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Cerró los ojos con mucha fuerza, hasta viajar le daba miedo, porque de todo un poco podría suceder con tan solo que ella se encuentre presente. Empero, no había pasado nada como eso, en ninguna de las horas viajando hasta la ciudad de Seúl, además de que Moon Bin estuvo con ella en todo el viaje para que no sienta que algo mal podría pasar en el trayecto. Cuando pasaron la ciudad de Seúl la mujercita sintió nerviosismo, ya que en pocos minutos vería a su hermana mayor y a quien más respeto le tenía.

Después de pasar por el pasillo y hacer todo el papeleo de entrada a la ciudad, los tres se fueron para buscar sus maletas.

Bin se tuvo que ir del otro lado, le han dicho que la maleta de su tía saldría de ese lado y el de su hermana justamente en donde habían salido. Min Young se sintió nerviosa en que la dejarán sola en ese sitio, pero fingió que todo estaba bien y que él podría ir con su tía a buscar sus maletas. A lo cual en que pasaban los minutos se ponía más estresada, porque no venía más, por demás de que era sencillo de descifrar sus dos valijas, Min Young no pensaba que alguien más podría confundirse debido a que nadie podría tener una maleta con pins de gatitos y su otra valija completamente decorada de hojas de cómics.

— Al fin.

Comentó echando un suspiro de alivio. A lo que dio una zancada agarrando su primera maleta y detrás de ella llegó su segunda valija, por eso mismo estiró su mano, tomándola en sus delicadas manos.

Simplemente que otras manos fueron a la misma maleta que las de ella, confundida por eso levantó sus ojos a la persona que ha tomado su pertenencia.

— Se confundió de maleta, agasshi.

— Oh, no. Pienso que tú te has confundido de maleta, chica. —sonrió estirando de la maleta para ella misma. Haciendo que Moon Min Young dé un paso para adelante bruscamente.— Por favor, suelte.

— Es mí maleta, agasshi.

— Créeme que no me estoy confundiendo, sé muy bien cuál es la maleta de mi jefe. Así que ya suéltalo.

— ¡Pero es mío!

La pelinegra no soportó más el encuentro embarazoso que estaba teniendo con la chica que estaba dispuesta en pelear con ella por esa valija. Por demás de que algunas personas las estaban viendo con un rostro juzgador que te hacía sentir mal, pero de la vergüenza que estaban sintiendo.

— ¡Ya le dije que no!

— ¡Pero es mío! ¡Insisto!

— ¡Ese es tuyo, mira! —exclamó apuntando una maleta que venía por el mismo conducto eléctrico. Sin embargo, la castaña estaba muy segura que ese no era su maleta. No era tonta, sabía muy bien cómo lucía sus cosas.— ¡Ya! Por favor, tengo apuro.

— Ese no es mi valij...

— ¿Min Young, qué está pasando?

— ¿Hija, esa no es tu maleta?

— No, ahjumma, esa es su maleta. Es mejor que lo tome ahora, no querrás que se acumule con el resto de las maletas. ¿Verdad?

— Es verdad.

— Esta es mi maleta, Bin.

— Emh...

— ¡Esta es mía, Dios!

Gritó molesta. Acto seguido la mujer vuelve a hacer fuerza para que tenga la valija para ella sola y así poder marcharse, en cambio, la mujer no lo iba a dejar así nomás al tema a lo que dio una zancada, solamente que su hermano se puso frente a ella, impidiendo que siga a la mujer mayor.

Moon Bin le aseguró que se llevaran la otra maleta, que seguramente que Min Young se había confundido, a la menor no le quedó de otra que aceptar lo que su hermano le decía. Así que se llevaron esa valija y así se encaminaron hasta la salida del aeropuerto, justamente en ese mismo instante la chica de ojos oscuros puede ver a la misma mujer de hace unos segundos atrás.

Pero no pudo hacer nada, ya que se había subido a una camioneta negra, para ello irse lejos del aeropuerto.

Ella sintió la mano de Bin en su brazo, a lo que decidió no perderse por el camino, siguiendo a su hermano hasta el vehículo que usarían para poder ir a la casa en donde se estarían quedando desde ahora en más. En el trayecto la mujer de ojos negros, se dedicó en mirar la ciudad, le parecía sorprendente que hayan muchos edificios y locales, de ropa como de comida, eso le sorprendía, no estaba acostumbrada a ver tantos lugares en un mismo sitio.

