𝟬𝟬𝟱 | mystery of the wind
「𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟎𝟓」
❛misterios del viento❜
...first season...
La castaña logró visualizar unos pequeños rayos de sol que se colaban por entre la apertura de su Ataúd.
Debía admitir que su cabeza le molestaba un poco, había pasado las últimas horas sobre pensando la discusión que tuvo con su familia.
Era un poco molesto no dormir durante la noche, pero lograba entrar en una especie de trance para descansar lo necesario.
Edén pretendía olvidar la incómoda situación de la noche anterior, a excepción de la plática con su padre.
El siempre lograba hacerla sentir mejor...
Tras bajar a tomar el desayuno, toda su familia guardo completo silencio, dedicándole pequeñas miradas que reflejaban algo de pena, amor y curiosidad.
Son muy malos disimulando, pensó Edén, mientras se mostraba con naturalidad.
Al no notar alguna reacción diferente por parte de ella, decidieron hacer lo mismo y actuar de manera normal.
── ¿Que tal tu noche, querida? ── Cuestiono Maria mirando a su nieta mientras llevaba un trozo de vampitostada a su boca.
── Lo mismo de siempre desde que soy vampira, horrible ── Respondió sin pensarlo con la mirada puesta en su plato.
Su voz se notaba un tanto hostil.
Un silencio inundo el comedor gracias a su comentario. Edén no pudo evitar sentir pena por eso.
── Solo es cuestion de acostumbrarme... ── Agrego con un tono de voz mas agradable, lo cual hizo sonreír a su padre ── El desayuno esta delicioso, gracias mamá.
Al momento de decir eso le lanzo una mirada a Ana acompañada de una sonrisa, ella se lo devolvió sin pensarlo.
Desde anoche, ambos padres tenían un hueco en el corazón al pensar en las palabras de su hija... pero al verla sonreír de nuevo aquella sensación desapareció.
Después de todo, y aun con mil dudas en la cabeza.
Ana McLaren seguía siendo su madre y lo sería por toda la eternidad.
Charlaron un poco más sin mencionar nada de lo ocurrido. Hasta parecían una familia normal pasando la mañana.
Vicente por su parte molestaba a la castaña debajo de la mesa dándole pequeñas patadas, ella no se quedaba atrás ya que se las devolvía con un poco más de fuerza.
── Ya no más ── Regaño su madre viendo a ambos con seriedad ── Drácula dame paciencia.
Ellos solo se lanzaron una mirada molesta y regresaron a sus platos. Daisy no soportó más y soltó una risita.
Era de esperarse que le agradara cuando regañaban a sus hermanos y no a ella.
Al terminar el desayuno las hermanas tomaron sus cosas para dirigirse a la casa de su amiga Lucia.
Edén no estaba tan convencida, pero siempre terminaba cediendo ante las peticiones de su hermana.
Tenía un plan para poder asistir a la obra de teatro evadiendo el vampiayuno.
La castaña sabia que era mala idea pero de igual manera quiso ser parte de eso para ver en primera fila que todo saliera mal.
Mientras caminaban por la cuadra, Edén le comentó a Daisy que no puede ir a la obra por el temor que sentía de no poder controlarse.
── Tienes que ir a verme, nadie de la familia ira ── Arrojó la chica un poco alterada.
── No quiero morder a alguien por accidente ── Alegó Edén con un tono de sensatez.
── Por favor...── Rogó como ultimó intento de convencer a la castaña ── Cuando te veo en el público mis nervios desaparecen.
Edén solo soltó un suspiro de rendición ante la petición de su molesta hermana.
── Quiero que quede claro que si algo pasa, sera tu culpa ── Le apuntó mientras la miraba con el seño fruncido.
Daisy solo sonrió con victoria y continúo siguiendo a su hermana.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
Al doblar la esquina ya se encontraban en la entrada de la casa de Lucia. Su madre les abrió la puerta amablemente dejándolas entrar.
Edén no pudo evitar contraer unas inmensas ganas de vomitar tras oler lo que la señora estaba cocinando.
No era que fuera malo ni mucho menos, solo que tras convertirse en vampiro le agarro gran repulsión a toda la comida mortal.
