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"OH, MY LOVE, MY DARLING. I'VE HUNGERED FOR YOUR TOUCH. A LONG, LONELY TIME. TIME GOES BY SO SLOWLY. AND TIME CAN DO SO MUCH. ¿ARE YOU STILL MINE? I NEED YOUR LOVE. I NEED YOUR LOVE. GOD SPEED YOUR LOVE TO ME."


NARRA PETER

- Oye... - me llamó Mysterio - tienes que celebrar, hicimos algo bueno.

Estábamos en un bar festejando que pudimos derrotar al último de los elementales. Obviamente yo estaba tomando jugo por ser menor de edad.

- Creo que Fury tiene razón. El señor Stark hizo mucho por mí, quería que yo fuese alguien mejor. Mejor de lo que él pudo ser. - le hablé

- ¿Y tú qué quieres, Peter? - lo miré confundido - ¿qué quieres?

- No lo sé, yo... - pensé volteando a verlo en la silla

- Vamos, sé que lo estás pensando, sólo dilo, puedes decirm... - lo interrumpí

- Sólo quiero volver al hotel, terminar de disfrutar mis vacaciones, ir con la chica que amo, llevarla a la torre Eiffel, decirle que la amo y besarla. Besarla mucho...

- Oye, tranquilo, eso ya es muy sobrepasado - sonrió. Rodé los ojos con una sonrisa- pero no vas a hacer nada de eso con Alaia, supongo.

- No, no puedo. Quisiera hacerlo mucho. - negó

- ¿Y porqué no puedes? - preguntó

- Porque tengo muchas responsabilidades, ella y yo no somos nada y hay otra chica que no deja de fastidiar lo nuestro. - solté enojado

- ¿Te doy un consejo? - preguntó. Asentí - Alaia se ve que es una chica diferente, te recomendaría que la trates bien y seas sincero con ella, puedes besarla pero no te pases de eso por favor.

Reí levemente. - joven, se le cayó esto. - una mujer me entregó las gafas. Le agradecí.

- ¿Son las gafas de Tony?- preguntó Mysterio. Asentí - pruébatelas, vamos..- me las puse y lo miré - ¿te doy una opinión honesta? se te ven horribles.

- Uh... - murmuré - póntelas tú. - negó con la cabeza- hazlo.

Las tomó en sus manos y se las puso, me le quede mirando un rato. Tuvo un ligero parecido al señor Stark. Pensé. "Para el nuevo Tony Stark, confío en tí."

- "Para el nuevo Tony Stark, confío en tí"... - murmuré para mí mismo. Mysterio me miró confundido - el señor Stark me dió las gafas con una nota. Él sabía de mis equivocaciones, y yo no puedo ser el nuevo Iron Man porque soy un chico de dieciséis años de Queens.

- ¿Qué? Peter, claro que no. - negó enseguida quitándose las gafas y entregándomelas

Me las puse las gafas. - ¿Edith? - la llamé - quiero transferirle tu control a Quentin Beck.

- Necesito tu confirmación, Peter.

- ¿Qué estás haciendo? - preguntó mirándome algo confuso

- Sí, Edith. Hazlo. - confirmé. Le entregué mis gafas a Quentin y se las colocó - se te ven bien.

- Gracias. - agradeció estrechando nuestras manos - es un honor.

Asentí, me bajé de la silla y tomé mi mochila.

- Debo irme. - me miró preguntando "¿a dónde"? - voy a buscar a Alaia para hablar con ella.

- Buena suerte. Aunque solo te doy un cincuenta por ciento, aún eres un poco ñoño. - me habló

Le sonreí. - adiós. - caminé a la salida y salí del bar dispuesto a regresar a mi hotel

[...]

NARRA ALAIA

Estaba en mi cuarto guardando mi traje en mi maleta una vez que terminé de arreglarlo. No he visto a Peter después de lo de el elemental de fuego, pero supongo que debe estar bien, aunque no debo dejar de preocuparme por él. Escuché voces fuera de mi habitación, abrí la puerta quedándome en ella.

- Hola. - habló Peter volteando a verme con una pequeña sonrisa

- Hola. - saludé de regreso mirándolo - estaba algo preocupada por tí porque no habías regresado al hotel después de lo que pasó.

- Ah, sí... Yo... Fuí a dar una vuelta con Quentin, me invitó a un bar. Obviamente tomé un jugo.  - me contó. Reí levemente por lo último - ¿estás bien?

- Sí, no es la primera vez que me pongo mi traje, Peter. - sonreí. — pero gracias por preguntar.

La puerta de al lado mío se abrió, Michelle salió. - hola Peter. - lo saludó - no te ví en el carnaval y pensé que te había pasado algo.

— No, estoy bien... — respondió. Hice una mueca. — Michelle, ¿podrías...?

— Creo que iré a dormir. — hablé algo incómoda — buenas noches. A los dos.

Entré y cerré la puerta. Suspiré. Michelle siempre metiéndose en lo nuestro. Caminé a la cama y me senté ahí, tomé mi teléfono para marcarle a Pepper para ver cómo estaba con Morgan. La puerta sonó. Dejé mi celular en el mesón y fuí a abrir. Peter.

— ¿Puedo pasar? — preguntó señalando al interior. Asentí y pasó, cerré la puerta y me volteé a mirarlo — oye, yo... No quiero que Michelle se entrometa en esto.

— No es nada, de todas maneras, solo somos amigos, ¿no? — sonreí algo triste. Dejó su mochila en el suelo.

