algo también─ le pide Natsuko, y los tres se ríen.

El mesero les trajo su comida, y ellos la degustaron tranquilamente. Bueno, Tsubasa se mostraba tranquilo, pero su mente no. No podía dejar de pensar en Misaki, en todo el misterio que lo rodea.

Pero algo que lo ilusiona a altos niveles, es que su nueva escuela sea un lugar sano para él, y luego correr a la casa de Misaki para contarle su experiencia en la nueva escuela. Es algo que le hace mucha ilusión.


Ya es domingo, y Tsubasa y Natsuko también madrugaron para despedir a Kodai, quien llamó a un taxi para ir al puerto.

─Nos vemos, familia. Les deseo mucha suerte a ambos, más a ti, Tsubasa. Que te vaya bien en la escuela mañana.

─Gracias, papá─ le dio un enorme abrazo─. Cuídate mucho, papá, te quiero.

Kodai lo saludó al estilo marinero, como le enseñó a Tsubasa cuando era un niño.

─Navega con cuidado─ le dijo Natsuko.

─Claro, mi amor. Así será.

Finalmente, Kodai se fue. Ahora sólo quedan Tsubasa y su mamá en la casa.

─¿Me acompañas al supermercado a hacer las compras antes de que se venga la lluvia?─ le pregunta su mamá─Son las once de la mañana. Más tarde voy a preparar hamburguesas caseras.

─Te acompaño, mamá. ¿Le podemos poner cheddar y panceta a las hamburguesas? Es que quiero aprender a hacer hamburguesas al estilo Mostaza.

─Me gusta tu idea, hijo, vas a ver que tu mamá puede hacer hamburguesas diez veces mejores que las de Burger King, Mostaza y McDonald's sumadas─ cierra el puño con determinación─. Mejor dicho, tú y yo vamos a hacer las mejores hamburguesas del mundo─ le acaricia la cabeza a su hijo.

─Gracias, mamá─ sonríe con ternura. Le encanta estar con su madre.


Los dos disfrutaron de unas deliciosas hamburguesas caseras en el almuerzo. Tsubasa aprendió a hacerlas muy bien. Más tarde presenciaron una hermosa lluvia torrencial. Tsubasa le ayudó a su mamá a limpiar la casa, y después se puso a hacer apuntes bonitos de temas random. Como hoy estaba aburrido y no tenía nada que hacer, hizo dos: uno sobre las operaciones combinadas, que finalmente logró entenderlas a la perfección, y otro de todas las capitales del mundo. Puso un video de YouTube con las capitales de los ciento noventa y cinco países con reconocimiento internacional, y aparte puso las capitales de algunos territorios que no son países como tal, por ejemplo, Taiwán, cuya capital es Taipei. Groenlandia, la capital es Nuuk. Hawaii, la capital es Honolulu, entre otros.

─Tallin es la capital de Estonia. Victoria es la capital de Seychelles. Kuala Lumpur es la capital de Malasia... ¡Increíble! ¡Ya me sé las capitales de países que casi ningún niño de mi edad sabría!─ exclamó, emocionado─Gracias, Misaki, por recomendarme estudiar sobre este tema...─ miró por la ventana, la lluvia cayendo con fuerza─Mañana te veré, Misaki.


Por fin llegó el tan ansiado día. Son las siete treinta de la mañana, y Tsubasa se está alistando para ir a la escuela. Se puso una camiseta blanca de manga larga y con rayas rojas en las mangas, y los shorts de los mismos colores; le encanta usar ropa deportiva.

─Te preparé un sándwich de jamón y queso con un poco de huevo─ Natsuko aparece con la lonchera de Tsubasa, y también una botella de agua─. Come bien en el recreo, Tsubasa.

─Por supuesto, mamá─ toma la lonchera y la botella y las guarda en la mochila─. Estoy muy emocionado pero a la vez muy nervioso, mamá.

─Descuida, todo va a salir bien. Tienes mi apoyo, el de tu papá, el de tus abuelos, y el de Misaki.

Al recordar a Misaki, recuerda también las ganas que tiene de ir a su casa y platicarle sobre el día que vaya a tener hoy.

─Tienes razón─ sonríe─. Bueno, me voy, mamá, o llegaré tarde y no quiero.

─¿Recuerdas dónde está la escuela?

─Sí, una vez que recorrí la ciudad con mi balón, encontré esa escuela, y aun recuerdo el camino.

─Está bien. Entonces ve─ lo toma de las mejillas y le da un beso en la frente─. Nos vemos al rato, hijo, que tengas un muy buen nuevo comienzo.

─Gracias, mamá─ se despide con un beso en la mejilla, y se va corriendo con su balón de fútbol, como hace siempre.