Luego de 40 minutos de viaje acabaron por llegar a un barrio muy prestigiado, algo que le sorprendió a las dos mujeres que estaban en el auto de Moon Bin. Min Young se asombró todavía más al ver como la puerta principal de la casa se abría dejando ver a una chica que ella conocía a la perfección, por eso decidió abrir la puerta de atrás, en donde ella estaba sentada, que cuando abandonó el carro gris se llevó la sorpresa de ver a la mujer que conocía desde que eran unos simples niños de 6 años de edad.

Ella estaba más cambiada, con obviedad, han pasado muchos años desde que no se veían, ahora ella tenía el cabello corto un color negro, se volvió más sonriente y era demasiado alta para su gusto.

— Younnie.

— Ha Ram, ha pasado mucho.

— Demasiado tiempo. —dijo con esa misma sonrisa que había tenido desde que supo que su antigüo amor de la infancia llegaría a la ciudad de Seúl a vivir con ellos.— Has crecido mucho.

— No te ilusiones, Ha Rammie.

— Mi sobrina no volverá a caer, eh.

— Por favor, ya dejen de decir esas cosas. Ha Ram y yo solo somos amigas, lo hemos sido desde pequeños. ¿Verdad que sí, Rammie?

— Claro. Dejen que los ayude con las maletas.

— Y sigues siendo mala con ella, hermanita...

Le susurró a su hermana con una sonrisa apretada, dándole a entender que sí ha sido malvada con la mejor amiga de su hermano. Sencillamente que Moon Min Young nunca vio con otros ojos a la amiga de su hermano, en realidad a nadie del círculo amistoso de sus hermanos veía con esos ojos de amor.

A no ser que sea solamente de amistad. Quiso olvidar toda esa escena penosa que vivió para seguir a su hermano dentro de la casa, que cuando ingresaron al hogar para la mujer le fue imposible no mirar toda la casa con sorpresa, porque la casa era muy grande y tenía cosas qué eran muy cara ante sus ojos.

Kim Ha Ram mencionó que la hermana mayor de los Moon se ha tenido que marchar porque había surgido un inconveniente en la empresa donde estaba trabajando, que, por eso mismo se ha disculpado por no estar presente en la llegada de su hermana y su tía. Moon Bin para calmar el momento de que su hermana mayor no se encontraba en la casa, optó por mostrarles a las mujeres sus habitaciones.

Subieron las escaleras, recorriendo todo el piso de arriba debido a que le tenía que enseñar toda la casa y de paso le presentó la habitación a su tía y luego a su hermana menor.

— ¿Te gusta? Espero que sí. Chae Won noona y Su Jae-ssi me comentaron que te has vuelto más fanática de la naturaleza, supuse que te gustaría el detalle de que tu habitación se haya inspirado en eso.

— Muchas gracias, Binnie. Pero pareciera que ya tenías preparado esta habitación desde antes que vayas a visitarnos.

— Porque realmente hemos construido y decorado tu habitación hace tres años, solo que cuando Young Dae te preguntó si querías venir a vivir con nosotros, tú nos habías rechazado. Así que... nada.

— Oh...

— Mejor te dejaré a qué te acomodes, cuando termines baja. Estaremos en el comedor o en la sala de estar.

— Claro. Gracias.

Respondió con una leve sonrisa en su cara, no podía dejar de ver la habitación que sus hermanos han armado simplemente para ella. Por dentro se estaba insultando por haber rechazado a sus hermanos mayores, pero Min Young tenía muchas razones por la cual lo había hecho.

Ahora no podía quitarle la mirada de encima a toda la habitación que sería para ella sola, esta vez no tendría por qué compartir un cuarto con alguien, en la casa había más espacio para todos. Las paredes eran de un color crema y las paredes del pasillo estaban colgadas unas fotografías de los gatitos que todos ellos han tenido en algún momento de su infancia, en una esquina hat un espejo de cuerpo completo con algunas hojas decorativas sobre el objeto, también se podía ver su cama sobre unos escalones más altos, donde se podía observar la cama de dos plazas, que encima ella había unos retratos fotográficos de su familia, todavía no podía caer que tenía la habitación de sus sueños.

Mordió sus labios, conteniendo las ganas de ponerse a llorar como a una niña, solamente, se dedicó a tomar sus maletas para llevarlo en una esquina y sacar el contenido, primero lo hizo con la valija que tenía los pins de gatitos; las cuales habían zapatillas, tacones y botas, más que nada habían todo tipo de objetos que ella creía que era necesario traer y, entonces, arrastró la última valija para abrirla.

