22

"TAL VEZ LA VIDA SOLO SE TRATA DE SOÑAR HASTA QUE EL MUNDO SE LLENE DE COLOR"

Días después
NARRA ALAIA

—Betty, ¿podrías traerme los papeles 106? del negocio con Mc Donalds sobre arreglarles la máquina de helados y hacerla más nueva, por si te confundes— pregunto a mi amiga por el comunicador pegado en la pared

— ¡Enseguida jefa!

Vuelvo a mi trabajo caminando para ir al taller, donde saludo a varios trabajadores con una sonrisa. Hoy decidí salir un poco de mi zona de confort y trabajar en el taller inventando algunas cosas porque tengo muchísimo tiempo sin hacerlo (casi como dos meses o algo) y estoy hiper mega emocionada de volver a sentir la tecnología corriendo por mis venas. Decido hacerlo en el taller que construí para mis empleados porque el único taller que tengo es el de la casa de Pepper o el búnker de mi padre y este se me da mucho mejor acceso aunque no tengo las mismas cosas, pero es lo que hay.

Llego hasta mi zona de trabajo y empiezo a realizar lo que debo. Miro a todos lados con precaución y saco de mi mochila el traje de Peter, que me pidió que le hiciera algunas mejoras ya que la última vez que lo utilizó, se le apagó y se golpeó contra todos los autos de la calle. Me coloco las gafas de protección por si acaso y recojo mi cabello para una mejor comodidad.

— ¡No puede ser! — escucho a mi lado, me sobresalto encontrando a mi mejor amiga con la boca abierta viendo el traje. ¡Oh, mierda!

Le tapo la boca antes de que grite y le hago una seña de que se calle. Miro alrededor y nadie se dió cuenta de esto. Guardo el traje en la mochila.

— ¿Por qué tienes el traje de Spiderman? — preguntó en un susurro.

— Me pidió que le hiciera algunos arreglos porque no puede hacerlo solo, ¿bien?, es mi compañero, es normal. — respondo tratando de sonar bien

Se cruza de brazos y alza una ceja. — a mí no me engañas... Eso significa que lo viste sin el traje. Dime, ¿es guapo? ¿es viejo o un niñato?

— Betty, no puedo decirte, seria un desastre.

— ¡Solamente una pista! ¿sí? ¡por favor! sabes que lo amo, es mi superhéroe favorito, además de tí obviamente.

Intento ignorarla y ella sigue llamando mi nombre, me molesta, pero no puedo decirle. Aunque... Si no lo hago, ella obviamente va a investigar y estoy segura que lo hará. Prefiero no decirle. Sigo con otras reparaciones con las insistencias de Betty en medio, pero de pronto llega Peter, y lo veo un poco alarmado al ver que Betty está aquí. La chica lo mira confundida.

— Es un cosplay para hacer el amor, lo compré en una tienda de juguetes— dice. Me doy una palmada en la frente por lo estúpido que sonó.

— Oh, esperen... Las llegadas tardes a casa, por qué llega tan rápido al trabajo... — murmura y piensa mirándonos a ambos con el ceño fruncido. De pronto abre la boca de nuevo. — ¡Peter es Spiderman!

— ¡SHH! — la callamos al mismo tiempo

— No puede ser, soy tan inteligente.

— ¿Qué? ¡no es así! enserio.

— ¿Por qué no?

— Bueno... — Peter me mira buscando una excusa, yo le hago señas tratando de que siga hablando para convencer a mi amiga — conozco a Spiderman, además, si lo fuera, no me diera tiempo ni de trabajar o estar en casa con Alaia, es lógica.

— Sí, es cierto. Peter no es Spiderman, Betty, te lo aseguro. Peter es... Muy miedoso y le tiene pavor a las arañas, también que él odia con su vida las cosas apretadas, no se pondría un traje de licra — aseguro poniéndome al lado del chico, ella nos mira con una mueca — crees que si lo fuera, ¿ya no te lo hubiera dicho? eres mi mejor amiga, confío en tí.

— En parte tienes razón... Está bien, te creo. Quizás fuí un poco apurada por la emoción de saber quién es Spiderman. — suelta una risita apenada, deja la carpeta en la mesa — de todas formas, si lo ves de nuevo, le das mi número.

Me guiña un ojo y yo le asiento con una sonrisa nerviosa, ella se retira. Los dos suspiramos cansados por lo que acaba de pasar. Uff, por poco y nos descubren.

[...]

—¿Cuál es más lindo? ¿el negro o el verde? — pregunto apareciendo al frente de Peter, quien mira los dos vestidos de baño que tengo en mis manos 

— Prefiero el negro.

Asiento y sigo buscando entre los percheros. Hoy es día de compras, principalmente porque en unos días nos iremos de Luna de miel, y esta vez cambiamos de planes y viajaremos a Río de Janeiro, Brasil. He visto que es un lugar increíble, es el centro de los carnavales y el color, será divertido. Estoy segura que nos divertiremos. Duraremos cuatro días, no queremos porque nos parece que es el tiempo suficiente para conocer la ciudad.