— Sí, supongo que sí... — murmuró mirando al suelo. Alzó la vista mirándome — Alaia... Quiero estar contigo, eres la única chica a la que he amado de esta manera.

— Lo sé, Peter. Tú también has sido alguien importante para mí — bajé mi mirada — pero si queremos que esto funcione debemos poner ambos de nuestra parte y tratar de controlar las cosas.

— Lo haré, ¿sí?... Sabes que te amo. Te amo mucho y quiero que estemos juntos. ¿Me dejas demostrarlo? — preguntó.

Lo miré a los ojos. Se acercó haciéndome retroceder, choqué contra la puerta y quedó muy cerca. Echó seguro a la puerta y se inclinó un poco hacia abajo. Puso sus manos en mi cintura.

— No voy a dejar que alguien arruine lo que siento por tí. — dijo en un hilo de voz muy suave

— Peter... — miré sus labios rosados. Mordí mi labio — quiero besarte.

— Yo también quiero hacerlo. — susurró de vuelta

Me miró a los ojos y me besó rápidamente. Le seguí pasando mis brazos por su cuello y siguiéndole, me subió en su cintura cómo pudo y caminó hacia la cama tumbándome en ella.

Desabroché los botones de su camisa blanca y se la quité, besó mi cuello mientras acariciaba mi cuerpo por debajo del vestido que traía, que en un segundo me lo desprendió del cuerpo.

Me quitó mi ropa interior dejándome desnuda, empezó a quitarse sus pantalones, bajó sus bóxers y gemí al ver su miembro otra vez. Dios, lo había extrañado definitivamente. Fue a su mochila y buscó un condón lo más rápido que podía, se puso encima mío otra vez con el puesto.

Entró en mí, gemí alto, se movió dentro mío con algo de lentitud pero sin quitar la pequeña rapidez que tenía. Tapó mi boca para que los gemidos que dábamos no se escuchasen afuera. Se sentía tan increíble volver a sentirlo después de dos días, mierda, ojalá no me vuelva una adicta a estas cosas.

— Peter... — gemí arañando su espalda. Cerré mis ojos fuertemente mientras sus manos me empujaban contra él — sigue, por favor...

Arqueé mi espalda gimiendo y dejó pequeños besos en mis pechos, sus dedos entraron en mí a medida que me penetraba. ¡Carajo! enserio necesitaba que me hiciera suya otra vez.

— Alaia... — susurró en oído mientras se movía, apreté su cabello en mis manos — A-Alaia... Estás muy...

Gimió interrumpiéndose a sí mismo. Caí cansada en la cama una vez que acabé, él gimió por última vez cuando se corrió en el condón. Me besó dulcemente sin salir de mí, jadeé sintiendo mis paredes contrajiéndose contra su miembro. Salió de mí y se acostó a mi lado un rato, respiré algo cansada mirando al techo. Peter se levantó de la cama de un momento a otro y empezó a ponerse su ropa.

— ¿Qué haces? — pregunté sentándome y mirándolo— ¿Peter?

— Voy a hablar con Michelle, voy a terminar con esto. — me contó. Me miró cuando terminó de ponerse su casa blanca — lo que pasó... ¿Eso significa que volvimos?

— Depende de la respuesta que te dé Michelle. — murmuré. Él asintió, tomó su mochila y caminó hacia la puerta — te amo.

Paró en seco, volteó su cabeza y me miró. — yo también te amo. — sonrió alegre. Abrió la puerta y salió rápido para que nadie lo notase.

Me recosté en la cama y me tapé con las sábanas para descansar. Miré por la ventana para esperar a Peter.

Media hora pasó y Peter no llegó, me preocupé. Me levanté de la cama y me puse mi ropa interior, busqué un short y una blusa poniéndomela. Salí de mi habitación yendo a la de él y ví que estaba entre abierta, pasé sin tocar. Encontré a Peter terminando de ponerse su traje negro subiéndose la cremallera del pantalón y Michelle parada ahí. Sonreí sin mostrar mis dientes algo seria.

— Ella sabe, le dije. — me dijo Peter señalándola. Se acercó rápidamente a mí — esto no significa nada, enserio, simplemente salimos a hablar y descubrí algo.

— Peter, tranquilo. Sé que no harías eso.  — puse mis manos en sus hombros y lo tranquilicé — dime, ¿qué descubriste?

— Quentin es malo, utiliza drones para crear ilusiones, nada de lo que pasó era real. Es una venganza para tu padre. — me explicó — tengo que ir a avisarle al señor Fury en Berlín sobre él, pero tengo miedo de que venga por tí.

— Claro. Ve. — acepté sin problema — estaré bien, puedo quedarme aquí, si viene Beck no dejaré que me toque — besé su mejilla — buena suerte.

— Regresaré a las seis de la mañana contigo, lo prometo. Y si no lo hago ve a buscarme.

Asentí. Se fue por la ventana en sus telarañas. Me quedé con Michelle en su habitación.

— Él me dijo varias cosas... — habló mirándome — dijo que les dejara en paz y todo eso. Me aclaró que no quería nada conmigo — suspiró — sé que fuí una mala amiga, Alaia.

— Descuida, te perdono. — sonreí — podemos seguir siendo amigas, pero procura no enamorarte de Peter otra vez,¿sí?

Reímos al mismo tiempo. Salí del cuarto de Peter para regresar a la mía. Quizás, las cosas entre nosotros se habían fortalecido a mejor. 




















































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