"ELIGE SIEMPRE A QUIEN DERRIBA MUROS POR TÍ, NO QUIEN LOS CREA"

Tres días después
NARRA PETER

Arreglo el cuello de mi camisa una vez más al frente del espejo, tomo el frasco que hay encima del lavabo y me echo perfume, hago una mueca por el olor. Hoy es mi cita con Alaia, sí, otra vez. Esta vez iremos a cenar y si les soy sincero, tengo muchas ganas de verla. El otro día se veía muy bien con ese vestido negro, me dieron ganas de arrancarselo pero no podía, si no estuviese con el idiota de Blake ya lo hubiera hecho hace mucho. Y nuevamente tengo una razón más para odiarlo.

Me pongo más perfume, también adentro de mi pantalón por si acaso, nunca se sabe, con esa mujer no se puede esperar nada. Meto mi billetera y mi teléfono en los bolsillos. Salgo del baño, me voy a la salida tomando mi chaqueta donde me la pongo y salgo de la habitación caminando al ascensor para irme. Me subo coche tan lujoso que alquiló Harry y conduzco hasta el hogar de Alaia. En el recorrido intento mentalizarme para esta noche, el otro día fue demasiado incómodo el almuerzo que tuvimos, bueno, era la primera vez que hablábamos tranquilamente después de tres meses. Admito que tenngo muchas ganas de pasar más tiempo con ella y es por eso que la invité nuevamente a salir.

Detengo el coche al frente de edifico y veo mi reloj, las siete en punto, justo a tiempo. Me quedo unos segundos esperando a la chica, mientras tanto saco desodorante de mi chaqueta y me pongo un poco, también echo spray de menta en mi boca para el buen olor y arreglo los rulos de mi pelo.  Ante todo quiero estar presentado. Veo a la chica saliendo del edificio por lo que me bajo del auto y me pongo en la puerta del copiloto.

— Hola. — saludo cuando llega a mi frente, mi mirada pasa de arriba hacia bajo viendo su corto vestido azul celeste que hace que sus piernas se vean muy bien. Muerdo mi labio. ¿Enserio, Peter?

— Hola. — saluda de regreso dándome un beso en la mejilla por educación. Abro la puerta del copiloto y ella entra no sin antes agradecerme, doy la vuelta y entro al piloto — ¿puedo?

Asiento dándole permiso. Programa el GPS hasta un restaurante no tan lejos y comienzo a conducir hasta el lugar. Cada cinco segundos no podía evitar voltear la vista a ella, mierda, tenía ganas de quitarle ese vestido pero me veré como un imbécil si intento algo. Me detengo al frente de un muy buen lugar, ambos nos bajamos y caminamos al interior. Es muy elegante. Nos sentamos en una gran mesa que no parece para dos personas y pedimos la comida que es básicamente sushi. Apenas me doy cuenta que es un restaurante chino.

—¿Cómo te ha ido? — pregunto curioso, ella se acomoda quitándose el bolso y dejándolo a un lado.

— Bien, muy bien. Ya cerramos el negocio con Robert, la otra semana comenzaremos a trabajar los dos en la empresa para ver qué podemos hacer... ¿Y tú?

— Nada fuera de lo común. Ya sabes, andar encerrado en el hotel.

— ¿Y qué hay de los chicos? ¿qué andan haciendo? escuché por ahí que Harry se consiguió una novia aquí en Londres en una discoteca a la que fue ayer después de la reunión en la suite.

— ¿Enserio? no lo sabía, nunca me cuenta nada de sus conquistas sexuales porque dice que no estoy familiarizado con eso.

Suelta una leve risita. Veo un poco el gran restaurante, donde me doy cuenta que hay una pista de baile. Esperen... Esto es un club.  Me doy un golpe internamente al no darme cuenta que hay personas bailando, tomando y comiendo por todas partes. Literal estamos en una mesa donde se sientan grandes grupos de personas.

— ¿Por qué me trajiste aquí? — pregunto volteando a mirar a la chica, ella alza una ceja tomando de su coctel del cual salen burbujas — esto es un club, no un restaurante común.

— Bueno... Es nuevo así que me pareció bueno venir porque sé que te encantan los lugares exóticos como este ¿no?

Saco una sonrisa de lado cruzándome de brazos. ¿Acaso está coqueteando conmigo? hace dos días ni siquiera quería saber de mi existencia, creo que estamos mejorando poco a poco. Nos quedamos en silencio oyendo la música y al rato traen la comida, donde comenzamos a comer. Charlamos un poco sobre otras cosas diferentes a nuestras vidas para no andar aburridos hablando de lo mismo.

— ¿Y Blake? oí que se irá de viaje a Tailandia este fin de semana — le cuestiono remojando mi sushi en salsa de soya para después llevarlo a mi boca.

— Bueno... Creo que estamos bien pero últimamente se está portando como un idiota. — murmura para después tomar un trago de su vino

— Si te soy sincero, no se ve tan bueno contigo.

Chasquea su lengua y deja los palillos chinos en la mesa mirándome — ¿estás recomendándome que termine con él? porque si es así, no eres nadie para hacerlo.

— Solamente es un consejo.

Rueda los ojos y sigue comiendo. A los minutos acabamos todo y repasamos para pasar la llenura que tenemos. De paso unas personas se nos acercan y la reconocen, le piden fotos y yo solamente me quedo mirándola como un buen idiota sabiendo que no quiere nada conmigo pero aún así no me deja de gustar, parezco como si no tuviese amor propio. Doy un trago a mi vino cuando ella se sienta para disimular un poco. El mesero llega llevándose las cosas y antes de que haga algo, ella ya ha pagado todo. Suspiro sin decirle nada. Ambos salimos del lugar.