Una verdadera tortura considerando que su hermano aun comía todo eso...
Al llegar a la habitación de su amiga las saludo con mucho entusiasmo y las hermanas le explicaron el problema.
Lucia rápidamente hizo una expresión de sorpresa como si mágicamente una asombrosa idea hubiera invadido su cabeza.
Se dirigió hacia su librero para sacar un enorme libro con apariencia antigua que tenia como titulo, "Vampirecetas"
── Miren, me lo compro mi abuela ── Dijo la joven enseñando en inmenso artefacto con una sonrisa curiosa.
Ambas chicas la miraron extrañadas.
── ¿Porque no me sorprende que tengas algo como eso? ── Comentó Edén con sarcasmo y una pequeña sonrisa ── Me impresionas. De casualidad, ¿no tendras algo que explique los poderes múltiples?
── ¿Poderes múltiples? ── Cuestiono Lucía sin entender nada. Volteo a ver a Daisy en busca de una respuesta más clara.
── Tuvo un pequeño accidente ayer en el colegio y piensa que fue su culpa, algo con relación a una corriente de aire... yo estuve ahí y no fue para tanto, solo exagera ── Dijo Daisy sin tomarle mucha importancia.
Edén rodó los ojos con fastidio, ella sabía muy en el fondo que era algo más que una simple coincidencia.
── Solo estas celosa porque tu aun no puedes controlar tu poder ── Menciono Edén con un tono de burla.
── Eres una.... ── Daisy no logro terminar su frase porque fue interrumpida por Lucia.
── Ya chicas, tenemos trabajo que hacer ── Ordenó.
Decidieron dejar de un lado aquel tema para centrarse en lo "importante" por el momento.
── Es fantabuloso, les va a encantar ── Afirmó Lucía refiriendose al libro mientras lo colocaba encima de su escritorio.
Tomo asiento para comenzar a ojear el libro más cómodamente y encontrar algo que les fuera de ayuda.
Daisy se paro a un lado de su amiga para apreciar el libro mas de cerca, mientras que Edén se limitó solo a mirar desde la distancia.
── A ver, que tenemos aquí ── Balbuceo Lucía en voz baja a la par que deslizaba su dedo índice sobre las hojas color café del libro.
Su cara se iluminó al pasar de página y encontrar algo peculiar.
── Por ejemplo tenemos, la receta para broncearse sin morir en el intento ── Señaló renglón ── Increíble ¿no? ── Soltó sorprendida captando la atención de la castaña
── Buenísimo ── Exclamó Daisy entusiasmada.
── Hay una receta para darle besos en el cuello a los niños de 4 años sin ser tentados, me encanta ── Continuo Lucia asombrando a las hermanas.
Leyeron unas cuantas páginas más dándose cuenta de la gran variedad de recetas que había, incluyendo algunas un tanto absurdas.
── Debo admitir que es asombroso ── Hablo Edén con una pizca de amabilidad.
── Esto es mi gran tesoro ── Agregó su amiga viéndolas de manera efusiva.
Mientras recorrían las páginas del antiguo libro una hoja logro desprenderse llamando la atención de Eden, quien la recogió
── ¿Qué es eso? & Dijo tomando el papel ── Doctora Nuts, creadora de la Vampivacuna... para desvampirizar por unas horas ── Su voz se torno pensativa al momento de leer.
Daisy se quedó pensando un momento mientras escuchaba las palabras de su hermana.
── ¡Claro ya recorde quien es! Odia a nuestro padre porque la receta de el si se vendió por todo el mundo vampiro y la de ella no ── Dijo Daisy lanzándole una mirada a su hermana.
── ¿Es como la competencia de Ulises? ── Pregunto Lucia algo confundida.
Ambas asintieron con la cabeza y fruncieron los labios.
── Se me acaba de ocurrir algo ── Soltó Edén con un tono de malicia ── Deberíamos visitar a la doctora, tal vez ella nos podria ayudar con tu problema... ── Miró a su hermana.
── Pero, pero, pero no pueden decirle que son hijas de Ulises O'bryan ── Agregó Lucía arqueando una ceja.
