𝟬𝟮
"CIERRA LA MENTE Y ABRE EL CORAZÓN"
Días después
NARRA ALAIA
— ¿Hay lo suficiente para construir una nueva en poco tiempo? la necesito antes de la otra semana, el jueves vendrán los supervisores a ver que todo siga bien.— pregunto mirando al ingeniero de sistemas quien tiene una caja gigante al lado donde hay un montón de metal.
— No se preocupe señorita Stark, la tendremos antes del miércoles.
Asiento y él se va para trabajar. Me doy la vuelta para irme. Viernes, viene el fin de semana, día soleado y muchas personas por las calles de la ciudad. Lo típico de los días de Nueva York. La empresa ha tenido muchos avances tecnológicos, cada día hay más ventas y más cosas qué inventar gracias a Peter (como ya saben, él hace casi todos los aparatos) además de que puedo estar con la tranquilidad con que ninguna chica va a querer hacerle algo. Sonaré posesiva pero es que desde lo que sucedió con Olivia tengo los ojos por todas partes. Y hablando de ella, se fue de la empresa, al parecer le dió mucha pena viendo cómo todos la miraban mal y decidió irse. Ahora está terminando sus prácticas en otra parte.
Entro a mi oficina cerrando la puerta detrás mío, voy a mi escritorio y me siento ahí comenzando a ver cosas en mi portátil y firmando más papeles de contratos. Mi teléfono vibra por lo que lo veo un poco viendo un mensaje de mi esposo: "¿Nos vemos en el almuerzo?" le contesto que sí obviamente y dejo el celular después de que me manda un emoji de corazón. Sigo con lo mío durante un rato. Tocan la puerta y entra Betty con una caja, se acerca y la deja a mi frente.
— Te llegó esto. Le pregunté a recepción de quién era y me dijeron que mandaron un mensajero, no tiene nombre— avisa cruzándose de brazos
— Qué raro, no he pedido nada... — susurro frunciendo mi ceño. Tomo la caja acercándola a mí y rompo el plástico para después abrirla.
— Vaya, tendré que conseguirme un novio como Peter.
Río por el comentario de mi amiga, me da gracia ya que sus novios han sido unos completos idiotas. Saco de la caja el ramo de rosas gigante, tomo la pequeña cajita que hay al fondo y la abro encontrando un pequeño postre cubierto de chocolate y almendras que era mi favorito cuando iba a la escuela.
— Ay... Te envidio... Es impresionante que todavía se acuerde de tu postre favorito — confiesa mi mejor amiga
— Sí, él... Es muy atento.
— ¿"Atento"? ningún chico te manda casi todas las semanas un ramo de rosas hermosísimo y muchos regalos, creo que en tu armario o estómago ya no caben tantas cosas de las que él te ha dado.
— Bueno, no es que me guste mucho que gaste dinero en regalos para mí. Con que esté conmigo es suficiente.
— Ay, el amor, el amor~ — canta tomando la caja para darme espacio en el escritorio y yéndose de la oficina dejándome sola de nuevo.
Vuelvo a mi trabajo mientras que me como mi postre que está más delicioso que nunca. La verdad admiro mucho de que Peter se haya acordado de lo que le decía que me gustaba cuando estábamos en la secundaria, es algo que casi nadie hace y me parece muy lindo. Pasa media hora donde se hacen las doce del medio día y decido irme de una vez. Le agradezco al guardia cuando me abre la puerta y salgo al exterior del edificio, iba a subirme a mi auto pero una camioneta se apareció a mi lado.
— ¿Vas para algún lado? — sonrío al ver a Peter en el piloto
Abro la puerta subiéndome, él cierra las ventanas para estar en privado y sin esperar nada me besa fuertemente con muchas ganas, le sigo. Me separo.
— Gracias por el regalo.
— No fue nada. Aunque tuve una duda existencial sobre enviarte margaritas o tulipanes pero recordé que amas las rosas.
Entrelaza su mano con la mía y comienza a conducir para irnos a buscar un lugar para comer. En el camino mi esposo se la pasó hablando sobre que los chicos no dejaron de molestarlo en toda la mañana burlándose de él por la forma en que me tratara y en que me llama (ya saben "bebé", "cariño", etcétera). La verdad se me hace muy tierno que me llame así, pero también siento que lo hace poner algún tipo de autoridad sobre mí. Peter es alguien amable y caballeroso completamente pero puede llegar a ser una persona muy ruda y demandante. Eso me gusta mucho. (Peter el activo y Alaia la pasiva JAJAJAJ, lo siento :'v)
Los dos nos bajamos del auto cuando se estaciona al frente de un restaurante ni muy informal ni tan elegante. Caminamos hasta el interior y buscamos una mesa, y como siempre, él me deja sentarme primero y se sienta a mi lado. Pedimos la comida rápidamente.
— ¿Hoy llegarás a casa temprano? — le pregunto con curiosidad.
— Intentaré, mi jefe se ha vuelto más pesado desde hace un tiempo, al menos pude venir a almorzar contigo.
— Si tienes problemas con él tienes que decirme, odio la forma en que te trata a pesar de que seas mi esposo.
— Cariño, está bien, no es nada — toma mi mano encima de la mesa y la acaricia levemente — pero si te preocupa tanto entonces trataré de hablar con él a petición tuya ¿sí?
