24

Minjeong y Yeji caminaban juntas por el pasillo hacia sus clases como de costumbre.

— ¿Enserio? ¿esa era tú idea? — se cruzó de brazos con una ceja alzada.

— No se de que hablas, Unnie. — Yeji se hizo la extraña, mirando a otro lado.

— No te hagas, sabes bien de que hablo. — rió.

— Bueno, está bien — admitió echando la cabeza hacia atrás — Pero solo queríamos saber cual sería su reacción.

— ¿Qué reacción? ¿esperabas qué pasara algún momento romántico o algo así? — rió con más sarcasmo. Yeji se encongió de hombros riendo con ella.

— Algo así. Nunca se sabe.

Minjeong negó sonriendo. En eso vio a Ningning y Yangyang caminar hacia ellas tomados de la mano.

— ¿Ya se enteraron? — dijo Ningning con un ápice de felicidad en su cara. Las dos chicas se miraron entre ellas confundidas y después miraron hacia la pelirroja.

— ¿De qué? — preguntó Minjeong.

— Expulsaron a Yuna. — dijo Yangyang. Yeji quedó boquiabierta, en cambio Minjeong se quedó congelada en su lugar.

Eso era inesperado.

— ¿Cómo así?

— La directora se dio cuenta de todas las cosas que hizo; y por fin decidió expulsarla. — volvió a decir el chico.

Ningning parecía ser la única que desbordaba de felicidad con solo ver su cara llena de lágrimas bajando por sus mejillas, mientras se tapaba el rostro para no ser tan obvia aunque ya lo era.

— ¡No, Ningning! — Yeji se acercó para abrazarla y frotar su mano en su espalda para calmarla.

— No llores. — Yangyang se les unió mientras Minjeong solo permanecía quieta en donde estaba, con las manos una sobre otra y sonriendo levemente.

— Lo siento. — se secó las lágrimas aunque se le corriera un poco el maquillaje. — Es solo que... no pensé que este día llegaría.

— Ya no tienes de que preocuparte. — dijo Yeji.

— ¿Te parece si vamos por una malteada a la cafetería? — propuso el chico, ella asintió y agitó su mano hacia las dos chicas antes de irse de la mano con Yangyang.

— Vaya, eso ha sido un poco extraño. — dijo la castaña.

— Bastante, lo bueno es que ya no tendremos que ver a Yuna por aquí — trató de decir animada, mientras Yeji reía por debajo.

— Entonces... eso quiere decir que Haechan ya no tendrá de que preocuparse.

— Si, ya no lo tendrá. — un ápice de desánimo se formó en su cara junto a su mirada cabizbaja.

— ¿Te pasa algo?

— No, no es nada.

— Unnie.

— Estoy bien Yeji. — trató de sonreír.

— Te conozco muy bien, ya dímelo.

— No es nada, es solo que... no sé que pasará ahora. — seguía cabizbaja.

— ¿Hablas de Haechan? — asintió hacia ella. — ¿De qué te preocupas? Has estado con él desde hace unos meses fingiendo esto — susurró. — No entiendo porque te preocupas.

— Quizás ya me acostumbré a tenerlo cerca.

— Pero eso no significa que ya no se verán o hablarán.

— No lo sé Yeji.

— Te gusta estar con él ¿Cierto? — una sonrisa traicionera se formó en su rostro y luego miró hacia su amiga.

— Es solo que... ya me acostumbré.

— Tienes un gran problema, Unnie. — rió con gracia mientras que Minjeong volteó frunciendo el ceño.

(...)

Yeji iba hacia la mesa de siempre corriendo antes que alguien la tomara, mientras Minjeong iba detrás suyo.

Luego de ellas llegaron Haechan y Jeno y se dispusieron a comer y hablar. Lo raro de todo era que también estaba Yangyang con ellos, así que también se unió a la conversación.

— Unnie.