La hermanas sonrieron y se miraron entre sí con complicidad.
Tal vez algunas veces no logre llevarse de la mejor manera, pero siempre seran complices la una de la otra, en lo bueno y en lo malo...
De eso se trata la hermandad. Y más cuando se trata de las O'bryan.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
Terminando la conversación las hermanas se fueron volando... literalmente, al mundo vampiro en busca de aquella mujer.
Edén se maldecía internamente cada que chocaba con algunos árboles, aun no era muy buena al momento de volar pero trataba de acostumbrarse.
De vez en cuando tomaba la mano de Daisy para poder mantener el equilibrio, debía admitir que ella era mejor al momento de volar.
Mientras todo eso pasaba, cierto niño rubio de nombre vicente comenzaba a chatear y entablar una amistad con una tierna vampiresa de nombre julieta tras robarle la Vampi-computadora a sus hermanas... sin saber que era hermana de los Vladimoff.
Algunas veces el universo, Dios, Drácula o lo que sea que maneje la vida, suele actuar de maneras muy misteriosas.
Al momento de que las O'bryan llegaron al consultorio de la doctora, si es que se le podia llamar de esa forma. Vieron toda clase de objetos extraños, líquidos burbujeantes, tétricas decoraciones, todo acorde a la vida vampira.
Se quedaron curioseando unos segundos en lo que esperaban a que apareciera la Mujer. Todo era sombrío y tenebroso, con un peculiar olor a viejo.
Se sobresaltaron al sentir la presencia de la doctora, la cual estaba a espaldas de ellas esperando a que le prestaran atencion.
── Doctora Nuts ── Saludo Edén sin mucho ánimo ── Nosotras...
── Nosotras venimos porque nos enteramos de que usted tiene una vacuna para desvampirisarse por unas horas ── Interrumpió Daisy con un impulso de adrenalina.
Edén solo le hace mala cara por la interrupción, pero agradeció ya que aquella mujer parecia muy poco agradable.
── En realidad, niñas ── Las miró con desdén de pies a cabeza ── Cada organismo es diferente y reacciona distinto, deben preparar su propia vacuna ── Arqueo una ceja.
Ambas chicas se voltearon a ver con duda, no entendían muy bien a qué se refería.
Edén no pudo evitar distraerse al mirar un frasco del cual emanaba humo de distintas tonalidades. Un escalofrio la recorrio, deseaba salir de ahí de inmediato.
── Les explico ── Dijo la Doctora extendiendo un pergamino el cual Daisy tomo ── De los ingredientes que ven ahi, deben encontrar por lo menos 3.
Daisy abrió el papel y al momento de leerlo su cara se torno con una expresión asqueada y trago saliva con dificultad.
── Tienen que ser los ingredientes que mas impresion les de, el que más irritante les resulte, ese es el que mayor resultado va a dar.
Daisy volteo a ver a su hermana sin cambiar su semblante.
Edén logro leer de reojo el contenido del pergamino y soltó una risa corta haciendo que la Doctora se molestara.
── Ni de loca te voy a ayudar en esto y mucho menos probarlo ── Se precipitó a decir.
La menor de las O'bryan rodó los ojos al escuchar eso. Nuts paso a ignorarlas por completo mientras preparaba una poción...
Al terminar de escuchar todas las indicaciones y la preparación de dichos ingredientes, las hermanas regresaron de inmediato al mundo mortal.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
Al cruzar la ventada de la habitación de Daisy, cayeron ambas al suelo provocando un gran estruendo.
Los aterrizajes no eran lo suyo.
Edén se levantó de inmediato al sentir la presencia de alguien mas en el cuarto. Se trataba de Lucía quien jugaba alegremente con el Ataúd rosado de Daisy.
Deseaba tanto ser una vampira, pero no tomaba en cuenta las consecuencias y todo lo que conllevaba eso.
Realmente no estaba consciente, ni siquiera las mismas hermanas lo estaban...
── Un gusto verte siempre Barragán y mas cuando fuiste invitada... ── Comentó sarcásticamente Edén al mismo tiempo que se quitaba unas ramas del cabello.
