𝟭𝟰
E S P E C I A L 3/5
"ESA BATALLA ENTRE LO QUE QUIERES PERO NO DEBES, ENTRE LO QUE SIENTES PERO DEBES OCULTAR, Y ENTRE LO QUE AMAS Y TERMINA POR MATARTE"
Un mes después
NARRA PETER
— Al parecer todo va muy bien con el bebé, está progresando poco a poco. — nos dice la doctora
Día de revisión del embarazo, esos días donde me emociono por saber el estado de mi próximo hijo o hija. Ay, qué lindo suena. La verdad Alaia y yo estamos planeando todo para cuando nazca, le compraremos muchos juguetes y comida para que nunca le falte nada (suena como si fuese a criar a un perro). Alaia ha vomitado más que nunca, siempre se levanta en las madrugadas directo al daño, obviamente la cuido mucho. Para que no se sienta tan mal le doy dulces, mucho chocolate y sobretodo sushi. Extrañamente es algo que le encanta.
— Ya llevan un mes y medio con el embarazo y lo han hecho muy bien a pesar de ser principiantes — la doctora nos da una sonrisa. — la barriga estará creciendo de poco a poco, los cambios no se notan al principio pero después vas a ver que tendrás una barriga gigante.
— ¿Sigo con la dieta normal?
— Sí. Pero esta vez intenta comer más cosas integrales, eso ayuda mucho. Y deja el azúcar porque noto varios niveles altos de glucosa en tu sangre, te advierto desde ahora porque más adelante pueden haber problemas con respecto a la diabetes.
Hago una mueca y rasco mi nuca. Ups, eso es mi culpa.
— Por ahora pueden ir pensando en nombres para bebés. Van a ver que estos meses se pasan volando tan rápido como un leopardo.
La doctora nos entrega la hoja donde anotó los medicamentos de ayuda para Alaia. Nos despedimos. Salimos de su consultorio y nos acercamos a una máquina expendedora, donde sacamos unas papas y refrescos porque a mi esposa ya le dió hambre. Decidimos pasear un poco para no aburrirnos tanto y no pasarla siempre en casa. Nos vamos del hospital, nos subimos en la camioneta y manejo varias cuadras más cerca. Llegamos hasta un centro comercial. Entramos y suspiro cuando el aire acondicionado choca contra mi rostro. Estos días hace una calor increíble y lo que menos necesito ahora es el caliente sol de la tarde. Caminamos por el centro mirando tiendas.
— Oh, mira, venden accesorios. — dice Alaia señalando a una tienda donde hay de todo para mujeres embarazadas. — ¿entramos? quizás podamos encontrar algo para cuando tenga una gran panza y parezca un hipopótamo.
Asiento. Vamos rápido a la tienda donde entramos y todo es muy... Rosa. Ella se dedica a dar muchas vueltas por todos lados mirando y tomando cosas sin parar, por mi parte me quedo sentado en un sillón. Soy el único hombre aquí, es algo incómodo.
— ¿Qué te parece esto? Es demasiado lindo y cute ¿no? — me dice mostrándome unos biberones rosados que tienen flores y muchas cosas. Creo que está esperanzada de que el bebé va a ser una niña.
— Son muy bonitos.
— Lo mejor de todo es que vienen en conjunto con pañaleras y calcetines, son muy adorables— sonríe feliz, quita la expresión — ¿crees que debería comprar también para niño por si acaso?
— Claro que sí, amor. No sabemos qué será todavía.
Asiente y se va corriendo a la sección de niños, obviamente la sigo porque van a haber muchas cosas que me van a gustar. Tomo la canasta y sigo a la chica como todo buen caballero para que ella meta todo lo que va tomando. Encontramos conjuntos de Iron Man y también biberones y pañaleras de Star Wars. Lo mejor. Vamos a la caja y pagamos todo.
— No importa lo que el bebé sea, si nos sobran cosas, estoy segura que muy pronto Lina y Harry tendrán un bebé en camino. — digo tomando todas las bolsas para que Alaia solamente tenga que llevar una.
— Eso tenlo por seguro.
Nos despedimos de las encargadas que fueron muy amables con Alaia, ya saben, por ser una Stark. Salimos de la tienda y caminamos. En el camino mi esposa se come un helado de vainilla con chips y galleta. Nos sentamos en el área de comidas para descansar un poco.