— ¿Qué pasa? — volteó hacia Yeji, viendo como puntaba con su dedo sin ser tan notorio hacia Ningning, que estaba a una pequeña distancia de ellos.

Ella miraba como la pelirroja estaba de pie cabizbaja con una mochila roja donde allí debería tener su almuerzo.

Minjeong no se lo pensó ni dos segundos cuando la llamó y la chica levantó la mirada perpleja hacia ella.

Le hizo una seña de que se acercara a comer con ellos y un ápice de alegría se formó en el rostro de la pelirroja al acercarse de inmediato. Se sentó al lado de Yangyang y este le sonrió.

— Oigan ¿Y Jaemin? — preguntó de repente la pelirroja viendo que no estaba allí. Luego todos se dieron cuenta y quedaron atónitos.

— Yo lo ví en la mañana en la entrada pero él no se acercó conmigo ni nada. — dijo Yangyang.

— ¿No estará ocupado haciendo algo? — preguntó Minjeong.

— No lo sé, tú deberías de saber eso ya que van en la misma clase. — contestó Haechan mordiéndo su sandwich.

— Si lo ví, pero salió muy rápido al dar el timbre.

(...)

Aprovechando que la última clase la tenía libre decidió ir por la cafetería a buscar unos snacks picantes y comerlos por alguna parte de la escuela donde nadie la viese.

Justo cuando iba cruzando hacia los baños miró una silueta silenciosa merodeando por allí, se acercó hasta dar la vuelta donde iniciaba otro pasillo, pero al asomar la cabeza no había nadie. No le tomó mucha importancia y siguió caminando hacia un lugar tranquilo para comer sus frituras.

Llegó práticamente a una parte del patio donde era muy silencioso pero a la vez tranquilo, y cuando estaba por sentarse en el césped lo vió a él sentado en una banca, cabizbajo y con la vista pegada al celular.

Se acercó hasta quedar de pie junto a él.

— Jaemin.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó más en forma molesta que confundido, mirandola.

— Estaba caminando. — dijo, pero él pareció no tomarle mucha importancia por lo que regresó su vista a su celular. Minjeong le ofreció de sus frituras pero él la rechazó negando.

Vaya, eso era algo nuevo.

— No te vimos en el receso.

— No tenía ganas de estar allí. — contestó con una fríaldad que le hizo temblar el cuerpo a la chica, tragó saliva luego de tragarse una fritura.

El ambiente se empezó a poner algo intenso e incómodo y Minjeong no tenía idea del porque actuaba así.

— ¿Por qué no?

— No me sentía bien.

— Am... bueno ¿Por qué no fuíste al cine el sábado? — intentó hacer el ambiente menos incómodo cambiando de tema, pero Jaemin volteó hacia ella con incredulidad.

— Porque ustedes no me invitaron, o más bien se les olvidó.

— Yo pensé que los chicos te habían dicho...

— Si pues no parece.

— ¿Estás molesto por eso?

— ¿Debería estarlo Minjeong? — contestó más como irritado que molesto. Minjeong entendió bien.

— ¿Por qué te cargas esa actitud? No es mi culpa que no te hayan dicho. — contestó harta de estarle soportando su actitud de niño idiota.

— Si, puede que tengas razón. — él se levantó con las manos en los bolsillos del pantalón empezando a irse. — Pero de haber sabido que solo serían puras citas no debería de haberme molestado. — se giró y siguió su camino dejando toda confundida a Minjeong.

¿A qué se refería Jaemin con todo eso? Minjeong estaba más que confundida.

(...)

A la hora de salida Minjeong iba a por Yeji a su salón como siempre para irse juntas, pero está vez Yeji le pidió que sería otro día porque tenía que llegar a casa pronto ya que su mamá volvía de viaje de negocios.

Entonces se quedó allí en un rincón del pasillo a esperar a Haechan. Vio pasar a Jaemin por su lado pero no pareció verla o simplemente la ignoró, ella se quedó más extrañada que nada.