Su amiga odiaba que la llamaran por su apellido, por eso la castaña trataba de hacerlo cada vez que estaba enojada con el universo.
Cuando trato de voltear a verse al espejo de su hermana, recordó que no podia reflejarse y solto un bufido.
── Carajo ── Balbuceo.
── ¡Ey! Cuida tu boca ── Regaño su hermana viéndola con el ceño fruncido.
── ¿Ahora que le pasa? ── Cuestiono Lucía mientras bajaba del ataúd y se acercaba a las hermanas.
── Está enojada porque es pésima voladora ── Dijo Daisy con un tono burlesco.
── ¡Ay! lo que yo daría por poder volar ── Comentó la amiga con un puchero.
La castaña solo la miro con enojo y un poco de pena, pero se abstuvo de soltar algún comentario hiriente.
Ante los ojos de los mortales, ser vampiro debe parecer una maravilla... pero no tenían ni idea de lo que realmente es.
Despues de platicar toda su experiencia con la doctora malhumorada. Lucia se recosto en el ataúd nuevamente mientras las hermanas analizaba una y otra vez la receta de la Vampi vacuna.
── Estoy convencida que entre mas leo los ingredientes, mas asquerosos son ── Dijo Edén llevándose una mano a la boca.
Al parecer su humor había mejorado notablemente.
Hasta parecia considerar la idea de ayudar a su hermanita con la recolección de los ingredientes.
── ¡Esto me encanta, me encanta! ── Hablo su amiga emocionada observando todo el ataud ── Es lo maximo.
── Lucia mira esto, escucha... ── Leyó Daisy sin muchos ánimos ── Uno, mocos de un varón pecoso de entre trece y quince años, dos, tres lágrimas de tu peor enemiga.
── Bueno esa podría la tonta de Marilyn ── Sugirió Edén con un poco de entusiasmo de ver a la rubia llorar.
Lucia y Daisy ladearon la cabeza en señal de darle la razón, también con una media sonrisa.
── Tres, sudor de una mujer adulta de mal carácter ── A la par en la que leía, ambas hermanas hicieron un gesto de náuseas.
iugh, se escuchó al unísono. Edén se levo su dedo índice y pulgar al puente de la nariz...
Esto seria muy dificil, pero aunque no le gustara y se negara rotundamente. Una parte de ella la convencía de ayudar a su hermana.
Solo Drácula era consciente de que Edén haría lo que fuera por sus hermanos.
── Esa podría ser mi abuela, es insoportable y si funcionara ── Propuso Lucia sacando a la castaña de sus pensamientos.
Ella continuaba moviéndose de un lado a otro en el ataúd escuchando con total atención a la hermanas.
── Cuatro, sarro de dientes de un adolescente con coeficiente intelectual elevado ── Daisy llevo su mano a la mandíbula de manera pensativa ── Cinco, el grano de un deportista... ¡Ay no!
── Esto no podría ser peor ── Exclamo la castaña sin mucha motivación de seguir escuchando las opciones ── Si quieres que te ayude con esto, me deberás un favor muy grande.
Daisy dejo la lista en la mesa de noche bruscamente e hizo cara de rendición con aires de tristeza.
── No, no puedo, de verdad no puedo ── Se quejo la chica con un tono desesperado ── Yo creo que lo mejor sea que vayamos al Vampi-Ayuno y no vuelva al musical.
Su voz sonaba aguda y con intenciones de darse por vencida.
── Ya perdí a Max, no pasara nada si no vuelvo al colegio ── Su expresión de volvió apagada y sin emoción.
── Enserio que tu eres la reina del drama ── Dijo Edén torciendo los ojos y cruzándose de brazos ── Los O'bryan no nos rendimos y no voy a permitir que lo hagas ── Menciono relajando su gesto para parecer mas amable.
Daisy sonrió sinceramente, no era muy común que su hermana no arruinara el momento con algún comentario sarcástico.
O al menos eso esperaba.
── Claro no voy a permitir que eso me convierta en la hermana de una perdedora... ── Completo la frase haciendo que la sonrisa de su hermana se tornaba en una de fastidio.
Lucia igual le lanzó una mirada de desaprobación pero le dio por su lado.