— ¿Te digo algo? están empezando a gustarme estos lugares, tienen algo llamativo.

— ¿Strippers nudistas?

— No precisamente...

Ella ríe un poco pero deja de hacerlo cuando mira al frente, miro igual encontrando a Blake cruzado de brazos mirándonos de una forma no muy agradable. Alaia se acerca a él.

— Blake, ¿qué haces aquí?

— Eso debería preguntarte yo, me dijiste irías a una reunión de negocios urgente que tenías, no con este idiota.

— Blake, por favor.

— Nos vamos a casa ahora.

— Lo siento pero estoy con él ¿podrías dejar de portarte como un estúpido públicamente? sabes que odio que lo hagas, ve tú y te alcanzo allá.

— A la mierda, Alaia, ¿voy a dejar que este tipo me quite a mi novia en plena cara? sabía que algo no podía esperarme de tí cuando este regresó.

— No la trates así. — hablo mirando al chico serio, él se acerca.

— ¿Te consta? — me la un golpe en el hombro.

— Claro que me consta porque soy su ex esposo y no soy tan imbécil como tú para tratarla así ¿entiendes? — le devuelvo el golpecito en el hombro y me mira muy enojado.

— Ya basta ¿de acuerdo? — pide la chica jalando del brazo al chico.

— Sí, deja que este idiota te defienda, nunca puedes hacerlo por tí misma. De todas maneras ni siquiera me importa un carajo, ni que diera miedo, te crees mucho ¿eh?

— Mucho más hombre que tú, sí.

Blake aprieta sus puños y sin pensarlo más lanza un golpe a mi rostro pero obviamente lo esquivo, lo intenta otra vez y vuelvo a esquivarlo. Sin más le doy un fuerte puño en la nariz haciendo que caiga al suelo.  Osea, soy Spiderman, puedo partirle la cara si quiero. (No recuerdo quién fue el que dijo que Peter es Spiderman y podía matarlo si quería pero aún así gracias persona desconocida xd) Pero no lo haré para no hacer tanto espectáculo en la acera de una calle. Me cruzo de brazos enojado.

— No vuelvas a buscarme en tu vida ¿oíste imbécil? — le dice la chica mirándolo molesta para después darle una patada en el estómago.

Nos subimos al auto rápidamente yéndonos de ahí, Alaia me indica que vayamos al apartamento que es de Blake ya que precisamente no es de ella. Ahí se baja casi corriendo dejándome ahí sin despedirse. La espero. Quizás fue a buscar algo ya que dejó su bolso. Mientras tanto me arreglo por la pequeña pelea que tuve con el chico. Pasan diez minutos y la chica regresa con una maleta la cual mete en el baúl y se sube al copiloto dándome una dirección. Y otra vez estoy conduciendo por las calles de la ciudad hasta un lugar el cual no sé de qué trata. El GPS me indica que doble a la derecha lo cual hago y me choco contra un edificio grande y también muy elegante. Me detengo. Supongo que será donde vive.

— Realmente lo siento por lo que pasó allá, Blake de veras cruzó la línea, no se cómo me fijé en él... — murmura sin mirarme— por otro lado gracias por defenderme aunque casi te llevas un golpe.

— Es un estúpido, pero no te preocupes, estás mejor sin él.

— Bien... Mañana tengo trabajo, te veo mañana ¿sí?

Asiento, me da un beso en la mejilla como agradecimiento, se baja del auto y saca su maleta del baúl para después caminar a la entrada del edificio. Por mi parte me recuesto en la silla pensando. Logré que Alaia terminara con Blake y viniera conmigo en vez de quedarse sola, eso significa que me gané su confianza aunque sea un poquito. Y me alegra haberle dado un buen golpe a ese tocapelotas, como escuché por ahí que dicen. Manejo un poco feliz de vuelta al hotel, en el camino oigo un poco la radio para escuchar las noticias. Paro el coche en el lugar de estacionamiento y me bajo yendo directamente al ascensor donde subo a mi piso, camino por el pasillo y entro a mi cuarto. Me sobresalto al ver a los chicos en mi cama acostados con sus teléfonos.

— ¿Cómo entraron aquí? — pregunto confuso cerrando la puerta y acercándome a ellos.

— Pedimos una copia de tu llave a la recepcionista, los encantos de Harry fueron de mucha ayuda. — responde Ned, se levantan y me miran curiosos — nos enteramos que saliste a cenar con Alaia

— ¿Cómo te fue? ¿tuvieron sexo?

— Dios, Harry... No, no tuvimos sexo porque ni siquiera nos hemos besado. Pero, sí tengo una buena noticia; Blake descubrió que salió conmigo, intentó golpearme pero no pudo, Alaia lo cortó y tras de eso se llevó mi puño.

— ¿Enserio? me dejas muy impresionado amigo, no pensé que tus habilidades para conquistar chicas fueran tan altas como para hacer que terminen con sus novios. — dice Harry pasando un brazo por mis hombros

— Vaya, te felicito, Blake es un buen para nada.

— Sí... Creo que tendremos más confianza ahora, intentaré sacar el tema de lo que pasó.

— Todo se hace con tiempo, amigo. Ahora ese logro tan increíble que acabas de hacer merece una buena celebración.

Harry saca de su chaqueta una botella de whisky, me sonríe cómplice. Ruedo mis ojos asintiendo y él comienza a servirnos en una copa.