— No puedo creer que Betty casi nos descubriera, estuvimos muy cerca de que se enterara. — me habla sobre lo que pasó en la mañana

— Lo sé, me puse muy nerviosa, nunca pensé que sospecharía. Tienes suerte de que la convencí y no siguió con sus preguntas o investigaciones hacia tí, ¿te imaginas si le hubiéramos dicho que sí?

— Hubiera sido un desastre... Y lo que menos me agradó es que tenga un amorío imaginario con Spiderman, puaj — se queja, yo río.

— No la culpes, no lo sabe. Pero pensándolo, yo también tendría uno. Nadie se resiste a esos músculos.

— ¿Enserio?

Asiento sonriendo, él piensa poniendo su mano en su barbilla. Camino a los probadores donde se sienta en el sillón que está al frente y se pone a jugar como un niño pequeño. Me empiezo a quitar la ropa para probarme lo que traje, primero me coloco una blusa de tirantes color plateado brillante que ví que es hermosa. Salgo y me veo en el espejo.

— Nuestro jefe no deja llamarnos desde hace como una semana, ¿qué querrá? — murmura Peter

— No lo sé, pero viniendo de él, no creo que sea para nada bueno.

Nuestro jefe, como lo llamamos nosotros, se trata del mismo Nick Fury. Es nuestra clave secreta para hablar sobre él en la calle.

— Le dije que si nos ponía otra tarea, ni siquiera le haría caso y es lo que voy a hacer. Ya no quiero tener más tareas para andar ayudando a las personas, no es que no me guste, si no que no quiero que nos utilice, para eso tiene a otros. Pone en riesgo nuestras vidas. — afirmo.

— Pero... ¿Y si es algo muy importante?

— Tranquilo, Peter, no lo es. Para eso ya hubiera llegado a casa y hubiera entrado a la fuerza con más de diez hombres y preguntado por qué no le contestamos el teléfono.

— Tiene lógica.

Entro al vestier y sigo probándome cosas. Por último me probé el vestido de baño negro y hago una mueca. Mis piernas se ven un poquito gordas al igual que mi cadera. Qué horrible. Necesito la opinión de alguien más aunque ya sé la respuesta.

— ¿Peter? — le llamo, enseguida veo su cabeza asomada un poco por el costado de la cortina, doy una vuelta — ¿crees que me queda bien? las piernas y las caderas se ven espantosas.

— A mí me gusta tomarte de las caderas, y aunque tus piernas son cortas y gorditas, son lindas — opina.

— Ese no es el punto.

— El punto es que te ves muy bien, ¿no? yo simplemente te estoy dando razones por las que te ves bien.

Ruedo mis ojos cruzándome de brazos — mis pechos son pequeños...

— A mí me encantan, además, mis manos son grandes así que no son pequeños.

— ¿Acaso tienes algo positivo para cada parte de mi cuerpo? — bromeo.

— No es eso, en realidad, la respuesta es fácil. Simplemente me gusta todo de tí.

Un sonrojo aparece en mis mejillas sin poder evitarlo y bajo la mirada un poco. Él ríe y me toma desprevenidamente de las mejillas dándome un beso en los labios. Se separa y se va de una vez por todas. Por eso no me gusta pedirle su opinión porque es muy cursi y me hace sentir rara, como cuando era una adolescente enamorada, un sentimiento que no puedo expresar. Me coloco la ropa que tenía y salgo del vestier yendo a la caja, donde empiezo a pagar y espero la factura.

— ¿Alaia? — volteo a mi lado encontrando a una chica peli negra de ojos azules. Paulina. La chica que me hizo la vida imposible cuando estudiaba en Londres. — cuánto tiempo, es increíble verte

— Sí, igual, Paulina... — murmuro algo incómoda

Mira a Peter y sonríe cínica. — ¿no me vas a presentar a tu novio? o mejor dicho, tu esposo, me enteré que te casaste no hace mucho, felicidades.

— En realidad, ya nos íbamos, tenemos muchas cosas qué hacer.

— Hola, es gusto, soy Paulina. — se presenta ante Peter ignorando mi comentario de una forma muy descarada. Muerdo mi lengua para evitar decirle un montón de cosas. Es una perra y siempre lo será, maldita estúpida de mier...

— Perdón, pero enserio debemos irnos— toma mi mano — pero de todas maneras, soy Peter, su esposo y solamente de ella.

Acabo de darme cuenta de que Peter es el único capaz de hacer que mis mejillas se enciendan y me ponga nerviosa hasta el punto de sentir un recorrido eléctrico por mi espalda. Tomo las cosas y el chico abre la puerta, salgo con la mirada matadora de la chica en mi espalda. Al alejarnos un poco nos detenemos y me mira.

— ¿Sabes? he cambiado eso de que no me doy cuenta cuando me coquetean— me dice guiñándome un ojo.

Sonrío y me da un beso en la frente.











































































































PREGUNTA (tengo tiempo sin hacerlas): si tuvieran a Peter en frente, ¿qué le preguntarían? (Con respecto a la historia)



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top