— ¿Qué tiene ese? — volteó a ver a Haechan a su lado. Ella alzó los hombros.

— No lo sé, creo que está molesto por lo del sabádo.

— Mm, no parece que sea tanto por eso.

— ¿Cómo sabes?

— Lo conozco bien. Pero bueno, ya estoy aquí para que me cuentes.

— Ah si.

— ¿No ibas a irte con Yeji hoy? — preguntó de repente.

— Si, pero hoy llegaba su mamá así que será otro día supongo.

— En fin, vamos.

Haechan le tomó la mano para irse un momento al patio, y que los dos estuvieran solos. Una vez sentados en una banca el chico esperó a que Minjeong hablara.

— ¿Qué tan malo es? — preguntó a verle toda callada y cabizbaja, jugando con sus dedos.

— No es tan... bueno.

— Si te sientes insegura podemos dejarlo así.

— No — alzó la cabeza negando. — Creo... que me ayudaría a sacar todo.

— Entonces te escucho. — su corazón empezó a palpitar fuertemente pero luego trató de controlarse en no pensar más en ello.

Ella miraba que Haechan la veía muy atento, esperando para hablar. Tomó aire y lo expulsó.

— En mi otra escuela yo era muy maltratada. Todos se burlaban de mí porque no era muy sociable y no sabía como defenderme. Siempre me pedían que les hiciera sus tareas si no quería recibir una paliza, así que lo hacia solo por miedo, y empecé a empeorar. Mis calificaciones bajaron mucho, mi madre siempre me recibía con regaños e insultos, pero cuando quería decirle lo que pasaba ella simplemente me ignoraba y decía que dejara de ser tan exagerada, que solo quería llamar la atención y me enfocara en la escuela. Siempre me escondía en el cuarto de mi hermano cuando ella quería golpearme por mis malas notas — una sonrisa débil se formó en sus labios — pero mi hermano siempre me defendía aunque mi madre no quisiera escucharle. Mi padre nunca estaba por trabajo y cuando llegaba le decía que me había lastimado en la escalera o corriendo cuando veía mis moretones por todo mi cuerpo. Siempre viví con un miedo extremo tanto en la escuela como en mi casa, hasta que un día todo me cambió. — su voz entrecortada sonó más grave y los ojos se le empezaron a aguadar.

— Un día me dí cuenta que alguien había hackeado mi perfil de instagram y había robado fotos mías, intenté de todo para recuperarla pero ya no había nada que hacer, y al día siguiente... mientras caminaba a mi salón vi a varios alumnos con algunas hojas en la mano susurrando y señalándome. Yo no entendía nada hasta que miré en el muro de escuela una foto mía... me habían dibujado unas orejas y dientes de conejo e inmediatamente fuí la burla de todos. Había sido un chico que siempre me molestaba por ser pequeña y débil físicamente, y cuando lo encontré en clases él estaba con su grupo de amigas burlándose con la misma foto, y yo no lo resistí más. En cuanto me miró fuí hacia él y con la fuerza que tuve lo tomé por el cuello de la camisa y lo azoté contra el pizarrón, estaba tan enojada y cargaba una furia dentro de mí que no pensé dos veces en tirarme hacia él y golpearle la cara. Le rompí la nariz y mis nudillos quedaron bañados en sangre, lo más ironico de todo es que nadie me detuvo. Me expulsaron y mi madre me dio la golpiza más fuerte que recibí en mi vida, ni siquiera mi padre y mi hermano pudieron defenderme porque me encerró con ella en mi cuarto... — las lágrimas se aproximaron a salir y resbalaron por sus mejillas, tanto que empezó a sollozar, fuerte y sin ningún control.

Pronto sintió los brazos de Haechan rodearle y acercarla hacia su pecho
para continuar abrazándola.

No se pero sentí rebonito que Haechan la consolara 😭😭
Gracias por leerme, los veo dentro de poco. 🩵🩵🩵

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