Asiento, me da un beso en la mejilla y me abrazo a su brazo mientras él coloca su mano en mi pierna. Nos ponemos a hablar un poco sobre otras cosas para distraernos, ah, y también encontramos a Rihanna almorzando no muy lejos de nosotros. Y Peter, como ama tanto sus canciones, le pidió una foto. Ella me reconoció y nos presentamos.
— Nunca pensé que Rihanna fuese de mi misma estatura, se ve mucho más alta en fotos — opina el chico cuando volvimos a la mesa para dejar a la chica almorzar tranquila.
— Parezco una enana a su lado, apenas le llegué al hombro como a tí...
— Descuida, a mí no me importa tu estatura. Para mí es suficientemente perfecto con que seas una modelo en miniatura.
Bajo mi mirada un poco apenada y él me da un beso en la frente. Pasan unos minutos y la comida por fin llega. Cada vez que comemos nos damos cosas porque me antojo de lo que él pide. Y he de decirlo, Peter come mucha chatarra y no engorda para nada a pesar de que hace ejercicio muy pocas veces. Su metabolismo es muy bueno. Una de las ventajas por haber sido mordido por una araña radioactiva.
Terminamos de almorzar y pagamos los dos, nos vamos del restaurante muy felices por la comida y haber conocido a Rihanna, Betty estará como loca y se arrepentirá de no habernos acompañado. Nos detenemos indicando que hemos llegado.
— ¿Te veo en casa? — pregunta, yo asiento y lo beso como despedida — te amo, bebé.
— Yo también, Pet.
Me bajo de la camioneta y camino al interior de mi edificio para volver al trabajo.
[...]
Beso a Peter lenta y ferozmente acariciando su cabello de rulos, me erizo cuando su mano se mete en mi pantalón ancho de pijama y comienza a tocarme. Hace como dos horas llegamos a casa, estábamos mirando una película mientras pensábamos que vamos a cenar pero como siempre nos desviamos de los temas. Ahora nos estamos besando y tocando sentados en el sofá como si no hubiese un mañana.
Jadeo en su boca sintiendo sus dedos fríos en contacto con mis paredes, ne separo y gimo al aire mientras él besa mi cuello seductoramente. Comienzo a sentir muchísimo calor. Muevo mis caderas apretando los almohadones del sofá dándole a entender que me gusta lo que está haciendo y quiero más. Mi mano va también a su pantalón y comienzo a mover mi mano dentro de su interior.
— Oh, nena... — gruñe aumentando los movimientos de su mano. Me besa de nuevo ahogando nuestros jadeos en la boca del otro.
Seguimos así un rato. Tenemos tiempo sin tocarnos así y ya lo necesitábamos. Escucho que la película sigue. Le dejo una marca en el labio. Echo mi cabeza para atrás cuando acaricia mi clítoris y comienza a embestirme con sus dedos.
— P-Peter, Dio... — muerdo mi labio respirando agitadamente
Me retuerzo un poco en el mueble sintiendo que casi llego a mi límite y muevo más rápido mi mano en su miembro. Él gime y dice cosas en mi oído haciendo que me excite cada vez más. Da dos movimientos más y suspiro cuando acabo, aún así no quita su mano de ahí y me acaricia suavemente por encima de mi ropa interior. Peter gime finalmente cuando se corre igual haciendo manchar mi mano. Me limpio con una toalla y cuando vuelvo al sofá nos besamos nuevamente.
— Carajo, cariño, eres increíble— murmura complacido.
—Tengo que decir lo mismo de tí. — sonrío con picardía y él igual lo hace para después darme otro beso fuerte. Diablos, definitivamente amo mas la parte ruda y brusca de él. — haré lasaña de pollo ¿te parece?
— De acuerdo.
Me levanto, él me da una nalgada y se levanta también apagando la televisión e irse a no sé dónde. Entro a la cocina y antes de todo lavo mis manos. Cocino la pasta y hago la salsa de la proteína con mucha calma. También habló un poco con Pepper por los mensajes preguntándole qué más puedo echarle ya que como saben no soy una completa experta en la cocina al 100%. Este año algunas cosas han cambiado a mejor, no puedo estar más contenta con la vida que llevo ahora y no quiero pedir más nada.
Armo la lasaña en una bandeja muy bien y la meto al horno durante un tiempo. Se ve mucho mejor desde la última vez que la hice gracias a los consejos de mi madrastra. Escucho golpes a lo lejos por lo que decido ir a revisar qué son, entro a la tercera habitación del apartamento su supone que es la de los futuros niños. Me sorprendo al ver a Peter en el techo decorandolo muy bien, también que pegó en la pared algunos dibujos y un medidor de altura de jirafa.
— Oh, ya te iba a llamar — dice al darse cuenta de que estoy ahí mirándolo, se cuelga con ayuda de las telarañas quedando al frente mío de cabeza— ya que pronto tendremos una familia pensé que sería interesante comenzar a a decorar el cuarto poco a poco para el bebé, ¿te gusta?
Veo un dibujo de Iron Man y Spiderman para después subir mi vista dándome cuenta que está pegando stickers de estrellas que brillan en la oscuridad, como los que tenía en mi cuarto cuando era más joven. Miro al chico con curiosidad.
— Es muy lindo, enserio — le sonrío feliz por las cosas que hace.
Él sonríe igual, me acerco un poco y le doy un beso. Algo extraño ya que literalmente está de cabeza.
Debo admitirlo, ya quiero que tengamos hijos, sería un gran padre en todos los sentidos.
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