Está decidido a ser totalmente sincero con la clase cuando se presente. Les va a decir que el balón es su amigo, y si no les gusta, que se manejen, como le enseñó el psicólogo.

Uy, recuerda que hoy toca charla con el psicólogo a las tres de la tarde. Iban a hablar de cómo responder a un insulto inteligentemente. Quizás le sirva, quizás no, todo depende de cómo vaya su día hoy.

─Amigo, hoy va a ser un nuevo día para nosotros, ¿estás emocionado? Claro, yo también muero por empezar de nuevo en una nueva escuela. Ya no le tengo miedo a las clases, la verdad es que esto de hacer apuntes bonitos me sirvió bastante para aprender nuevas cosas, y también para organizar la información─ sigue corriendo hacia la escuela. 

En el camino se topó con unos cuantos niños que también iban a la escuela, y muchos lo miraban extrañados por su perfecto control del balón.

Finalmente llegó a la escuela Nankatsu, la principal primaria pública de la ciudad. De fondo, el enorme Monte Fuji, el pico más alto del país.

─Wow, qué bonita es esta escuela─ dice, asombrado, pero el timbre de entrada vuelve locos a todos. Empujones y codazos era lo único que había entre el montón de gente. Tsubasa tomó su balón entre sus brazos para que no se perdiera, y pasó como pudo entre todas esas personas hasta llegar a su salón, el 6-B.

Toca la puerta, y al escuchar un "¡adelante!", abrió la puerta y entró.

─Con permiso. Soy un estudiante nuevo. Perdón por llegar tarde.

─No te preocupes, es normal perderse entre tantos estudiantes en esta escuela tan grande─ le dice el maestro─. De todas formas aun no he comenzado a pasar la lista.

─Oh, está bien─ ríe levemente.

─¿Podrías presentarte frente a todos, por favor?

─Por supuesto─ se para derecho frente a los casi treinta alumnos que conforman la clase─. Hola, mucho gusto, soy Tsubasa Ozora, y vengo de la primaria Ikitai. Es un placer saludarlos─ saluda como saluda su padre: a lo marinero.

─Amm, por cierto, Tsubasa─ le interrumpe el maestro─. Dime una cosa, ¿por qué llevas ese balón contigo?

Y el azabache, con una sonrisa que denota confianza, le contesta:

─Porque el balón es mi amigo.

─¿Tu... amigo?

─Sí.

Nadie lanza ninguna burla, solamente se le quedan mirando con un poco de sorpresa, por así decirlo, alguno cuchichea alguna cosa con otro estudiante, pero Tsubasa lo pasa por alto.

─Bueno, Tsubasa, sé bienvenido a este curso.

─Muchas gracias, sensei─ se inclina hacia adelante─. Antes de tomar asiento quiero decirle una cosa a usted y a todos.

─Adelante, te escuchamos, somos todo oídos.

─Me transferí a esta escuela porque en la otra escuela a la que asistía, sufría bullying no solo por parte de mis compañeros, sino de los maestros, es que me cuesta demasiado concentrarme en las clases, y eso les molestaba mucho. Si notan que estoy muy distraído y me cuesta ayudar en los trabajos en equipo, pues, lo siento, supongo que lo entenderán porque no soy muy bueno en los estudios, pero esta vez prometo esforzarme al máximo, no quiero faltarle al respeto a ninguno de ustedes, mucho menos a usted, maestro.

─Gracias por ser sincero, Tsubasa. No te preocupes por eso, entre todos te ayudaremos para que puedas entender mejor, y por supuesto que no pases mal como en tu antigua escuela.

─Se lo agradezco, maestro.

─Y espero que todos ustedes sean buenos con su nuevo compañero, ¿les quedó claro?

─Sí, sensei─ dicen todos.

─Ahora sí, toma asiento, Tsubasa.

─Claro─ el azabache camina hacia el único pupitre vacío, es el segundo de la cuarta fila, y se sienta en él. Deja su balón entre sus pies y se dispone a prestar atención a la clase.

─Voy a pasar la lista antes de comenzar la clase de Biología. Tsubasa, cuando acabe la clase le pediré al director que te ponga en la lista, porque aun no ha podido hacerlo.

─No se preocupe, maestro.

─Muy bien. Voy a pasar la lista. ¿Jin Aoyama?

─Presente.

─¿Erika Enomoto?

─Presente.

Y así siguió hasta terminar. Luego, dio la clase de Biología, en la cual hablaron de la fotosíntesis. 