Al final ambas sabían que solo era Edén siendo Edén.
── No de la mejor manera, pero Edén tiene razón, no puedes darte por vencida ── Dijo tratando de convencerla ── Vamos a ayudarte a conseguir todos esos ingredientes, vas a estar en el musical e iremos a apoyarte...
El tono de voz de lucía se tornaba cada vez mas cálido haciendo que Daisy pensara mejor en su decisión.
Y haciendo que la castaña se abrumara con tanta ternura.
A pesar de haber crecido en una familia altamente cariñosa a ella no se le daba del tono, algo dentro de ella lo impedía...
Como si cada movimiento fuera planeado o aún peor controlado.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
A la mañana siguiente, en cuanto la alarma de los O'bryan sono. Daisy y Edén salieron de su casa a toda prisa. Tenían mucho por hacer y por planear.
No podían darse el lujo de retrasarse un segundo en conseguir los ingredientes, ya que sin esa vacuna podrían descubrir su verdadera naturaleza.
Y todos saben que las personas no suelen actuar de la mejor manera con aquello que es diferente.
Llegaron directo al teatro del colegio para el ensayo general. Edén odiaba ir a eso, pero debía obtener punto extra ayudando con la utilería.
Se encontraron con lucia en la entrada esperandolas con impaciencia.
Al entrar la maestra Pavlova ya se encontraba gritándole a los demás estudiantes.
── Debemos ser cuidadosas, no esta del mejor humor ── Afirmo viendo de reojo a la mujer.
Aprovecharon que todos se encontraban calentando y acomodando sus cosas para iniciar con el posible desorden que resultaría eso.
Lucia sacó una libreta de su mochila en la cual tenía apuntado los ingredientes que necesitaban, los que más irritaban a Daisy. Y la mejor forma de conseguir cada uno.
── Punto número uno.... ── Inicio Lucia redactando todo.
Edén solo se rió al imaginar la escena y la forma de conseguir el primer ingrediente; el favorito de la castaña.
── Yo no quiero nada de ella, ¡Nada! ── Puntualizó Daisy al borde de la histeria mientras observaba a Marilyn de lejos.
── La doctora Nuts dijo que si te irritaba muchisisisimo, es mejor, así que perfecto ── Argumento Lucia viendo a su amiga con cara de terquedad.
── Piensa en lo bien que te vas a sentir cuando la veas llorar, a mi me pone feliz verle triste ── Dijo Edén como si nada con una pequeña sonrisa.
Ambas chicas solo la miraron mal ante ese comentario. Realmente no les sorprendía, ella solia ser muy sombría y mas cuando se trataba de las personas que no eran de su agrado.
Las cosas eran sencillas, si se metían con su hermana, se metían con ella.
── Si tienes un poco de razón ── Soltó Daisy finalmente de manera despreocupada. ── Pero... preferiría la saliva de un enamorado ── Dijo tras lanzarle una mirada fugaz a Max.
── A ver, concentrate, eso no está en la lista ── Hablo Lucia sacándola de su trance.
Edén volteo a ver en la dirección que veía su hermana y logro visualizar a Max, aunque a un lado de el se encontraba Alejandro, el mejor amigo.
El se percato de que lo veía y le guiño el ojo de manera coqueta, a lo cual ella reacciono con una mueca de falso enfado, no podia permitirse perder la compostura y menos con alguien como el.
De la nada, fueron interrumpidas por el sonido de unos estornudos provenientes del escenario.
Como anillo al dedo.
Tanto a Edén como a Lucía les llegó una idea totalmente asquerosa gracias a ese ruido.
── ¡Los mocos!, perfecto ── Miro su libreta para retomar la lista de lo que faltaba ── La lagrimas de tu enemiga y los mocos, solo nos estaría faltando la pus de un grano. Dudo que sea difícil de conseguir ── Divago viendo a su alrededor.
Edén solo continuaba viendo al chico con un poco de repulsión mientras este seguía estornudado.
Volteo a ver a su hermana haciéndole una seña con la cabeza de que fuera.
── Creo que es hora de empezar ── Informó armándose de valor.