Frunció su cara de solo haber abierto esa maleta, ladeó su cabeza al ver la ropa negra que hay adentro y un sobre del mismo color, Moon Min Young estaba muy segura de que esa maleta no era la suya y se lo ha dejado en claro a la mujer que le había peleado en el aeropuerto, no obstante, la señorita estaba muy segura que esa valija era la de su jefe.

En alguna parte de la ciudad de Seúl se encontraba un hombre de negocios cansado, han sido muchas escalas de vuelo para llegar a su país. Además de que tuvo que viajar con el esposo de su hermano y escuchar los problemas que tenían en su relación lo estaba molestando, sin mencionar que su madre le seguía insistiendo que era buen momento para la gran boda con su comprometido, según su madre se moriría en cualquier momento y ella quería ser abuela, pero eso solo lograba que el hombre se enojara todavía mas y no le cumpla los deseos a su madre.

Apenas pisó el suelo del penthouse donde vivía desde hace 9 meses, se ha lanzado en su sillón blanco, mientras reposaba su cabeza contra el respaldo del sillón. No obstante, su felicidad y tranquilidad no duraba por mucho tiempo, la puerta se abrió, dejando ver a su asistente y a un costado de ella se encontraba su mejor amigo, el cual se percató de que Lee Min Ho no estaba del mejor ánimo como para tener una conversación de amigos. Empero, no pudo darle el placer a su mejor amigo de irse y dejarlo descansar, ya que era un asunto importante de la empresa en la cual ambos trabajaban.

— Min Ho.

Abrió sus ojos de solo escuchar su nombre salir de la boca de su mejor amigo, pero lo ignoró por completo, había vuelto a cerrar los ojos para poder descansar unos breves minutos más.

Bang Chan evitó que su amigo lo había evitado, ingresando a la casa por completo, yendo a la postura de su amigo con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón de vestir.

— Honnie.

— Mmh...

— No quiero molestarte, pero necesito recoger los papeles del contrato que has tenido con los inversionistas de Los Ángeles.

— Está en la maleta y, por favor, ya no me molesten más, hyung. Necesito descansar.

Demandó volteándose, dándole la espalda al sujeto de cabello amarillo brillante.

Min Ho volvió a cerrar sus ojos, entre que se acomodaba para descansar unos pocos minutos más y volver a salir de su casa, porque tenía que reunirse con su familia a cenar, debido a que querían festejar que la empresa familiar había tenido un avance con los enemigos que su madre, Lee Ha Young, logró antes de morir, en Los Ángeles.

Pero, lastimosamente, las cosas no salieron como él quería, Bang Chan abrió la valija para encontrarse con algo que cautivó su atención y entonces habló.

— No sabía que eras el pasivo de la relación.

— ¿Cómo?

Volteó a ver a Chan confundido de sus palabras, le sorprendió que haya tirado ese comentario de un momento a otro. Sabiendo que no estaba apto para poder bromear, porque se estaba muriendo del sueño. Sencillamente que cuando volteó a ver a su amigo pudo ver que tenía en sus manos una tanga.

— ¡¿Qué carajos?!

Pronunció confundido, fue tanta su sorpresa que hasta se había reincorporado en el sillón y el sueño se le ha ido de repente, sus ojos estaban bien abiertos y sus manos pegadas en los almohadones planos, sin embargo, su mejor amigo lo miraba con una sonrisa graciosa.

Aún seguía estirando las tiras de la ropa interior todavía con esa sonrisa de diversión.

— ¡Ya deja de hacer eso!

— ¿A quién se lo has robado? —preguntó con sus cejas moviéndose de arriba hacia abajo, así lo ha hecho constantemente, impacientando al mayor.

— ¡Qué no es mío, hyung!

Contestó molesto.

Se levantó del sillón para acercarse a su maleta, esa maleta que estaba decorada con cómics, sin embargo, al notar que dentro de la maleta hay muchas telas de colores marrones y cremas, el terror inundó su cuerpo, no le molestaba perder la ropa que tenía dentro porque podría comprarse más, por algo trabajaba, lo que en verdad le preocupaba era perder ese papel tan importante por el cual se ha estado matando todos esos meses para conseguir.

— Esta no es mi maleta.