Tsubasa sacó su cuaderno, y en una hoja aparte empezó a escribir todo lo que el profesor dijera y le pareciera importante. Hizo a un lado todos los pensamientos relacionados con el fútbol, como ir a preguntar si se puede inscribir al equipo de fútbol de la escuela, aunque no se puede olvidar de hacerlo más al rato. También hizo a un lado el ir a la casa de Misaki apenas termine la jornada escolar, es algo que anhela hacer, pero tiene que calmar su mente, y concentrarse en el aquí y ahora, en el salón de clases. Va a pasar a limpio todo lo que hayan dado hoy en un apunte bonito en su casa. 


Tsubasa tuvo tres asignaturas: Biología, Arte e Historia. En general entendió bastantes cosas. Su mente ya no está tan perturbada como para perderse a miles de kilómetros del pizarrón. Ese es un gran avance. Al menos en el ámbito académico, empezó con el pie derecho. Hay que esperar a ver qué onda con el ámbito social.

En el recreo estuvo solo. Obviamente, ya que aun no conoce a nadie, pero no se va a desesperar por hacer amigos, va a esperar a que los amigos adecuados lleguen a él. Llevó consigo su balón de fútbol, y después de comer su sándwich, se puso a jugar con su balón, a dominarlo con los pies, la cabeza, la espalda, practicó el regate de "la bicicleta", es decir, consiste en pasar las piernas alrededor de la pelota. Muchos niños lo miraban asombrado.

─Ese chico es muy talentoso con el balón.

─Podría ser la llave para que nuestro equipo sea mejor y dejemos de ser mediocres.

─¿A que se ve muy guapo jugando?

─Ahora entiendo por qué decía que consideraba a su balón como un amigo, juega de maravilla, parece Messi.

Entre muchos otros comentarios. Tsubasa siguió en la suya, sin prestarle atención a lo demás.


En general fue un lindo día para Tsubasa. Nadie lo trató mal, nadie lo trató de humillar, nadie trató de llamarle la atención, y en las clases le fue bastante bien. Aun no hizo amigos, pero no es algo que le quite el sueño, porque ya tiene a Misaki.

Fue a preguntar en Dirección si se puede anotar en el equipo de fútbol. Le dijeron que sí, y Tsubasa se puso feliz. Aparentemente el equipo aun no tiene entrenador oficial, entonces ellos mismos escogen qué días van a entrenar en la tarde. Tsubasa va a hablar con los miembros del club para explicarles qué días no puede tener entrenamientos en las tardes, porque tiene psicólogo (aunque ahora no le parece tan necesario), y próximamente tendrá portugués. Espera que ellos entiendan.

Se dirige al galpón donde se reúnen los del equipo de fútbol, pero en eso, un niño de cabello rapado aparece en frente de él.

─Oye, ¿tú eres Tsubasa, no?

─Amm, sí, ¿por qué?

─Soy Ryo Ishizaki, soy compañero de tu clase, por si aun no te das cuenta.

─Oh, mucho gusto, Ishizaki─ dice con una sonrisa─. Estoy yendo a ver al equipo de fútbol para hablarles sobre que me quiero unir y todo eso.

─¿Te quieres unir a nosotros?─ pregunta con una enorme alegría que no se disimula en su cara.

─¿Tú eres parte del equipo de fútbol?

─Así es. Claro que puedes entrar, Tsubasa, de hecho, te vi durante el receso, eres muy bueno dominando el balón, nos sería de gran ayuda un chico como tú.

─¿Lo dices en serio?

─Por supuesto. El primer "entrenamiento" por decirlo de alguna manera, es mañana apenas terminen las clases, ¿no tienes problema?

─Mmmm mañana no. De eso te quería hablar, los lunes y miércoles tengo psicólogo a las tres, pero voy a hablar con mamá para que ya no me mande a ir, ya que no lo veo necesario más, y en los próximos días voy a empezar a asistir a clase particulares de portugués, así que no sabría decirte con exactitud cuándo voy a poder asistir a los entrenamientos.

─No te preocupes por eso, no son muy importantes, en realidad lo hacemos para no dejar muerto al club, como te podrás haber dado cuenta, somos un desastre─ ríe─. Río para no llorar.

─No digas eso, yo los ayudaré a mejorar.

─¡Genial! ¡Muchas gracias, Tsubasa!

─De nada. Si me disculpas, tengo que ir rápido a mi casa.

─No pasa nada. Mañana en clase hablamos más tranquilos de este tema. ¡Cuídate!─ se va corriendo.

Tsubasa se sorprende por lo que acaba de pasar: un niño de su clase le dijo que era muy buen jugador, en vez de limitarse a reírsele en la cara por ser amigo de un balón.

─Me quieren en su club...─ sonríe de oreja a oreja─¡Amigo, vamos a decírselo a Misaki!─ coloca el balón en sus pies y empieza a correr con dirección a la casa de su amigo.

Sin dudas, el día de hoy fue muy especial para Tsubasa.

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