30
"WHEN YOU FEEL MY HEAT, LOOK INTO MY EYES, IT'S WHERE MY DEMONS HIDE, IT'S WHERE MY DEMONS HIDE. DON'T GET TOO CLOSE, IT'S DARK INSIDE. IT'S WHERE MY DEMONS HIDE, IT'S WHERE MY DEMONS HIDE"
Días después
NARRA ALAIA
Camino entre el pasillo de las oficinas del edificio intentado llegar a la mía sin que nadie me pregunte absolutamente nada. Quedarme en el apartamento de Betty ya no es una opción aceptable para mí, he decidido que intentaré volver a mis costumbres, o eso intentaré. Entro a mi oficina cerrando la puerta, abro mi bolso comenzando a meter todas las cosas que tengo en mi escritorio, desde papeles y libretas hasta mi computadora. Tomo el cuadro que está a un costado, saco la foto y la rompo a la mitad tirándola a la basura. Mi amiga ha respetado la decisión que tomé, dice que es lo mejor para mí, que si algún día necesito ayuda no dude en pedirla.
Me acerco al mesón pegado a la pared y tomo los cuadros de mi familia guardándolos igual, las fotos con él ni siquiera las miro. Arreglo un poco todo para no dejarlo desordenado. Hice que cancelaran todas las citas que tengo sea cual sea, voy a estar desconectada del mundo aunque por unas semanas, pensar en mí misma. Me pongo mi chaqueta al igual que mi bolso poniéndolo en mi hombro y me giro para salir pero me detengo al ver a Peter cerrando la puerta detrás suyo con seguro. Intento pasar a su lado.
— Sueltame — le ordeno apartándome de su cuerpo — necesito irme, apártate.
— No irás a ningún lado hasta que podamos hablar ¿bien? — niego con la cabeza y miro hacia otra parte para no verle
— No voy a hablar contigo ni aunque me peguen por ello. Ahora quítate o llamaré a seguridad.
Se comienza a acercar a mí, retrocedo intentando alejarme, pero para mi mala suerte choco contra la pared. Él coloca sus manos a cada lado de mi cabeza mirándome serio.
— Yo no te engañé.
— ¿Y crees que por decirme eso te creeré? eres un idiota... Confié tanto en tí y así me pagas... Ahora salte de mi camino porque no quiero volver a verte jamás.
Trato de irme de ahí pero no lo logro, su cuerpo es más fuerte que el mío y no me da escapatoria. Estoy a punto de gritar en busca de ayuda pero me interrumpe besándome a la fuerza, no le sigo, mi dignidad es mucho más fuerte que eso. No sé ni de dónde saqué fuerza pero lo empujé haciendo que se aparte de mí. Arreglo mi cabello.
— En tu vida vuelvas a besarme ¿oíste?... No pierdas tu tiempo intentando explicarme algo de lo que ya sé todo — digo molesta.
— Mierda, Alaia, te necesito ¿de acuerdo?
Camino a la puerta, él me agarra del brazo intentado detenerme pero me volteo y le doy una cachetada. Se queda anonadado. Lo miro mientras mis ojos empiezan a cristalizarse otra vez. Trago en seco.
— No quiero que vuelvas a tocarme después de que tocaste a alguien más... Me heriste y eso nunca te lo voy a perdonar.
Abro la puerta y me voy casi corriendo de ahí, entro al ascensor y las puertas se cierran. Recuesto mi espalda en la pared suspirando secando las pequeñas lágrimas. Salgo del edificio llegando hasta mi coche donde me subo y conduzco rápido hacia otra parte diferente. En el camino trato de distraerme con la radio o las noticias pero lo único que hay en mi mente es que debo olvidar todo lo más ante posible si no quiero terminar en un abismo sin fondo.
Pasan unos minutos donde estaciono mi auto una vez llego a mi destino, me bajo y camino a la entrada donde toco el timbre. Morgan aparece en la puerta y me saluda con un abrazo al igual que Pepper. Obviamente que la última me pregunta por qué me veo así, le respondo que problemas insignificantes.
— Pepper, quiero pedirte un gran favor. — le pido una vez que nos alejamos de la cocina donde está mi hermana haciéndome un sándwich — yo... Debo dejar Nueva York, no tengo a nadie que cuide de la empresa así que como eres la vicepresidenta, te la quiero dejar a cargo.