Un Si salió de la boca de Daisy y Lucía al mismo tiempo. Las tres chicas tomar aire para de alguna forma armarse de valor.
── ¡Amigo! ¡Amigo ven! ── Gritó la chica llamando la atención del joven enfermo ── ¿Quiere un pañuelo? ── Ofreció Edén tratando soportar las ganas de retractarse.
Sonrió falsamente mientras el joven tomaba el papel con una mueca de agradecimiento, con el sonó su nariz fuertemente.
Alejandro al ver aquella acción tan "generosa" por parte de Edén no pudo evitar prestar más atención, arqueando una ceja curioso.
Debían estar tramando algo, no era normal tanta amabilidad por parte de la castaña...
Ella guío su mirada hacia él de manera retadora, en señal de que no se entrometiera donde no lo llamaban, para su suerte, entendió el mensaje y se centró en sus asuntos.
Muchos solían decir que Edén O'bryan tenía una mirada pesada, como si pudiera saber todos tus pecados con solo verte un par de segundos.
Pocos eran los que se atrevían a confirmar esto...
El joven terminó de sonarse la nariz dejando en el una consistencia pegajosa y verdosa. Tomo el papel y lo tiro en el bote de basura mas cercano.
En ese momento Edén creyó que era adecuado para "confirmar" su nuevo poder.
Posiciono una de sus manos en dirección al papel sin parecer sospechosa y sin intenciones de que su hermana o Lucia se dieran cuenta.
Se concentró arrugando un poco la frente. Realizó un movimiento de muñeca leve.
Por favor, por favor... Pidió.
De repente, una ligera brisa de aire salió de la nada chocando contra el bote haciendo que se volteara y tirara todo su contenido.
La castaña se sobresaltó ¿Ella lo había provocado? ¿O era otra casualidad?. No era posible que tuviera dos poderes: el del agua y el del aire.
── ¡Genial! Ahora debemos buscarlo entre la basura ── Se quejó Lucía mientras se colocaba un guante para comenzar a hurgar.
Después de unos segundos, encontró el papel cubierto de mocos y lo metió dentro de una bolsa de plástico sellándola.
── Uno menos... ── Contó Daisy ── ¿Que te pasa? ¿Estas bien? ── Cuestiono tras ver la cara sorprendida de su hermana.
── Si, perfecta ── Masculló de manera seria tratando de disimular.
No quería arriesgarse a contarle lo que acababa de pasar, aun no estaba segura de nada y sabia de antemano que nadie le creería.
Y aunque lo hicieran, seria muy extraño que tuviera mas de un poder y no deseaba ir ante el consejo de los vampiros.
Han pasado tantas cosas en su vida en tan poco tiempo, las preguntas se acumulan y obtiene pocas respuestas y aunque adore a su hermana, hay cosas que es mejor guardarse para ella.
Primero su vampirismo misterioso y ahora sus múltiples poderes. Tenía un cosquilleo parecido a una corazonada, pero no sabia identificar si era bueno o malo y eso le aterraba más.
El detalle es que Edén era difícil de asombrar y sobre todo de asustar.
── • ꒰ ꕤ⚘ ꒱ ‧₊˚
Al otro lado del colegio, se encontraban vagando por los pasillos los hermanos Vladimoff.
Hace tanto tiempo que no iban a la escuela y sobre todo no estaban acostumbrados a estar rodeados de tantos mortales.
Lamont volteaba en todas direcciones, se le hacía increíble la cantidad de color que había y como los mortales se comportaban.
Los hermanos habían tenido la grandiosa idea de integrarse a la misma escuela que las hermanas. Su intención era pasar el mayor tiempo posible cerca de ellas.
Como si no bastara la escuela vampira.
El primer intento resulto todo un desastre gracias a su falta de experiencia tratando con mortales y sobre todo mintiendo para lograr encajar.
No era tan sencillo llegar y decirle al director que tenia 200 años pero parecia de 17 y deseaba estudiar nuevamente solo por una chica...
Mirco el cual era el mas impulsivo habia tenido una idea poco ortodoxa para lograr entrar si o si al colegio.
Ambos hermanos se encontraban afuera de la oficina del director observándolo por una de las aperturas de la puerta.