— No me digas, Lee, yo sí pensaba que era tuya. —respondió el mayor con gracia. Solo que dejó de sonreír al ver que Min Ho lo estaba mirando seriamente.— Okey, perdón. Fue un comentario innecesario. Pero, ¿cómo es posible que hayas perdido tu maleta? ¿Y... quién pudo haberse comprado una valija similar a la tuya? ¿Acaso tan malos gustos tienen?

Pensó Chan en voz alta, cuando se dio cuenta de que el menor lo estaba mirando se arrepintió, dirigió sus ojos a la maleta tratando de verificar si había algo que pueda unir al dueño de la valija, debido a que se tenía que encontrar esa valija sí o sí, dentro de ella tenía algo importante. No obstante, no pudo encontrar nada que la una con el dueño de la maleta y eso lo estaba enfureciendo cada vez más, esa era la única copia que tenían y la que más valía.

Entonces, Lee Min Ho trató de tranquilizarse, porque tenía que pensar bien antes de hablar, no quería cometer ningún error, para eso tomó asiento en el sillón y sus manos fueron a su rostro, parecía que estaría por llorar en cualquier instante, justo la puerta se vuelve a abrir, dejando ver a su asistente.

La mujer de cabello castaño tenía una media sonrisa en su cara, tenía una noticia muy importante que darle a su jefe, solo que dejó de sonreír de esa manera al ver a dos hombres muy nerviosos. Observó como Bang Chan seguía rebuscando en la maleta, mientras su jefe estaba pensando sentado en el sillón, entre que sus manos cubrían todo su rostro.

— ¿Qué pasó?

De solo tener que escuchar la voz de la asistente la cabeza de Min Ho se alertó, ya que había recordado que le ha mandado a su secretaria a recoger sus maletas, lamió sus belfos con lentitud. Tratando de no perder la cabeza en el proceso, por eso mismo se levantó del sillón, yendo hasta el bar que tenía el penthouse y estando ahí, se sirvió un poco de soju, lo pasó como si fuese agua, es ahí en que la castaña se alarmó de la misma manera en que estaba su jefe, empzando con que ella no sabía nada de lo que estaba pasando, hasta que él abrió la boca para informarle.

— Hur Yeon A.

— ¿Si...? —pronunció nerviosa. Lee Min Ho la vio con demasiada seriedad, le hizo un ademán para que se acercara hasta la barra. Ver cómo su jefe ha reposado su brazo derecho sobre la barra y la estaba mirando como si fuese su carnada, le estaba dando un miedo de cagarse encima y sin importarle.— Lee-nim...

— Te lo voy a preguntar una sola vez y quiero que me respondas con toda la sinceridad posible. ¿De acuerdo?

— S-sí. ¿Hice algo malo?

— Mmh, parece que sí. —respondió Chan. El cuál seguía viendo la ropa que estaba en la valija que no pertenecía a la de su mejor amigo.

— ¿Cómo es posible qué la valija que está en esta casa no sea la mía?

— ¿D-disculpe? ¿Qué ha dicho?

— ¡Esa jodida maleta no es mía, Hur Yeon A! ¡¿Dónde demonios está mi valija?!

Esta vez gritó con mucho enojo, la mujer tenía que hacer una sola cosa y lo había hecho para la mierda.

¿Cómo era posible que pierda una valija, la cual nadie podría comprarse? ¿Cómo confundir maletas? ¿Cómo pudo ser tan irresponsable? Min Ho tenía muchas dudas en su cabeza y a la misma vez tenía miedo de no poder encontrar nunca más esa maleta.

Yeon A, todavía parecía no entender lo que estaba pasando, a lo cual comenzó a dar unos pasos llegando a la valija, notando que la mujer del aeropuerto tenía razón y que esa maleta era suya y no la de su jefe, ahora mismo quería matarse porque estaba en problemas, al igual que podría estar su puesto en la empresa más importante que ha estado en toda su vida.

— No puede ser...

— Sí puede ser.

— ¡J-juro que es justificable! ¡Había otra persona con la misma maleta! ¡Pude confundirme como a una idiota! ¡Lo siento tanto, Lee-nim!

Clamó arrodillándose en el suelo y acto seguido hacer una reverencia de disculpas, sin embargo, hacer eso no iba a conseguir el perdón de su jefe. Lee Min Ho, solamente, tenía miedo de lo que pueda pasar en los pocos minutos y quería conseguir el contacto de esa persona y rogando que no sea una cualquiera, debido a que podría vender o podría hacer lo que quiera con ese papel, por eso ordenó a su secretaria a volver a ese aeropuerto y buscar la información necesaria.

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