— Claro que sí cariño, con mucho gusto lo haré, pero... ¿Qué te pasó?
— No es nada, es que... Bueno... Tengo asuntos pendientes en otros lugares.
— Oh... De acuerdo...
Me da un abrazo cariñoso. Me separo de ella y me voy escaleras arriba yendo a mi antigua habitación, donde me siento en la cama grande viendo que todo está como lo dejé y simplemente pocas cosas en el armario. Cojo el peluche de Iron Man que descansa en las almohadas y lo abrazo. Ojalá papá estuviese aquí. Saco mi teléfono del bolsillo de mi pantalón y marco un número. Espero los tres tonos.
— ¿Alaia? qué bueno que llamas, estaba esperando tu llamada desde hace mucho tiempo ¿cómo estás? — escucho la voz de mi madre muy contenta
— No llamo para saludarte ¿bien?... Quiero decirte que volveré a Londres.
— Qué gran noticia que hayas recapacitado de una vez por todas, estoy tan feliz por tí. Inmediatamente nos...
— Volveré, pero no contigo... Que regrese a la ciudad donde nací no significa que vaya a volver a mi antigua vida. Empezaré de nuevo. Si quieres verme, bien, te dejaré hacerlo. Ya no tienes nada de qué quejarte.
— No importa, con tal de que estés allá, todo está bien. Bueno, debo dejarte, tengo pendientes.
Aparto el teléfono de mi oído y cuelgo.
— ¿Volverás a Londres? — giro mi cabeza a la puerta encontrando a mi hermana con un semblante triste, le hago una seña. Se sienta a mi lado y acaricio su espalda.
— Hay problemas muy graves de los cuales quiero huír, Morgan. No me siento cómoda estando aquí. Lo entenderás.
— Pero... ¿Qué pasará con Peter?
Bajo mi mirada un poco. — ya no debo preocuparme por él, hará su vida... Debes jurarme que no le dirás a nadie que estaré en Londres, porque si no, pasarán cosas muy malas ¿sí? juralo.
Ella asiente y me da un abrazo. Realmente me gustaría explicarle a Morgan lo que pasa pero estoy segura que hablará con Peter y le preguntará muchas cosas. Ambas bajamos a la planta de abajo donde está Pepper hablando por celular, me despido de ellas de una vez por todas, salgo de la casa y muevo mi mano como despedida. Me subo al coche comenzando a conducir de nuevo rumbo al aeropuerto.
Horas después
NARRA PETER
Estoy en camino al apartamento de Betty con un ramo gigante de flores en mis manos. Haré lo posible para poder hablar con Alaia, no voy a dejar que ella se aleje de mí tan fácilmente. May me llamó preguntando qué había pasado, al parecer Pepper ya se enteró de algo pero no planeo decirle a nadie lo que pasó, principalmente porque es mi culpa y me odiarían. Aparco el coche a un lado de la calle y me bajo con el ramo de rosas, subo las escaleras rápido y cuando llego a la puerta correcta, toco varias veces. Espero unos segundos y Betty me abre.
— Peter — exclama mirándome con los ojos un poco abiertos — eh... ¿se te ofrece algo?
— Sí, ¿Alaia está? por favor, Betty, déjame pasar por el amor de Dios. Necesito hablarle.
— ¿No lo sabes? — pregunta confundida, la miro igual — ella dejó Nueva York, Peter. Se fue desde esta mañana.
— ¿Q-qué? — murmuro quedando en completo shock, aprieto el ramo en mis manos — ¿a dónde fue?
— No lo sé, no me lo dijo. Simplemente me contó que necesitaba irme de una vez por todas para olvidarse de todo.
Bajo mi mirada entendiéndolo. Por esa razón estaba en su oficina recogiendo todas sus cosas, se iría, para siempre. No le digo más nada a Betty y me voy lentamente completamente desanimado. Salgo del edificio, tiro las flores a la basura y camino un poco por la acera sin nada de ánimos. Sin darme cuenta llego a un bar pequeño, entro, me siento en la barra comiendo bocadillos que hay en un plato.
— ¿Puede darme una botella de whisky fuerte, por favor? — pido desanimado.
El hombre me trae la botella pedida y me sirvo un trago el cual me tomo de un trago, miro alrededor encontrando a muchas parejas muy felices. Sigo tomando como si fuese mi único refugio, y en realidad, sí lo es.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top