— Prometo que desde mañana dejaré el azúcar, no volveré a comer dulces — se dice a sí misma metiendo una cucharada del helado a su boda y saboreandolo. Me extiende un poco a mí y me lo como igual. — ¿sabías que el helado más vendido es el de vainilla y el de chocolate es el segundo?
— Mi sabor favorito es de chocolate, a todo el mundo le gusta.
— El de vainilla es muchísimo mejor.
— ¡Claro que no! el de vainilla no tiene color, es simple, solamente blanco.
— Y el de chocolate parece popó de vaca frío, tienes que admitirlo.
Ruedo mis ojos ante la argumentación de mi esposa. — El chocolate es mejor que la vainilla. — murmuro después de un rato.
— Por supuesto que no.
— Que sí.
— Que no.
— Que sí.
— Que no.
La callo dándole un beso en los labios sintiendo su sabor a galleta en su labial color cereza. Me separo.
— ¿Sabes? mejor me quedo con el helado de galleta.
Suelto una pequeña risita y entralazo mi mano con la suya mientras ambos miramos el centro comercial intentando perder nuestro tiempo.
[...]
— ¡Amor! ¿has visto mi corbata? — le grito a mi esposa agachado debajo de la cama intentando encontrar el accesorio.
— ¿Hablas de esto? — volteo detrás mío mirando a Alaia con la corbata en sus manos, la lanza — estaba en mi ropa interior, quién sabe cómo habrá llegado ahí. Ah, y limpiala porque está llena de algo blanco, no querrás saber qué.
Hago una mueca y la tiro a la lavandería con asco. Voy a mi cajón y tomo otra corbata empezando a hacer el nudo en mi cuello al frente del espejo. Por último me coloco mi saco y arreglo mi cabello. Hoy es una cena ejecutiva para negocios, y como yo soy socio de Alaia, tengo que ir. Solo lo hago porque sé cómo terminan esas noches cuando firmamos un contrato exitosamente. Harry y Ned también van a ir por ser igual parte fundamental de la empresa. Alaia sale de su armario con un vestido rojo corto de manga larga muy decente y elegante, y como siempre, sus tacones y perfecto cabello que la hace parecer una muñeca, como diría Betty.
— Hay que irnos, vamos tarde— dice jalando mi mano.
Salimos del apartamento rápido. Nos subimos a mi auto. Ustedes de preguntarán por qué siempre salimos en la camioneta, y es que prefiero conducir que Alaia lo haga, es solo una precaución mía que ella no tiene problema en cumplir. Conduzco tranquilamente por las calles sin mucha prisa mientras la chica retoca su maquillaje un poco. Sí, ya saben, le encanta verse perfecta. Llegamos hasta el lugar de la cena y me estaciono, ayudo a bajar a mi esposa y caminamos juntos a la entrada.
— A propósito, hoy te ves más hermosa que nunca — le digo con una sonrisa dándole una vuelta, me da un beso en la mejilla y entramos al restaurante.
Nos acercamos a Ned y a Harry que están en una esquina.
— Chicos ¿por qué no están hablando con algunos socios? recuerden que deben hacer amistades para que todo salga bien. — les habla entre dientes, mi esposa.
— Es que no es un contrato cualquiera, es un contrato con Jorge Gil, el mayor empresario de Rusia. Ese tipo me da miedo. Mide casi dos metros y más.— contesta el rubio
— Por favor, no debe ser tan malo.
Me sobresalto al ver a un hombre demasiado alto, con barba y muy bien vestido al frente de nosotros. Comienza a hablar con Alaia en Ruso, supongo. Obviamente ella entiende. La verdad es que sí, Jorge da miedito. Me aparto un poco con mis amigos.
— ¿Ya vieron la mesa de bocadillos? está llena de dulces carísimos — susurra Ned señalando a la otra esquina
— ¿Enserio? ¡vamos allá!
— ¡Chicos!
Suspiro al ver que mis amigos se van sin prestarme la mínima atención. Los sigo porque la verdad tengo miedo de lo que puedan hacer por estar en un evento tan importante y arruinar el contrato de Alaia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top