── Es un pésimo plan ── Susurro Lamont viendo a su hermano.
── Tal vez, pero es la única forma de entrar al colegio, ¿O a caso no quieres conquistar a Edén? ── Cuestiono Mirco con un tono irónico.
── Si, pero si el consejo se entera... ── Dijo, pero no alcanzo a terminar ya que su hermano había soltado un suspiro de fastidio.
── Hemos usado nuestros poderes por siglos, no pasa nada ── Trato de tranquilizar con un tono poco convincente.
El mayor de los hermanos observó detenidamente al director, el cual parecía estar distraído redactando un correo en su computadora.
Era ahora o nunca. Debían aprovechar esa pequeña oportunidad.
── Aunque el sol brille y aunque la luz exista, tu no la veras mas porque no tendrás más vista ── Recito Mirco cerrando y abriendo la mano en dirección al hombre.
El joven vampiro poseía el poder de manipular los sentidos en las demás personas. Fueran mortales y vampiros, causándole una gran diversión.
El directo se paro rápidamente de su asiento un poco desesperado por su falta de visión. Se repitió a su mismo que guardara la compostura mientras se colocaba unas gotas en los ojos.
── Debe ser el uso excesivo de la computadora ── Se dijo mientras respiraba profundamente.
Intento tomar asiento de nuevo pero tras no ver por donde iba se tropezó causando un fuerte ruido acompañado de quejidos.
Lamont entro rápidamente a la oficina para brindarle la ayuda necesaria. Lo sostuvo del brazo y lo enderezo.
── ¿Quien eres?¿Quien anda ahí? ── Preguntó el hombre desorbitado.
El muchacho trato de hacer el menor ruido posible mientras regresaba a lado de Mirco, el cual entraba a la oficina discretamente.
El director arrugó la nariz y olfateaba provocando que su cara se tornara desagradable.
── Huele como a viejo, a ataúd ── Susurro moviendo la mano con intenciones de espantar el olor.
Lamont se contuvo de decir algo, pero en su cara de reflejaba una gran indignación por eso, se miró a si mismo y olfateo su ropa captando ese mismo olor.
Debo cambiar de desodorante.
── El olor de la flor y el aroma del desecho, tu nariz no percibe mas y esto ya es un hecho ── Volvió a recitar Mirco haciendo el mismo movimiento.
El director del colegio se encontraba aturdido frente a su escritorio sin poder ver ni oler nada.
En el fondo, eso le causaba un poco de risa a los jóvenes vampiros. Pero debían mantener la seriedad para lograr su cometido.
Lamon se acercó a la puerta y dio unos golpes.
── Adelante ── Indicó el director.
── Hola Señor, ¿Como está? Somos Mirco y Lamont ── Anunciaron los chicos.
── Ah, son ustedes jóvenes Vladimoff ── Arque una ceja con un notable disgusto.
── Si, se acuerda que la última vez que nos vimos nos dijo que teníamos que venir con nuestros padres ── Se apresuró a decir Mirco ── Bueno en estos momentos traje a mi papá ── Soltó.
Lamont frunció el ceño viendo a su hermano y haciendo una seña preocupado por la mentira.
── Me parece excelente que haya traído a su progenitor ── Dijo el director tentando a ciegas el escritorio ── Mucho gusto señor.. señor... ── Extendió su mano en busca de un apretón.
── Mucho gusto yo soy.... Lamont, ¡Papá! ── Dijo el menor de los hermanos actuando una voz grave y estrechando la mano del hombre ── Y mi hijo es Lamont junior y bueno, Mirco. Déjeme decirles que ambos son unos muy buenos estudiantes.
Mirco hizo un movimiento con las manos de que siguiera actuando de esa forma, ya que parecia que el directo estaba creyendo toda la mentira.
── ¿Le parece? Pues a mi me parecieron un poco irrespetuosos ── Dijo el director con voz acusatoria.
── Debe entenderlos, estaban nerviosos ── Continuo Lamont con el papel ── Usted sabe que a estas alturas a los muchachos les hes muy dificil entrar a un colegio nuevo.
── Si papá claro, sobre todo desde que mi mamá se fue... ── Agregó Mirco con una voz melancólica.
Lamont hizo un gesto de confusión hacia su hermano dándole un golpecito en el brazo. Estaba dándole mas dramatismo del necesario.
── ¿Se fue? ¿Y a donde? ── Cuestiono Lamont con la misma voz gruesa.
── ¡Ay papá! ¿no recuerdas? Eso fue hace 15 años, ella dijo que iba a ir a comprar algo y nunca volvió, tienes que superarlo, tienes que superarlo... ── Dijo Mirco fingiendo una voz dolida.
── No creo que sea necesario dar tantos detalles hermano ── Reprendió Lamont con su voz natural.
Ese maldito lleva las cosas al extremo, Pensó Lamont negando con la cabeza.
Por un momento ambos olvidaron lo que estaban haciendo y siguieron actuando su pequeño show dramático, no fue hasta que el director volvió a hablar que aterrizaron de nuevo en la realidad.
── Típico caso de abandono familiar ── Murmuró mientras negaba con la cabeza ── Es sabido que esos casos provocan un traumatismo en la mente de los jóvenes.
── Si claro, es terrible y para ellos fue muy duro, sobre todo para Mirco ── Informó Lamont regresando de nuevo al papel.
── ¿Para mi? Para Lamont fue más duro papá ── Declaró tratando de defenderse.
Su hermano le lanzó una mirada agresiva y fastidiada, apretó un poco el puño para tratar de contenerse. No se podia arriesgar a arruinar la única oportunidad que tenía de entrar al colegio.
Y sobre todo de estar con Edén.
── Entonces, ¿Podremos hacer la matrícula? ¿Que dice? ── Cuestionó el joven con la voz gruesa y con un tono de insinuación.
── Bueno, no creo que haya ningún problema ── Accedió finalmente el hombre.
Cuando estaba apunto de darle las indicaciones a seguir. Se abrió la puerta de la oficina bruscamente dejando ver a la profesora de teatro. Pavlova.
── Señor director ¿Podríamos hablar sobre los detalles de la función de teatro? ── Dijo la mujer con su peculiar acento.
Era una mujer muy rígida, que no le importaba nada interrumpir de esa manera.
── ¡Profesora Pavlova! Que gusto verla ── Dijo el Director con entusiasmo.
── Claro, como si pudiera verla ── Susurro Mirco sacándole una sonrisa discreta a su hermano.
── Permítame le presentó a Mirco, Lamont y Lamont papá ── Anuncio apuntando hacia la nada.
Ambos jóvenes apretaron los ojos con frustración. Sabían que estaban apunto de ser descubiertos.
── Señor director, yo no veo a nadie más que a los muchachos. No hay nadie más ── Comentó la mujer.
Lamont y Mirco se voltearon a ver como si pudieran transmitirse el pensamiento. No podían, pero pensaron lo mismo. Debían Salir huyendo de ahí.
── ¿Como así? ── Gruño el director, su cara reflejo un gran enojo ── Muchachos, se estan aprovechando de mi ceguera temporal. ¡Vengan acá! ── Gritó mientras trataba de caminar hacia ellos.
Pero falló, ya que se tropezaba con cada cosa en el camino.
Los hermanos caminaron despacio hacia la puerta mientras tensaban el gesto imaginándose el dolor de los golpes.
── ¡Fuera! ¡No regresen! ¡No los quiero volver a ver aquí! ── Grito el directo.
Ambos lograron salir corriendo de la dirección aguantando la risa. Pese a que el plan no había funcionado, fue gracioso ver la cara de molestia del director.
Pronto se les ocurriría otra manera de acercarse a las hermanas O'bryan.
Nada los detendría. Incluso si les tomara toda la eternidad.
──────── AUTHOR'S NOTE 🦇
Hola, ¿como anda la banda? Espero que de lo mejor. Les dejo este nuevo capítulo. Espero les gusteee no olviden dejarme su opinión en comentarios y su voto. Me importa mucho saber que les gusta la historia ❤️
Lamento tardar en actualizar, pero no abandonare la historia me esfuerzo para traerles lo mejor. Tqm.
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